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MISAL DICIEMBRE DEL 2007 / www.laverdadcatolica.org
Santos: Eloy o Eligio de Noyón, obispo; Nahum, profeta. Beata María Clementina Anuarite Nengapeta mártir.
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Hch 1, 14)
Con un mismo espíritu, los discípulos perseveraban en la oración junto con María, la Madre de Jesús.
ORACIÓN COLECTA
Dios misericordioso, que quisiste que tu Hijo unigénito proclamara desde la cruz como Madre nuestra a su propia Madre, haz que tu Iglesia, por la mediación y cooperación maternal de la Virgen María, crezca cada día en santidad y atraiga a su seno a todas las naciones. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Daniel 7, 15-27
Yo, Daniel, me sentía
angustiado y perturbado por las visiones que había tenido. Me acerqué
a uno de los presentes y le pedí que me explicara todo aquello, y me
explicó el sentido de las visiones: “Esas cuatro bestias gigantescas
significan cuatro reyes que surgirán en el mundo. Pero los elegidos del
Altísimo recibirán el reino y lo poseerán por los siglos
de los siglos”.
Quise saber lo que significaba la cuarta bestia, diferente de las demás,
la bestia terrible, con dientes de hierro y garras de bronce, que devoraba y
trituraba, y pisoteaba lo sobrante con las patas lo que significaban los diez
cuernos de su cabeza y el otro cuerno que al salir, eliminaba a otros tres,
que tenía ojos y una boca que profería blasfemias y más
grande que las otras.
Mientras yo seguía mirando, aquel cuerno luchó contra los elegidos
y los derroto, hasta que llegó el anciano para hacer justicia a los elegidos
del Altísimo, para que éstos poseyeran el reino.
Después me dijo: “La cuarta bestia es un cuarto rey que habrá
en la tierra, mayor que todos los reyes, que devorará, trillará
y triturará toda la tierra. Sus diez cuernos son diez reyes que habrá
en aquel reino, y después vendrá otro, más poderoso que
ellos, el cual destronara a tres reyes; blasfemará contra el Altísimo
e intentará aniquilar a los elegidos y cambiar las fiestas y la ley.
Los elegidos estarán bajo su poder durante tres años y medio.
Pero al celebrarse el juicio, se le quitará el poder y será destruido
y aniquilado totalmente. El poder real y el dominio sobre todos los reinos bajo
el cielo serán entregados al pueblo de los elegidos del Altísimo.
Será un reino eterno, al que temerán y se someterán todos
los soberanos”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Esta visión contiene elementos diversos: por un lado, la presencia amenazadora de los reinos opresores; por el otro, la esperanza de la salvación. Dios continúa adelante como soberano de la historia.
Da 3 R/. Bendito seas para
siempre, Señor.
Hombres todos, bendigan al Señor. Pueblo de Israel, bendice al Señor.
R/.
Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor. Siervos del Señor,
bendigan al Señor. R/.
Almas y espíritus justos, bendigan al Señor. Santos y humildes
de corazón, bendigan al Señor. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 21, 36) R/. Aleluya, aleluya.
Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 21, 34-36
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Estén
alerta, para que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida
no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque
caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.
Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de
todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre”.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Quien se decida a ser fiel a Jesucristo necesitará de paciencia y fortaleza.
Los testigos del resucitado que viven a plenitud su fe, enfrentan siempre riesgos
y hostilidades; Dios está con ellos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Convierte, Señor, en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, estos dones que te presentamos, y haz que este memorial de nuestra redención, nos inflame en el amor a la Virgen María, Madre de la Iglesia, y nos asocie íntimamente a ella en la obra de la salvación de los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Jn 2, 1. 11)
Hubo unas bodas en Caná de Galilea a las que asistió María, la Madre de Jesús. En esa ocasión, Jesús dio principio a sus milagros, manifestó su poder y sus discípulos creyeron en Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has concedido en este sacramento la prenda de nuestra vida eterna, haz, Señor, que tu Iglesia, por la intercesión maternal de la Virgen Maria, ilumine a todas las naciones con la luz del Evangelio y las santifique con los dones de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
1 DOMINGO DE ADVIENTO
Santos: Bibiana de Roma, mártir y Roberto de Matallana, abad. Beato Juan de Ruysbroeck presbítero.
