MISAL DICIEMBRE DEL 2008 / www.laverdadcatolica.org
Intenciones del Santo Padre para el mes de Diciembre |
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GENERAL | |
Para que, frente a la creciente expansión de la cultura de la violencia y de la muerte, la Iglesia, por medio de sus actividades apostólicas y misioneras, promueva con valentía la cultura de la vida. |
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MISIONAL | |
Para que los cristianos, especialmente en los países de misión, por medio de gestos concretos de fraternidad, muestren que el Niño nacido en la gruta de Belén es la luminosa esperanza del mundo. |
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jr 31, 10; Is 35, 4)
Oigan, pueblos, la palabra del Señor y anúncienla en todos los rincones de la tierra: "He aquí que vendrá nuestro salvador, ya no tengan miedo".
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor Dios nuestro, permanecer alerta a la venida de tu Hijo Jesucristo, para que cuando venga y llame, nos encuentre velando en oración y entonándole alabanzas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 2, 1-5
Visión de
Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén:
En días futuros, el monte de la casa del Señor será elevado
en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas, y hacia él
confluirán todas las naciones. Acudirán pueblos numerosos, que
dirán: "Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del
Dios de Jacob, para que Él nos instruya en sus caminos y podamos marchar
por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén,
la palabra del Señor".
Él será el árbitro de las naciones y el juez de pueblos
numerosos. De las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas;
ya no alzará la espada pueblo contra pueblo, ya no se adiestrarán
para la guerra.
¡Casa de Jacob, en marcha! Caminemos a la luz del Señor. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Un pueblo camina entusiasmado; sube a Jerusalén buscando la palabra del Señor. De ahí brotará la paz con justicia, que desterrará el odio y la violencia fratricida.
Del salmo
121 R/. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron: "Vayamos
a la casa del Señor"! Y hoy estamos aquí, Jerusalén,
jubilosos, delante de tus puertas. R/.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según
lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor. En
ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.
Digan de todo corazón: "Jerusalén, que haya paz entre aquellos
que te aman, que haya paz dentro de tus murallas y que reine la paz en cada
casa". R/.
Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: "La paz esté
contigo". Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti
todos los bienes. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Sal 79, 4) R/. Aleluya, aleluya.
Señor y Dios nuestro, ven a salvamos; míranos con bondad y estaremos
a salvo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 8, 5-11
En
aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó
un oficial romano y le dijo: "Señor, tengo en mi casa un criado
que está en cama, paralítico y sufre mucho". Él le
contestó: "Voy a curado".
Pero el oficial le replicó: "Señor, yo no soy digno de que
entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará
sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes;
cuando le digo a uno: '¡Ve!', él va; al otro: '¡Ven!', y
viene; a mi criado: '¡Haz esto!', y lo hace".
Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los
que lo seguían: "Yo les aseguro que en ningún israelita he
hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de oriente
y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de
los cielos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
El capitán romano sabe lo que valen las palabras que se pronuncian con autoridad, por eso confía sin titubear en el poder curativo del profeta venido desde Nazaret.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o l/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Sal 105, 4-5; Is 38,3)
Ven Señor, a visitamos con tu paz, para que nos alegremos delante de ti, de todo corazón.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Za 14, 5. 7)
Vendrá el Señor, mi Dios, y con Él, todos sus santos; y brillará en aquel día una gran luz.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, acoge favorablemente nuestras súplicas y concédenos tu ayuda en las tribulaciones para que, reanimados con la venida de tu Hijo, ya cercana, no volvamos a manchamos con el pecado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 11, 1-10
En aquel día,
brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá
de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo
y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios.
No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá
con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre; herirá
al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará
al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará
su cintura. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará
con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito
los apacentará. La vaca pastará con la osa y sus crías
vivirán juntas. El león comerá paja con el buey. El niño
jugará sobre el agujero de la víbora; la criatura meterá
la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago
por todo mi monte santo, porque así como las aguas colman el mar, así
está lleno el país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera
de los pueblos, la buscarán todas las naciones y será gloriosa
su morada. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El profeta saluda el nacimiento de un descendiente de David, con él por fin llegará el rey, adornado de justicia y paz, que desterrará las prácticas violentas y dañinas.
Del salmo
71 R/. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo
de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era
tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro
de la tierra. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra
sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida
al desdichado. R/.
Que bendigan al Señor eternamente, Y tanto como el sol, viva su nombre.
Que Él sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso
las naciones. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar
los ojos de sus hijos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 10, 21-24
En aquella misma
hora, Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo
y exclamó: "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has
revelado a la gente sencilla. ¡Gracias, Padre, porque así te ha
parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién
es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel
a quien el Hijo se lo quiera revelar". Volviéndose a sus discípulos,
les dijo aparte:
"Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos
profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír
lo que ustedes oyen y no lo oyeron". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Los discípulos de Jesús, por el simple hecho de ser testigos de cuanto realizó su maestro, vivieron una situación de privilegio. Esa dicha no estaba exenta de responsabilidad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables,
Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones y que tu misericordia supla
la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o l/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (2 Tm 4, 8)
El Señor, justo juez, dará la corona merecida a todos los que esperan con amor su venida gloriosa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Estos son los hombres santos amigos de Dios, insignes predicadores del Evangelio.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de la predicación de san Francisco Javier quisiste iluminar con tu Evangelio a los pueblos de oriente, concédenos a todos los cristianos un gran entusiasmo por darte a conocer, a fin de que tu Iglesia pueda llevar a todos los hombres tu mensaje de salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 25, 6-10
En aquel
día, el Señor del universo preparará sobre este monte un
festín con platillos suculentos para todos los pueblos; un banquete con
vinos exquisitos y manjares sustanciosos. Él arrancará en este
monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece
a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor
Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará
de toda la tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor.
En aquel día se dirá:
"Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que
nos salvara. Alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae,
porque la mano del Señor reposará en este monte". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Este poema celebra confiadamente la victoria definitiva de Dios sobre la muerte. Todas las señales de duelo y pena serán olvidadas; se aproxima el tiempo del gozo ilimitado.
Del salmo
22 R/. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me
hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.
R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás
conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges
la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días
de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin
término. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor para salvar a su pueblo. Dichosos los que estén
preparados para salir a su encuentro. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 15, 29-37
En aquel tiempo,
llegó Jesús a la orilla del mar de Galilea, subió al monte
y se sentó. Acudió a Él mucha gente, que llevaba consigo
tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros enfermos. Los tendieron
a sus pies y Ellos curó. La gente se llenó de admiración,
al ver que los lisiados estaban curados, que los ciegos veían, que los
mudos hablaban y los tullidos caminaban; por lo que glorificaron al Dios de
Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima
esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué
comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque pueden desmayarse en el camino".
Los discípulos le preguntaron: "¿Dónde vamos a conseguir,
en este lugar despoblado, panes suficientes para saciar a tal muchedumbre?".
Jesús les preguntó: "¿Cuántos panes tienen?".
Ellos contestaron: "Siete, y unos cuantos pescados". Después
de ordenar a la gente que se sentara en el suelo, Jesús tomó los
siete panes y los pescados, y habiendo dado gracias a Dios, los partió
y los fue entregando a los discípulos, y los discípulos a la gente.
Todos comieron hasta saciarse, y llenaron siete canastos con los pedazos que
habían sobrado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Jesús siente lástima de la multitud que le sigue sin quejarse de la falta de alimento. Mientras los discípulos se desesperan, Jesús se abandona en su Padre y los alimenta hasta saciarlos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en memoria de san Francisco Javier, nos infunda, Señor, su espíritu de apóstol, y nos ayude a conducir a ti, mediante el testimonio de nuestra propia vida, a quienes viven lejos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ez 34, 15)
Yo mismo apacentaré mis ovejas, dice el Señor; yo les buscaré un lugar para su descanso.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta sagrada Eucaristía que hemos celebrado, encienda, Señor, en nosotros, el amor por Cristo y por las almas para que, a ejemplo de san Francisco Javier, podamos vivir auténticamente nuestra vocación cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 118, 151 -152)
Tú estás cerca, Señor, y todos tus caminos son derechos. Desde el principio comprendí que tu alianza la estableciste para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Muestra, Señor, tu poder y ven en nuestra ayuda para que la abundancia de tu misericordia apresure el momento de la salvación que nuestros pecados han retardado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 26, 1-6
Aquel día se cantará este canto en el país de Judá: "Tenemos una ciudad fuerte; ha puesto el Señor, para salvada, murallas y baluartes. Abran las puertas para que entre el pueblo justo, el que se mantiene fiel, el de ánimo firme para conservar la paz, porque en ti confió. Confíen siempre en el Señor, porque el Señor es nuestra fortaleza para siempre; porque Él doblegó a los que habitaban en la altura; a la ciudad excelsa la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó hasta el polvo donde la pisan los pies, los pies de los humildes, los pasos de los pobres". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El pueblo consiguió victorias memorables que parecían imposibles. Cuando aprendió a leer dichos sucesos de forma sensata, aprendió a confiar en Dios, a quien sintió como su Roca perpetua.
Del salmo
117 R/. Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia
es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres
la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con
los fuertes una alianza. R/.
Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios.
Ésta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que
le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para
mí la salvación. R/.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Que Dios, desde su templo, nos bendiga. Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R/.
ACLAMACIÓN
(Is 55. 6) R/. Aleluya, aleluya.
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo
mientras está cerca. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 21. 24-27
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que me diga '¡Señor,
Señor!', entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla
la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se
parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la
lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella
casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca. El que escucha
estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un
hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron
las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron
completamente". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Los predicadores hemos hablado demasiadas veces de forma irresponsable. Cada vez que dejamos de ser congruentes con el evangelio, aumentamos el tamaño de nuestro cinismo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o l/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Tt 2, 12-13)
Vivamos en este mundo como hombres responsables, justos y que sirven a Dios, en espera de que se cumpla la feliz esperanza: la manifestación gloriosa de Jesucristo, nuestro Dios y salvador.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA
He aquí que el Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo, para traerle la paz y la vida eterna.
ORACIÓN COLECTA
Muestra, Señor, tu poder y ven a nosotros, para que nos protejas y nos salves de los peligros que nos amenazan a causa de nuestros pecados. Tu, que Vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 29, 17-24
Esto dice el Señor: "¿Acaso no está el Líbano a punto de convertirse en un vergel y el vergel en un bosque? Aquel día los sordos oirán las palabras de un libro; los ojos de los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad; los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel; porque ya no habrá opresores y los altaneros habrán sido exterminados. Serán aniquilados los que traman iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa a los demás, los que tratan de enredar a los jueces y sin razón alguna hunden al justo". Esto dice a la casa de Jacob el Señor que rescató a Abraham: "Ya no se avergonzará Jacob, ya no se demudará su rostro, porque al ver mis acciones en medio de los suyos, santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los extraviados de espíritu entrarán en razón y los inconformes aceptarán la enseñanza”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Este pequeño oráculo describe la salvación en plenitud. Serán desterrados los tiranos y los que madrugan para hacer el mal. Hasta la naturaleza misma volverá a ser un vergel florido.
