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MISAL JUNIO DEL 2008 / www.laverdadcatolica.org
IX DOMINGO ORDINARIO
Santos: Justino de Palestina, mártir; Iñigo de Oña, abad. Beato Aníbal María de Francia, fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24, 16. 18)
Tengo los ojos puestos en el Señor, porque Él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Deuteronomio: 11, 18 26-28. 32
En aquellos días,
Moisés habló al pueblo y le dijo: "Pongan en su corazón
y en sus almas estas palabras mías; atenlas a su mano como una señal,
llévenlas como un signo sobre la frente.
Miren: He aquí que yo pongo hoy delante de ustedes la bendición
y la maldición. La bendición, si obedecen los mandamientos del
Señor, su Dios, que yo les promulgo hoy; la maldición, si no obedecen
los mandamientos del Señor, su Dios, y se apartan del camino que les
señalo hoy, para ir en pos de otros dioses que ustedes no conocen.
Así pues, esfuércense en cumplir todos los mandamientos y decretos
que hoy promulgo ante ustedes". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
La imagen de los dos caminos
está solidamente documentada en la tradición bíblica: el
bien y el mal, la vida o la muerte; los hombres tenemos la última palabra.
Del salmo 30 R/. Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio.
A ti, Señor, me
acojo, que no quede yo nunca defraudado. Tú que eres justo, ponme a salvo;
escúchame y ven pronto a librarme. R/.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que
me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme
y guíame. R/.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia.
Sean fuertes y valientes de corazón, ustedes, los que en el Señor
esperan. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 3, 21-25. 28
Hermanos: La actividad salvadora
de Dios, atestiguada por la ley y los profetas, se ha manifestado ahora independientemente
de la ley. Por medio de la fe en Jesucristo, la actividad salvadora de Dios
llega, sin distinción alguna, a todos los que creen en Él.
En efecto, como todos pecaron, todos están privados de la presencia salvadora
de Dios; pero todos son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud
de la redención llevada a cabo por medio de Cristo Jesús, al cual
Dios expuso públicamente como la víctima que nos consigue el perdón
por la ofrenda de su sangre, por medio de la fe.
Sostenemos, pues, que el hombre es justificado por la fe y no por hacer lo que
prescribe la ley de Moisés. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
El apóstol Pablo apela a la imagen de la amnistía, como liberación de prisioneros y cancelación de deudas, para explicamos la magnitud del perdón que Cristo nos ofrece.
ACLAMACIÓN
(Jn 15, 5) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos; el que permanece en mí
y yo en él, ése da fruto abundante. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 21-27
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que
me diga: '¡Señor, Señor!', entrará en el Reino de
los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los
cielos. Aquel día muchos me dirán: '¡Señor, Señor!,
¿no hemos hablado y arrojado demonios en tu nombre y no hemos hecho,
en tu nombre, muchos milagros?'. Entonces yo les diré en su cara: 'Nunca
los he conocido. Aléjense de mí, ustedes, los que han hecho el
mal'.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se
parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la
lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella
casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca. El que escucha
estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un
hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron
las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron
completamente". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
La congruencia entre la fe profesada y las actitudes cotidianas es una exigencia necesaria para participar del Reino de Dios. Quien practica su fe, agrada a Dios.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones, a fin de que te dignes purificamos por este memorial que estamos celebrando. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mc 11. 23-24)
Yo les aseguro, dice el Señor, que todo cuanto pidan en la oración, si tienen fe en obtenerlo, les será concedido.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio de tu Espíritu, a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida podamos demostrarte nuestro amor y así merezcamos entrar al Reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los obispos que participaron en el Concilio Vaticano II habían denunciado uno de los grandes males de nuestro tiempo, que es la disociación entre la fe y la vida. Hoy no sólo padecemos la misma incongruencia, también hemos debilitado nuestra respuesta creyente, reduciéndola a su dimensión ritual y privada. Parece como si hubiéramos llevado nuestra adhesión a Cristo al terreno de las teorías que se archivan en la inteligencia; como si la fe fuese un asunto de conocimientos e informaciones sobre Dios. En realidad, la fe es una respuesta de la persona al amor de Dios, que nos invita a participar de su amistad y de su vida.
Santos: Marcelino y Pedro de Roma, mártires; Eugenio I, papa, y Nicolás de Grecia, misionero.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Rm 5, 5)
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por su Espíritu, que habita en nosotros.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, guiados por este mismo Espíritu, saboreemos el bien y gocemos siempre de sus consuelos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro: 1, 1-7
Yo, Simón Pedro,
siervo y apóstol de Jesucristo, les escribo a ustedes, los que han obtenido
una fe tan preciosa como la nuestra, gracias a la justicia de Jesucristo, nuestro
Dios y Salvador. Que abunden entre ustedes la gracia y la paz, por el conocimiento
de Jesucristo, nuestro Señor.
Su acción divina nos ha otorgado todo lo necesario para llevar una vida
de santidad, mediante el conocimiento profundo del que nos ha llamado con su
propia gloria y poder. Por medio de los cuales nos han sido otorgados también
los grandes y maravillosos bienes prometidos, para que por ellos puedan ustedes
escapar de la corrupción que las pasiones desordenadas provocan en el
mundo, y lleguen a participar de la naturaleza divina. Por eso, esfuércense
en añadir a su buena fe buena conducta; a la buena conducta, la inteligencia;
a la inteligencia, el dominio propio; al dominio propio, la perseverancia; a
la perseverancia, la piedad; a la piedad, el amor fraterno, y al amor fraterno,
la caridad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El planteamiento es muy claro. Los hombres nos destruimos a causa del egoísmo. Los dones espirituales que Dios nos da nos permiten liberamos de tan pesada carga.
Del salmo 90 R/. Tú
eres mi Dios y en ti confío.
Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del
Todopoderoso, dile al Señor: "Tú eres mi refugio y fortaleza;
tú eres mi Dios y en ti confío". R/.
"Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te
libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo
te escucharé y en tus angustias estaré contigo". R/.
"A quien se acoge a mí, dice el Señor, yo lo defenderé
y colmaré de honores; lo haré disfrutar de larga vida y haré
que pueda ver mi salvación". R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Ap 1,5) R/. Aleluya, aleluya.
Señor Jesús, testigo fiel, primogénito de los
muertos, tu amor por nosotros es tan grande, que has lavado nuestras culpas
con tu sangre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 1-12
En aquel tiempo, Jesús
comenzó a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas
y a los ancianos, y les dijo:
"Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca,
cavó un lagar, construyó una torre para el vigilante, se la alquiló
a unos viñadores y se fue de viaje al extranjero.
A su tiempo, les envió a los viñadores un criado para recoger
su parte del fruto de la viña. Ellos se apoderaron de él, lo golpearon
y lo devolvieron sin nada. Les envió otro criado, pero ellos lo descalabraron
y lo insultaron. Volvió a enviarles a otro y lo mataron. Les envió
otros muchos y los golpearon o los mataron.
Ya sólo le quedaba por enviar a uno, su hijo querido, y finalmente también
se lo envió, pensando: 'A mi hijo sí lo respetarán'. Pero
al verlo llegar, aquellos viñadores se dijeron: 'Éste es el heredero;
vamos a matarlo y la herencia será nuestra'. Se apoderaron de él,
lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña.
¿Qué hará entonces el dueño de la viña? Vendrá
y acabará con esos viñadores y dará la viña a otros.
¿Acaso no han leído en las Escrituras: La piedra que desecharon
los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente?".
Entonces los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos quisieron apoderarse
de Jesús, porque se dieron cuenta de que por ellos había dicho
aquella parábola, pero le tuvieron miedo a la multitud, dejaron a Jesús
y se fueron de ahí. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Jesús no se anda con rodeos, formula un mensaje contundente e interpela a sus oyentes para que descubran sus aciertos y desaciertos. Las parábolas son espejos que revelan nuestra cruda realidad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, nuestras ofrendas y con la luz del Espíritu Santo purifica nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 67, 29)
Despliega, Señor, tu poder; el poder que por nosotros desplegaste desde tu templo, en lo alto de Jerusalén.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu Espíritu Santo, Señor, descienda sobre nosotros, purifique nuestros corazones y los fecunde, penetrándolos con su divino rocío. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Carlos Lwanga y compañeros, mártires; Clotilde de Francia, reina, y Juan Grande, religioso.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Aquellos que siguieron en la tierra las huellas de Cristo, se alegran ahora en el cielo; y porque lo amaron hasta morir por Él, con Él se gozan eternamente.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has querido que la sangre de los mártires sea semilla de nuevos cristianos, haz que el ejemplo de san Carlos y de sus compañeros y su lealtad a Cristo, frente a las torturas, atraigan a los pueblos africanos a vivir la fe cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro: 3, 12-15. 17-18
Hermanos: Piensen con cuánta
santidad y entrega deben ustedes vivir esperando y apresurando el advenimiento
del día del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos
por el fuego, y se derretirán los elementos.
Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos un cielo
nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por lo tanto, queridos
hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en que el
Señor los halle en paz con Él, sin mancha ni reproche, y consideren
que la magnanimidad de Dios es nuestra salvación.
Así pues, queridos hermanos, ya están ustedes avisados; vivan
en guardia para que no los arrastre el error de los malvados y pierdan su seguridad.
Crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
A Él la gloria, ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El cristiano no se obsesiona con este mundo. Más bien aguarda un cielo nuevo y una tierra nueva. Mientras tanto, se esfuerza por ser fiel al proyecto del Padre.
Del salmo 89 R/. Tú
eres, Señor, nuestro refugio.
Desde antes que surgieran las montañas, y la tierra y el mundo apareciesen,
existes tú, Dios mío, desde siempre y por siempre. R/.
Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen.
Mil años son para ti como un día, que ya pasó; como una
breve noche. R/.
Setenta son los años que vivimos; llegar a los ochenta es más
bien raro; pena y trabajo son los más de ellos, como suspiro pasan y
pasamos. R/.
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será
la vida toda. Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos puedan mirar tus
obras y tu gloria. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Ef. 1, 17-18) R/. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes,
para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 13-17
En aquel tiempo, los sumos
sacerdotes, los escribas y los ancianos le enviaron a Jesús unos fariseos
y unos partidarios de Herodes, para hacerle una pregunta capciosa. Se acercaron,
pues, a El y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y que no te
importa lo que diga la gente, porque no tratas de adular a los hombres, sino
que enseñas con toda verdad el camino de Dios. ¿Está permitido
o no, pagarle el tributo al César? ¿Se lo damos o no se lo damos?".
Jesús, notando su hipocresía, les dijo: "¿Por qué
me ponen una trampa? Tráiganme una moneda para que yo la vea". Se
la trajeron y Él les preguntó: "¿De quién es
la imagen y el nombre que lleva escrito?". Le contestaron: "Del César".
Entonces les respondió Jesús: "Den al César lo que
es del César, y a Dios lo que es de Dios". Y los dejó admirados.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
El mensaje de Jesús es claro: los dirigentes no deben adueñarse de la conciencia de las personas, pues ésta pertenece a Dios. A la autoridad sólo le debemos respeto y colaboración.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al presentarte, Señor, nuestras ofrendas, te suplicamos humildemente que nos concedas celebrar esta Eucaristía con la misma entrega que llevó a los jóvenes mártires de África a morir antes que ofenderte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 22, 28-30)
Ustedes son los que han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les preparo un Reino, dice el Señor, para que en él coman y beban en mi mesa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que esta Eucaristía que dio fortaleza a tus mártires, para soportar los tormentos, nos ayude, en medio de las dificultades, a permanecer firmes en la fe y en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Emma de Gurk, viuda; Pedro de Verona, mártir, y Walter de Sevigliano, abad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hch 12,5)
Mientras custodiaban a Pedro en la cárcel, la comunidad oraba a Dios por él insistentemente.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu misteriosa providencia has querido asociar tu Iglesia a los sufrimientos de tu Hijo, concede el don de la paciencia y de la caridad a los fieles que sufren persecución, a causa de tu nombre, para que puedan dar testimonio fiel y creíble de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1, 1-3. 6-12
Pablo, apóstol de
Jesucristo por voluntad de Dios, conforme a la promesa de vida que hay en Cristo
Jesús, a Timoteo, hijo querido. Te deseo la gracia, la misericordia y
la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Cuando de noche y de día te recuerdo en mis oraciones, le doy gracias
a Dios, a quien sirvo con una conciencia pura, como lo aprendí de mis
antepasados.
Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse
las manos. Porque el Señor no nos ha dado un espíritu de temor,
sino de fortaleza, de amor y de moderación. No te avergüences, pues,
de dar testimonio de nuestro Señor, ni te avergüences de mí,
que estoy preso por su causa. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos
por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. Él
nos ha salvado y nos ha llamado a llevar una vida santa, no por nuestros méritos,
sino por su propia determinación y por la gracia que nos ha sido dada,
en Cristo Jesús, desde toda la eternidad. Esta gracia es la que se ha
manifestado ahora con el advenimiento de nuestro salvador, Jesucristo, quien
ha destruido la muerte e irradiado la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio,
del que he sido nombrado predicador, apóstol y maestro.
Por este motivo soporto esta prisión, pero no me da vergüenza, porque
sé en quién he puesto mi confianza, y estoy seguro de que Él
con su poder cuidará, hasta el último día, lo que me ha
encomendado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
No son pocas las ocasiones
en que nos comportamos como cristianos vergonzantes. Conviene recordar que el
apóstol nos exhorta a dejamos guiar por el espíritu de valentía.
Del salmo 122 R/. En ti, Señor, tengo fijos mis ojos.
En ti, Señor, que habitas en lo alto, fijos los ojos tengo, como fijan
sus ojos en las manos de su señor, los siervos. R/.
Así como la esclava en su señora tiene fijos los ojos, fijos están
en el Señor los nuestros hasta que Dios se apiade de nosotros. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 11. 25. 26) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que
cree en mí no morirá para siempre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 18-27
En aquel tiempo, fueron
a ver a Jesús algunos de los saduceos, los cuales afirman que los muertos
no resucitan, y le dijeron: "Maestro, Moisés nos dejó escrito
que si un hombre muere dejando a su viuda sin hijos, que la tome por mujer el
hermano del que murió, para darle descendencia a su hermano. Había
una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó y murió
sin dejar hijos. El segundo se casó con la viuda y murió también,
sin dejar hijos; lo mismo el tercero. Los siete se casaron con ella y ninguno
de ellos dejó descendencia. Por último, después de todos,
murió también la mujer. El día de la resurrección,
cuando resuciten de entre los muertos, ¿de cuál de los siete será
mujer? Porque fue mujer de los siete".