Ciclo A
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24 1-3)
A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado. Que no se burlen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti, no quedan defraudados.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, despierta en nosotros el deseo de prepararnos a la venida de Cristo con la práctica de las obras de misericordia para que, puestos a su derecha el día del juicio, podamos entrar al Reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 2, 1-5
Visión de Isaías,
hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén: En días
futuros el monte de la casa del Señor será elevado en la cima
de los montes, encumbrado sobre las montañas, y hacia él confluirán
todas las naciones. Acudirán pueblos numerosos, que dirán: “Vengan,
subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que Él
nos instruya en sus caminos y podamos marchar por sus sendas. Porque de Sion
saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor.”
Él será el árbitro de las naciones y el juez de pueblos
numerosos. De las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas
ya no alzará la espada pueblo contra pueblo, ya no se adiestrarán
para la guerra.
¡Casa de Jacob, en marcha! Caminemos a la luz del Señor. Palabra
de Dios Te alabamos, Señor.
El profeta anuncia un mensaje
cargado de esperanza. Jerusalén se convertirá en un oasis de paz
y entendimiento entre los pueblos. La palabra del Señor finalmente será
la luz de las naciones.
Del salmo 121 R/. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron “Vayamos
a la casa del Señor”! Y hoy estamos aquí, Jerusalén,
jubilosos, delante de tus puertas. R/.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según
lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor. En
ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.
Digan de todo corazón: “Jerusalén, que haya paz entre aquellos
que te aman que haya paz dentro de tus murallas y que reine la paz en cada casa”.
R/.
Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir “La paz esté
contigo”. Y por la casa del Señor, mi Dios, pedirá para
ti todos los bienes. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 13, 11-14.
Hermanos: Tomen en cuenta
el momento en que vivimos. Ya es hora de que se despierten del sueño,
porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando
empezamos a creer. La noche está avanzada y se acerca el día.
Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y revistámonos con las armas
de la luz.
Comportémonos honestamente, como se hace en pleno día. Nada de
comilonas ni borracheras, nada de lujurias ni desenfrenos, nada de pleitos ni
envidias. Revístanse más bien, de nuestro Señor Jesucristo
y que el cuidado de su cuerpo no dé ocasión a los malos deseos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Vivir despierto es para san Pablo mantenerse vigilante y crítico ante los proyectos mundanos. El cristiano no “se puede dormir en sus laureles”, porque perdería su identidad como testigo de Jesús.
ACLAMACIÓN
(Sal 84, 8) R/. Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 24, 37-44
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Así como
sucedió en tiempos de Noé, así también sucederá
cuando venga el Hijo del hombre. Antes del diluvio, la gente comía, bebía
y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca.
Y cuando menos lo esperaban, sobrevino el diluvio y se llevó a todos.
Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Entonces, de dos hombres
que estén en el campo, uno será llevado y el otro será
dejado; de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será
tomada y la otra dejada.
Velen, pues, y estén preparados, porque no saben qué día
va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera
a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no
dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes
estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá
el Hijo del hombre”. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
En estos versículos el evangelista exhorta reiteradamente a sus lectores a que se mantengan vigilantes. El Señor llegara de improviso, habrá que esperarle con entusiasmo y alegría.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento I o III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 84, 13)
El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá su fruto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Tal como dice el evangelio del domingo, en tiempos de Noé la gente estaba desprevenida. Y vaya que no sólo en aquel tiempo, también en el nuestro. Sin duda, atendemos mil asuntos triviales, y nos vamos desentendiendo de lo importante. Como alguien escribiera: “lo urgente termina pisoteando a lo importante”. Para los cristianos, nuestra relación personal y única con Jesucristo tendría que ser la razón de nuestra vida, o como ahora dicen los moralistas, nuestra opción fundamental. Por desgracia, a algunos de nosotros, las preocupaciones cotidianas y la seducción de la riqueza nos ahogan y terminamos por vivir una vida estéril y vacía. Es tiempo de remover la semilla para que rinda fruto.