Del salmo
26 R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy
a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién
podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del
Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar
continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor
y fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar los
ojos de sus hijos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 9, 27-31
Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: "¡Hijo de David, compadécete de nosotros!". Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: "¿Creen que puedo hacerlo?". Ellos le contestaron: "Sí, Señor". Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Que se haga en ustedes conforme a su fe". Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: "Que nadie lo sepa". Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los ciegos reconocen el poder curativo de Jesús, por eso reciben una respuesta favorable a su súplica. ¡Señor, aumenta nuestra fe para que salgamos de nuestra ceguera!
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o l/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Flp 3, 20-21)
Esperamos como salvador a nuestro Señor Jesucristo, el cual transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 79, 4. 2)
Ven, Señor, muéstranos tu rostro y nos salvaremos.
ORACIÓN COLECTA
Tú, que para libramos del pecado enviaste a este mundo a tu Hijo unigénito, concédenos, Señor, a cuantos esperamos sinceramente su venida, la gracia de tu misericordia y el don de la verdadera libertad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 30, 19-21. 23-26
Esto dice el Señor Dios de Israel: "Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no volverás a llorar. El Señor misericordioso, al oír tus gemidos, se apiadará de ti y te responderá, apenas te oiga. Aunque te dé el pan de las adversidades y el agua de la congoja, ya no se esconderá el que te instruye; tus ojos lo verán. Con tus oídos oirás detrás de ti una voz que te dirá: 'Éste es el camino. Síguelo sin desviarte, ni a la derecha, ni a la izquierda'. El Señor mandará su lluvia para la semilla que siembres y el pan que producirá la tierra será abundante y sustancioso. Aquel día, tus ganados pastarán en dilatadas praderas. Los bueyes y los burros que trabajan el campo, comerán forraje sabroso, aventado con pala y bieldo. En todo monte elevado y toda colina alta, habrá arroyos y corrientes de agua el día de la gran matanza, cuando se derrumben las torres. El día en que el Señor vende las heridas de su pueblo y le sane las llagas de sus golpes, la luz de la luna será como la luz del sol; será siete veces mayor, como si fueran siete días en uno". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Cuando Israel se convierta vivirá en estrecha cercanía con Dios, uno y otro dialogarán, y el pueblo vivirá pendiente de los llamados constantes que el Maestro le dirija.
Del salmo
146 R/. Alabemos al Señor, nuestro Dios.
Alabemos al Señor, nuestro Dios, porque es hermoso y justo el
alabado. El Señor ha reconstruido a Jerusalén y a los dispersos
de Israel los ha reunido. R/.
El Señor sana los corazones quebrantados y venda las heridas. Tiende
su mano a los humildes y humilla hasta el polvo a los malvados. R/.
Él puede contar el número de estrellas y llama a cada una por
su nombre. Grande es nuestro Dios, todo lo puede; su sabiduría no tiene
límites. R/.
ACLAMACIÓN
(Is 33, 22) R/. Aleluya, aleluya.
El Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey;
Él vendrá a salvamos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 9, 35-10, 1. 6-8
En aquel tiempo,
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando
en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad
y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban
extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
"La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto,
al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos".
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar
a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Les dijo: "Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen
a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera
a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues,
gratuitamente". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Los discípulos de cualquier época tenemos una misión idéntica: continuar la misión de Jesús, Jesús predica un mensaje esperanzador y devuelve la salud a los afligidos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o l/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 22, 12)
Pronto vendré y traeré conmigo la recompensa, dice el Señor, y daré a cada uno según sus obras.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor.
II DOMINGO DE ADVIENTO
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 30, 19. 30)
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todos los hombres y dejará oír la majestad de su voz para alegría del corazón de ustedes.
No se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Que nuestras responsabilidades terrenas no nos impidan, Señor, preparamos a la venida de tu Hijo, y que la sabiduría que viene del cielo, nos disponga a recibirlo y a participar de su propia vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 40, 1-5. 9-11
"Consuelen,
consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén
y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre
y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del
Señor castigo doble por todos sus pecados". Una voz clama: "Preparen
el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una
calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina
se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se
revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán".
Así ha hablado la boca del Señor.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza
con fuerza la voz, tú, que anuncias noticias alegres a Jerusalén.
Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: "Aquí
está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que
con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo acompaña y sus
trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará su rebaño; llevará
en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito
a sus madres". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El profeta está tan desconsolado como sus hermanos, debe sacar fuerzas de flaqueza para proclamar un mensaje de consuelo que resulta difícil de aceptar.
Del salmo
84 R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo
santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor
habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron,
la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá
su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo
sus pisadas. R/.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro: 3, 8-14
Queridos hermanos: No olviden que para el Señor, un día es como mil años y mil años, como un día. No es que el Señor se tarde, como algunos suponen, en cumplir su promesa, sino que les tiene a ustedes mucha paciencia, pues no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan. El día del Señor llegará como los ladrones. Entonces los cielos desaparecerán con gran estrépito, los elementos serán destruidos por el fuego y perecerá la tierra con todo lo que hay en ella. Puesto que todo va a ser destruido, piensen con cuánta santidad y entrega deben vivir ustedes esperando y apresurando el advenimiento del día del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por lo tanto, queridos hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en que el Señor los halle en paz con Él, sin mancha ni reproche. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La paciencia de Dios con nosotros es enorme. Dios no se precipita ni toma determinaciones apresuradas. Aplica al máximo su justicia y multiplica los llamados a la conversión.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 3, 4. 6) R/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los
hombres verán la salvación de Dios. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 1, 1-8
Éste es
el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta
Isaías está escrito:
He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti, a preparar
tu camino. Voz del que clama en el desierto: "Preparen el camino del Señor,
enderecen sus senderos".
En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando
un bautismo de arrepentimiento, para el perdón de los pecados. A él
acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén;
reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón
de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: "Ya
viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno
ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus
sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero Él los bautizará
con el Espíritu Santo". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor
Juan Bautista presiente el cambio de época. Jesús está por venir y con Él darán inicio las transformaciones esperadas por los profetas. El Espíritu cambiará el corazón de las personas.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o l/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ba 5, 5; 4, 36)
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Mientras más severa era la opresión que Israel padecía, más se reforzaba la esperanza en las promesas de salvación. Juan Bautista fue uno de esos profetas auténticos que denunció los pecados de su generación y mantuvo abierta la puerta de la esperanza. Él no había visto las escenas del futuro. Al vivir de forma creyente y atenta, reconoció los discretos presagios de la cercanía del Reino. En el presente vivimos una tensión desgastante. La historia, lo mismo a nivel mundial que nacional, es sombría. Ese no es un pretexto para llenar el corazón de odio o resentimiento. Ese camino fácil es estéril y peligroso. La esperanza cristiana es más exigente porque nos motiva a ser autocríticos y a trabajar con decisión a favor del mundo nuevo.
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 61, 10)
Con gozo intenso me gozaré en el Señor y en mi Dios se alegrará mi alma, pues me ha vestido una túnica de salvación y me ha cubierto con un manto de inocencia, como la novia se enjoya para su boda.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que por la inmaculada concepción de la Virgen María preparaste una morada digna para tu Hijo y, en atención a los méritos de la muerte redentora de Cristo, la preservaste de toda mancha de pecado, concédenos, por su maternal intercesión, vivir en tu presencia sin pecado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 3, 9-15. 20
Después
de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el
Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: "¿Dónde
estás?". Éste le respondió: "Oí tus pasos
en el jardín; y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí".
Entonces le dijo Dios: "¿Y quién te ha dicho que estabas
desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí
comer?". Respondió Adán: "La mujer que me diste por
compañera me ofreció del fruto del árbol y comí".
El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Por qué has hecho
esto?". Repuso la mujer: "La serpiente me engañó y comí".
Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: "Porque has hecho esto,
serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes.
Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días
de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia
y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú
tratarás de morder su talón".
El hombre le puso a su mujer el nombre de "Eva", porque ella fue la
madre de todos los vivientes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La humanidad eligió no escoger, dejó que el instinto ciego dominara su vida y se apartó del camino del bien. La libertad se reconquista cuando se establece un límite firme a nuestro deseo egoísta.
Del salmo
97 R/. Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 1, 3-6. 11-12
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Él
con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió
en Cristo, antes de crear el mundo, para que fuéramos santos e irreprochables
a sus ojos, por el amor, y determinó, porque así lo quiso, que,
por medio de Jesucristo, fuéramos sus hijos, para que alabemos y glorifiquemos
la gracia con que nos ha favorecido, por medio de su Hijo amado.
Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos
destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad:
para que fuéramos una alabanza continua de su gloria, nosotros, los que
ya antes esperábamos en Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Dios nos ha escogido desde el principio del mundo ara ser partícipes de su vida divina. Esa oferta de vida no se transmite de forma mecánica, se acoge de forma libre.
ACLAMACIÓN
(cfr. Le 1, 28) R/. Aleluya, aleluya.
Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
Bendita tú entre las mujeres. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En aquel tiempo,
el ángel Gabriel fue enviado por s a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José.
La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas
palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría
decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia
ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre
Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo;
el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y El reinará
sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá
ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El ángel le contestó:
"El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será
llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de
su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios". María contestó:
"Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que
me has dicho"; y el ángel se retiró de su presencia. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Una mujer dispuesta a dejarse guiar por Dios. María se asume como la servidora del Señor. El proyecto de Dios necesita de personas dispuestas a entregar su vida.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio de salvación que vamos a ofrecerte en esta festividad de la santísima Virgen María, a la que, desde su concepción, preservaste de todo pecado y, por su intercesión, concédenos el perdón de todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo
y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque preservaste a la Virgen María de toda mancha de pecado original
para que, enriquecida con la plenitud de tu gracia, fuese digna Madre de tu
Hijo, imagen y comienzo de la Iglesia, que es la esposa de Cristo, llena de
juventud y de limpia hermosura.
Purísima tenía que ser, Señor, la Virgen que nos diera
al Cordero inocente que quita el pecado del mundo.
Purísima la que, entre todos los hombres, es abogada de gracia y ejemplo
de santidad.
Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Grandes cosas se cantan de ti, María, porque de ti ha nacido el Sol de Justicia, Cristo, nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido, nos ayuden, Señor, a superar la debilidad que nos dejó el pecado original, del cual, por singular privilegio, preservaste a la santísima Virgen María en su inmaculada concepción. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 63, 11)
El justo encontrará en el Señor su alegría y su esperanza. Todos los hombres de corazón recto serán salvados.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del bienaventurado Juan Diego, manifestaste a tu pueblo el amor de la Santísima Virgen María, concédenos, por su intercesión, que, obedientes a las recomendaciones de nuestra Madre de Guadalupe, podamos cumplir siempre tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 40, l-11
"Consuelen,
consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén
y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre
y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del
Señor castigo doble por todos sus pecados". Una voz clama: "Preparen
el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una
calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina
se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se
revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán".
Así ha hablado la boca del Señor. Una voz dice: "¡Griten!",
y yo le respondo: "¿Qué debo gritar?". "Todo hombre
es como la hierba y su grandeza es como flor del campo. Se seca la hierba y
la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre".