Jesús les contestó: "Están en un error, porque no
entienden las Escrituras ni el poder de Dios. Pues cuando resuciten de entre
los muertos, ni los hombres tendrán mujer ni las mujeres marido, sino
que serán como los ángeles del cielo. Y en cuanto al hecho de
que los muertos resucitan, ¿acaso no han leído en el libro de
Moisés aquel pasaje de la zarza, en que Dios le dijo: Yo soy el Dios
de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos,
sino de vivos. Están, pues, muy equivocados". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Con objeciones rebuscadas, los saduceos pretendían poner en ridículo la creencia en la resurrección. Jesús desmonta sus argumentos y nos revela que el nuestro es el Dios de la vida.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones y concede, a cuantos padecen persecución por servirte con fidelidad, el gozo de verse asociados al sacrificio de tu Hijo Jesucristo y la íntima certeza de que se hallan escritos sus nombres en el libro de los elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 10, 32)
A quien me reconozca delante de los hombres yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Con la fuerza de este sacramento, confírmanos, Señor, en la verdad y concede a nuestros hermanos perseguidos la fuerza y la alegría que da al cristiano el ir con su cruz detrás de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Bonifacio de Alemania, mártir, y Doroteo de Tiro, obispo. Beato Sancho o Sancio de Córdoba, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Estos son los hombres santos amigos de Dios, insignes predicadores del Evangelio.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que la intercesión de tu mártir san Bonifacio nos ayude a mantener con firmeza, y a proclamar con nuestras obras, aquella misma fe que él predicó con su palabra y atestiguó con su sangre. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 2,8-15
Querido hermano: Recuerda
siempre que Jesucristo, descendiente de David, resucitó de entre los
muertos, conforme al Evangelio que yo predico. Por este Evangelio sufro hasta
llevar cadenas, como un malhechor; pero la Palabra de Dios no está encadenada.
Por eso lo sobrellevo todo por amor a los elegidos, para que ellos también
alcancen en Cristo Jesús la salvación, y con ella, la gloria eterna.
Es verdad lo que decimos: "Si morimos con Él, viviremos con Él;
si nos mantenemos firmes, reinaremos con Él; si lo negamos, Él
también nos negará; si le somos infieles, Él permanece
fiel, porque no puede contradecirse a sí mismo".
Eso es lo que has de enseñar. Adviérteles a todos, delante de
Dios, que eviten las discusiones por cuestión de palabras, lo cual no
sirve para nada, sino para perdición de los oyentes.
Esfuérzate por presentarte ante Dios como un trabajador intachable, que
no tiene de qué avergonzarse, y predica fielmente la verdad.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Algunas iglesias padecen persecución. Quienes vivimos en una sociedad indiferente hacia el mensaje evangélico, corremos el riesgo de ser devorados por la apatía y la mediocridad.
Del salmo 24 R/. Descúbrenos,
Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad
de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador, y tenemos en ti nuestra
esperanza. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.
R/.
Con quien guarda su alianza y sus mandatos el Señor es leal y bondadoso.
El Señor se descubre a quien lo teme y le enseña el sentido de
su alianza. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 2 Tm 1, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer
la vida por medio del Evangelio. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 28-34
En aquel tiempo, uno de
los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Cuál
es el primero de todos los mandamientos?" Jesús le respondió:
"El primero es: Escucha. Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único
Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento
mayor que éstos".
El escriba replicó: "Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando
dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de Él,
y amado con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas,
y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos
y sacrificios".
Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: "No
estás lejos del Reino de Dios". Y ya nadie se atrevió a hacerle
más preguntas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Los conocedores de las leyes se entretenían en sopesar y comparar los manditos divinos. Jesús resume la voluntad del Padre en un par de preceptos inseparables: amor a Dios y al prójimo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor todopoderoso, el sacrificio que vamos a ofrecerte en honor de san Bonifacio, y a cuantos celebramos los misterios de la pasión de tu Hijo concédenos imitado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ez 34, 15)
Yo mismo apacentaré mis ovejas, dice el Señor; yo les buscaré un lugar para su descanso.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por la gracia de este sacramento, confirma, Señor, a tus hijos en la verdad de la fe, para que den testimonio de ella con las palabras y las obras, a ejemplo de san Bonifacio, que consagró su vida a propagarla. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Norberto de Magdeburgo, obispo; Marcelino Champagnat, fundador, y Claudio de Besancon, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 32, 11.19)
Los proyectos de su corazón subsisten de edad en edad, para librar de la muerte la vida de sus fieles, y reanimarlos en tiempo de hambre.
ORACIÓN COLECTA
Haz, Señor, que nos revistamos con las virtudes del corazón de tu Hijo, y nos encendamos con el amor que lo inflama, para que, asemejándonos a Él, merezcamos participar de la eterna redención. Por nuestro Señor Jesucristo
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 3,10-17
Querido hermano: Tú
has seguido de cerca mis enseñanzas y mi modo de vivir, mis planes, mi
fe, mi paciencia, mi amor fraterno, mi constancia, mis persecuciones y sufrimientos,
como los que soporté en Antioquía, en Iconio y en Listra. ¡Qué
duras persecuciones tuve que sufrir! Pero de todas me libró el Señor.
Todos los que quieran vivir como buenos cristianos, también serán
perseguidos. Por su parte, los malos y perversos irán de mal en peor,
engañando a otros y engañándose a sí mismos.
Tú, en cambio, permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado,
pues bien sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia estás
familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría
que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.
Toda la Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para
enseñar, para reprender, para corregir y para educar en la virtud, a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté enteramente preparado
para toda obra buena. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Esta declaración es contundente. Todo el que quiera vivir como buen cristiano será perseguido. No hay lugar para negociaciones o acomodos. Los testigos de Jesús son incómodos siempre.
Del salmo 118 R/. Quienes
aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan.
Muchos son mis contrarios y mis perseguidores, pero yo no me aparto, Señor,
de tus preceptos. Verdad es el compendio de todas tus palabras, y son eternas
todas tus justas decisiones. R/.
Aunque los poderosos sin razón me persiguen, sólo tus palabras
hacen temblar mi corazón. Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan;
para ellos no hay tropiezos. R/.
Espero que me salves, pues he puesto en práctica, Señor, tus mandamientos.
Observo tus mandatos, obedezco tus órdenes; tú conoces mi vida.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 23) R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 35-37
Un día, mientras
enseñaba en el templo, Jesús preguntó: "¿Cómo
pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David,
inspirado por el Espíritu Santo, ha declarado: Dijo el Señor a
mi Señor: Siéntate a mí derecha y yo haré de tus
enemigos el estrado donde pongas los pies. Si el mismo David lo llama 'Señor',
¿cómo puede ser hijo suyo?".
La multitud que lo rodeaba, que era mucha, lo escuchaba con agrado. Palabra
del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Jesús disiente de las enseñanzas tradicionales y demuestra que el Mesías no solamente es descendiente de David, sino que en realidad es Señor y soberano de la casa de David.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, Padre misericordioso, que por el inmenso amor con que nos has amado, nos diste con inefable bondad a tu Hijo único, concédenos que, identificados con Él en una perfecta unidad, te ofrezcamos una digna oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 19, 34)
Uno de los soldados le abrió el costado con su lanza, y al punto salió sangre y agua.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo participado de tu sacramento de amor, te pedimos, Señor, la gracia de parecemos a Cristo aquí en la tierra, para merecer compartir su gloria allá en el cielo, con Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
MISA DEL DÍA
SAN MARCELlNO CHAMPAGNAT. SOLEMNIDAD EN LAS CASAS MARISTAS.
ANTÍFONA DE ENTRADA
"Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os lo aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él"
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Padre santo, que por medio
de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y nos
has dado a San Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivido, concédenos,
te rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos
a los hermanos de corazón, y conduzcamos el mundo al conocimiento de
la verdad de Cristo.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos
de los siglos. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 1,12-14; 2,44-47
Después de subir
Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén,
desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que
se permite caminar en sábado. Llegados a casa subieron a la sala, donde
se alojaban Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé
y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.
Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas
mujeres, entre ellas, María, la Madre de Jesús, y con sus hermanos.
Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común;
vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según
la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos, celebraban
la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a Dios
con alegría y de todo corazón; eran bien vistos por todo el pueblo
y día tras día el Señor iba agregando al grupo a los que
se iban salvando. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 111, 1-9 R/.
Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.
Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su
linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será
bendita. R/.
En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin
falta. En las tinieblas brilla como luz el que es justo, clemente y compasivo.
R/. .
Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El hombre
justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. R/.
No temerá las malas noticias, su corazón está firme en
el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta que
vea derrotados a sus enemigos. R/.
Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará
la frente con dignidad. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5,3)
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los
cielos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-7. 10
En aquel tiempo, se acercaron
los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Quién
es el más importante en el Reino de los cielos? Él llamó
a un niño, lo puso en medio y dijo:
Os digo que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis
en el Reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en
mi nombre, me acoge a mí. Pero si alguien escandaliza a uno de estos
pequeños que creen en mí, más le valdría que le
colgaran al cuello una piedra de molino y lo hundieran en el fondo del mar.
¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Es inevitable que haya
escándalos, pero ¡ay del hombre por quien viene ese escándalo!
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus
ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre
celestial. Palabra del Señor. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea agradable Señor, nuestra ofrenda; y concédenos que, llenos nosotros del Espíritu de tu amor, perseveremos en la enseñanza de los apóstoles, en la unión fraterna, en la fracción del pan y en la oración. Por Cristo, nuestro Señor.
Prefacio (de los Santos Pastores o de los Santos Religiosos)
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 19, 26-27)
Jesús, al ver a su madre, y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos has
alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, a quienes
celebramos las grandes obras que has llevado a cabo en tu Iglesia por medio
de San Marcelino, que robustecidos con la fuerza de este sacramento, podamos
siempre emprender mayores obras de apostolado.
Por Cristo, nuestro Señor...
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces Virgen para Siempre.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna gloria, que has introducido en el mundo la verdadera alegría, Cristo, tu Hijo, sol de justicia nacido de la Virgen Madre, líbranos del peso del pecado que entristece y extingue tu Espíritu en nosotros, y recíbenos en la mesa de tu Reino, para saciamos con el pan que contiene en sí todo deleite. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 1-8
Querido hermano: En presencia
de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los
muertos, te pido encarecidamente, por su advenimiento y por su Reino, que anuncies
la palabra; insiste a tiempo y a destiempo; convence, reprende y exhorta con
toda paciencia y sabiduría.
Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina
sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se rodearán de
maestros que les halaguen el oído; se harán sordos a la verdad
y sólo escucharán las fábulas.
Tú, en cambio, sé siempre prudente, soporta los sufrimientos,
cumple tu trabajo de evangelizador y desempeña a la perfección
tu ministerio.
Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi
partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado
en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor,
justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí,
sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
La intención del autor de esta carta no es que importunemos o fastidiemos a los demás con nuestras prédicas. Sin embargo, si creemos firmemente en Jesús anhelaremos compartir ese tesoro.
Del salmo 70 R/. Mi boca,
Señor, anunciará siempre tu salvación.
Mis labios no han cesado de alabarte y pregonan tu gloria todo el día.
Señor, en la vejez no me rechaces ni me abandones, falto de energías.
R/.
En ti, Señor, yo seguiré confiando, y más y más
te alabará mi boca. Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas
horas, tu misericordia. R/.
Tus hazañas, Señor, alabaré; diré a todos que sólo
tú eres justo. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir
alabándote es mi orgullo. R/.
La lealtad del Señor para conmigo celebrará mi lira. Al Santo
de Israel, a ti, Dios mío, cantaré con mi cítara. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5, 3) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino
de los cielos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba
Jesús a la multitud y le decía: "¡Cuidado con los escribas!
Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles;
buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los
banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación
de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso".
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías
del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos
ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó
dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos,
Jesús les dijo:
"Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más
que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta,
en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los líderes religiosos convertían a las viudas en víctimas de su ambición; además, lucraban con los sentimientos más nobles para su provecho. La perversión de lo bueno, resulta detestable para Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la Santísima Virgen María
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 49)
Ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que, al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: San Medardo de Noyon, obispo. Beata Diana de Andalo, fundadora.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 26, 1-2)
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis enemigos, tropiezan y caen.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, de quien todo bien procede, inspíranos propósitos de justicia y santidad, y concédenos tu ayuda para poder cumplidos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Oseas: 6, 3-6
Esforcémonos por
conocer al Señor; tan cierta como la aurora es su aparición y
su juicio surge como la luz; bajará sobre nosotros como lluvia temprana,
como lluvia de primavera que empapa la tierra.
"¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Qué
voy a hacer contigo, Judá? Tu amor es como nube mañanera, como
rocío matinal que se evapora. Por eso los he azotado por medio de los
profetas y les he dado muerte con mis palabras. Porque yo quiero amor y no sacrificios,
conocimiento de Dios, más que holocaustos". Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
La compasión para el necesitado y la fidelidad humilde ante Dios son expresiones que manifiestan nuestra voluntad de amarle y servirle. Lo demás vendrá por añadidura
Del salmo 49 R/. Dios salva
al que cumple su voluntad.
Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos moran en la
tierra del oriente al poniente: "No voy a reclamarte sacrificios, pues
ante mí están siempre tus ofrendas. R/.
Si yo estuviera hambriento, nunca iría a decírtelo a ti, pues
todo es mío. ¿O acaso yo como carne de toros y bebo sangre de
cabritos? R/.
Mejor ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo, pues
yo te libraré cuando me invoques y tú me darás gloria,
agradecido". R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 4, 18-25
Hermanos: Abraham, esperando
contra toda esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos
pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa
será tu descendencia.
Y su fe no se debilitó a pesar de que a la edad de casi cien años,
su cuerpo ya no tenía vigor, y además, Sara, su esposa, no podía
tener hijos. Ante la firme promesa de Dios no dudó ni tuvo desconfianza,
antes bien su fe se fortaleció y dio con ello gloria a Dios, convencido
de que Él es poderoso para cumplir lo que promete. Por eso, Dios le acreditó
esta fe como justicia.
Ahora bien, no sólo por él está escrito que "se le
acreditó", sino también por nosotros, a quienes se nos acreditará,
si creemos en aquel que resucitó de entre los muertos, en nuestro Señor
Jesucristo, que fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitó
para nuestra justificación. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Abraham encarna el mismo dilema que nosotros: apostarle a la esperanza o ser pragmáticos a los resultados o los principios, ser leales a nuestra fe o defender nuestros intereses.