Santos: Francisco Javier, presbítero; Sofonías profeta, y Casiano de Tánger, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 95. 3-4)
Cuenten a los pueblos su gloria y sus maravillas a todas las naciones; porque grande es el Señor y digno de toda alabanza
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de la predicación de san Francisco Javier
quisiste iluminar con tu Evangelio a los pueblos de oriente, concédenos
a todos los cristianos un gran entusiasmo por darte a conocer, a fin de que
tu Iglesia pueda llevar a todos los hombres tu mensaje de salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 4, 2-6
Aquel día, el vástago
del Señor será magnífico y glorioso; el fruto del país
será orgullo y esplendor de los sobrevivientes de Israel.
A los restantes en Jerusalén, a todos los inscritos en ella para la vida,
los llamaré santos.
Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sión
y haya limpiado de sangre a Jerusalén con viento justiciero y abrasador,
creará el Señor, sobre todo lugar del monte Sión y sobre
la asamblea, nube y humo de día, y fuego llameante de noche. Y por encima,
la gloria del Señor será toldo y tienda contra el calor del día,
abrigo y resguardo contra el temporal y la lluvia. Palabra de Dios Te
alabamos, Señor
Dios castigará a
Jerusalén. No será una destrucción total. Dios se ha decidido
a mantener un resto fiel, que vivirá seguro y tranquilo junto a su roca
protectora.
Del salmo 121 R/. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron: “Vayamos
a la casa del Señor”! Y hoy estamos aquí, Jerusalén,
jubilosos, delante de tus puertas. R/.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según
lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor. En
ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.
Digan de todo corazón: “Jerusalén, que haya paz entre aquellos
que te aman, que haya paz dentro de tus murallas y que reine la paz en cada
casa”. R/.
Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir “La paz esté
contigo”. Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para
ti todos los bienes. R/.
ACLAMACIÓN (cfr. Sal 79,4) R/. Aleluya, aleluya.
Señor y Dios nuestro, ven a salvarnos; míranos con bondad
y estaremos a salvo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 8, 5-11
En
aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó
un oficial romano y le dijo: “Señor, tengo en mi casa un criado
que está en cama, paralítico y sufre mucho”. Él le
contestó: “Voy a curarlo”.
Pero el oficial le replicó: “Señor, yo no soy digno de que
entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará
sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes;
cuando le digo a uno: ‘¡Ve!’, él va; al otro: ‘¡Ven!’
y viene; a mi criado: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”.
Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los
que lo seguían: “Yo les aseguro que en ningún israelita
he hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de Oriente
y de Occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de
los cielos”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Como este capitán romano, miles de personas, de todas las razas y culturas han arriesgado todo y han hecho suyo el desafió de la fe. Son los fieles que han creído sin vacilar en la Palabra de Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en memoria de san Francisco Javier, nos infunda, Señor, su espíritu de apóstol, y nos ayude a conducir a ti, mediante el testimonio de nuestra propia vida, a quienes viven lejos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 10, 1. 9)
El Señor envió a sus discípulos a proclamar por las ciudades: El Reino de Dios está cerca de ustedes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta sagrada Eucaristía que hemos celebrado, encienda, Señor, en nosotros, el amor por Cristo y por las almas para que, a ejemplo de san
Francisco Javier, podamos vivir auténticamente nuestra vocación cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Juan Damasceno, doctor de la Iglesia; Bárbara de Nicomedia, mártir, y Juan Calabria fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Za 14, 5. 7)
Vendrá el Señor, mi Dios, y con Él, todos sus santos; y brillará en aquel día una gran luz.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, acoge favorablemente nuestras súplicas y concédenos tu ayuda en las tribulaciones para que, reanimados con la venida de tu Hijo, ya cercana, no volvamos a mancharnos con el pecado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 11, 1-10
En aquel día, brotará
un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de
su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo
y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios.
No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá
con justicia al desamparado y con equidad sentencia al pobre herirá al
violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará
al impío Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará
su cintura.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito os apacentará.
La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas.
El león comerá paja con el buey.