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza
con fuerza la voz, tú, que anuncias noticias alegres a Jerusalén.
Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: "Aquí
está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que
con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo acompaña y sus
trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará a su rebaño; llevará
en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito
a sus madres". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El profeta debe consolar a un pueblo abatido. Para hacerla tiene que aguzar la mirada y leer con nuevos ojos el presente, para descifrar los signos del Dios que llega con poder.
Del salmo
95 R/. Ya viene el Señor a renovar el mundo.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor
toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamemos
su amor día tras día. R/.
Su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus
maravillas. "Reina el Señor", digamos a los pueblos, gobierna
a las naciones con justicia. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya está cerca el día del Señor. Ya viene el Señor
a salvamos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 18, 12-14 .
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "¿Qué les parece?
Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las
noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió?
Y si llega a encontrada, les aseguro que se alegrará más por ella
que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre
celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños". Palabra
del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
La lógica de Dios nos resulta extraña. Los humanos hacemos cálculos
pensando en el beneficio, optamos por custodiar las 99 ovejas. Dios, en cambio,
nos trata de forma personal.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte, en memoria de tu siervo san Juan Diego, sea agradable en tu presencia como la ofrenda de su humilde y sencilla fe, para alabanza y gloria de tu nombre y para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 12, 26)
El que quiera servirme, que me siga, dice el Señor; y donde yo esté, ahí estará mi servidor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias, Padre celestial, por este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo que hemos celebrado; concédenos, por intercesión de san Juan Diego, que, bajo la protección de la Virgen María, nos mantengamos siempre unidos en una fe sincera y en una ardiente caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Melquíades I, papa y mártir, y Eulalia de Mérida, mártir. Beato Gregorio III, papa. Feria (Morado)
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ha 2,3; 1 Co 4, 5)
Ven, Señor, y no tardes; ilumina los secretos de las tinieblas y manifiéstate a todas las naciones.
ORACIÓN COLECTA
No permitas, Padre todopoderoso, que quienes esperamos la llegada consoladora de nuestro salvador desfallezcamos en la tarea que tú nos has encomendado, de preparamos a su venida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 40, 25-31
"¿Con
quién me van a comparar, que pueda igualarse a mí?", dice
el Dios de Israel. Alcen los ojos a lo alto y díganme quién ha
creado todos aquellos astros. Él es quien cuenta y despliega su ejército
de estrellas y a cada una la llama por su nombre; tanta es su omnipotencia y
tan grande su vigor, que ninguna de ellas desoye su llamado.
¿Por qué dices tú, Jacob, y lo repites tú, Israel:
"Mi suerte se le oculta al Señor y mi causa no le preocupa a mi
Dios"? ¿Es que no lo has oído? Desde siempre el Señor
es Dios, creador aun de los últimos rincones de la tierra. Él
no se cansa ni se fatiga y su inteligencia es insondable. Él da vigor
al fatigado y al que no tiene fuerzas, energía. Hasta los jóvenes
se cansan y se rinden, los más valientes tropiezan y caen; pero aquellos
que ponen su esperanza en el Señor, renuevan sus fuerzas; les nacen alas
como de águila, corren y no se cansan, caminan y no se fatigan. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
"Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, corren sin cansarse, echan el vuelo como las águilas". Hermosa expresión de confianza. Vale la pena animarse a confiar.
Del salmo
102 R/. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su
santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus
beneficios. R/.
Él perdona tus pecados y cura tus enfermedades; Él rescata tu
vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según
nuestros pecados. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor para salvar a su pueblo. Dichosos los que estén
preparados para salir a su encuentro. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 11, 28-30
En aquel tiempo,
Jesús dijo: "Vengan a mí todos los que están fatigados
y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes
y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán
descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera". Palabra del Señor.
T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús no es un vendedor de consuelos baratos. Invita a cargar un yugo,
que de por si es pesado, y que se vuelve ligero cuando se asume de forma libre
y decidida.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre, para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o l/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 40, 10; cfr. 35, 5)
He aquí que el Señor vendrá con gran poder e iluminará los ojos de sus siervos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Dámaso I, papa; Sabina de Piacenza, obispo, y Maravillas de Jesús, religiosa. Feria (Morado)
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 118, 151-152)
Tú estás cerca, Señor, y todos tus caminos son derechos. Desde el principio comprendí que tu alianza la estableciste para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Haz, Señor, que nos decidamos a preparar los caminos de tu Hijo y, por el misterio de su venida, podamos servirte con un corazón limpio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 41, 13-20
Yo, el Señor,
te tengo asido por la diestra y yo mismo soy el que te ayuda. No temas, gusanito
de Jacob, oruga de Israel, que soy yo, dice el Señor, el que te ayuda;
tu redentor es el Dios de Israel.
Mira: te he convertido en rastrillo nuevo de dientes dobles; triturarás
y pulverizarás los montes, convertirás en paja menuda las colinas.
Las aventarás y se irán con el viento y el torbellino las dispersará.
Tú, en cambio, te regocijarás en el Señor, te gloriarás
en el Dios de Israel. Los miserables y los pobres buscan agua, pero es en vano;
tienen la lengua reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les daré
una respuesta; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré
que broten ríos en las cumbres áridas y fuentes en medio de los
valles; transformaré el desierto en estanque y el yermo, en manantiales.
Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos; plantaré
juncos en la estepa, cipreses, oyameles y olmos; para que todos vean y conozcan,
adviertan y entiendan de una vez por todas, que es la mano del Señor
la que hace esto, que es el Señor de Israel quien lo crea". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El pueblo se sentía tan despreciable que no encontró otra imagen para describir su situación. "Gusanito de Jacob, oruga de Israel". La oruga dejará un día el capullo y se convertirá en mariposa.
Del salmo
144 R/. Bueno es el Señor para con todos.
Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre
siempre y para siempre. Bueno es el Señor para con todos y su amor se
extiende a todas sus creaturas. R/.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones.
R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 18 45, 8) R/. Aleluya, aleluya.
Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al Justo;
que la tierra se abra y haga germinar al Salvador. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 11, 11-15
En aquel tiempo,
Jesús dijo a la gente: "Yo les aseguro que no ha surgido entre los
hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo,
el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más
grande que él.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos
exige esfuerzo, y los esforzados lo conquistarán. Porque todos los profetas
y la ley profetizaron, hasta Juan; y si quieren creerlo, él es Ellas,
el que habría de venir. El que tenga oídos que oiga". Palabra
del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Cuando Jesús definía en plena juventud el rumbo de su vida, debió
quedar impresionado ante la entereza del profeta del Jordán, a quien
luego seguiría como su mentor y maestro, en el camino del sacrificio.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o l/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Tt 2, 12-13)
Vivamos en este mundo como hombres responsables, justos y que sirven a Dios, en espera de que se cumpla la feliz esperanza: la manifestación gloriosa de Jesucristo, nuestro Dios y salvador.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nuestra Señora de Guadalupe
Santos: Donato de Roma y compañeros, mártires, y Simón Hua de Vietnam, mártir. Solemnidad (Blanco)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 12,1)
Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 7, 10-14
En aquellos tiempos,
el Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor,
tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto".
Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor".
Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos
con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien,
el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí
que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán
el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El rey, como lugarteniente de Dios, no puede gobernar como un pragmático, tiene que aprender a luchar y a confiar. Dios no le resolverá sus problemas, pero jamás le retirará su auxilio.
O bien:
Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácide): 24,23-31
Yo soy como una
vid de fragantes hojas y mis flores son producto de gloria y de riqueza. Yo
soy la madre del amor, del temor, del conocimiento y de la santa esperanza.
En mí está toda la gracia del camino y de la verdad, toda esperanza
de vida y de virtud.
Vengan a mí, ustedes, los que me aman y aliméntense de mis frutos.
Porque mis palabras son más dulces que la miel y mi heredad, mejor que
los panales.
Los que me coman seguirán teniendo hambre de mí, los que me beban
seguirán teniendo sed de mí; los que me escuchan no tendrán
de qué avergonzarse y los que se dejan guiar por mí no pecarán.
Los que me honran tendrán una vida eterna. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Un libro lleno de sabiduría. La ley otorgada por Dios a Moisés es un proyecto que, si se vive con seriedad y decisión, se convierte en fuente de vida y felicidad para el pueblo.
Del salmo
66 R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus
ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora.
R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos
juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 4-7
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacemos hijos suyos. Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: "¡Abbá!", es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En la plenitud de los tiempos Dios envió a su Hijo para que, haciéndose semejante a nosotros, nos hiciera partícipes de su condición filial. Haciéndose hijo obediente nos dio libertad.
ACLAMACIÓN
(Lc 1, 47) R/. Aleluya, aleluya.
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo
en Dios, mi salvador. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-48
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor". Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
María la madre de Jesús, vislumbró las señales de Dios en su vida personal. Entendió con claridad el riesgo de aquella maternidad y decidió a asumirla.
Credo
RACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, y haz que este sacrificio nos dé fuerza para cumplir tus mandamientos como verdaderos hijos de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de santa María Virgen
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Sal 147, 20)
No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo; a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento nos ayuden, Señor, por intercesión de nuestra santísima Madre de Guadalupe, a reconocemos y amamos todos como verdaderos hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Por su total consagración a Dios, santa Lucía mereció escuchar estas palabras: Ven, esposa de Cristo, y recibe la corona que el Señor te ha preparado para toda la eternidad.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, por intercesión de santa Lucía, virgen y mártir, que llenes de luz y de gozo nuestros corazones y que, quienes hoy celebramos su martirio en la tierra, lleguemos a contemplar con nuestros propios ojos tu gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácide): 48, 1-4. 9-11
En aquel tiempo surgió Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. Él hizo caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmó. En el nombre del Señor cerró las compuertas del cielo e hizo que descendiera tres veces fuego de lo alto. ¡Qué glorioso eres, Elías, por tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? En un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo, sobre un carro tirado por caballos de fuego. Escrito está de ti que volverás, cargado de amenazas, en el tiempo señalado, para aplacar la cólera antes de que estalle, para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia los hijos y congregar a las tribus de Israel. Dichosos los que te vieron y murieron gozando de tu amistad; pero más dichosos los que estén vivos cuando vuelvas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El profeta Elías se dejó contagiar del fuego divino. Vivió para llamar a Israel a que viviera fiel a Dios. Su recuerdo creció hasta convertirse en una figura gloriosa como pocas.
Del salmo
79 R/. Ven, Señor, a salvarnos.
Escúchanos, pastor de Israel; tú, que estás rodeado
de querubines, manifiéstate, despierta tu poder y ven a salvamos. R/.
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña
y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú
mismo cultivaste. R/.
Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido. Ya no
nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 3, 4. 6) R/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los
hombres verán al Salvador. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 17, 10-13
En aquel tiempo,
los discípulos le preguntaron a Jesús: "¿Por qué
dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?".
Él les respondió: "Ciertamente Elías ha de venir y
lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que
Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él
cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos
de ellos".
Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan el Bautista.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
En este brevísimo diálogo aflora algo de la conciencia de Jesús. Él leyó de forma creyente la ejecución de Juan Bautista y entendió que su vida también tendría un desenlace violento.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que los dones que vamos a ofrecerte en honor de tu santa virgen Lucía te sean, Señor, tan agradables, como agradable fue a tus ojos su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 10, 42)
Santa Lucía, virgen, escogió la mejor parte y no le será quitada.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, que glorificaste a santa Lucía con la doble corona de la virginidad y del martirio, concédenos que esta comunión nos ayude a superar todas las pruebas y podamos así alcanzar el Reino eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
III DOMINGO DE ADVIENTO
ANTÍFONA DE ENTRADA (Flp 4, 4. 5)
Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres. El Señor está cerca.
No se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Mira, Señor, a tu pueblo que espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo, y concédele celebrar el gran misterio de nuestra salvación con un corazón nuevo y una inmensa alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 61, 1-2. 10-11
El espíritu
del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado
para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado,
a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros,
y a pregonar el año de gracia del Señor.
Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en
mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió
con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia
que se adorna con sus joyas. Así como la tierra echa sus brotes y el
jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor
hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las naciones. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El profeta sabe cuál es su misión; vive en medio de un pueblo sufriente que necesita encontrar un camino hacia la libertad. Dios dará inicio a un gran año de gracia.
Mi espíritu
se alegra en Dios, mi salvador.
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo
en Dios, mi salvador, porque puso los ojos en la humildad de su esclava. R/.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho
en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia
llega, de generación en generación, a los que lo temen. R/.
A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió
sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su
siervo. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 5, 16-24
Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Espíritu Santo, ni desprecien el don de profecía; pero sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los santifique a ustedes en todo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Recomendaciones diversas, todas ellas importantes. El discernimiento de espíritus, la alegría y el distanciamiento de toda maldad, son exigencias básicas para quien sigue a Cristo.
ACLAMACIÓN
(Is 61, 1, Cit. en Lc 4, 18) R/. Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado
para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 1, 6-8. 19-28
Hubo un hombre
enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar
testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él
no era la luz, sino testigo de la luz.
Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos
enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle:
"¿Quién eres tú?".
Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó:
"Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién
eres, pues? ¿Eres Elías?". Él les respondió:
"No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió:
"No". Le dijeron:
"Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los
que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?". Juan les contestó:
"Yo soy la voz que grita en el desierto: 'Enderecen el camino del Señor',
como anunció el profeta Isaías".
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron:
"Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías,
ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo
con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien
que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las
correas de sus sandalias".
Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan
bautizaba. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Juan no muestra ínfulas de grandeza, no se apropia de ninguno de los grandes títulos reservados a los mediadores divinos; es apenas una voz que prepara los caminos del Señor.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o 1B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 35, 4)
He aquí que vendrá nuestro Salvador, ya no tengan miedo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La gente verdaderamente grande vive su fe y su vida de forma sencilla. Los títulos honoríficos, las carreras eclesiásticas y todas las vanidades de la vida no le significan nada importante. Juan Bautista fue un hombre humanamente importante; le bastaba proclamar su palabra y congregaba multitudes de todos los estratos y clases sociales de Israel. Tenía al pueblo en sus manos. Sin embargo, no sufrió la embriaguez de la gloria humana. Su ascética existencia y su vida de oración lo mantuvieron como un profeta ecuánime. Él fue una voz que preparó el camino a una figura verdaderamente importante que vendría detrás de él. ¡Cuánto bien nos haría vivir la vida con la sencillez y la humildad de este profeta!
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jr 31, 10; Is 35, 4)
Oigan, pueblos, la palabra del Señor y anúncienla en todos los rincones de la tierra: "He aquí que vendrá nuestro salvador, ya no tengan miedo".
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, nuestras plegarias y con la luz de tu Hijo, que viene a visitamos, ilumina las tinieblas de nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Números: 24,2-7.15-17
En aquellos días,
Balaam levantó los ojos y divisó a Israel acampado por tribus.
Entonces el espíritu del Señor vino sobre él y pronunció
este oráculo: "Oráculo de Balaam, hijo de Beor, palabra del
varón de ojos penetrantes; oráculo del que escucha la palabra
de Dios y contempla en éxtasis, con los ojos abiertos, la visión
del Todopoderoso. Qué bellas son tus tiendas, Jacob, y tus moradas, Israel.
Son como extensos valles, como jardines junto al río, como áloes
que plantó el Señor, como cedros junto a la corriente. De su descendencia
nace un héroe que domina sobre pueblos numerosos".
Y de nuevo dijo: "Oráculo de Balaam, hijo de Beor, palabra del varón
de ojos penetrantes, oráculo del que escucha la palabra de Dios y conoce
la ciencia del Altísimo y contempla en éxtasis, con los ojos abiertos,
la visión del Todopoderoso.
Yo lo veo, pero no en el presente; yo lo contemplo, pero no cercano: de Jacob
se levanta una estrella y un cetro surge de Israel". Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
Balaam fue un profeta clarividente. El hombre de ojos perfectos conoce los planes del Altísimo. Todos los cristianos tenemos la luz del Espíritu para contemplar las visiones del todopoderoso.
Del salmo
24 R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la
verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti
nuestra esperanza. R/.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según
ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.
R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 84, 8) R/. Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 21, 23-27
En aquellos días, mientras Jesús enseñaba en el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y le preguntaron: "¿Con qué derecho haces todas estas cosas? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?". Jesús les respondió: "Yo también les voy a hacer una pregunta, y si me la responden, les diré con qué autoridad hago lo que hago: ¿De dónde venía el bautismo de Juan, del cielo o de la tierra?". Ellos pensaron para sus adentros: "Si decimos que del cielo, Él nos va a decir: 'Entonces, ¿por qué no le creyeron?'. Si decimos que de los hombres, se nos va a echar encima el pueblo, porque todos tienen a Juan por un profeta". Entonces respondieron: "No lo sabemos". Jesús les replicó: "Pues tampoco yo les digo con qué autoridad hago lo que hago". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús no se atemoriza ante los desplantes autoritarios de los senadores de Israel. Él sabe de dónde viene su legitimidad y por eso vive pendiente de cumplir la voluntad de su Padre.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o 1/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Sal 105, 4-5; Is 38, 3)
Ven, Señor, a visitamos con tu paz, para que nos alegremos delante de ti, de todo corazón.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Za 14, 5. 7)
Vendrá el Señor, mi Dios, y con Él, todos sus santos; y brillará en aquel día una gran luz.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has hecho de nosotros una nueva creatura, míranos con amor y misericordia, y, por la venida del Redentor, borra en nosotros toda huella de pecado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Sofonías: 3, 1-2. 9-13
"¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada, de la ciudad potente y opresora! No ha escuchado la voz, ni ha aceptado la corrección. No ha confiado en el Señor, ni se ha vuelto hacia su Dios. Pero hacia: el fin daré otra vez a los pueblos labios puros, para que todos invoquen el nombre del Señor y lo sirvan todos bajo el mismo yugo. Desde más allá de los ríos de Etiopía, hasta las últimas regiones del norte, los que me sirven me traerán ofrendas. Aquel día no sentirás ya vergüenza de haberme sido infiel, porque entonces yo quitaré de en medio de ti a los orgullosos y engreídos, y tú no volverás a ensoberbecerte en mi monte santo. Aquel día, dice el Señor, yo dejaré en medio de ti, pueblo mío, un puñado de gente pobre y humilde. Este resto de Israel confiará en el nombre del Señor. No cometerá maldades ni dirá mentiras; no se hallará en su boca una lengua embustera, Permanecerán tranquilos y descansarán sin que nadie los moleste”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Sofonías consiguió ver el futuro de Israel. En ese mundo por venir no cabrían todos. Dios recomenzaría la historia dejándose para sí un resto humilde que lo acogería.
Del salmo
33 R/. El Señor escucha el clamor de los pobres.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de
alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al
escucharlo. R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te
sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los
pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra
su recuerdo. Escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas.
R/.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
Salva el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en Él
esperan. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ven, Señor, no te tardes; ven a perdonar los delitos de tu pueblo.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 21, 28-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?". Ellos le respondieron: "El segundo". Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publícanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publícanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Decir o hacer. Vivir como un mentiroso y un demagogo o ser un testigo creíble del amor de Dios. Ser un vividor o ser un cristiano cabal. Esa es la disyuntiva que nos plantea este pasaje.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio l/A o l/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (2 Tm 4. 8)
El Señor, justo juez, dará la corona merecida a todos los que esperan con amor su venida gloriosa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 49, 13)
Alégrense los cielos y regocíjese la tierra, porque vendrá el Señor y tendrá misericordia de sus pobres.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, creador y redentor de los hombres, que quisiste que tu Verbo eterno tomara carne en el seno de la siempre Virgen María, escucha nuestras súplicas y concédenos que tu Hijo, que ha tomado nuestra naturaleza humana, nos haga participantes de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 49, 2. 8-10
En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les habló así: "Acérquense y escúchenme, hijos de Jacob; escuchen a su padre, Israel. A ti, Judá, te alabarán tus hermanos; pondrás la mano sobre la cabeza de tus enemigos; se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Cachorro de león eres, Judá: has vuelto de matar la presa, hijo mío, y te has echado a reposar, como un león. ¿Quién se atreverá a provocarte? No se apartará de Judá el cetro, ni de sus descendientes, el bastón de mando, hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos le deben obediencia". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Entre los descendientes de Jacob, destaca Judá. Él estará asociado para siempre con las funciones de gobierno, por eso llevará entre sus rodillas el bastón de mando.
Del salmo
71 R/. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes. El rey hará
justicia al oprimido y salvará a los hijos de los pobres. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era
tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro
de la tierra. R/.
Que bendigan al Señor eternamente, y tanto como el sol, viva su nombre.
Que Él sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso
las naciones. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Sabiduría del Altísimo, que dispones todas las cosas
con fortaleza y con suavidad, ven a enseñamos el camino de la vida. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 1, 1-17
Genealogía
de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac,
Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró
de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab,
Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró
de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé
al rey David. David engendró de la mujer de Urías a Salomón,
Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat,
Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz,
Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón,
Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías
y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a
Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim
a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar
a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José,
el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce;
desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde
la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús es uno de los nuestros. Ese es el mensaje que nos transmite esa larga lista de nombres impronunciables. Es un verdadero israelita y un descendiente de David; en Él se cumplirán las promesas.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, los dones de tu Iglesia y concédenos en esta Eucaristía el pan del cielo que renueva nuestras fuerzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio 11/A o 11/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Ag 2, 8)
He aquí que vendrá el deseado de todas las naciones, y la casa del Señor se llenará de gloria.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has concedido participar en esta Eucaristía, enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu Espíritu, a fin de que podamos brillar, por nuestras buenas obras, cuando venga Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Winebaldo de Eichstat, abad, y Graciano de Tours, obispo. Nuestra Señora de Zapopan. Feria (Morado)
ANTÍFONA DE ENTRADA
Vendrá Cristo, nuestro Rey, el Cordero cuya venida fue anunciada por Juan.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, vernos libres de la antigua esclavitud del pecado por el renovado misterio del nacimiento de tu Hijo que vamos a celebrar. El cual vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Jeremías: 23, 5-8
"Miren: Viene
un tiempo, dice el Señor, en que haré surgir un renuevo en el
tronco de David: será un rey justo y prudente y hará que en la
tierra se observen la ley y la justicia.