ACLAMACIÓN
(Lc 4, 18) R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva
y proclamar la liberación a los cautivos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 9, 9-13
En aquel tiempo, Jesús
vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos,
y le dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió.
Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publícanos
y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos.
Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: "¿Por
qué su Maestro come con publícanos y pecadores?". Jesús
los oyó y les dijo: "No son los sanos los que necesitan de médico,
sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia
y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
El Señor Jesús, como intérprete definitivo de la voluntad de Dios, nos explica que, ni de lejos, los sacrificios y las normas de pureza se equiparan a la práctica de la misericordia.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad, estos dones que te presentamos humildemente, para que sean gratos a tus ojos y nos hagan crecer en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 4, 16)
Dios es amor y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos proteja, Señor, de nuestras malas inclinaciones y nos guíe siempre por el camino de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Las personas han aprendido a establecer tiempos y lugares sagrados. Rompen la rutina de los días ordinarios y acuerdan fechas conmemorativas para celebrar el principio, la renovación o la consolidación del universo o la victoria de Dios sobre la muerte y el mal. Con el paso de los años, tales celebraciones van adquiriendo importancia, al punto que las personas se sienten obligadas a participar de los rituales. Jesús viene a recordar que las celebraciones tienen sentido en la medida que nos animan a vivir la compasión y la misericordia. En efecto, Dios se nos manifestó en Jesús, como alguien bondadoso con los malos y desagradecidos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 7, 9)
Vi una muchedumbre innumerable de toda nación y raza, pueblo y lengua.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que en la nueva alianza instituida por Cristo continúas formándote, sin distinción de razas ni fronteras, un pueblo que tu Espíritu Santo congrega en la unidad, haz que tu Iglesia, fiel a la misión que le confiaste, comparta siempre las alegrías y las esperanzas de la humanidad, y sea como su fermento y su alma, para convertir a todos los hombres a Cristo y hacerlos hijos de Dios. Por nuestro señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 17, 1-6
Por aquel tiempo, el profeta
Elías, del pueblo de Tisbé, en Galaad, le dijo al rey Ajab: "Juro
por Dios, el Señor de Israel, a quien yo sirvo, que en estos años
no habrá rocío ni lluvia, si yo no lo mando".
Luego, el Señor le dijo a Elías: "Vete de aquí; dirígete
hacia el oriente y escóndete en el torrente de Kerit, que queda al este
del Jordán. Bebe del torrente y yo les encargaré a los cuervos
que te lleven de comer".
Elías hizo lo que le mandó el Señor, y se fue a vivir en
el torrente de Kerit, que queda al este del Jordán. Los cuervos le llevaban
pan y carne por la mañana y por la tarde, y bebía del torrente.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Por su fidelidad, el profeta Elías es desterrado. Dios no abandona el sus fieles. Mientras el pueblo padecía una sequía, el profeta se refugia en el desierto donde Dios lo asiste.
Del salmo 120 R/. Siempre
me cuidará el Señor.
La mirada dirijo hacia la altura de donde ha de venirme todo auxilio. El auxilio
me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.
No dejará que des un paso en falso, pues es tu guardián y nunca
duerme. No, jamás se dormirá o descuidará el guardián
de Israel. R/.
El Señor te protege y te da sombra, está siempre a tu lado. No
te hará daño el sol durante el día ni la luna, de noche.
R/.
Te guardará el Señor en los peligros y cuidará tu vida;
protegerá tus ires y venires, ahora y para siempre. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5, 12) R/. Aleluya, aleluya.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será
grande en los cielos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5,1-12
"En aquel tiempo,
cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó.
Entonces se le acercaron sus discípulos. En seguida comenzó a
enseñarles y les dijo:
"Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de
los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos
los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre
y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos,
porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón,
porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se
les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes cuando
los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en
los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron
antes que ustedes". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Esta lista de bienaventuranzas pone acento en las actitudes éticas del creyente, Quien acoge el mensaje del Reino, se adhiere a él, pero también vive la justicia, la compasión y la mansedumbre,
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concede a tu Iglesia, nacida del costado de Cristo en la cruz, encontrar en la participación de este sacrificio la santidad de vida que la haga más digna de su autor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 7,12)
La alabanza, la gloria, la sabiduría, las gracias, el honor, la potencia y la fuerza se deben a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento de tu Hijo, te pedimos, Señor, que hagas fecunda la actividad de tu Iglesia, para que no cese de revelar a los pobres la inagotable riqueza del Evangelio, puesto que tú los has llamado a formar la parte escogida de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 83, 10-11)
Dios nuestro y protector nuestro, un solo día en tu casa es más valioso para tus elegidos, que mil días en cualquier otra parte.
ORACIÓN COLECTA
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor, a fin de que, amándote en todo y sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 17, 7-16
Al cabo de algún
tiempo, el torrente donde el profeta Elías estaba escondido se secó,
porque no había llovido en la región. Entonces el Señor
le dijo a Elías: ''Anda y vete a Sarepta de Sidón y quédate
ahí, pues le he ordenado a una viuda de esa ciudad que te dé de
comer".
El profeta Elías se levantó y se puso en camino hacia Sarepta.
Al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí a una viuda
que recogía leña. La llamó y le dijo: "Tráeme,
por favor, un poco de agua para beber". Cuando ella se alejaba, el profeta
le gritó: "Por favor, tráeme también un poco de pan".
Ella le respondió: "Te juro por el Señor, tu Dios, que no
me queda ni un pedazo de pan; tan sólo me queda un puñado de harina
en la tinaja y un poco de aceite en la vasija. Ya ves que estaba recogiendo
unos cuantos leños. Voy a preparar un pan para mí y para mi hijo.
Nos lo comeremos y luego moriremos".
Elías le dijo: "No temas. Anda y prepáralo como has dicho;
pero primero haz un panecillo para mí y tráemelo. Después
lo harás para ti y para tu hijo, porque así dice el Señor
de Israel: 'La tinaja de harina no se vaciará, la vasija de aceite no
se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la
lluvia sobre la tierra' ".
Entonces ella se fue, hizo lo que el profeta le había dicho y comieron
él, ella y el niño. Y tal como había dicho el Señor
por 'medio de Elías, a partir de ese momento ni la tinaja de harina se
vació, ni la vasija de aceite se agotó. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
La viuda de Sarepta realizó un acto de fe: practicó el desprendimiento total. Guiada por la palabra exigente del profeta, confió en las promesas divinas, y ella y su hijo lograron sobrevivir.
Del salmo 4 R/. Señor,
no te alejes de nosotros.
Tú que conoces lo justo de mi causa, Señor, responde a mi clamor.
Tú que me has sacado con bien de mis angustias, apiádate y escucha
mi oración. R/.
Y ustedes, humanos, ¿hasta cuándo ultrajarán mi honor?
¿Hasta cuándo amarán lo que es engaño y se irán
tras lo falso con ardor? R/.
Admirable en bondad ha sido el Señor para conmigo y siempre que lo invoco
me ha escuchado; por eso, en El confío. Así que tiemblen y no
pequen; mediten en silencio en su lecho. R/.
¿Quién nos hará dichosos, dicen muchos, si has querido,
Señor, damos la espalda? En cambio a mí, Señor, me has
alegrado más que con trigo y vino en abundancia. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Que brille la luz de ustedes ante los hombres, dice el Señor,
para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que
está en los cielos. R/.
Lectura
(Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 13-16
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes son
la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué
se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle
para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo
alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una
olla, sino que se pone sobre un candelero para que alumbre a todos los de la
casa. Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que
viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está
en los cielos”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Los cristianos no tenemos una misión protagónica, tampoco pretendemos llamar la atención hacia nosotros, tan sólo queremos reflejar la grandeza del amor de Dios, que nos ha transformado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía, a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti tu misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6,51)
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan, vivirá eternamente.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Bernabé, apóstol; María Rosa Molas; fundadora, y Paula Frassinetti, virgen.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Hch 11, 24)
Bienaventurado san Bernabé, que fue digno de ser contado entre los Apóstoles, pues era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que llenaste de fe y de amor al apóstol san Bernabé y lo destinaste a predicar la salvación a los paganos, ayúdanos, por su intercesión, a dar a conocer a todos tu Evangelio por medio de nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 11, 21-26; 13, 1-3
En aquellos días,
fueron muchos los que se convirtieron y abrazaron la fe. Cuando llegaron estas
noticias a la comunidad cristiana de Jerusalén, Bernabé fue enviado
a Antioquía. Llegó Bernabé, y viendo la acción de
la gracia de Dios, se alegró mucho; y como era hombre bueno, lleno del
Espíritu Santo y de fe, exhortó a todos a que, firmes en su propósito,
permanecieran fieles al Señor. Así se ganó para el Señor
una gran muchedumbre.
Entonces Bernabé partió hacia Tarso, en busca de Saulo; y cuando
lo encontró, lo llevó consigo a Antioquía. Ambos vivieron
durante todo un año en esa comunidad y enseñaron a mucha gente.
Allí, en Antioquía, fue donde por primera vez los discípulos
recibieron el nombre de "cristianos". Había en la comunidad
cristiana de Antioquía algunos profetas y maestros, como Bernabé,
Simón (apodado el "Negro"), Lucio el de Cirene, Manahén
(que se crió junto con el tetrarca Herodes) y Saulo. Un día estaban
ellos ayunando y dando culto al Señor, y el Espíritu Santo les
dijo:
"Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la misión que
les tengo destinada". Todos volvieron a ayunar y a orar; después
les impusieron las manos y los despidieron. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Los apóstoles Pablo y Bernabé se decidieron a compartir el Evangelio sin hacer distinción. La fuerza del Evangelio cambió a los creyentes y en Antioquia los reconocieron como cristianos.
Del salmo 97 R/. El Señor
ha revelado a las naciones su justicia.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos
al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 24. 4. 5) R/. Aleluya, aleluya.
Descúbrenos, Señor, tus caminos y guíanos con
la verdad de tu doctrina. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5,17-19
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la ley o
los profetas; no he venido a abolidos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro
que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta
la más pequeña letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe
eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que
los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Las promesas y las exigencias que Dios comunicó a Israel no han caído en desuso. Dios es fiel a sus promesas. Su proyecto salvífico sigue abierto para toda la humanidad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el sacrificio que vamos a ofrecerte encienda, Señor, en nosotros el amor que impulsó a san Bernabé, Apóstol, a difundir la luz del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los apóstoles I a II
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 15)
Ya no los llamaré siervos, dice el Señor, porque el siervo no conoce lo que hace su señor. Los llamaré amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te suplicamos, Señor, por intercesión de san Bernabé, que esta Eucaristía, en la que hemos recibido a Cristo sacramentalmente, nos haga merecedores de contemplado eternamente en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 109, 4)
El Señor lo ha jurado y el Señor no se retracta. Tú eres sacerdote para siempre, como lo es Melquisedec.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que para gloria tuya y salvación nuestra constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre obtener, por la participación en este memorial, los frutos de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 18, 41-46
En aquellos días,
dijo Elías a Ajab: "Vete a comer y a beber, pues ya se oye el ruido
de la lluvia". Ajab se fue a comer y a beber. Elías, mientras tanto,
subió a la cumbre del monte Carmelo, se arrodilló y con su cabeza
tocó la tierra. Entonces le dijo a su criado: "Ve a divisar el mar".
El criado fue a ver y le dijo: "No se ve nada". Elías insistió:
"Ve otra vez". El criado volvió siete veces, y a la séptima
le dijo: "Una nubecilla, como la palma de la mano, sube del mar".
Entonces Elías le dijo: "Ve a decide a Ajab que enganche su carro
y se vaya, para que no lo detenga la lluvia". Y en un instante el cielo
se oscureció de nubes, empezó a soplar el viento y cayó
un fuerte aguacero.
Ajab montó en su carro y se fue a Yezrael, y Elías, por inspiración
y con la fuerza del Señor, se ciñó la túnica y fue
corriendo delante del carro de Ajab hasta la entrada de Yezrael. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Estos relatos pretenden mostramos que el Dios de Israel también tiene dominio sobre la naturaleza. No tiene caso invocar a Baal, representado por el rayo y la tempestad.
Del salmo 64 R/. Señor,
danos siempre de tu agua.
Señor, tú cuidas de la tierra; la riegas y la colmas de riquezas.
Las nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias.
R/.
Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los
terrenos, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos. R/.
Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia,
están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas.
R/.
Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan.
Todo aclama al Señor. Todo le canta. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 13, 34) R/. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los
unos a los otros, como yo los he amado. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 20-26
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "Les aseguro que si su justicia no es mayor
que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en
el Reino de los cielos. Han oído ustedes que se dijo a los antiguos:
No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo
les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también
ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal
supremo, y el que 1o desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí
mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto
al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar
tu ofrenda.
Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el
camino, no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan
a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que
hayas pagado el último centavo". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Estas oposiciones pretenden subrayar las implicaciones más profundas del plan divino, Jesús despliega el alcance pleno de las instrucciones y leyes antiguas.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 11. 24-25)
Éste es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido el gozo de participar en esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a Él, vivamos como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 23, 5-6)
San Antonio de Padua ha recibido la bendición del Señor; ha encontrado gracia delante de Dios, su salvador, porque buscó sinceramente al Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que en san Antonio de Padua otorgaste a tu Iglesia un predicador insigne y un protector de los pobres y de los necesitados, concédenos, por su intercesión, que vivamos de verdad conforme al Evangelio y experimentemos siempre tu protección y ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 19, 9. 11-16
Al llegar al monte de Dios,
el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció
allí. El Señor le dijo: "Sal de la cueva y quédate
en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar".
Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero
un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba
las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después
un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un
fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego
se escuchó el murmullo de una brisa suave.
Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió
a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: "¿Qué
haces aquí, Elías?". Él respondió: "Me
consume el celo por tu honra, Señor, Dios de los ejércitos, porque
los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y asesinado
a tus profetas; sólo quedo yo y me andan buscando para matarme".
El Señor le dijo: "Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco.
Ve y unge a Jazael como rey de Siria; a Jehú, hijo de Nimsí, como
rey de Israel; y a Eliseo, hijo de Safat, úngelo como profeta, sucesor
tuyo". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Elías participa en una lucha cruel y sangrienta; quiere convencer a sus hermanos de que Yavhé es el Dios verdadero. Sus métodos y sus purgas nos resultan desconcertantes.