El niño jugará sobre el agujero de la víbora, la criatura
meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño
ni estrago por todo mi monte santo, porque así como las aguas colman
el mar, así está lleno el país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de José se alzará como bandera
de los pueblos, la buscarán todas las naciones y será gloriosa
su morada. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Este oráculo reitera
un mensaje cargado de esperanza: surgirá un descendiente de David que
no se doblegará ante el mal, sino que instaurará unas relaciones
fincadas en el respeto y la justicia.
Del salmo 71 R/. Ven, Señor rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era
tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro
la tierra. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra
sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida
al desdichado. R/.
Que bendigan al Señor eternamente y tanto como el Sol, viva su nombre.
Que Él sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso
las naciones. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar
los ojos de sus hijos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 10, 21-24
En
aquella misma hora, Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu
Santo y exclamó: “¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo
y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos,
y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así
te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién
es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel
a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “Dichosos
los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas
y reyes quisieron ver lo que ustedes en y no lo vieron, y oír lo que
ustedes oyen y no lo oyeron”. Palabra del Señor Gloria
a ti, Señor Jesús.
El mensaje del reino sigue una lógica extraña. No son los razonamientos ordinarios los que nos permiten acogerlo. Los pequeños y sencillos entran al reino siguiendo la lógica del amor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio de Adviento I o III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (2 Tm 4, 8)
El Señor; justo juez dará la corona merecida a todos los que esperan con amor su venida gloriosa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Corno fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobre valorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Sabás de Capadocia abad; Atala o Atalía de Alsacia, abadesa, y Geraldo o Geraud de Braga, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ha 2, 3; 1 Co 4, 5)
Ven, Señor, y no tardes; ilumina los secretos de las tinieblas y manifiéstate a todas las naciones.
ORACIÓN COLECTA
Que tu gracia, Señor, prepare nuestros corazones para que, cuando venga tu Hijo Jesucristo, nos encuentre dignos de sentarnos a su mesa y de recibir de sus propias manos el pan del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 25, 6-10
En aquel día, el
Señor del universo preparará sobre este monte un festín
con platillos suculentos para todos los pueblos; un banquete con vinos exquisitos
y manjares sustanciosos. Él arrancará en este monte el velo que
cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las
naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará
las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la tierra
la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor.
En aquel día se dirá: “Aquí está nuestro Dios,
de quien esperábamos que nos salvara. Alegrémonos y gocemos con
la salvación que nos trae, porque la mano del Señor reposará
en este monte”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Este profeta se convierte
en el heraldo que proclama a los cuatro vientos la invitación a participar
en un banquete fastuoso. Dios realiza una gran fiesta; la muerte ha sido aniquilada.
Del salmo 22 R/. Habitaré en la casa del Señor toda la vida. El
Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás
conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho da mis adversarios; me unges
la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días
de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin
término. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor para salvar a su pueblo. Dichosos los que
estén preparados para salir a su encuentro. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 15, 29-37
En
aquel tiempo, llegó Jesús a la orilla del mar de Galilea, subió
al monte y se sentó. Acudió a El mucha gente, que llevaba consigo
tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros enfermos. Los tendieron
a sus pies y El los curó. La gente se llenó de admiración,
al ver que los lisiados estaban curados, que los ciegos veían, que los
mudos hablaban y los tullidos caminaban; por lo que glorificaron al Dios de
Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da lástima
esta gente porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué
comer. No quiero despedirlos en ayunas, por que pueden desmayarse en el camino”.
Los discípulos le preguntaron: “¿Dónde vamos a conseguir,
en este lugar despoblado, panes suficientes para saciar a tal muchedumbre?”.
Jesús les preguntó: “¿Cuántos panes tienen?”.
Ellos contestaron: “Siete, y unos cuantos pescados”.