En sus días será puesto a salvo Judá, Israel habitará
confiadamente y a Él lo llamarán con este nombre: 'El Señor
es nuestra justicia'. Por eso, miren que vienen tiempos, oráculo del
Señor, en los que no se dirá: 'Bendito sea el Señor, que
sacó a los israelitas de Egipto', sino que se dirá: 'Bendito sea
el Señor, que sacó a los hijos de Israel del país del norte
y de los demás países donde los había dispersado, y los
trajo para que habitaran de nuevo su propia tierra' ". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Un rey prudente, un gobernante justo y sensato. Antigua y siempre nueva aspiración de los pueblos que sufren. Jeremías nos anima a reconocer en Jesús al rey prudente y justo.
Del salmo
71 R/. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo
de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra
sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida
al desdichado. R/.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace grandes
cosas. Que su nombre glorioso sea bendito y la tierra se llene de su gloria.
R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Señor nuestro, que guiaste a tu pueblo por el desierto y le
diste la ley a Moisés en el Sinaí, ven a redimimos con tu poder.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-24
Cristo vino al
mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con
José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra
del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo,
que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejada
en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor
le dijo en sueños:
"José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María,
tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará
a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque
Él salvará a su pueblo de sus pecados". Todo esto sucedió
para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del
profeta Isaías:
He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a
quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
José vivió como un israelita fiel durante su vida cumplió la voluntad de Dios. Cuando enfrentó la decisión más difícil de su vida, procedió como el hombre justo que era.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos haga menos indignos de ti, para que podamos participar de la vida eterna de tu Hijo, que, al hacerse mortal como nosotros, nos devolvió la inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio 11/A o 11/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 1. 23)
Y le pondrán por nombre Emmanuel, que quiere decir: Dios-con-nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía, en la que hemos tomado parte, nos ayude, Señor, a preparamos con fe y con amor, a celebrar las fiestas, ya cercanas, del nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Hb 10, 37)
El que ha de venir, vendrá sin tardanza, y ya no tendremos nada que temer, porque Él es nuestro Salvador.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que te dignaste manifestar al mundo el esplendor de tu gloria por medio del parto de la santísima Virgen María, concédenos venerar con fe íntegra y celebrar con sincera piedad el gran misterio de la encarnación de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Jueces: 13, 2-7. 24-25
En aquellos días,
había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoa. Su
mujer era estéril y no había tenido hijos. A esa mujer se le apareció
un ángel del Señor y le dijo: "Eres estéril y no has
tenido hijos; pero de hoy en adelante no bebas vino ni bebida fermentada, ni
comas nada impuro, porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No dejes que
la navaja toque su cabello, porque el niño estará consagrado a
Dios desde el seno de su madre y él comenzará a salvar a Israel
de manos de los filisteos".
La mujer fue a contarle a su marido: "Un hombre de Dios ha venido a visitarme.
Su aspecto era como el del ángel de Dios, terrible en extremo. Yo no
le pregunté de dónde venía y él no me manifestó
su nombre, pero me dijo: 'Vas a concebir y a dar a luz un hijo. De ahora en
adelante no bebas vino ni bebida fermentada, no comas nada impuro, porque el
niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta
su muerte' ".
La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció
y el Señor lo bendijo y el espíritu del Señor empezó
a manifestarse en él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Sansón vivirá como nazireo consagrado desde su nacimiento al Señor. Cada uno de los bautizados vivimos esa misma consagración. Somos de Dios y para Él vivimos.
Del salmo
70 R/. Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.
Señor, sé para mí un refugio, ciudad fortificada
en que me salves. Y, pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor,
de los malvados. R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confió.
Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me
sostenías. R/.
Tus hazañas, Señor, alabaré, diré a todos que sólo
tú eres justo. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir
alabándote es mi orgullo. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los
pueblos, ven a libramos y no te tardes. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 5-25
Hubo en tiempo
de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de
Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Ambos
eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo
los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos,
porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.
Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante
Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según
la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer
el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la
hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la
derecha del altar del incienso. Al vedo, Zacarías se sobresaltó
y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo:
"No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada.
Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre
de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros
muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será
grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará
lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá
a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con
el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones
de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y
prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo".
Pero Zacarías replicó: "¿Cómo podré
estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de
edad avanzada". El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel,
el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta
buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar
hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis
palabras, que se cumplirán a su debido tiempo".
Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba
de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron
que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató
de hacerse entender por señas y permaneció mudo.
Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco
después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se
dejó ver, pues decía: "Esto es obra del Señor. Por
fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Este sacerdote provinciano había envejecido sin recibir el consuelo de engendrar un hijo. Esa pena había calado hondo en su vida, por eso reaccionó con extrañeza ante el anuncio de que Dios le daría un hijo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, las ofrendas que te presentamos, para que tu poder consagre los dones de nuestra pobreza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio 11/lA o 11/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1. 78-79)
Vendrá a visitamos de lo alto un sol naciente, Cristo, el Señor, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias, Señor, por los bienes que nos has dado, y te rogamos que enciendas en nosotros el deseo de lo que nos has prometido, para que, con un espíritu renovado, podamos celebrar dignamente el nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 11, 1; 40, 5; Lc 3, 6)
Un retoño brotará del tronco de Jesé, la gloria del Señor llenará la tierra y toda creatura verá la salvación de Dios.
ORACIÓN COLECTA
A ejemplo de la Virgen Inmaculada que, al aceptar tu voluntad, anunciada por el ángel, recibió en su seno a tu Hijo, fue llena de la gracia del Espíritu Santo y se convirtió en templo de la divinidad, concédenos, Padre todopoderoso, la gracia de aceptar tus designios con humildad de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 7, 10-14
En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto". Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor". Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El rey Acaz debe aprender a confiar en Dios. Procediendo de esa forma podrá inspirar y animar a sus hermanos para que enfrenten con fe y valentía cada uno de sus desafíos.
Del salmo
23 R/. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los
que en él habitan, pues Él lo edificó sobre los mares,
Él fue quien lo asentó sobre los ríos. R/. ¿Quién
subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá
entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que
no jura en falso. R/.
Ése obtendrá la bendición de Dios y Dios, su salvador,
le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y
vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Llave de David, que abres las puertas del Reino eterno, ven a librar
a los que yacen oprimidos por las tinieblas del mal. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En aquel tiempo,
el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David,
llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas
palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría
decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia
ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre
Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo;
el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y Él
reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá
fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá
ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El ángel le contestó:
"El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo que va a nacer de ti será
llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de
su vejez ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios". María contestó:
"Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que
me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Un saludo tan efusivo como el que recibió aquella jovencita turbaría a cualquiera. María, la predilecta de Dios, la que contará con la asistencia permanente de Dios en su vida.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el único sacrificio que puede agradarte y, por nuestra participación en este sacramento, concédenos los bienes que la fe nos invita a esperar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio 11/A o 11/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 31)
Dijo el ángel a María: Has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo, y será llamado Hijo del Altísimo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Protege, Señor, con tu poder a cuantos has alimentado con esta Eucaristía, y haz que encuentren en este sacramento la fuente de la paz verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
IV DOMINGO DE ADVIENTO
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 45, 8)
Destilen, cielos, el rocío, y que las nubes lluevan al justo; que la tierra se abra y haga germinar al salvador.
No se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que hemos conocido por el anuncio del ángel la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de Samuel: 7, 1-5. 8-12. 14. 16
Tan pronto como
el rey David se instaló en su palacio y el Señor le concedió
descansar de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:
"¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro,
mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?".
Natán le respondió: "Anda y haz todo lo que te dicte el corazón,
porque el Señor está contigo". Aquella misma noche habló
el Señor a Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David
que el Señor le manda decir esto: '¿Piensas que vas a ser tú
el que me construya una casa, para que yo habite en ella? Yo te saqué
de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo,
Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con
tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres más famosos
de la tierra.
Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí
para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos
ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los
tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y
a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos.
Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía;
y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus
padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré
su reino. Yo seré para él un padre y él será para
mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante
mí, y tu trono será estable eternamente' ". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Dios sacó a David del oficio de cuidador de ovejas. Si más tarde llegaría a ser jefe de Israel no sería por méritos propios. Dios ha estado a su lado en todas sus hazañas.
Del salmo
88 R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a
conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi
amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido:
'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono
eternamente'. R/.
El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y
que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor, ni violaré
el juramento que le hice". R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 16, 25-27
Hermanos: A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he proclamado, predicando a Cristo, conforme a la revelación del misterio, mantenido en secreto durante siglos, y que ahora, en cumplimiento del designio eterno de Dios, ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras, para atraer a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios único, infinitamente sabio, démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Dios es el único sabio. Si entendemos esa verdad fundamental, nos acercaremos a Él, fuente de sabiduría, para que nos guíe por sus sendas y nos instruya en sus caminos.
ACLAMACIÓN
(Lc 1, 38) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo
que me has dicho. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En aquel tiempo,
el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David,
llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: ''Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas
palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría
decir semejante saludo. El ángel le dijo: "No temas, María,
porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y
le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será
llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono
de David, su padre, y Él reinará sobre la casa de Jacob por los
siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá
ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El ángel le contestó:
"El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo que va a nacer de ti será
llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de
su vejez ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios". María contestó:
"Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que
me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Nadie de entre las jovencitas de Nazaret estaba preparada para recibir esa noticia sino ella. La fuerza del Espíritu se posará en su vientre virginal y dará a luz al Hijo del Altísimo.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el mismo Espíritu que cubrió con su sombra y fecundó con su poder el seno de la Virgen María, santifique, Señor, estas ofrendas que hemos depositado sobre tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio 11/A o 11/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 7,14)
He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has dado en este sacramento la prenda de nuestra salvación, concédenos, Padre todopoderoso, preparamos cada día con mayor fervor para celebrar dignamente el nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Todas las tareas urgentes que hacen falta cumplir para que nuestro mundo sea un espacio adecuado, para que hombres y mujeres vivamos felices, son demasiado grandes para el tamaño de nuestras fuerzas. En una palabra: esos retos gigantescos nos superan. No se trata de realizarlos a solas. En primer lugar, Dios es quien suscita en nosotros el querer y el obrar. Él invitó a María a que se dejara transformar por la fuerza del Espíritu. Al término de este año, podemos hacer un balance de nuestra vida y descubrir cuáles son los proyectos verdaderamente importantes que Dios nos encomienda y a los cuales todavía no nos decidimos aceptar. Este episodio evangélico nos recuerda que es posible vivir como sirvientes de Dios, poniéndonos al servicio de su proyecto de vida y salvación.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 23, 7)
Puertas, ábranse de par en par; agrándense portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que al ver al hombre caído y condenado a la muerte, quisiste rescatado con la venida de tu Hijo, concede a cuantos creemos en el misterio de su encarnación, participar algún día de su vida inmortal. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 1, 24-28
En aquellos días, Ana llevó a Samuel, que todavía era muy pequeño, a la casa del Señor, en Siló, y llevó también un novillo de tres años, un costal de harina y un odre de vino. Una vez sacrificado el novillo, Ana presentó el niño a Elí y le dijo: "Escúchame, señor: te juro por mi vida que yo soy aquella mujer que estuvo junto a ti, en este lugar, orando al Señor. Éste es el niño que yo le pedía al Señor y que Él me ha concedido. Por eso, ahora yo se lo ofrezco al Señor, para que le quede consagrado de por vida". Y adoraron al Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Ana se presenta al Señor y le devuelve, agradecida, el don más precioso que había recibido: a su pequeño hijo Samuel. Quien aprende a recibir, también sabe dar.