Del salmo 26 R/. Oye, Señor,
mi voz y mis clamores.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión; el corazón
me dice que te busque y buscándote estoy. R/.
No rechaces con cólera a tu siervo, tú eres mi único auxilio;
no me abandones ni me dejes solo, Dios y salvador mío. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor
y fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN
(Flp 2, 15. 16) R/. Aleluya, aleluya.
Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida. R/.
Lectura (Proclamación) del Santo. Evangelio según san Mateo: 5, 27-32
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído
ustedes que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio; pero yo les
digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio
con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión
de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale
perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar
de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela
y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de
tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.
También se dijo antes: El que se divorcie. que le dé a su mujer
un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el
caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio,
y el que se casa con una divorciada comete adulterio" . Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Tales expresiones hiperbólicas resultan desproporcionadas a primera vista; pero si las releemos con calma, redescubriremos los valores profundamente humanos que encierran.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad, los dones que tu pueblo te presenta para celebrar la memoria de san Antonio de Padua, y concédenos, que libres de las ambiciones y los egoísmos de este mundo, te busquemos a ti, como nuestro único bien verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 33, 9)
Prueben y vean qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se acoge a Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, con la luz y la fuerza de este sacramento que hemos recibido, condúcenos siempre por el camino de tu amor, a fin de que la obra de salvación que has iniciado en nosotros se vea coronada el día de la venida gloriosa de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Eliseo, profeta, y Metodio de Constantinopla, patriarca. Beato Gerardo de Claraval, monje.
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jdt 13,18-19)
María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, Padre bueno, que en María, primicia de la redención, nos has dado una madre de inmensa ternura, abre nuestros corazones a la alegría del Espíritu y haz que, a imitación de la Virgen, sepamos alabarte por las maravillas realizadas en Cristo, tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 19,19-21
Por aquel entonces, Elías
partió luego y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando.
Delante de él trabajaban doce yuntas de bueyes y él trabajaba
con la última. Elías pasó junto a él y le echó
encima su manto. Entonces Eliseo abandonó sus bueyes, corrió detrás
de Elías y le dijo:
"Déjame dar a mis padres el beso de despedida y te seguiré".
Elías le contestó: "Ve y vuelve, porque bien sabes lo que
ha hecho el Señor contigo".
Se fue Eliseo, se llevó los dos bueyes de la yunta, los sacrificó,
asó la carne en la hoguera que hizo con la madera del arado y la repartió
a su gente para que se la comieran.
Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Elías ha concluido su ciclo; ahora es tiempo de allegarse un sucesor. Siguiendo la voz de Dios, llama a Eliseo y lo invita a ser el guía profético que ayudará a Israel a salir de su crisis.
Del salmo 15 R/. Señor,
mi vida está en tus manos.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho
que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado
en herencia: mi vida está en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja; hasta de noche me instruye
internamente. Tengo siempre presente al Señor y con Él a mi lado,
jamás tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma, y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás
que sufra yo la corrupción. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 118, 36. 29) R/. Aleluya, aleluya.
Inclina, Dios mío, mi corazón a tus preceptos y dame
la gracia de cumplir tu voluntad. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 33-37
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "Han oído ustedes que se dijo a los
antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo
que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna
manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es
donde Él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del
gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo
de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando
es no. Lo que se diga de más, viene del maligno". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Nuestras relaciones interpersonales, la convivencia social y la sociedad entera serían mejores si aprendiéramos a ser veraces, así como a hablar con sencillez y claridad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la Santísima Virgen María
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 1. 48)
Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración la memoria de la santísima Virgen María merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XI DOMINGO ORDINARIO
Santos: Vito, Modesto y Crescencio de Nápoles, mártires, y Germana Cousin, laica.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 26, 7. 9)
Escucha, Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia, sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 19, 2-6
En aquellos días, el pueblo de Israel salió de Refidim, llegó al desierto del Sinaí y acampó frente al monte. Moisés subió al monte para hablar con Dios. El Señor lo llamó desde el monte y le dijo: "Esto dirás a la casa de Jacob, esto anunciarás a los hijos de Israel: 'Ustedes han visto cómo castigué a los egipcios y de qué manera los he levantado a ustedes sobre alas de águila y los he traído a mí. Ahora bien, si escuchan mi voz y guardan mi alianza, serán mi especial tesoro entre todos los pueblos, aunque toda la tierra es mía. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación consagrada' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En la antigüedad,
en el Oriente, los reyes solían hacer pactos con sus vasallos. Dios ofrece
una alianza a su pueblo. Si Israel es leal a Dios, Él se comprometerá
a bendecirlo.
Del salmo 99 R/. El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo.
Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría
y con júbilo entremos en su templo. R/.
Reconozcamos que el Señor es Dios, que Él fue quien nos hizo y
somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R/.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia
y su fidelidad nunca se acaba. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5 ,6-11
Hermanos: Cuando todavía
no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los
pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente habrá alguien
que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno que esté dispuesto
a morir por una persona sumamente buena. Y la prueba de que Dios nos ama está
en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores.
Con mayor razón, ahora que ya hemos sido justificados por su sangre,
seremos salvados por Él del castigo final. Porque si cuando éramos
enemigos de Dios, fuimos reconciliados con Él por la muerte de su Hijo,
con mucho más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la
salvación participando de la vida de su Hijo. Y no sólo esto,
sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor
Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
El amor de Dios, manifestado en la pasión y muerte de Jesús, nos resulta escandaloso y desconcertante. Él no se reserva ni siquiera a su propio Hijo con tal de participamos de su divinidad.
ACLAMACIÓN
(Mc 1. 15) R/. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse
y crean en el Evangelio. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 9, 36-10, 8
En
aquel tiempo, al ver Jesús a las multitudes, se compadecía de
ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces
dijo a sus discípulos: "La cosecha es mucha y los trabajadores,
pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores
a sus campos".
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar
a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos,
Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano
Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el
publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas
Iscariote, que fue el traidor. A estos doce los envió Jesús con
estas instrucciones: "No vayan a tierra de paganos ni entren en ciudades
de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la
casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de
los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos
y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo,
pues, gratuitamente". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
La urgencia misionera no ha quedado superada. Tal vez adquiere una dimensión nueva. No se trata de multiplicar las proclamas, sino de consolidar un testimonio creíble.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos has otorgado al hombre el pan que lo alimenta y el sacramento que le da nueva vida, haz que nunca llegue a faltamos este sustento del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 11)
Padre santo, guarda en tu nombre a los que me has dado, para que, como nosotros, sean uno, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que nuestra participación en este sacramento, signo de la unión de los fieles en ti, contribuya, Señor, a la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Cuando participamos de alguna celebración sacramentaria con cierta regularidad, vamos reconociendo a las personas que acostumbran hacerlo. De pronto, sentimos que somos los mismos y que somos demasiado pocos en el conjunto de toda la población. Sentimos nuestra pequeñez e impotencia. Conviene recordar el mensaje del Evangelio y caer en la cuenta que no debemos encerramos en la vida interna de nuestros grupos eclesiales. Tenemos que asumir el desafío misionero actual y proponer el mensaje cristiano en las nuevas pantallas, de manera congruente y en actitud de diálogo y de escucha, acogiendo con generosidad los reclamos y las preocupaciones de nuestra sociedad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 66, 2-3)
Que el Señor se apiade de nosotros y nos bendiga; que haga brillar su rostro sobre nosotros, para que se conozca en la tierra su camino y entre todos los pueblos, su salvación.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, mira la abundancia de tu mies y envíale operarios para que se anuncie el Evangelio a toda creatura; y tu pueblo, congregado por la palabra que da vida y sostenido con la fuerza de los sacramentos, avance por el camino de la salvación y del amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 21, 1-16
Nabot de Yezrael tenía
una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaria, y Ajab le dijo a Nabot:
"Dame tu viña para plantar ahí una huerta, ya que está
pegada a mi casa; yo te doy por ella una viña mejor o si prefieres, te
pago con dinero". Nabot le respondió a Ajab: "Dios me libre
de darte la herencia de mis padres".
Ajab se fue a su casa, triste y enfurecido, porque Nabot le había dicho:
"No te daré la herencia de mis padres". Se acostó en
su cama, se volvió de cara a la pared y no quiso comer. Entonces se le
acercó su esposa, Jezabel, y le dijo: "¿Por qué estás
de mal humor y no quieres comer?". Él respondió: "Es
que hablé con Nabot de Yezrael y le dije que me vendiera su viña
o que, si prefería, yo se la cambiaría por otra mejor; pero él
me respondió que no me daría su viña".
Su esposa Jezabel, le dijo: "¿No que tú eres el rey poderoso
que manda en Israel? Levántate, come y alégrate. Yo te daré
la viña de Nabot". Entonces ella escribió unas cartas en
nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los
ancianos y hombres principales de la ciudad en que vivía Nabot. Las cartas
decían: "Promulguen un ayuno, convoquen una asamblea y sienten a
Nabot en primera fila. Pongan frente a él a dos malvados que lo acusen,
diciendo: 'Ha maldecido a Dios y al rey'. Luego lo sacan fuera de la ciudad
y lo apedrean hasta que muera". Los habitantes de la ciudad, los ancianos
y los hombres principales que vivían cerca de Nabot, hicieron lo que
Jezabel les había mandado, de acuerdo con lo escrito en las cartas que
les había remitido. Promulgaron un ayuno y en la asamblea sentaron a
Nabot en primera fila. Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él
y lo acusaron delante del pueblo, diciendo: "Nabot ha maldecido a Dios
y al rey". Luego lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que
murió. En seguida le mandaron avisar a Jezabel que Nabot había
muerto apedreado.
Cuando Jezabel supo que Nabot había muerto apedreado, le dijo a Ajab:
"Ve a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael, que
no quiso vendértela, pues Nabot ya no vive: ha muerto". Apenas oyó
Ajab que Nabot había muerto, fue a tomar posesión de la viña
de Nabot de Yezrael. Palabra de Dios. Te alabamos, señor.
Las historias de abusos de hombres y mujeres poderosos se repiten. El poder corrompe a las personas. Convendrá tomar medidas prudentes para no abusar cuando dispongamos de él:
Del salmo 5 R/. Señor,
atiende a mis gemidos.
Señor, oye mi voz, atiende a mis gemidos, haz caso de mis súplicas,
rey y Dios mío. R/.
Pues tú no eres un Dios al que pudiera la maldad agradarle, ni el malvado
es tu huésped ni ante ti puede estar el arrogante. R/.
Al malhechor detestas, y destruyes, Señor, al embustero; aborreces al
hombre sanguinario y a quien es traicionero. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 118, 105) R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz en mi
sendero. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 38-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Resistir al mal con violencia es totalmente estéril y contraproducente. Quien renuncia a hacerse justicia por su propia mano, desafía a su oponente para que reconozca sus fallas.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, el rostro de tu ungido, que se entregó a la muerte para salvación de todos y haz que, por mediación suya, tu nombre sea glorificado entre los hombres y en todas las partes de la tierra te sea ofrecido el único y perfecto sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)
Enseñen a todos los pueblos a observar lo que yo les he mandado, dice el Señor. Y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Con el auxilio de este sacramento de salvación eterna, del que acabamos de participar, haz, Señor, que la verdadera fe se extienda por todo el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Ismael, patriarca; Teresa de Portugal, religiosa, y Raniero de Pisa, peregrino.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 85, 1-3)
Escucha, Señor, y respóndeme; salva a tu siervo que confía en ti. Ten piedad de mí, Dios mío, pues sin cesar te invoco.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tú que puedes damos un mismo querer y un mismo sentir, concédenos a todos amar lo que nos mandas y anhelar lo que nos prometes para que, en medio de las preocupaciones de esta vida, pueda encontrar nuestro corazón la felicidad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 21, 17-29
Después de la muerte
de Nabot, el Señor le dirigió la palabra al profeta Elías
y le dijo: "Levántate y ve al encuentro de Ajab, rey de Israel,
que vive en Samaria. Se encuentra en la viña de Nabot, a donde ha ido
para apropiársela.
Dile lo siguiente: 'Esto dice el Señor: ¿Así que, además
de asesinar, estás robando?'. Dile también: 'Por eso, dice el
Señor, en el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de Nabot,
los perros lamerán también tu propia sangre' ".
Ajab le dijo a Elías: "¿Has vuelto a encontrarme, enemigo
mío?". Le respondió Elías: "Sí, te he
vuelto a encontrar. 'Porque te has prestado para hacer el mal ante mis ojos,
dice el Señor, yo mismo voy a castigarte: voy a barrer a tu posteridad
y a exterminar en Israel a todo varón de tu casa, libre o esclavo. Haré
con tu casa lo que hice con la de Jeroboam, hijo de Nebat, y con la de Basá,
hijo de Ajías, porque has provocado mi cólera y has hecho pecar
a Israel.
A los hijos de Ajab que mueran en la ciudad, los devorarán los perros;
y a los que mueran en el campo, se los comerán los buitres'. También
contra Jezabel ha hablado el Señor y ha dicho: 'Los perros devorarán
a Jezabel en el campo de Yezrael' ".
(Y es que en realidad no hubo otro que se prestara tanto como Ajab para hacer
el mal ante los ojos del Señor, instigado por su esposa Jezabel. Su proceder
fue abominable, porque adoró a los ídolos que habían hecho
los amorreos, a quienes el Señor expulsó del país para
dárselo a los hijos de Israel.)
Cuando Ajab oyó estas palabras, desgarró sus vestiduras, se puso
un vestido de sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba
cabizbajo. Entonces el Señor le habló al profeta Elías
y le dijo: "¿Has visto cómo se ha humillado Ajab en mi presencia?
Por eso, no lo castigaré a él durante su vida, pero en vida de
su hijo castigaré a su casa". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Ajab se había apartado
de las tradiciones antiguas de Israel. El profeta Elías denuncia sus
excesos y lo invita a convertirse. Finalmente el rey lo hace y confiesa su pecado.
Del salmo 50. R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate
de mí y olvida mis ofensas. Lavame bien de todos mis delitos y purifícame
de mis pecados. R/.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra
ti sólo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo.
R/.
Aleja de tu vista mis maldades y olvídate de todos mis pecados. Librame
de la sangre, Dios, salvador mío, y clamará mi lengua tu justicia.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 13, 34) R/. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los
unos a los otros, como yo los he amado. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 43-48.