Después de ordenar a la gente que se sentara en el suelo, Jesús
tomó los siete panes y los pescados, y habiendo dado gracias a Dios,
los partió y los fue entregando a los discípulos, y los discípulos
a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y llenaron siete canastos con los
pedazos que habían sobrado. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Jesús se topa aquí y allá con multitudes desorientadas y hambrientas. De inmediato los acoge, los instruye, les alimenta invocando al Padre. Es el pastor modelo que guía a su pueblo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre, para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento I o III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 40, 10; cfr. 35,5)
He aquí que el Señor vendrá con gran poder e iluminará los ojos de sus siervos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Nicolás de Bari o de Mira, obispo, y Pedro Pascual, mártir. Beata Carmen Sallés fundadora.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 118, 151-152)
Tú estás cerca, Señor, y todos tus caminos son derechos. Desde el principio comprendí que tu alianza la estableciste para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Muestra, Señor, tu poder y ven en nuestra ayuda para que la abundancia de tu misericordia apresure el momento de la salvación que nuestros pecados han retardado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 26, 1-6
Aquel día se cantará este canto en el país de Judá: “Tenemos una ciudad fuerte; ha puesto el Señor, para salvarla, murallas y baluartes. Abran las puertas para que entre el pueblo justo, el que se mantiene fiel, el de ánimo firme para conservar la paz, porque en ti confió. Confíen siempre en el Señor, porque el Señor es nuestra fortaleza para siempre; porque El doblegó a los que habitaban en la altura; a la ciudad excelsa la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó hasta el polvo donde la pisan los pies, los pies de los humildes, los pasos de los pobres”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El profeta Isaías
gustó de las comparaciones, con frecuencia equiparó a Dios con
una roca firme y estable. Roca, que es apoyo firme y seguro, para todo creyente.
Del salmo 117 R/. Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es
eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres
la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con
los fuertes una alianza. R/.
Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios.
Esta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven
fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí
la salvación. R/.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R/.
ACLAMACIÓN
(Is 55, 6) R/. Aleluya, aleluya.
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo
mientras está cerca. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 21. 24-27
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No todo el que
me diga ‘¡Señor, Señor!’, entrará en
el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está
en los cielos. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica,
se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino
la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra
aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica,
se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino
la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella
casa y la arrasaron completamente”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
El cristiano que escucha la Palabra de Jesús y no la practica se encamina a la incoherencia y luego al descreimiento y al fracaso. Para Mateo, dicha conducta es propia de los necios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento I o III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Tt 2, 12-13)
Vivamos en este mundo como hombres responsables, justos y que sirven a Dios, en espera de que se cumpla la feliz esperanza: la manifestación gloriosa de Jesucristo, nuestro Dios y salvador.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Ambrosio de Milán, doctor de la Iglesia, y Fara de Meaux, abadesa. Beato Eutiquiano I papa y mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 36, 30-31)
La boca del justo dice palabras sensatas y su lengua expresa lo recto, porque lleva grabada en el corazón la ley de su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que hiciste del obispo san Ambrosio un insigne maestro de la fe católica y un valeroso sucesor de los Apóstoles, haz surgir en tu Iglesia pastores según tu corazón, que conduzcan a tu pueblo con valor y sabiduría. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 29, 17-24
Esto dice el Señor:
“¡Acaso no está el Líbano a punto de convertirse en
un vergel y el vergel en un bosque? Aquel día los sordos oirán
las palabras de un libro; los ojos de los ciegos verán sin tinieblas
ni oscuridad; los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y
los pobres se gozarán en el Santo de Israel; porque ya no habrá
opresores y los altaneros habrán sido exterminados. Serán aniquilados
los que traman iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa a los demás,
los que tratan de enredar a los jueces y sin razón alguna hunden al justo”.
Esto dice a la casa de Jacob el Señor que rescató a Abraham: “Ya
no se avergonzará Jacob, ya no se demudará su rostro, porque al
ver mis acciones en medio de los suyos, santificará mi nombre, santificará
al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los extraviados de espíritu
entrarán en razón y los inconformes aceptarán la enseñanza”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La salvación divina
está a las puertas. Dios eliminará a cuantos pisotean a los inocentes.
Una transformación verdadera, incluye erradicar las prácticas
y estructuras violentas e injustas.