Del salmol
R/. Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
Mi corazón se alegra en el Señor, en Dios me siento yo fuerte
y seguro. Ya puedo responder a mis contrarios, pues eres tú, Señor,
el que me ayuda. R/.
El arco de los fuertes se ha quebrado, los débiles se ven de fuerza llenos.
Se ponen a servir por un mendrugo los antes satisfechos; y sin tener que trabajar,
pueden saciar su hambre los hambrientos. Siete veces da a luz la que era estéril
y la fecunda ya dejó de serio. R/.
Da el Señor muerte y vida, deja morir y salva de la tumba; Él
es quien empobrece y enriquece, quien abate y encumbra. R/.
Él levanta del polvo al humillado, al oprimido saca de su oprobio, para
hacerlo sentar entre los príncipes en un trono glorioso. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven a salvar al hombre,
que modelaste del barro. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 46-56
En aquel tiempo,
dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu
se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad
de su esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.
Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación
a los que lo temen. Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a
los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó
a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los
despidió sin nada.
Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel su siervo, como
lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia,
para siempre".
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó
a su casa. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
María, mujer creyente, aprendió a conciliar su vida con su fe. No eran dos realidades distantes, eran una sola. Dios estaba presente en su historia personal y en la de su pueblo, Israel.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Confiados, Señor, en tu misericordia, venimos a tu altar con nuestros dones, a fin de que la celebración de esta Eucaristía nos purifique de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio 11/A o 11/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 46. 49)
Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de este sacramento nos dé fuerza, Señor, para preparamos a la venida de nuestro salvador con la práctica de las buenas obras, y podamos así, alcanzar el premio de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 9, 6; Sal 71, 17)
Un niño nos nacerá y será llamado Dios todopoderoso, en Él serán bendecidos todos los pueblos de la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Al acercarse las fiestas de la Navidad, te rogamos, Dios eterno y todopoderoso, que tu Verbo, que se hizo carne en el seno de la Virgen María y habitó entre nosotros, nos haga sentir su amor y su misericordia. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Malaquías: 3, 1-4.23-24
Esto dice el Señor:
"He aquí que yo envío a mi mensajero. Él preparará
el camino delante de mí. De improviso entrará en el santuario
el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien
ustedes desean. Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos.
¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién
quedará en pie cuando aparezca? Será como fuego de fundición,
como la lejía de los lavanderos. Se sentará como un fundidor que
refina la plata; como a la plata y al oro, refinará a los hijos de Leví
y así podrán ellos ofrecer, como es debido, las ofrendas al Señor.
Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén,
como en los días pasados, como en los años antiguos.
He aquí que yo les enviaré al profeta Elías, antes de que
llegue el día del Señor, día grande y terrible. Él
reconciliará a los padres con los hijos y a los hijos con los padres,
para que no tenga yo que venir a destruir la tierra". Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
Este profeta celebra el regreso de Elías. Ese profeta de fuego regresaría un día a Israel para disponer a sus hermanos a que acogieran al enviado definitivo de Dios.
Del salmo
24 R/. Descúbrenos, Señor, al salvador.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad
de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra
esperanza. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.
R/.
Con quien guarda su alianza y sus mandatos, el Señor es leal y bondadoso.
El Señor se descubre a quien lo teme y le enseña el sentido de
su alianza. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven a salvar al hombre,
que modelaste del barro. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 57-66
Por aquellos días,
le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos
y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado
tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían
poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles:
"No. Su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero
si ninguno de tus parientes se llama así". Entonces le preguntaron
por señas al padre cómo quería que se llamara el niño.
El pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre".
Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le
soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a
Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos, y en toda la región
montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de
ello se preguntaban impresionados: "¿Qué va a ser de este
niño?". Esto lo decían porque realmente la mano de Dios estaba
con él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
El relato del nacimiento del Bautista reúne las características de los anuncios de nacimiento de las grandes figuras de Israel. Su vida es un don de Dios, habrá que estar pendiente de sus acciones.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el sacrificio de tu Hijo, que es el acto de culto más perfecto que podemos ofrecerte, nos devuelva, Señor, tu amistad para que podamos celebrar con un corazón puro el nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio 11/A o 11/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 3, 20)
Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes hemos participado de esta Eucaristía, concédenos, Señor, tu perdón y tu paz, para que estemos siempre preparados a recibir dignamente a tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Misa matutina
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ga 4, 4)
He aquí que llega ya la plenitud de los tiempos, cuando Dios envió a su Hijo a la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Apresúrate, Señor Jesús, no tardes ya, para que tu venida dé nuevas fuerzas y ánimo a quienes hemos puesto nuestra confianza en tu misericordia. Tú, que vives y reinas .con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de Samuel: 7, 1-5. 8-12. 14.16
Tan pronto como
el rey David se instaló en su palacio y el Señor le concedió
descansar de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:
"¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro,
mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?".
Natán le respondió: "Anda y haz todo lo que te dicte el corazón,
porque el Señor está contigo". Aquella misma noche habló
el Señor a Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David
que el Señor le manda decir esto: '¿Piensas que vas a ser tú
el que me construya una casa, para que yo habite en ella? Yo te saqué
de los apriscos y de andar tras las ovejas para que fueras el jefe de mi pueblo,
Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con
tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres más famosos
de la tierra. Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré
allí para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus
enemigos ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde
los tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel.
Y a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos.
Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía;
y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus
padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré
su reino. Yo seré para él un padre y él será para
mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante
mí, y tu trono será estable eternamente' ". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Dios le promete a David una dinastía estable. De ese linaje nacerá el hijo obediente que jamás se apartará ni a derecha o izquierda del camino de Dios.
Del salmo
88 R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré
a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi
amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido:
'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono
eternamente'. R/.
El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y
que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor, ni violaré
el juramento que le hice". R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Sol refulgente de justicia y esplendor de la luz eterna, ven a iluminar
a los que yacen en las tinieblas y en las sombras de la muerte. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 67-79
En aquel tiempo,
Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó
diciendo:
"Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido
a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa
de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por
boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y
de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a
nuestros padres y acordarse de su santa alianza. El Señor juró
a nuestro padre Abraham concedemos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos
sin temor, en santidad y justicia delante de Él, todos los días
de nuestra vida.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque
irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su
pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el
sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras
de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Zacarías nos regala este cántico lleno de gratitud y esperanza. Quien deja que Dios realice su voluntad, consigue descubrir la fuerza salvadora de Dios, que libera a su pueblo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad estas ofrendas, a fin de que se conviertan en el alimento que nos libre de nuestros pecados y prepare nuestros corazones a la venida gloriosa de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio l1/A o l1/B de Adviento
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 68)
Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has renovado con esta Eucaristía concédenos, Señor, que el nacimiento adorable de tu Hijo, que hemos anticipado en la fe, nos llene de gozo y nos haga partícipes de los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Natividad del Señor
Santos: Santa Eugenia de Roma, mártir, y Anastasia de Sirmio, mártir. Solemnidad (Blanco)
Misa vespertina de la vigilia
(Esta misa se dice en la tarde del 24 de diciembre, antes o después de las primeras vísperas de Navidad)
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Éx 16. 6-7)
Esta noche sabrán que el Señor vendrá a salvamos y por la mañana contemplarán su gloria.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que cada año revives en nosotros la gozosa esperanza de la salvación, concédenos que, así como ahora acogemos a tu Hijo, llenos de júbilo, como a nuestro redentor, así también cuando venga como juez, podamos recibirlo llenos de confianza. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 62, 1-5
Por amor a Sión
no me callaré y por amor a Jerusalén no me daré reposo,
hasta que surja en ella esplendoroso el justo y brille su salvación como
una antorcha.
Entonces las naciones verán tu justicia, y tu gloria todos los reyes.
Te llamarán con un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona de gloria en la mano del Señor y diadema real en
la palma de su mano. Ya no te llamarán "Abandonada", ni a tu
tierra, "Desolada"; a ti te llamarán "Mi complacencia"
y a tu tierra, "Desposada", porque el Señor se ha complacido
en ti y se ha desposado con tu tierra.
Como un joven se desposa con una doncella, se desposará contigo tu hacedor;
como el esposo se alegra con la esposa, así se alegrará tu Dios
contigo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
88 R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
"Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi
elegido: 'Consolidaré tu dinastía para siempre, y afianzaré
tu trono eternamente'. R/.
El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y
que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré
el juramento que le hice". R/.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu
nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 16-17. 22-25
Al llegar Pablo
a Antioquía de Pisidia, se puso de pie en la sinagoga y haciendo una
señal para que se callaran, dijo: "Israelitas y cuantos temen a
Dios, escuchen: El Dios del pueblo de Israel eligió a nuestros padres
y engrandeció al pueblo, cuando éste vivía como forastero
en Egipto. Después los sacó de ahí con todo poder. Les
dio por rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de
Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos
mis designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador:
Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de
Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía:
'Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien
no merezco desatarle las sandalias' ". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Mañana será destruida la maldad en la tierra y reinará
sobre nosotros el Salvador del mundo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-25
Cristo vino al
mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con
José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra
del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo,
que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla
en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor
le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir
en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del
Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás
el nombre de Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus
pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había
dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que
la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán
el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Y sin
que él hubiera tenido relaciones con ella, María dio a luz un
hijo y él le puso por nombre Jesús. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras del Credo "y por obra... " hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, iniciar la celebración de las fiestas de la Navidad con un fervor digno del misterio que es el principio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. 15 40, 5)
Se manifestará la gloria del Señor y todo el mundo verá la salvación que viene de nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, sacar nuevas fuerzas de esta celebración anual del nacimiento de tu Hijo, que se ha hecho nuestro alimento y bebida en este sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa de medianoche
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 2, 7)
El Señor me dijo: Tú eres mi Hijo, hoy te engendré yo.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste resplandecer esta noche santísima con el nacimiento de Cristo, verdadera luz del mundo, concédenos que, iluminados en la tierra por la luz de este misterio, podamos también disfrutar de la gloria de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 9, 1-3. 5-6
El pueblo que habitaba
en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras,
una luz resplandeció. Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría.
Se gozan en tu presencia como gozan al cosechar, como se alegran al repartirse
el botín. Porque tú quebrantaste su pesado yugo, la barra que
oprimía sus hombros y el cetro de su tirano, como en el día de
Madián.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus
hombros el signo del imperio y su nombre será: "Consejero admirable",
"Dios poderoso", "Padre sempiterno", "Príncipe
de la paz"; para extender el principado con una paz sin límites
sobre el trono de David y sobre su reino; para establecerlo y consolidarlo con
la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor
lo realizará. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La tiniebla quedó atrás, alborea ya la luz. Dios nos ha acrecentado la alegría. El niño recién nacido es una esperanza firme; llegará el día de su triunfo; será el príncipe de la paz.