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído
ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo; yo en cambio,
les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por
lo que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial,
que hace salir el sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre
los justos y los injustos.
Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿Qué recompensa merecen?
¿No hacen eso mismo lo publícanos? Y si saludan tan solo a sus
hermanos ¿Qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo
los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto”
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los cristianos nos asemejamos a Dios, cuando ayudamos a nuestro prójimo sin condicionar nuestros servicios al criterio de la reciprocidad y el intercambio de favores.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.
Dios nuestro, que por medio de un sacrificio único, el de Cristo en la Cruz, nos has adoptado como hijos tuyos concede siempre a tu Iglesia el don de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 54)
El que come mi carne y bebe mi sangre, dice el Señor, tiene ya vida eterna y yo lo resucitaré en el último día.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Completa, Señor, en nosotros la obra redentora de tu amor y danos la fortaleza y generosidad necesarias para que podamos cumplir en todo tu santa voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Armando de Burdeos, obispo; Siríaco y Paula de Málaga, mártires, e Isabel Shonau, abadesa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 9, 38)
Rueguen al dueño de la mies que mande operarios a sus campos, dice el Señor a sus discípulos.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que eres quien provee de pastores a la comunidad cristiana, haz que tu Espíritu suscite en ella sacerdotes dignos del altar, y los llene de piedad y fortaleza para anunciar tu Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 2, 1. 6-14
Esto fue lo que sucedió
cuando el Señor iba a arrebatar a Elías en un remolino hacia el
cielo. Ese día Elías y Elíseo habían salido de Guilgal.
Al llegar a Jericó, Elías le dijo a Elíseo: “Quédate
aquí, porque el Señor me envía al Jordán".
Respondió Eliseo: "Por Dios y por tu vida que no te dejaré
ir solo". Y se fueron los dos juntos.
Los acompañaban cincuenta hombres de la comunidad de los profetas, los
cuales, al llegar Elías y Eliseo a la orilla del Jordán, se detuvieron
a cierta distancia de ellos. Elías tomó su manto, lo enrolló
y con él golpeó las aguas; éstas se separaron a un lado
y a otro, y ambos pasaron el río sin mojarse.
Después de cruzar, Elías le dijo a Eliseo: "Pídeme
lo que quieras que haga por ti, antes de que sea arrebatado de tu lado".
Respondió Eliseo: "Que sea el heredero principal de tu espíritu".
Le dijo Elías: "Es difícil lo que pides; pero si alcanzas
a verme, cuando sea arrebatado de tu lado, lo obtendrás; si no, no lo
obtendrás".
Siguieron caminando y conversando, cuando un carro de fuego, con caballos de
fuego, se interpuso entre ellos, y Elías subió al cielo en un
remolino. Eliseo lo veía alejarse y le gritaba: "¡Padre mío,
padre mío, carro y auriga de Israel!".
Y ya no lo volvió a ver. Entonces se rasgó las vestiduras, recogió
el manto que se le había caído a Elías, regresó
y se detuvo en la orilla del Jordán. Tomó el manto de Elías
y golpeó con él las aguas, y no se separaron. Entonces dijo: "¿Dónde
está el Señor, el Dios de Elías?". Volvió a
golpear las aguas y entonces se separaron a un lado y a otro, y pasó
Eliseo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Elías concluye su misión. Dios lo acoge en su compañía. Ahora será el tiempo de Eliseo, quien tendrá que aprender a buscar a Dios, sin la valiosa ayuda del profeta Elías.
Del salmo 30 R/. Amemos
al Señor todos sus fieles.
¡Qué grande es la bondad que has reservado, Señor, para
tus fieles! Con quien se acoge a ti, Señor, ¡qué bueno eres!
R/.
Tu presencia lo ampara de todas las intrigas de los hombres, y lo pone a resguardo
de las burlas y las murmuraciones. R/.
Que amen al Señor todos sus fieles, pues protege a los leales y a los
soberbios da lo que merecen. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 23) R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6, 1-6. 16-18
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado
de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean.
De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los
hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú
des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que
tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes
les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para
que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa.
Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta
y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre,
que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que
descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están
ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio,
cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que
no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en
lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La búsqueda de la reputación pública y el reconocimiento de los méritos, no son valores importantes para el creyente. El discípulo de Jesús procura agradar a Dios Padre en todo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad, los dones y las oraciones de tu pueblo; multiplica en él las vocaciones sacerdotales y hazlas perseverar en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 3, 16)
En esto hemos conocido lo que es el amor de Dios: en que dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Con la fuerza de este sacramento de amor que hoy hemos celebrado, haz, Señor, madurar las vocaciones que a manos llenas sembraste en el campo de la Iglesia, a fin de que sean muchos los que elijan servirte en sus hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Romualdo de Ravena, abad, y Juliana Falconieri, fundadora. Beata Michelina de Pesaro, laica.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 77, 23-25)
Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que comiesen; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Hijo, concédenos que, al anunciar llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, recibamos cada vez con mayor abundancia los frutos de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Eclesiástico: 48,1-15
En aquel tiempo, surgió
Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. Él
hizo caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmó. En el
nombre del Señor cerró las compuertas del cielo e hizo que descendiera
tres veces fuego de lo alto.
¡Qué glorioso eres, Elías, por tus prodigios! ¿Quién
puede jactarse de ser igual a ti? Tú resucitaste del sepulcro a un muerto,
lo arrancaste de la muerte por la palabra del Altísimo. Tú llevaste
la ruina a los reyes y la muerte a los príncipes en su lecho. Tú
escuchaste las amenazas de Dios en el Sinaí y sus palabras de castigo
en el Horeb. Tú ungiste a reyes vengadores y nombraste como sucesor tuyo
a un profeta.
En un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo, sobre un carro tirado
por caballos de fuego. Escrito está de ti que volverás, cargado
de amenazas, en el tiempo señalado, para aplacar la cólera antes
de que estalle, para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia
los hijos y congregar a las tribus de Israel.
Dichosos los que te vieron y murieron gozando de tu amistad; pero más
dichosos los que estén vivos, cuando vuelvas.
Cuando Elías fue arrebatado por el torbellino, Eliseo quedó lleno
de su espíritu. Ningún príncipe lo intimidó, nadie
lo pudo dominar. Ninguna cosa le era imposible y aun estando en el sepulcro,
resucitó a un muerto. En vida hizo prodigios y después de muerto,
obras admirables. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En la memoria histórica de Israel se fue agigantando la figura del profeta Elías, un profeta sin comparación, a quien Dios reivindicó e hizo partícipe de su amistad.
Del salmo 96 R/. Que se
alegren los justos con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo
entero. El trono del Señor se asienta en la justicia y el derecho. R/.
Un fuego que devora a sus contrarios a nuestro Dios precede; deslumbran sus
relámpagos el orbe y viéndolos, la tierra se estremece. R/.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los
cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. R/.
Los que adoran estatuas que se llenen de pena y se sonrojen, lo mismo el que
se jacta de sus ídolos. Que caigan ante Dios todos los dioses. R/.
ACLAMACIÓN
(Rm 8, 15) R/. Aleluya, aleluya.
Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar:
¡Padre! R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6, 7-15
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "Cuando ustedes hagan oración, no
hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar
serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace
falta, antes de que se lo pidan. Ustedes pues, oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga
tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará
el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre
les perdonará a ustedes sus faltas". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Quien se reconoce hijo de Dios vive confiando en Él, por eso se anima a expresar sus anhelos más profundos (el Reino de Dios) y sus preocupaciones comunes (el pan cotidiano).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, te pedimos humildemente nos concedas que este sacramento de amor sea siempre para nosotros un signo de unidad y un vínculo de amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 51-52)
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan, vivirá eternamente; pues el pan que voy a dar, es mi carne, y lo doy para vida del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Silverio I, papa y mártir, y Juan de Matera, abad. Beata Margarita Ebner, religiosa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 9-10)
Sin distinción de raza, lengua, pueblo o nación, nos compraste, Señor, con tu Sangre e hiciste de nosotros un Reino para Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has redimido a todos los hombres con la preciosa Sangre de tu Hijo, protege en nosotros la obra de tu misericordia, para que, celebrando siempre el misterio de nuestra salvación, merezcamos alcanzar sus frutos eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 11, 1-4. 9-18. 20
Por aquel entonces, Atalía,
madre del rey Ocozías, viendo que había muerto su hijo, decidió
exterminar a toda la familia real. Pero Yehosebá, hija del rey Joram
y hermana de Ocozías, tomó a su sobrino Joás y lo sacó
a escondidas de entre los hijos del rey, cuando los estaban asesinando, para
ocultado de Atalía. Escondió al niño y a su nodriza, y
así el niño pudo escapar de la muerte. Seis años estuvo
oculto con ella en el templo del Señor, y entre tanto Atalía reinó
en el país.
El año séptimo, el sacerdote Yehoyadá mandó llamar
a los oficiales del ejército y a los soldados de éstos los introdujo
en el templo del Señor, les mostró al hijo del rey e hizo con
ellos un pacto con juramento, de cuidar al hijo del rey.
Los oficiales cumplieron el pacto que habían hecho con el sacerdote Yehoyadá.
Cada cual se puso al frente de sus hombres, que entraban de guardia el sábado
o terminaban su guardia el sábado, y se presentaron ante el sacerdote
Yehoyadá. Éste les entregó las lanzas y los escudos del
rey David, que estaban en el templo del Señor. Cuando los soldados de
la guardia, con las armas en la mano, se pusieron en fila desde el lado sur
hasta el lado norte del templo, rodeando el altar, Yehoyadá sacó
al hijo del rey, le puso la diadema y las insignias reales y lo ungió.
Entonces todos aplaudieron y gritaron: "¡Viva el rey!".
Cuando Atalía escuchó el clamor popular, fue al templo del Señor,
donde estaba reunida la gente. Entonces vio al rey, que estaba de pie sobre
el estrado, según la costumbre, a los oficiales del ejército y
a los heraldos en torno al rey, y a todo el pueblo que daba muestras de gran
alegría, mientras sonaban las trompetas. Entonces Atalía rasgó
sus vestiduras y gritó: "¡Traición, traición!".
El sacerdote Yehoyadá dio esta orden a los oficiales: "Sáquenla
del templo y maten al que la siga". El sacerdote les había dicho:
"No podemos matarla en el templo del Señor", Así pues,
los guardias la llevaron hasta el palacio real y le dieron muerte en la puerta
de los caballos.
Entonces el sacerdote Yehoyadá renovó la alianza entre el Señor,
el rey y el pueblo, por la cual ellos serían el pueblo del Señor.
Todo el pueblo penetró en el templo de Baal y lo destrozaron; destruyeron
completamente el altar y sus estatuas, y a Matán, sacerdote de Baal,
le dieron muerte delante del altar. El sacerdote Yehoyadá puso centinelas
en el templo del Señor. Todo el pueblo se llenó de alegría
y la ciudad quedó tranquila. Atalía había sido muerta en
el palacio real. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La casa de David vivió un período de crisis religiosa profunda. Una parte de la familia real era fiel a Baal y otra a Yahveh. Al final de la lucha, el pueblo defendió al hijo del rey.
Del salmo 131 R/. Dios
le dará el trono de su padre David.
Dios prometió a David -y el Señor no revoca sus promesas-: "Pondré
sobre tu trono a uno de tu propia descendencia. R/.
Si tus hijos son fieles a mi alianza y cumplen los mandatos que yo enseñe,
también ocuparán sus hijos tu trono para siempre". R/.
Esto es así, porque el Señor ha elegido a Sión como morada:
"Aquí está mi reposo para siempre; porque así me agradó,
será mi casa. R/.
Aquí haré renacer el poder de David y encenderé una lámpara
a mi ungido; pondré sobre su frente mi diadema, ignominia daré
a sus enemigos". R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5, 3) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino
de los cielos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6,19-23
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "No acumulen ustedes tesoros en la tierra,
donde la polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes
y se los roban. Más bien acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla
ni el moho los destruyen, ni hay ladrones que perforen las paredes y se los
roben; porque donde está tu tesoro, ahí también está
tu corazón.
Tus ojos son la luz de tu cuerpo; de manera que si tus ojos están sanos,
todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si tus ojos están enfermos, todo
tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz,
no es más que oscuridad, i qué negra no será tu propia
oscuridad!". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Cuando reconocemos que Dios nos ha regalado el don incomparable de la vida, aprendemos a vivir confiados en su amor providente. Quien nos dio la vida, nos sigue bendiciendo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al presentarte nuestras ofrendas, te suplicamos, Señor, que por medio de estos misterios, nos acerquemos a Jesús, y renovemos la acción salvadora de su Sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. 1 Co 10, 16)
El cáliz de nuestra acción de gracias nos une a todos en la Sangre de Cristo; y el pan que partimos nos une a todos en el Cuerpo del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, habiendo sido confortados con el alimento y la bebida celestiales, te pedimos que defiendas del temor del enemigo a quienes has redimido con la preciosa Sangre de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Luis Gonzaga, religioso, y Macario de Petra, obispo. Beata Elena Kafka, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 23, 4. 3)
El que tiene manos inocentes y puro el corazón, subirá al monte del Señor y permanecerá en su recinto sagrado.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en la vida de san Luis Gonzaga quisiste dejamos un modelo de pureza y en su muerte, un ejemplo heroico de servicio al prójimo, por sus méritos e intercesión, concede a quienes no hemos sabido imitar su inocencia, que podamos imitar su caridad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de las Crónicas: 24, 17-25
Después de la muerte
del sacerdote Yehoyadá, vinieron los jefes de Judá a postrarse
ante el rey; a éste, sobornado por sus regalos, le pareció bien
lo que le propusieron. Entonces abandonaron el templo del Señor, Dios
de sus padres, y dieron culto a los bosques sagrados y a los ídolos.
Este pecado provocó la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén.
El Señor les envió profetas para que se arrepintieran, pero no
hicieron caso a sus amonestaciones.
Entonces el espíritu de Dios inspiró a Zacarías, hijo del
sacerdote Yehoyadá, para que se presentara ante el pueblo y le dijera:
"Esto dice el Señor Dios: '¿Por qué quebrantan los
preceptos de Dios? Van al fracaso. Han abandonado al Señor y Él
los abandonará a ustedes'''.
Pero el pueblo conspiró contra él y, por orden del rey, lo apedrearon
en el atrio del templo. El rey Joás no tuvo en cuenta el bien que le
había hecho Yehoyadá y mató a su hijo, Zacarías,
quien exclamó al morir: "Que el Señor te juzgue y te pida
cuentas".