Del salmo 26 R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy
a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién
podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del
Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar
continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor
y fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar
los ojos de sus hijos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 9, 2 7-31
Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: “¡Hijo de David, compadécete de nosotros!”; Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: “¿Creen que puedo hacerlo?”. Ellos le contestaron: “Sí, Señor”. Entonces les tocó los ojos, diciendo: “Que se haga en ustedes conforme a su fe”. Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: “Que nadie lo sepa”. Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los ciegos habían sido educados en la esperanza. Algún día llegaría el Hijo de David, que finalmente los sanaría y les devolvería la visión. Jesús se percata de su fe y les devuelve la vista.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que tu Iglesia te ofrece y haz que tu Espíritu Santo nos ilumine, para que podamos celebrar esta Eucaristía con la misma fe que infundió en san Ambrosio, para predicar sin descanso el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 12, 42)
Este es el siervo fiel y sensato a quien su señor ha puesto al frente de su familia, para darles la ración de trigo a su tiempo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has reconfortado con este sacramento, haz, Señor, que a imitación de san Ambrosio, cumplamos con valor tu voluntad y podamos alcanzar la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María
Santos: Zenón de Verona, obispo; Frida, Edit y Sabina de Inglaterra, mártires.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 61, 10)
Con gozo intenso me gozaré en el Señor y en mi Dios se alegrará mi alma, pues me ha vestido una túnica de salvación y me ha cubierto con un manto de inocencia, como la novia se enjoya para su boda.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que por la inmaculada concepción de la Virgen María preparaste una morada digna para tu Hijo y, en atención a los méritos de la muerte redentora de Cristo, la preservaste de toda mancha de pecado, concédenos, por su maternal intercesión, vivir en tu presencia sin pecado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 3, 9-15. 20
Después de que el
hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor
Dios llamó al hombre y le preguntó: “Dónde estás?”.
Este le respondió: “Oí tus pasos en el jardín y tuve
miedo, porque estoy desnudo, y me escondí”. Entonces le dijo Dios:
“¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido
acaso del árbol del que te prohibí comer?”.
Respondió Adán: “La mujer que me diste por compañera
me ofreció del fruto del árbol y comí”. El Señor
Dios dijo a la mujer: “¿Por qué has hecho esto?”.
Repuso la mujer: “La serpiente me engañó y comí”.
Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: “Porque has hecho esto,
serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes.
Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días
de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia
y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú
tratarás de morder su talón”.
El hombre le puso a su mujer el nombre de “Eva”, porque ella fue
la madre de todos los vivientes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Este diálogo tiene
toda la apariencia de ser un castigo y sin duda lo es. Empero nos da una esperanza:
surgirá una descendencia nueva que no prestará oído a la
voz del maligno.
Del salmo 97 R/. Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 1, 3-6. 11-12
Bendito sea Dios, Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en El con toda clase
de bienes espirituales y celestiales. El nos eligió en Cristo, antes
de crear el mundo, para que fuéramos santos e irreprochables a sus ojos,
por el amor, y determinó, porque así lo quiso, que, por medio
de Jesucristo, fuéramos sus hijos, para que alabemos y glorifiquemos
la gracia con que nos ha favorecido, por medio de su Hijo amado.
Con Cristo, somos herederos también nosotros. Para esto estábamos
destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad:
para que fuéramos una alabanza continua de su gloria, nosotros, los que
ya antes esperábamos en Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
En esta alabanza antigua, los cristianos agradecen sinceramente al Padre por su plan estupendo. Por medio de su Hijo Jesús hemos alcanzado la dignidad única de hijos adoptivos.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 1. 28) R/. Aleluya, aleluya.
Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor está
contigo, bendita tú entre las mujeres. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel
Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José.
La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas
palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría
decir semejante saludo. El ángel le dijo: “No temas, María,
porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y
le pondrás por nombre Jesús. El será grande y será
llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono
de David, su padre, y El reinará sobre la casa de Jacob por los siglos
y su reinado no tendrá fin”.
María le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá
ser esto, puesto que yo permanezco virgen?”. El ángel le contestó:
“El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será
llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de
su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó:
“Yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que
me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra
del Señor. Gloría a ti, Señor Jesús.