Del salmo
95 R/. Hoy nos ha nacido el Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, que le cante al Señor
toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los
pueblos; de nación en nación, sus maravillas. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito: 2,11-14
Querido hermano: La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. Él se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificamos, a fin de convertimos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Cómo vuelven a ser verdaderas estas palabras. Hablar de Jesús Mesías a los oídos del hombre moderno resulta cuestionable, a quien lo hace lo "miran por encima del hombro".
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 2, 10-11) R/. Aleluya, aleluya.
Les anuncio una gran alegría: Hoy nos ha nacido el Salvador, que es Cristo,
el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2, 1-14
Por aquellos días,
se promulgó un edicto de César Augusto, que ordenaba un censo
de todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador
de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno en su propia ciudad; así
es que también José, perteneciente a la casa y familia de David,
se dirigió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David,
llamada Belén, para empadronarse, juntamente con María, su esposa,
que estaba encinta.
Mientras estaban ahí, le llegó a María el tiempo de dar
a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales
y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche en
el campo, vigilando por turno sus rebaños. Un ángel del Señor
se les apareció y la gloria de Dios los envolvió con su luz y
se llenaron de temor. El ángel les dijo: "No teman. Les traigo una
buena noticia, que causará gran alegría a todo el pueblo: hoy
les ha nacido, en la ciudad de David, un salvador, que es el Mesías,
el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán
al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre".
De pronto se le unió al ángel una multitud del ejército
celestial, que alababa a Dios, diciendo: "¡Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Augusto, el famoso artífice de la "pax romana", consolidó un imperio a costa de tributos y violencia. Fue una paz mentirosa. Jesús nace para damos el verdadero reino de paz y justicia.
Se dice Credo. A las palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos esta noche de Navidad, a fin de que, al recibidas nosotros convertidas en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos transformes en Él, en quien nuestra naturaleza está unida a la tuya. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14)
El Verbo se hizo hombre y hemos visto su gloria.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, Señor, que nos has concedido el gozo de celebrar esta noche el nacimiento de tu Hijo, ayúdanos a vivir según su ejemplo para llegar a compartir algún día con Él la gloria de su Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa de la aurora
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 9, 2. 6; Lc 1. 33)
Hoy brillará una luz sobre nosotros, porque nos ha nacido el Señor; se le llamará Admirable, Dios, Príncipe de la paz, Padre del mundo futuro, y su Reino no tendrá fin.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios todopoderoso, que has querido iluminamos con la luz nueva de tu Verbo hecho carne, concédenos que nuestras obras concuerden siempre con la fe que ha iluminado nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 62, 11-12
Escuchen lo que
el Señor hace oír hasta el último rincón de la tierra:
"Digan a la hija de Sión: Mira que ya llega tu salvador. El premio
de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede. Tus hijos serán
llamados 'Pueblo santo', 'Redimidos del Señor', y a ti te llamarán
'Ciudad deseada, Ciudad no abandonada' ". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo
96 R/. Reina el Señor, alégrese la tierra.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo
entero. Los cielos pregonan su Justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.
R/.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito: 3, 4-7
Hermanos: Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su amor a los hombres, Él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Le 2,14) R/.Aleluya, aleluya.
Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2,15-20
Cuando los ángeles
los dejaron para volver al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: "Vayamos
hasta Belén, para ver eso que el Señor nos ha anunciado".
Se fueron, pues, a toda prisa y encontraron a María, a José y
al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo
que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían
quedaban maravillados.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su
corazón. Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando
a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que
se les había anunciado. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que nuestras ofrendas, Señor, sean dignas del misterio de Navidad que estamos celebrando, para que tú, que nos has revelado a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nos hagas participar, por este pan y este vino, de su vida inmortal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Za 9, 9)
¡Salta de alegría, hija de Sión! ¡Lanza gritos de gozo, hija de Jerusalén! He aquí que viene tu Rey, el Santo, el Salvador del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que nos has reunido para celebrar, llenos de júbilo, el nacimiento de tu Hijo, concédenos penetrar con fe profunda en este misterio y encontrar en Él la fuente de un amor cada vez más generoso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa del día
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9, 6)
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. La insignia del poder está sobre sus hombros y se le llamará Ángel del Gran Consejo.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre a tu imagen y semejanza, y de modo más admirable lo elevaste con el nacimiento de tu Hijo, concédenos participar de la vida divina de aquel que ha querido participar de nuestra humanidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 52, 7-10
¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, al mensajero que trae la buena nueva, que pregona la salvación, que dice a Sión: "Tu Dios es rey"! Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una gritan alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión. Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su santo brazo a la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera la salvación que viene de nuestro Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Nada más verdadero que esta noticia. Hermosos no, hermosísimos son los pies del mensajero que anuncia la paz. Para las familias de los ejecutados, de los caídos aquí y allá es la mejor noticia.
Del salmo
97 R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos
al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
Lectura de la carta a los hebreos: 1,1-6
En distintas ocasiones
y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca
de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo,
a quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo
el universo.
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el
sostén de todas las cosas con su palabra poderosa.
Él mismo, después de efectuar la purificación de los pecados,
se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más
encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre
que, como herencia, le corresponde.
Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres
mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo
Dios: Yo seré para él un padre y él será para mí
un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su primogénito,
dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
En el pasado se multiplicaron las figuras mediadoras que nos abrieron el camino hacia Dios. Ya no hacen falta, Dios nos ha enviado a su Hijo, reflejo de su gloria, impronta de su ser.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan naciones, y adoren al
Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18
En el principio
ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba
con Dios y era Dios. Ya en el principio Él estaba con Dios. Todas las
cosas vinieron a la existencia por Él y sin Él nada empezó
de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como
testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de
él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que
viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por
Él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron
les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su
nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por
voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos
visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de Él, clamando: "A éste
me refería cuando dije: 'El que viene después de mí, tiene
precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo' ".
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada
por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por
Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito,
que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Nadie ha visto jamás a Dios. No hay manifestaciones más claras de su presencia entre nosotros que la encarnación del Verbo. Jesús, que conoce la intimidad de Dios, nos explica al Padre.
Se dice Credo. A estas palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, en la fiesta solemne de la Navidad, esta ofrenda que nos reconcilia contigo de un modo perfecto, y encierra en sí la plenitud del culto que los hombres podemos tributarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 97, 3)
Sobre toda la superficie de la tierra se ha contemplado la salvación que viene de nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso, que el salvador del mundo, que hoy nos ha nacido para comunicamos su vida divina, nos dé también el don de su inmortalidad. El cual vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Esteban de Roma, protomártir, y Dionisio I, papa. Beato Segundo Pollo, mártir. Fiesta (Rojo)
ANTÍFONA DE ENTRADA
Las puertas del cielo se abrieron para san Esteban, el primero de los mártires, y por esto ha recibido el premio de la gloria.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a san Esteban, protomártir, fortaleza para orar por sus verdugos, haz que, a imitación suya, sepamos perdonar de corazón a cuantos nos hayan ofendido o causado algún mal. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 6, 8-10; 71, 54-60
En aquellos días,
Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y señales
entre la gente. Algunos judíos de la sinagoga llamada "de los Libertas",
procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir
con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría inspirada con
que hablaba. Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se
enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él.
Pero Esteban, lleno del Espíritu santo, miró al cielo, vio la
gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo:
"Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha
de Dios".
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los
oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera
de la ciudad y empezaron a apedreado. Los falsos testigos depositaron sus mantos
a los pies de un joven llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: "Señor
Jesús, recibe mi espíritu". Después se puso de rodillas
y dijo con fuerte voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado".
Diciendo esto, se durmió en el Señor. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Esteban testimonia a Jesús, lo confiesa como el Hijo del Hombre que ha accedido a la diestra de Dios. Esa declaración resulta insoportable a los oídos de sus verdugos.
Del salmo
30 R/. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla
que me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre,
dirígeme y guíame. R/.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás.
Tu misericordia me llenará de alegría, porque has visto las angustias
de mi alma. R/.
Líbrame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Vuelve,
Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame por tu misericordia. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 117, 26. 27) R/. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 10, 17-22
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decido, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre, a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin se salvará". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Esteban, el primero de los mártires cristianos, terminó sus días como Jesús. Quien vive siendo fiel a Dios y asume los retos que su fe cristiana le plantea, sufre ataques y persecuciones.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte en memoria del glorioso mártir san Esteban, y confírmanos en la fe que él atestiguó con su propia sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Hch 7. 58)
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba así: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta sagrada Eucaristía que hemos recibido, al celebrar hoy a san Esteban, el primero de tus mártires, nos llene, Señor, de alegría y de gratitud por el nacimiento de Cristo, nuestro salvador, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Si 15, 5)
El Señor lo llenó del espíritu de entendimiento y sabiduría, para que iluminara a su Iglesia y lo cubrió de gloria.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del Apóstol san Juan, has querido descubrimos la profundidad de la vida y del amor de tu Hijo, haz que seamos capaces de conocer y de amar cada día más a Jesucristo, nuestro redentor, que vive y reina contigo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 1, 1-4
Queridos hermanos:
Les anunciamos lo que ya existía desde el principio, lo que hemos oído
y hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y hemos tocado
con nuestras propias manos. Nos referimos a aquel que es la Palabra de la vida.
Esta vida se ha hecho visible y nosotros la hemos visto y somos testigos de
ella. Les anunciamos esta vida, que es eterna, y estaba con el Padre y se nos
ha manifestado a nosotros.
Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén
unidos con nosotros, y juntos estemos unidos con el Padre y su Hijo, Jesucristo.
Les escribimos esto para que se alegren y su alegría sea completa. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Esta es la única forma creíble en que podemos hablar de Dios: desde la experiencia y el contacto personal, a partir de nuestras vivencias de fe, podemos hablar de Cristo Jesús.
Del salmo
96 R/. Alégrense, justos, con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo
el mundo entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor, que se
asienta en la justicia y el derecho. R/.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los
cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. R/.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza.
A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 20, 2-9
El primer día después del sábado, Maria Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto". Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Juan, el discípulo preferido, recorre con rapidez el camino hacia el sepulcro. Al ver las señales recorre también el camino de la fe y descifra la Escritura, para concluir que Jesús ha resucitado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, los dones que te presentamos, y haz que, por esta Eucaristía, participemos del conocimiento profundo de tu Hijo que concediste a san Juan en la última cena. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14. 16)
El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros, y de su plenitud todos participamos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por medio de este sacramento que hemos recibido en la fiesta de san Juan evangelista, concédenos, Señor, que habite siempre en nosotros tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
LA SAGRADA FAMILIA
Los Santos Inocentes, mártires
Santos: San Gaspar del Búfalo, fundador. Fiesta (Blanco)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 2, 16)
Fueron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José y, recostado en un pesebre, al niño.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, tú, que nos has dado en la Sagrada Familia de tu Hijo, el modelo perfecto para nuestras familias, concédenos practicar sus virtudes domésticas y estar unidos por los lazos de tu amor, para que podamos ir a gozar con ella eternamente de la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 15, 1-6; 21, 1-3
En aquel tiempo,
el Señor se le apareció a Abram y le dijo: "No temas, Abram.