Al cabo de un año, el ejército sirio se dirigió contra
Joás y penetró en Judá y en Jerusalén; mataron a
todos los jefes del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco.
Aunque no era muy numeroso el ejército sirio, el Señor le dio
la victoria sobre el enorme ejército de los judíos, porque el
pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así
fue como se hizo justicia contra Joás. Al retirarse los sirios, lo dejaron
gravemente herido y entonces sus cortesanos conspiraron contra él para
vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá, y lo asesinaron en su cama. Lo
enterraron en la ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas
de los reyes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Nuevamente las luchas violentas terminan por derramar sangre en la familia real de Judá. En medio de esos renglones torcidos, se escribió la historia de la salvación.
Del salmo 88 R/. Proclamaré
sin cesar la misericordia del Señor.
"Un juramento hice a David, mi servidor, dice el Señor, una alianza
pacté con mi elegido: 'Consolidaré tu dinastía para siempre
y afianzaré tu trono eternamente' .R/.
Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que
le hice. Nunca se extinguirá su descendencia y su trono durará
igual que el cielo. R/.
Pero, si sus hijos abandonan mi ley y no cumplen mis mandatos, si violan mis
preceptos y no guardan mi alianza, castigaré con la vara sus pecados
y con el látigo sus culpas, pero no les retiraré mi favor. R/.
No desmentiré mi fidelidad, no violaré mi alianza ni cambiaré
mis promesas". R/.
ACLAMACIÓN
(2 Co 8, 9) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6, 24-34
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: ''Nadie puede servir a dos amos, porque odiará
a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no hará
caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán
o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida
que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros
y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes
más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse,
puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen
los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que
ni Salomón, en todo el esplendor de su gloria, se vestía como
uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece
y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más
por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos
o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas
estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de
ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el
día de mañana, porque el día de mañana traerá
ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Estas palabras no promueven la irresponsabilidad o la improductividad. Al contrario, nos animan a trabajar sin ansiedad ni angustia, sabiendo que el Padre cuida de sus hijos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que a ejemplo de san Luis Gonzaga, participemos en esta Eucaristía con un corazón libre de pecado, a fin de que recibamos la abundancia de tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 77, 24-25)
El Señor les envió pan del cielo y les dio a comer el pan de los fuertes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has alimentado con el pan de los fuertes, haz, Señor, que, a ejemplo de san Luis Gonzaga, te sirvamos con pureza y caridad, y vivamos en continua acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Paulino de Nola, obispo; Juan Fisher, obispo y mártir, y Tomás Moro, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 27, 8-9)
Firmeza es el Señor para su pueblo; defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Jeremías: 20, 10-13
En aquel tiempo, dijo Jeremías:
"Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: 'Denunciemos
a Jeremías, denunciemos al profeta del terror'. Todos los que eran mis
amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo: 'Si
se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengamos de él'.
Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis
perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán
avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable.
Señor de los ejércitos, que pones a prueba al justo y conoces
lo más profundo de los corazones, haz que yo vea tu venganza contra ellos,
porque a ti he encomendado mi causa.
Canten y alaben al Señor, porque Él ha salvado la vida de su pobre
de la mano de los malvados". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Jeremías escucha
las murmuraciones y los ataques en su contra. El profeta se afianza en Dios,
saca fuerzas de flaqueza, y se sobrepone a la incomprensión y el rechazo.
Del salmo 68 R/. Escúchame, Señor, porque eres bueno.
Por ti he sufrido oprobios y la vergüenza cubre mi semblante. Extraño
soy y advenedizo, aun para aquellos de mi propia sangre; pues me devore el celo
de tu casa, el odio del que te odia, en mí recae. R/.
A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame
conforme a tu clemencia, Dios fiel en el socorro. Escúchame, Señor,
pues eres bueno y en tu ternura vuelve a mí tus ojos. R/.
Se alegrarán, al vedo, los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán
más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre
ni olvida al que se encuentra encadenado. Que lo alaben por esto cielo y tierra,
el mar y cuanto en él habita. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 12-15
Hermanos: Así como
por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró
la muerte, así la muerte llegó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron.
Antes de la ley de Moisés ya había pecado en el mundo y si bien
es cierto que el pecado no se imputa cuando no hay ley, sin embargo, la muerte
reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre aquellos que no
pecaron con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es
figura del que había de venir.
Ahora bien, con el don no sucede como con el delito, porque si por el delito
de uno solo murieron todos, ¡cuánto más la gracia de Dios
y el don otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado
sobre todos! Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
San Pablo establece un paralelismo exacto: el fallo del primer Adán nos contaminó, inclinándonos al mal; la fidelidad del nuevo Adán nos abrió el camino de la gracia.
ACLAMACIÓN
(Jn 15, 26. 27) R/. Aleluya, aleluya.
El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí,
dice el Señor, y también ustedes serán mis testigos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 10, 26-33
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus apóstoles: "No teman a los hombres. No hay nada oculto
que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo
que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo que les digo
al oído, pregónenlo desde las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman,
más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo,
ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes,
hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan
miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del
mundo. A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré
ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante
de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está
en los cielos", Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
La valentía también es una virtud cristiana. Quien conoce la bondad de Dios aprende a discernir entre lo urgente y lo importante, entre la vida al lado de Dios y la permanencia en este mundo.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 144, 15)
Los ojos de todos los hombres te miran, Señor, llenos de esperanza, y tú das a cada uno su alimento.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Sin duda, estas palabras del Señor Jesús no pretenden hacemos creer que nuestro destino está determinado con todo detalle. No es Dios quien distribuye enfermedades y alivios, pues de esa manera perdería sentido nuestra vida. Ciertamente somos sus criaturas y. como tales, continuamos siendo sostenidos y apoyados por su amor providente. Dicha certeza resulta provechosa cuando experimentamos desasosiego ante los ataques y las amenazas que nos sobrevienen por mantenemos fieles a Él, además de que nos ayuda a resistir con tranquilidad y a perseverar como testigos fieles en medio de las dificultades y la apatía.
Santos: Alicia de Alemania, emperatriz; José Cafasso, presbítero, y Tomás Garnet, mártir.
Misa matutina
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 89, 17)
Señor, muéstrate bondadoso con nosotros y haz fecundo el trabajo de nuestras manos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del trabajo del hombre diriges y perfeccionas constantemente la obra inmensa de tu creación, haz que todos los hombres encuentren trabajo digno en el que se realicen a sí mismos y, en un esfuerzo común, contribuyan al progreso de todos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 17, 5-8. 13-15. 18
En aquellos días,
Salmanasar, rey de Asma, invadió el país, llegó a Samaria
y la sitió durante tres años. En el año noveno de Oseas,
el rey de Asma ocupó Samaria y deportó a los israelitas a Asma.
Los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en
las ciudades de Media
Esto sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra el
Señor, su Dios, que los sacó de la tierra de Egipto, y habían
adorado a otros dioses, siguiendo las costumbres de las naciones que el Señor
había exterminado a su llegada y que sus mismos reyes habían introducido.
El Señor había advertido a Israel y a Judá, por boca de
todos los profetas y videntes, diciendo: "Enderecen sus malos caminos y
cumplan mis mandamientos y preceptos, conforme a la ley que impuse a sus padres
y que les manifesté por medio de mis siervos, los profetas". Pero
ellos no escucharon y endurecieron su corazón como lo habían hecho
sus padres, que no quisieron obedecer al Señor, su Dios. Despreciaron
sus decretos, la alianza que estableció con sus padres y las advertencias
que les hizo.
El Señor se enojó mucho contra Israel y lo arrojó de su
presencia, y solamente quedó la tribu de Judá. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Los autores de este libro hacen una meditación sobre la ruina de Samaria. La idolatría de Israel tuvo consecuencias desastrosas. El pueblo rechazó el camino de la vida.
Del salmo 59 R/. Escúchanos,
Señor, y sálvanos.
Dios nuestro, nos has rechazado y nos has desecho. Estabas enojado, pero ahora
vuélvete a nosotros. R/.
Has sacudido la tierra, la has agrietado; repara sus grietas, porque se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo, nos diste a beber un vino que nos hace
temblar. R/.
Tú, Señor, nos has rechazado y no acompañas ya a nuestras
tropas. Ayúdanos contra el enemigo, porque la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos maravillas, porque Él vencerá a nuestros enemigos.
R/.
ACLAMACIÓN
(Hb 4, 12) R/. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz, y descubre los pensamientos e intenciones
del corazón. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 1-5
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No juzguen y
no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgarán
y con la medida que midan los medirán.
¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano y no te das cuenta
de la viga que tienes en el tuyo? ¿Con qué cara le dices a tu
hermano: 'Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo', cuando tú
llevas una viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la
viga que tienes en el ojo, y luego podrás ver bien para sacarle a tu
hermano la paja que lleva en el suyo", Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Con estas consideraciones se nos quiere persuadir para que no lancemos condenas ni descalificaciones contra nuestros hermanos. Quien asume el papel de juez, usurpa el lugar de Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú, que con este pan y este vino que te presentamos, das al hombre el alimento que lo sostiene y el sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, no carecer nunca de esta ayuda del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Col 3, 17)
Todo lo que hagan de palabra o de obra, háganlo en el nombre de Jesús, el Señor, dando gracias por su medio a Dios Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has alimentado con el sacramento de la unidad y del amor, concédenos desempeñar con fe el trabajo que nos has encomendado para obtener nuestro diario sustento y cooperar a la edificación de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Natividad de San Juan Bautista, profeta precursor.
Santos: José Yuan de China, mártir, y Simplicio de Autum, obispo.
Misa vespertina de la vigila
Esta misa se utiliza en la tarde del 23 de junio, antes o después de las primeras vísperas de la solemnidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 1, 15. 14)
El ángel dijo a Zacarías: Tu hijo será grande ante el Señor y desde el seno de su madre quedará lleno del Espíritu Santo y muchos se alegrarán con su nacimiento.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Conduce, Señor, a tu pueblo por el camino del arrepentimiento y de la rectitud que predicó san Juan Bautista, a fin de que pueda llegar con seguridad al encuentro de tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Jeremías: 1, 4-10
En tiempo de Josías,
el Señor me dirigió estas palabras: "Desde antes de formarte
en el seno materno, te conozco; desde antes de que nacieras, te consagré
profeta para las naciones".
Yo le contesté: "Pero, Señor mío, yo no sé
expresarme, porque apenas soy un muchacho".
El Señor me dijo: "No digas que eres un muchacho, pues irás
a donde yo te envíe y dirás lo que yo te mande. No tengas miedo,
porque yo estoy contigo para protegerte", lo dice el Señor.
El Señor extendió entonces su brazo, con su mano me tocó
la boca y me dijo: "Desde hoy pongo mis palabras en tu boca y te doy autoridad
sobre pueblos y reyes, para que arranques y derribes, para que destruyas y deshagas,
para que edifiques y plantes". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 70 R/. Desde
el seno de mi madre tú eres mi apoyo.
Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado.
Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración
y ponme a salvo. R/.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y
pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados.
R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío.
Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me
sostenías. R/.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me
enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es
mi orgullo. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro: 1,8-12
Hermanos: Ustedes no han
visto a Cristo Jesús y, sin embargo, lo aman; al creer en Él ahora,
sin vedo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros
de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe.
Los profetas, cuando predijeron la gracia destinada a ustedes, investigaron
también profundamente acerca de la salvación de ustedes. Ellos
trataron de descubrir en qué tiempo y en qué circunstancias se
habrían de verificar las indicaciones que el Espíritu de Cristo,
que moraba en ellos, les había revelado sobre los sufrimientos de Cristo
y el triunfo glorioso que los seguiría. Pero se les dio a conocer que
ellos no verían lo que profetizaban, sino que estaba reservado para nosotros.
Todo esto les ha sido anunciado ahora a ustedes, por medio de aquellos que les
han predicado el Evangelio con la fuerza del Espíritu Santo, enviado
del cielo, y ciertamente es algo que los ángeles anhelan contemplar.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 1, 7; Lc 1, 17) R/. Aleluya, aleluya.
Él vino para dar testimonio de la luz y prepararle al Señor
un pueblo dispuesto a recibirlo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 5-17
Hubo
en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del
grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada
Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente,
cumpliendo los mandamientos y las disposiciones del Señor. Pero no tenían
hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.
Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante
Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según
la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer
el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la
hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la
derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó
y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo:
"No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada.
Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre
de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros
muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será
grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor, y estará
lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre.
Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del
Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir
los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de
los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibido",
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vamos a celebrar en esta festividad de san Juan Bautista, nos impulse y nos ayude, Señor, a morir a nuestros pecados y a vivir renovados por tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor,
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor
nuestro.
Ya que en la persona de su precursor, Juan el Bautista, podemos alabar tu magnificencia,
que lo distinguió con particular honor entre todos los hombres.
Él fue, en su nacimiento, ocasión de gran júbilo y aun
antes de nacer, saltó de gozo por la visita del Salvador.
Sólo a él le fue dado entre todos los profetas presentar al Cordero,
Redentor del mundo.
Bautizó con el agua, que habría de quedar santificada, al mismo
autor del bautismo, por quien mereció dar el testimonio supremo de su
sangre.
Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 68)
Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido
a su pueblo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por intercesión de san Juan Bautista, que nos anunció al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, haz, Señor, que esta Eucaristía nos obtenga tu perdón y tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa del día
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 1, 6-7; Lc 1, 17)
Vino un hombre enviado por Dios y su nombre era Juan. Vino para dar testimonio de la luz, y prepararle al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enviaste a san Juan Bautista para prepararle a Cristo, el Señor, un pueblo dispuesto a recibirlo, alegra ahora a tu Iglesia con la abundancia de los dones del Espíritu y guíala por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 49, 1-6
Escúchenme, islas;
pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el
vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, Él
pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano,
me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú
eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria". Entonces yo
pensé: "En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis
fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa
la tenía mi Dios".
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para
que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a Él y congregar
a Israel en torno suyo -tanto así me honró el Señor y mi
Dios fue mi fuerza-o Ahora, pues, dice el Señor: "Es poco que seas
mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los
sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que
mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El Siervo de Israel está consciente de su misión. Como tal, es un heraldo que proclama un mensaje duro y exigente. Su misión es preparar a Israel para que resplandezca ante las naciones.
Del salmo 138 R/. Te doy
gracias, Señor, porque me has formado maravillosamente.
Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuando
me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas
mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/.
Tú formaste mis entrañas, me tejiste en el seno materno. Te doy
gracias por tan grandes maravillas; soy un prodigio y tus obras son prodigiosas.
R/.
Conocías plenamente mi alma; no se te escondía mi organismo, cuando
en lo oculto me iba formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 22-26
En aquellos días,
Pablo les dijo a los judíos: "Hermanos: Dios les dio a nuestros
padres como rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo
de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará
todos mis designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador:
Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de
Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía:
'Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien
no merezco desatarle las sandalias'.
Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios: Este
mensaje de salvación les ha sido enviado a ustedes". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Juan Bautista veía el horizonte con claridad. Como un pregonero que preparaba el camino del Señor, no se dejó encandilar por las voces zalameras ni por los halagos.
ACLAMACIÓN
(Le 1. 76) R/. Aleluya, aleluya.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque
irás delante del Señor a preparar sus caminos. R/.
Lectura (Proclamación) del Santo Evangelio según san Lucas: 1, 57-66. 80
Por
aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un
hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le
había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían
poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles:
"No. Su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero
si ninguno de tus parientes se llama así".
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería
que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió:
"Juan es su nombre". Todos se quedaron extrañados. En ese momento
a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó
a bendecir a Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos y en toda la región
montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de
ello se preguntaban impresionados: "¿Qué va a ser de este
niño?". Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios
estaba con él.
El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu
se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que
se dio a conocer al pueblo de Israel. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Zacarías e Isabel experimentan la alegría de recibir un hijo en su vejez. El nacimiento de Juan fue visto como una señal de que Dios haría algo grande a favor de su pueblo.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio que vamos a ofrecerte para celebrar el nacimiento de san Juan Bautista, quien anunció la venida de nuestro Salvador y señaló su presencia entre los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor
nuestro.
Ya que en la persona de su precursor, Juan el Bautista, podemos alabar tu magnificencia,
que lo distinguió con particular honor entre todos los hombres.
Él fue, en su nacimiento, ocasión de gran júbilo y aun
antes de nacer, saltó de gozo por la visita del Salvador.
Sólo a él le fue dado entre todos los profetas presentar al Cordero,
Redentor del mundo.
Bautizó con el agua, que habría de quedar santificada, al mismo
autor del bautismo, por quien mereció dar el testimonio supremo de su
sangre.
Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1. 78)
Por la misericordia entrañable de nuestro Dios, nos ha visitado la luz que nace de lo alto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la COMUNIÓN que hemos recibido, al celebrar el nacimiento del precursor de tu Hijo, renueve en nosotros el amor y la fidelidad a Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Guillermo de Vercelli, abad; Domingo de Henares, mártir, y Próspero de Aguitania, laico.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 104. 3-4)
Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busque la ayuda del Señor; busquen continuamente su presencia.
ORACIÓN COLECTA
Aumenta, Señor, en nosotros la fe, la esperanza y la caridad para que cumplamos con amor tus mandamientos y podamos conseguir, así, el cielo que nos tienes prometido. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 22, 8-13; 23, 1-3
Por aquel entonces, el sumo sacerdote Jilquías dijo a Safán, delegado
del rey Josías: "He hallado en el templo el libro de la ley".
Jilquías entregó el libro a Safán, quien lo leyó.
Luego, Safán fue a ver al rey y le rindió cuentas, diciendo: "Tus
siervos han fundido el dinero del templo y se lo han entregado a los encargados
de las obras". Y añadió: "El sacerdote Jilquías
me ha entregado un libro". Y lo leyó en presencia del rey.
Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus
vestiduras y ordenó al sacerdote Jilquías; a Ajicam, hijo de Safán;
a Akbor, hijo de Miqueas; al delegado Safán y a Asaías, ministro
suyo: "Vayan a consultar lo que dice el Señor acerca de mí,
del pueblo y de todo Judá en este libro que se ha encontrado, pues el
Señor está enfurecido con nosotros, porque nuestros padres no
escucharon las palabras de este libro y no cumplieron lo que en él está
escrito".
Cuando ellos trajeron la respuesta, el rey convocó a todos los ancianos
de Judá y de Jerusalén y se dirigió hacia el templo, acompañado
por los hombres de Judá y todos los habitantes de Jerusalén, los
sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño
hasta el más grande, y les leyó el libro de la alianza hallado
en el templo.
Después, de pie sobre el estrado y en presencia del Señor, renovó
la alianza, comprometiéndose a seguir al Señor y a cumplir sus
preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y toda el alma, y a
poner en vigor las palabras de esta alianza, escritas en el libro. Y todo el
pueblo renovó también la alianza. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
El rey Josías promovió una renovación profunda de la vivencia
religiosa de Israel. Pero primero confesó con todas sus consecuencias,
la unidad y la primacía de Dios en su vida.
Del salmo 118 R/. Muéstranos,
Señor, el camino de tus leyes.
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes y yo lo seguiré
con cuidado. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardada de todo
corazón. R/.
Guíame por la senda de tu ley, que es lo que quiero. Inclina mi corazón
a tus preceptos, y no a la avaricia. R/.
Aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra. Mira cómo
anhelo tus decretos: dame vida con tu justicia. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 15, 4. 5) R/. Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el
que permanece en mí da fruto abundante. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 15-20
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "Cuidado con los falsos profetas. Se acercan
a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus
frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o
higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos.
Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo
no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos
es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Cuando experimentemos dudas y confusión acerca de alguna propuesta relativa a nuestra fe, conviene comparar tales teorías con las actitudes que viven sus promotores.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos, a fin de que esta celebración eucarística sea para tu gloria y alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ef 5, 2)
Cristo nos amó y se entregó a la muerte por nosotros, como ofrenda y víctima agradable a Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo nos haga morir de veras al pecado y renacer a una nueva vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 109, 4)
El Señor lo ha jurado y el Señor no se retracta. Tú eres sacerdote para siempre, como lo es Melquisedec.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que para gloria tuya y salvación nuestra constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre obtener, por la participación en este memorial, los frutos de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 24, 8-17
Joaquín tenía
dieciocho años cuando subió al trono, y reinó tres meses
en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán,
de Jerusalén. Joaquín, igual que su padre, hizo lo que el Señor
reprueba.
En aquel tiempo, subió contra Jerusalén el ejército de
Nabucodonosor, rey de Babilonia, y sitió la ciudad. Nabucodonosor llegó
a la ciudad mientras sus hombres la sitiaban. Entonces Joaquín, rey de
Judá, junto con su madre, sus servidores, sus jefes y sus funcionarios,
se rindieron al rey de Babilonia y éste los hizo prisioneros. Era el
octavo año del reinado de Nabucodonosor.
Nabucodonosor se llevó de Jerusalén todos los tesoros del templo
del Señor y los del palacio real. Destrozó todos los objetos de
oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo, conforme
a las órdenes del Señor.
Nabucodonosor se llevó al cautiverio a toda Jerusalén, a todos
los jefes y hombres de importancia, con todos los carpinteros y herreros, en
número de diez mil, y sólo dejó a la gente pobre de la
región. También llevó cautivos a Babilonia al rey Joaquín,
con su madre, sus mujeres, los funcionarios de palacio y toda la gente valiosa,
todos los soldados, en número de siete mil, los carpinteros y herreros,
en número de mil; y todos los hombres aptos para la guerra fueron deportados
a Babilonia.
Y en lugar de Joaquín, Nabucodonosor nombró rey a un tío
de Joaquín, Matanías, a quien le puso el nombre de Sedecías.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Los últimos reyes de Juda no tuvieron la fortaleza ni la sabiduría necesarias para conducir a su pueblo. Eran reyes timoratos que no supieron confiar en Dios y provocaron la ruina.
Del salmo 78 R/. Socórrenos,
Dios, salvador nuestro.
Dios mío, los paganos han invadido tu propiedad, han profanado tu santo
templo y han convertido a Jerusalén en ruinas. R/.
Han echado los cadáveres de tus siervos a las aves de rapiña,
y la carne de tus fieles, a los animales feroces. R/.
Hemos sido el escarnio de nuestros vecinos, la irrición y la burla de
los que nos rodean. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a estar enojado
y va a arder como fuego tu ira? R/.
No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que
tu amor venga pronto a socorremos, porque estamos totalmente abatidos. R/.
Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro.
Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 23) R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 21-29
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que
me diga: '¡Señor, Señor!', entrará en el Reino de
los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los
cielos. Aquel día muchos me dirán: '¡Señor, Señor!,
¿no hemos hablado y arrojado demonios en tu nombre y no hemos hecho,
en tu nombre, muchos milagros?'. Entonces yo les diré en su cara: 'Nunca
los he conocido. Aléjense de mí, ustedes, los que han hecho el
mal’.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se
parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la
lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella
casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca. El que escucha
estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un
hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron
las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron
completamente".
Cuando Jesús terminó de hablar, la gente quedó asombrada
de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como
los escribas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
En la hora decisiva, no servirán de nada nuestras prédicas, ni tampoco nuestras declaraciones o palabras. La fidelidad activa al Evangelio marcará la diferencia decisiva.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 11, 24-25)
Éste es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido el gozo de participar en esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a Él, vivamos como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO
Santos: San Cirilo de Alejandría, doctor de la Iglesia. Beata Margarita, Bays, laica.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro Jesucristo, que en tu santísima Madre, la Virgen María, has querido damos una madre dispuesta siempre a socorremos, concédenos, por su intercesión maternal, experimentar en nosotros los frutos de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 25, 1-12
El día diez del mes
décimo del año noveno del reinado de Sedecías, Nabucodonosor,
rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, la sitió
y construyó torres de asalto alrededor de ella. La ciudad estuvo sitiada
hasta el año undécimo del reinado de Sedecías.
El día nueve del cuarto mes, cuando el hambre había arreciado
en la ciudad y la población no tenía ya nada que comer, abrieron
una brecha en la muralla de la ciudad. El rey Sedecías y sus hombres
huyeron de noche por el camino de la puerta que está entre los dos muros
del jardín del rey, y ocultándose de los caldeas, que tenían
cercada la ciudad, escaparon en dirección al desierto.
El ejército caldeo persiguió al rey y le dio alcance en los llanos
de Jericó, donde su ejército se dispersó y lo abandonó.
Los caldeas capturaron al rey y lo llevaron a Riblá, donde estaba Nabucodonosor,
rey de Babilonia, quien lo sometió a juicio. Nabucodonosor hizo degollar
a los hijos de Sedecías en su presencia, mandó que le sacaran
los ojos y lo condujo encadenado a Babilonia.
El día séptimo del quinto mes del año décimo noveno
del reinado de Nabucodonosor en Babilonia, Nebuzaradán, jefe del ejército
caldeo y súbdito del rey de Babilonia, entró en Jerusalén,
quemó el templo del Señor, el palacio real y todas las casas de
Jerusalén. Los soldados caldeos, que estaban con el jefe del ejército,
destruyeron las murallas que rodeaban la ciudad. Nebuzaradán deportó
al resto de la población y también a los que se habían
rendido al rey de Babilonia, y sólo dejó a algunos campesinos
pobres para trabajar las viñas y los campos. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
La caída de Jerusalén fue una experiencia trágica y dolorosa. Los israelitas pensaban que Días había sido infiel a sus promesas y que había sido vencido por los dioses babilonios.
Del salmo 136 R/. Tu recuerdo,
Señor, es mi alegría.
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia;
de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas. R/.
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían
los opresores: "Algún cantar de Sión, alegres, cántennos".
R/.
Pero, ¿cómo podíamos cantar un himno al Señor en
tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén,
yo me olvidara! R/.
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara,
o si fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 8, 17) R/. Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 8, 1-4
En
aquel tiempo, cuando Jesús bajó de la montaña, lo iba siguiendo
una gran multitud. De pronto se le acercó un leproso, se postró
ante Él y le dijo: "Señor, si quieres, puedes curarme".
Jesús extendió la mano y lo tocó, diciéndole:
"Sí quiero, queda curado".
Inmediatamente quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: "No
le vayas a contar esto a nadie. Pero ve ahora a presentarte al sacerdote y lleva
la ofrenda prescrita por Moisés para probar tu curación".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
El episodio del leproso es una especie de micro-enseñanza. Con esa historia, Jesús nos alecciona con sus actitudes y con sus palabras. Además, acoge con humanidad al excluido y lo reintroduce en la asamblea orante de Israel.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1. 49)
Ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor,
que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud
de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Santos: Irineo de Lyon, obispo; Vicenta Gerosa, fundadora, y Pablo I, papa. Vísperas I de la solemnidad:
Misa matutina
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ez 34, 11. 23. 24)
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que llamaste al obispo san Ireneo a defender tu verdad y a traer la paz a tu Iglesia, aumenta en nosotros la fe y la caridad, a 1m de que nos esforcemos siempre para fomentar la unidad y la concordia entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de las Lamentaciones: 2, 2. 10-14. 18-19
El Señor ha destruido
sin piedad todas las moradas de Jacob; en su furor ha destruido las fortalezas
de Judá; ha echado por tierra y deshonrado al rey y a sus príncipes.
En el suelo están sentados, en silencio, los ancianos de Sión;
se han echado ceniza en la cabeza y se han vestido de sayal. Humillan su cabeza
hasta la tierra las doncellas de Jerusalén.
Mis ojos se consumen de tanto llorar y el dolor me quema las entrañas;
la bilis me amarga la boca por el desastre de mi pueblo, al ver que los niños
y lactantes desfallecen en las plazas de la ciudad.
Los niños les preguntan a sus madres: "¿Dónde hay
pan?". Y caen sin fuerzas, como heridos, en las plazas de la ciudad, y
expiran en brazos de sus madres.
¿Con quién podré compararte, Jerusalén? ¿Con
quién te podré asemejar? ¿O qué palabras te podré
decir para consolarte, virgen, hija de Sión? Inmensa como el mar es tu
desgracia. ¿Quién podrá curarte?
Tus profetas te engañaron con sus visiones falsas e insensatas. No te
hicieron ver tus pecados para evitarte así el cautiverio, y sólo
te anunciaron falsedades e ilusiones.
Clama, pues, al Señor con toda el alma; gime, Jerusalén; deja
correr a torrentes tus lágrimas de día y de noche; no te concedas
descanso; que no dejen de llorar las niñas de tus ojos. Levántate
y clama al Señor durante toda la noche; derrama como agua tu corazón
en la presencia de Dios; alza tus manos hacia Él y ruega por la vida
de tus pequeñuelos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Es tarde para lamentarse. En la hora oportuna, los hijos de Israel decidieron desoír las denuncias y las llamadas a la conversión de los profetas. Esa sordera precipitó la ruina.