Yo soy tu protector y tu recompensa será muy grande". Abram le respondió:
"Señor, Señor mío, ¿qué me vas a poder
dar, puesto que voy a morir sin hijos? Ya que no me has dado descendientes,
un criado de mi casa será mi heredero".
Pero el Señor le dijo: "Ése no será tu heredero, sino
uno que saldrá de tus entrañas". Y haciéndolo salir
de la casa, le dijo: "Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes".
Luego añadió: "Así será tu descendencia".
Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el
Señor lo tuvo por justo.
Poco tiempo después, el Señor tuvo compasión de Sara, como
lo había dicho y le cumplió lo que había prometido. Ella
concibió y le dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios
había predicho. Abraham le puso por nombre Isaac al hijo que le había
nacido de Sara. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Abraham creyó en la promesa del Señor y su fe se vio recompensada. El Señor se fijó en Sara y concibió un hijo a quien puso por nombre Isaac.
Del salmo
104 R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos.
Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el
que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan.
R/.
Recuerden los prodigios que Él ha hecho, sus portentos y oráculos,
descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de
sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que
un día le hiciera. R/.
Lectura de la carta a los hebreos: 11, 8.11-12. 17-19
Hermanos: Por su
fe, Abraham, obediente al llamado de Dios, y sin saber a dónde iba, partió
hacia la tierra que habría de recibir como herencia.
Por su fe, Sara, aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad, pudo
concebir un hijo, porque creyó que Dios habría de ser fiel a la
promesa; y así, de un solo hombre, ya anciano, nació una descendencia,
numerosa como las estrellas del cielo e incontable como las arenas del mar.
Por su fe, Abraham, cuando Dios le puso una prueba, se dispuso a sacrificar
a Isaac, su hijo único, garantía de la promesa, porque Dios le
había dicho: De Isaac nacerá la descendencia que ha de llevar
tu nombre. Abraham pensaba, en efecto, que Dios tiene poder hasta para resucitar
a los muertos; por eso le fue devuelto Isaac, que se convirtió así
en un símbolo profético. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Abraham afrontó numerosas pruebas. Superó una y otra y aprendió a obedecer hasta el final disponiéndose, en medio del misterio, a entregar a su hijo Isaac.
ACLAMACIÓN
(Hb 1, 1-2) R/. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a
nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado
por medio de su Hijo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2, 22-40
Transcurrido
el tiempo de la purificación de María, según la ley de
Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén
para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo
primogénito varón será consagrado al Señor, y también
para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón
justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él
moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría
sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu,
fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño
Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó
en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo
que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al
que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones
y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras.
Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció:
"Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en
Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden
al descubierto los pensamientos de todos los corazones, y a ti, una espada te
atravesará el alma".
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu
de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven había vivido siete años
casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba
del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.
Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño
a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Y cuando cumplieron
todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea,
a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose,
se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús es conducido por sus padres al templo para ser consagrado al Señor. En ese lugar, sus padres recibirán palabras de consuelo y esperanza. Ese niño traerá el consuelo de Israel.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y, por intercesión de la Virgen Madre de Dios y de san José, concede a nuestras familias vivir siempre en tu amistad y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ba 3, 38)
Nuestro Dios apareció en el mundo y convivió con los hombres.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre lleno de amor, concede a los que acabamos de alimentamos con este sacramento celestial, imitar siempre los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, después de las pruebas de esta vida, podamos gozar eternamente con ellos en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Las escenas familiares son muy semejantes. Cuando la familia se reúne para saludar a los padres de un recién nacido se desborda la esperanza. Además de los buenos deseos para la madre y de las miradas curiosas al rostro del bebé, todos los presentes participan en cada nacimiento en una especie de ritual de renovación de la esperanza. Jesús, el hijo de María y de José, es abrazado y saludado con esperanza por un par de ancianos que habían ido perdiendo el vigor físico, pero no la confianza en que Dios liberaría a su pueblo. Algo debieron ver en el niño, que los llevó a reconocer que, con Él, Dios finalmente volvería a cumplir sus promesas. Nosotros debemos aprender a descifrar las señales. Dios sigue salvando a su pueblo a través de gente menuda.
Santos: Tomás Becket, mártir, y David, profeta y rey. Beato Guillermo Howard, mártir. Feria (Blanco)
Quinto día dentro de la octava de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 3, 16)
Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que con la venida de tu Hijo, luz verdadera, has disipado las tinieblas del mundo, míranos con amor y ayúdanos a celebrar con canto y alabanzas la gloria del nacimiento de tu Hijo, que Vive y rema contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 2,3-11
Queridos hermanos:
En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios, en que cumplimos sus mandamientos.
El que dice: "Yo lo conozco", pero no cumple sus mandamientos, es
un mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple
su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto
conocemos que estamos unidos a El. El que afirma que permanece en Cristo debe
de vivir como Él vivió.
Hermanos míos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento
antiguo, que ustedes tenían desde el principio. Este mandamiento antiguo,
es la palabra que han escuchado, y sin embargo, es un mandamiento nuevo éste
que les escribo; nuevo en él y en ustedes, porque las tinieblas pasan
y la luz verdadera alumbra ya.
Quien afirma que está en la luz y odia a su hermano, está todavía
en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
Pero quien odia a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas
y no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El criterio infalible
para descubrir si conocemos verdaderamente a Dios es el cumplimiento de sus
mandamientos. Quien reconoce que Dios es su Señor, se dispone a obedecerle.
Del salmo 95 R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los
pueblos; de nación en nación, sus maravillas. R/.
Ha sido el Señor quien hizo el cielo; hay gran esplendor en su presencia
y lleno de poder está su templo. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 2, 32) R/. Aleluya, aleluya.
Tú eres, Señor, la luz que alumbra a las naciones y la
gloria de tu pueblo, Israel. R/.
Lectura
(Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2, 22-35
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según
la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén
para presentado al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito
varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer,
como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón
justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él
moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría
sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu,
fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño
Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó
en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo
que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al
que has preparado para bien de todos los pueblos, luz que alumbra a las naciones
y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras.
Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció:
"Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en
Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden
al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te
atravesará el alma". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Cuando las personas se rinden impotentes ante los problemas empiezan a morir. Los hombres esperanzados como Simeón, nunca dejan que les despojen la confianza en Dios.
No se dice Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos para esta Eucaristía, en la que se realiza un glorioso intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1. 78)
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos ha visitado Cristo, el Sol que nace de lo alto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sexto día dentro de la octava de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sb 18, 14-15)
Cuando un profundo silencio envolvía todas las cosas y la noche estaba a la mitad de su camino, tu Palabra omnipotente, Señor, descendió de los cielos, desde tu trono real.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que el nacimiento de tu Hijo en nuestra carne mortal, nos libre de la antigua esclavitud a la que nos sometió el pecado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 2, 12-17
Les escribo a ustedes, hijitos, porque han sido perdonados sus pecados en el nombre de Jesús. Les escribo a ustedes, padres, porque conocen al que existe desde el principio. Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al demonio. Les he escrito a ustedes, hijitos, porque conocen al Padre. Les he escrito a ustedes, padres, porque conocen al que existe desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al demonio. No amen al mundo ni lo que hay en él. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo: las pasiones desordenadas del hombre, las curiosidades malsanas y la arrogancia del dinero, no vienen del Padre, sino del mundo. El mundo pasa y sus pasiones desordenadas también. Pero el que hace la voluntad de Dios tiene vida eterna. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Este mensaje está pletórico de esperanza. Somos hijos victoriosos que hemos conocido al Padre, vencido al malo y vivimos agradecidamente, como perdonados por Dios.
Del salmo
95 R/. Alaben al Señor, todos los pueblos.
Alaben al Señor, pueblos del orbe, reconozcan su gloria y su poder y
tribútenle honores a su nombre. R/.
Ofrézcanle en sus atrios sacrificios. Caigamos en su templo de rodillas.
Tiemblen ante el Señor los atrevidos. R/.
"Reina el Señor", digamos a los pueblos. Él afianzó
con su poder el orbe, gobierna a las naciones con justicia. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan, naciones,
y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2, 36-40
En
aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de
Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años
casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba
del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.
(Cuando José y María entraban en el templo para la presentación
del niño), se acercó Ana, dando gracias a Dios y hablando del
niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía
la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El
niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría
y la gracia de Dios estaba con Él. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
El ejemplo de la profetisa es claro y digno de imitarse: servir a Dios día y noche, y hablar de Jesús a todos los que esperan la redención.
No se dice Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que creemos por la fe, las consigamos por este sacramento celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 16)
De su plenitud hemos recibido todos gracia por gracia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su eficacia para que así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Silvestre I, papa; Melania La Joven, viuda, y Columba de Sens, mártir. Feria (Blanco)
Séptimo día dentro de la octava de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9, 6)
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. La insignia del poder está sobre sus hombros y se le llamará Ángel del Gran Consejo.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que has querido que todo esfuerzo del hombre por ir a tu encuentro tenga su origen y su plenitud en el nacimiento de tu Hijo, concédenos contamos siempre entre el número de los que siguen a Cristo, en quien está la salvación de todo el género humano. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 2, 18-21
Hijos míos:
Ésta es la última hora. Han oído ustedes que iba a venir
el anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido ya, por lo cual nos
damos cuenta de que es la última hora.
De entre ustedes salieron, pero no eran de los nuestros; pues si hubieran sido
de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió
así para que se pusiera de manifiesto que ninguno de ellos es de los
nuestros. Por lo que a ustedes toca, han recibido la unción del Espíritu
Santo y tienen así el verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque
ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira viene de
la verdad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La comunidad cristiana experimenta perturbaciones profundas. De su seno han surgido los propagadores de mentiras que buscan desfigurar el rostro genuino del Señor Jesús.
Del salmo
95 R/. Alégrense los cielos y la tierra.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamemos su amor
día tras día. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 1, 14. 12) R/. Aleluya, aleluya.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
A todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de
Dios. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18
En el principio
ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba
con Dios y era Dios. Ya en el principio Él estaba con Dios. Todas las
cosas vinieron a la existencia por Él y sin Él nada empezó
de cuanto existe. El era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz
brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como
testigo para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de
él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que
viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por
Él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron
les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su
nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por
voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos
visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de Él, clamando: "A éste
me refería cuando dije: 'El que viene después de mí, tiene
precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo' ".
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada
por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por
Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito,
que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
El Verbo de Dios se hizo carne y nos allanó el camino para conocer a Dios. En adelante no tendremos necesidad de otro mediador. Jesús es la Palabra definitiva del Padre.
No se dice Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos impulsas a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte con estas ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por la participación en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 4, 9)
Dios envió al mundo a su Hijo único, para damos vida por medio de Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu pueblo, Señor, al que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura a fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios, pueda buscar con mayor confianza los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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