Del salmo 73 R/. No te
olvides, Señor, de nosotros.
¿Por qué, Dios nuestro, nos has abandonado y está ardiendo
tu cólera contra las ovejas de tu rebaño? Acuérdate de
la comunidad que adquiriste desde antiguo, de la tribu que rescataste para posesión
tuya, del monte Sión, donde pusiste tu morada. R/.
Ven a ver estas ruinas interminables: el enemigo ha arrasado todo el santuario;
rugieron los agresores en medio de tu asamblea, levantaron sus estandartes.
R/.
Parecía que se abrían paso a hachazos en medio de la maleza. Con
martillos y mazos destrozaron todas las puertas; prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron tu morada. R/.
Acuérdate de tu alianza, Señor, pues todo el país está
lleno de violencia. Que el humilde no salga defraudado, y los pobres y afligidos
alaben tu nombre. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 8, 17) R/. Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros
dolores. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 8, 5-17
En
aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó
un oficial romano y le dijo: "Señor, tengo en mi casa un criado
que está en cama, paralítico, y sufre mucho". Él le
contestó: "Voy a curado".
Pero el oficial le replicó: "Señor, yo no soy digno de que
entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará
sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes;
cuando le digo a uno: '¡Ve!', él va; al otro: '¡Ven!', y
viene; a mi criado: '¡Haz esto!', y lo hace". Al oír aquellas
palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían:
"Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande.
Les aseguro que muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán
con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos. En cambio, a los herederos
del Reino los echarán fuera, a las tinieblas. Ahí será
el llanto y la desesperación".
Jesús le dijo al oficial romano: "Vuelve a tu casa y que se te cumpla
lo que has creído". Y en aquel momento se curó el criado.
Al llegar Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste en
cama, con fiebre. Entonces la tomó de la mano y desapareció la
fiebre. Ella se levantó y se puso a servirles.
Al atardecer le trajeron muchos endemoniados. Él expulsó a los
demonios con su palabra y curó a todos los enfermos. Así se cumplió
lo dicho por el profeta Isaías: Él hizo suyas nuestras debilidades
y cargó con nuestros dolores. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
El capitán romano era un hombre de experiencia, lo que le sirvió para descifrar el misterio de Jesús. Como hombre que sabía hacerse obedecer, creyó sin vacilar en la palabra del Maestro.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta Eucaristía con la que celebramos, Señor, la fiesta de san Ireneo, te glorifique a ti y aumente en nosotros el amor a la verdad, a fin de que permanezcamos firmes en la fe y en la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 16)
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la participación en este sacramento nos comunique, Señor, la fe viva por la que gloriosamente murió san Ireneo, a fin de que podamos vivir como verdaderos discípulos de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
San Pedro y San Pablo, Apóstoles
Santos: Siro de Pavía, obispo, y María Tian y Magdalena Du de Vietnam, mártires.
Misa vespertina de la vigilia
Esta misa se utiliza la tarde del 28 de Junio, antes o después de las primeras vísperas de la solemnidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Celebremos con alegría la fiesta de san Pedro, el príncipe de los Apóstoles, y de san Pablo, el Apóstol de los gentiles, porque ellos nos transmitieron el Evangelio de Cristo.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste confiar a tus santos Apóstoles, Pedro y Pablo, la misión de guiar y proteger los primeros pasos de tu Iglesia, concédenos, por su poderosa intercesión, la ayuda necesaria para alcanzar la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3,1-10
En aquel tiempo, Pedro y
Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres
de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien
diariamente llevaban y ponían ante la puerta llamada la "Hermosa",
para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.
Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió
limosna. Pedro y Juan fijaron en él los ojos y Pedro le dijo: "Míranos".
El hombre se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo.
Entonces Pedro le dijo: "No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo
que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina".
Y, tomándolo de la mano, lo incorporó.
Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso
de pie, empezó a andar y entró con ellos al templo caminando,
saltando y alabando a Dios.
Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y al darse cuenta de que era
el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta "Hermosa"
del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo
que había sucedido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 18 R/. El mensaje
del Señor resuena en toda la tierra.
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus
manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo
transmite a la otra noche. R/.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega
su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 1,11-20
Hermanos: Les hago saber
que el Evangelio que he predicado, no proviene de los hombres, pues no lo recibí
ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Ciertamente ustedes han oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo,
cuando yo perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios, tratando de
destruida; deben saber que me distinguía en el judaísmo, entre
los jóvenes de mi pueblo y de mi edad, porque los superaba en el celo
por las tradiciones paternas.
Pero Dios me había elegido desde el seno de mi madre, y por su gracia
me llamó. Un día quiso revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara
entre los paganos. Inmediatamente, sin solicitar ningún consejo humano
y sin ir siquiera a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores
a mí, me trasladé a Arabia y después regresé a Damasco.
Al cabo de tres años fui a Jerusalén, para ver a Pedro y estuve
con él quince días. No vi a ningún otro de los apóstoles,
excepto a Santiago, el pariente del Señor. Dios es testigo de que no
miento en lo que les escribo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Jn 21, 17) R/. Aleluya, aleluya.
Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te
quiero. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 21, 15-19
En
aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón,
hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?". Él
le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". Por segunda vez le
preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Él
le respondió: "Sí, Señor; tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me
quieres?". Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado
por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor,
tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero", Jesús
le dijo: "Apacienta mis ovejas.
Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la
ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás
los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras".
Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría
de glorificar a Dios. Después le dijo:
"Sígueme", Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este santo sacrificio que vamos a ofrecerte, en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, nos llene, Señor, de alegría, al comprender la infinita misericordia con que has querido perdonar nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la fiesta de tus santos apóstoles nos llena de júbilo.
Pedro es nuestro guía en la fe que profesamos; Pablo, expositor preclaro
de tus misterios. Pedro consolidó la Iglesia primitiva con los israelitas
que creyeron; Pablo fue preceptor y maestro de los paganos, que Dios quería
llamar a su Iglesia.
Así, después de haber congregado por caminos diversos a la familia
de Cristo, esa misma familia los asocia ahora en su veneración con una
sola corona.
Por eso, con Iodos los úngeles y santos, te alabamos, proclamando sin
cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 21, 15. 17)
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Señor, tú lo conoces todo; tú sabes que te amo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalece, Señor, a tus fieles, por medio de este sacramento y confírmanos en la verdad que nos ha transmitido la predicación de los Apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa del día
ANTÍFONA DE ENTRADA
Demos gracias a Dios en esta festividad de san Pedro y san Pablo, que con su sangre fecundaron a la Iglesia, participaron de la pasión del Señor y se convirtieron en amigos suyos.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos llenas de santa alegría con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de estos apóstoles, de quienes recibió el primer anuncio de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 12, 1-11
En aquellos días,
el rey Herodes mandó apresar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos.
Mandó pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan, y viendo que eso
agradaba a los judíos, también hizo apresar a Pedro. Esto sucedió
durante los días de la fiesta de los panes ázimos. Después
de apresarlo, lo hizo encarcelar y lo puso bajo la vigilancia de cuatro turnos
de guardia, de cuatro soldados cada turno. Su intención era hacerla comparecer
ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel,
la comunidad no cesaba de orar a Dios por él.
La noche anterior al día en que Herodes iba a hacerla comparecer ante
el pueblo, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas
y los centinelas cuidaban la puerta de la prisión. De pronto apareció
el ángel del Señor y el calabozo se llenó de luz. El ángel
tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: "Levántate
pronto". Entonces las cadenas que le sujetaban las manos se le cayeron.
El ángel le dijo:
"Cíñete la túnica y ponte las sandalias", y Pedro
obedeció. Después le dijo: "Ponte el manto y sígueme".
Pedro salió detrás de él, sin saber si era verdad o no
lo que el ángel hacía, y le parecía más bien que
estaba soñando. Pasaron el primero y el segundo puestos de guardia y
l1egaron a la puerta de hierro que daba a la cal1e. La puerta se abrió
sola delante de el1os. Salieron y caminaron hasta la esquina de la cal1e y de
pronto el ángel desapareció.
Entonces, Pedro se dio cuenta de lo que pasaba y dijo: "Ahora sí
estoy seguro de que el Señor envió a su ángel para librarme
de las manos de Herodes y de todo cuanto el pueblo judío esperaba que
me hicieran". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Pedro está a punto de entregar su vida por anunciar la buena nueva de Jesús. La crueldad de Herodes será burlada por la fidelidad de Dios, que libra a Pedro de la muerte.
Del salmo 33 R/. El Señor
me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de
alabado. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al
escuchado. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando
acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te
sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los
pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor
acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 6-8. 17-18
Querido hermano: Ha llegado
para mí la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida.
He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la
fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor,
justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí,
sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento.
Cuando todos me abandonaron, el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas
para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación
y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de las fauces del león.
El Señor me seguirá librando de todos los peligros y me llevará
sano y salvo a su Reino celestial. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
En numerosas ocasiones, san Pablo estuvo a punto de perder la vida por anunciar la buena nueva del Evangelio a los paganos. Al término de su vida, comprendió que Dios siempre lo había fortalecido.
ACLAMACIÓN
(Mi 16, 18) R/. Aleluya, aleluya.
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 16,13-19
En aquel tiempo, cuando
llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta
pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que
es el Hijo del hombre?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres
Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno
de los profetas".
Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy
yo?". Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú
eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón,
hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi
Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no
prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los
cielos; todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo
lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo", Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Pedro acoge la revelación del Padre y reconoce en Jesús al Mesías. Como testigo del misterio, tendrá que acampanar a sus hermanos como auxiliar en el camino de la fe.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y, por intercesión de san Pedro y san Pablo, concédenos celebrar este sacrificio íntimamente unidos a ti en la fe y en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la fiesta de tus santos apóstoles nos llena de júbilo.
Pedro es nuestro guía en la fe que profesamos; Pablo, expositor preclaro
de tus misterios. Pedro consolidó la Iglesia primitiva con los israelitas
que creyeron; Pablo fue preceptor y maestro de los paganos, que Dios quería
llamar a su Iglesia.
Así, después de haber congregado por caminos diversos a la familia
de Cristo, esa misma familia los asocia ahora en su veneración con una
sola corona.
Por eso, con Iodos los úngeles y santos, te alabamos, proclamando sin
cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Mt 16, 16. 18)
Dijo Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has alimentado con esta Eucaristía, haz, Señor,
que la participación perseverante en el memorial de la muerte y resurrección
de tu Hijo, y la fidelidad a la doctrina de los apóstoles nos conserven
unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Ahora que vivimos en una cultura con altas dosis de relativismo, parece que hemos encontrado la forma de conciliar nuestra fe cristiana con ideas y prácticas contrarias a los valores del Reino, esfuerzo inútil. No se pueden mezclar el agua y el aceite. La comunidad creyente confiesa a un Dios que es Padre compasivo, que promueve relaciones fraternas e incluyentes, y que toma absolutamente en serio la libertad de las personas. Por lo tanto, los cristianos emprenden la tarea de delimitar cuáles son las opciones y actitudes que se derivan de su fe. No todo está permitido. La comunidad eclesial presidida por el sucesor de Pedro y los obispos, va discerniendo cuáles son las rutas por las que se vive el Evangelio. Esa es la tarea de atar y desatar.
Los primeros Santos Mártires de la Iglesia Romana
Santos: Marcial de Limoges, obispo, y Ladislao de Hungría, rey.
ANTÍFONA DE ENTRADA.
Señor, concede la paz a los que en ti esperan, escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.
ORACIÓN COLECTA.
Dios nuestro, que cuidas de todos los hombres con amor paternal y diste a todos un origen idéntico, concédenos formar una sola familia en la que reinen siempre el amor y la paz. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA.
Lectura del libro del profeta Amós: 2, 6-10. 13-16
Esto dice el Señor: “Por sus innumerables pecados no perdonaré a Israel. Porque venden al inocente por dinero, y al pobre, por un par de sandalias. Aplastan a los pobres contra el suelo y sacan del camino a los humildes. Padre e hijo acuden a la misma mujer, profanando mi santo nombre. Sobre ropas tomadas como prenda se sientan a comer en sus santuarios y se beben las multas de los pobres en el templo de su Dios. Cuando ustedes llegaron a esta tierra, yo destruí a los amorreos; eran altos como los cedros y fuertes como las encinas; destruí sus frutos por arriba, y por abajo, sus raíces. En cambio, a ustedes yo los saqué de Egipto y los conduje por el desierto durante cuarenta años, para darles en posesión la tierra de los amorreos. Pues bien, ahora yo los aplastaré contra el suelo, como la carreta tritura las espigas. El más veloz no logrará escapar, al más fuerte de nada le servirá su fuerza, y ni el más valiente salvará su vida. El arquero no resistirá, no se librará el más ágil, el jinete no se salvará, el soldado más fuerte y valiente huirá desnudo aquel día". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Los pecados sociales. la injusticia y la opresión son más graves que los crímenes de guerra. Dios es manipulable. Quien le sirve, no puede abusar de su hermano.
Del salmo 49 R/. Perdona
a tu pueblo, Señor.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto,
tú, que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R/.
Cuando ves un ladrón, corres con él, te juntas con los adúlteros;
usas tu lengua para el mal, tu boca trama el engaño. R/.
Te pones a insultar a tu hermano y deshonras al hijo de tu madre. Tú
haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy
como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados.
R/.
Quien las gracias me da, ése me honra, y yo salvaré al que cumple
mi voluntad. Entiendan bien esto los que olvidan a Dios, no sea que los destroce
sin remedio. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Sal 94, 8) R/. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan
su corazón". R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 8,18-22
En
aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó
a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.
En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré
a dondequiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras
tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene
en donde reclinar la cabeza".
Otro discípulo le dijo: "Señor, permíteme ir primero
a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Tú
sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Cuando se nos presenta una situación de conflicto, no atinamos a escoger entre dos valores. Para el cristiano el valor preponderante es el seguimiento de Jesús, lo demás viene después.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, bajo los signos sacramentales del pan y del vino, el sacrificio de tu Hijo, rey de la paz, para que este misterio de unidad y de amor reafirme la fraternidad entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 14, 27)
Mi paz les dejo, mi paz les doy, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, el espíritu de tu amor, a fin de que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, fomentemos entre todos los hombres la paz que Él mismo nos dejó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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