Maria escucha al mensajero celestial, en adelante su vida será completamente distinta. Dios la invita a acoger en su vientre la fuerza que viene de lo alto y María se entrega sin dudarlo.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio de salvación que vamos a ofrecerte en esta festividad de la santísima Virgen Maria, a la que, desde su concepción, preservaste de todo pecado y, por su intercesión, concédenos el perdón de todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque preservaste a la Virgen María de toda mancha de pecado original
para que, enriquecida con la plenitud de tu gracia, fuese digna Madre de tu
Hijo, imagen y comienzo de la Iglesia, que es la esposa de Cristo, llena de
juventud y de limpia hermosura.
Purísima tenía
que ser, Señor, la Virgen que nos diera al Cordero inocente que quita
el pecado del mundo.
Purísima la que, entre todos los hombres, es abogada de gracia y ejemplo
de santidad.
Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Grandes cosas se cantan de ti, María, porque de ti ha nacido el Sol de Justicia, Cristo, nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido, nos ayuden, Señor, a superar la debilidad que nos dejó el pecado original, del cual, por singular privilegio, preservaste a la santísima Virgen María en su inmaculada concepción. Por Jesucristo, nuestro Señor.
II DOMINGO DE ADVIENTO
Santos: Juan Diego Cuauhtlatoatzin laico, y Pedro Fournier, fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 30 19. 30)
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todos los hombres y dejará oír la majestad de su voz para alegría del corazón de ustedes.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Que nuestras responsabilidades terrenas no nos impidan, Señor, prepararnos a la venida de tu Hijo, y que la sabiduría que viene del cielo, nos disponga a recibirlo y a participar de su propia vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 11, 1-10
En aquel día, brotará
un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de
su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo
y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios.
No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá
con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre; herirá
al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará
al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará
su cintura.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará.
La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas.
El león comerá paja con el buey.
El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la criatura
meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño
ni estrago por todo mi monte santo, porque así como las aguas colman
el mar, así está lleno el país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera
de los pueblos, la buscarán todas las naciones y será gloriosa
su morada. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Esta profecía describe
relaciones armoniosas entre las fieras salvajes y los hombres: animales y humanos
ya no recurrirán a la fuerza, ni a la depredación.
Del salmo 71 R/. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era
tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro
de la tierra. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra
sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida
al desdichado. R/.
Que bendigan al Señor eternamente, y tanto como el Sol, viva su nombre.
Que El sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones.
R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 15, 4-9
Hermanos: Todo lo que en el pasado ha sido escrito en los libros santos, se
escribió para instrucción nuestra, a fin de que, por la paciencia
y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a ustedes vivir en
perfecta armonía unos con otros, conforme al espíritu de Cristo
Jesús, para que, con un solo corazón y una sola voz alaben a Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Por lo tanto, acójanse los unos a los otros como Cristo los acogió
a ustedes, para gloria de Dios. Quiero decir con esto, que Cristo se puso al
servicio del pueblo judío, para demostrar la fidelidad de Dios, cumpliendo
las promesas hechas a los patriarcas y que por su misericordia los paganos alaban
a Dios, según aquello que dice la Escritura: Por eso te alabaré
y cantaré himnos a tu nombre. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Los cristianos que viven persuadidos de que Dios nos ha hermanado en Jesús comienzan a reordenar su vida, se vuelven tolerantes y comprensivos; un nuevo espíritu alienta por doquier.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 3, 4. 6) R/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos
los hombres verán la salvación de Dios. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 3, 1-12
En
aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el desierto de Judea,
diciendo: “Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de
los cielos”. Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba,
cuando dijo: Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor,
enderecen sus senderos. Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida
con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre.
Acudían a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea
y de toda la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados
y él los bautizaba en el río.
Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: “Raza
de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar
al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su conversión y no se
hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro
que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está
puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé
fruto, será cortado y arrojado al fuego.
Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han convertido; pero
el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo
ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizará en
el Espíritu Santo y su fuego. El tiene el bieldo en su mano para separar
el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará
la paja en un fuego que no se extingue”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Juan el Bautista proclama un mensaje urgente y trascendental, cuya decisión es impostergable, pues el riesgo está latente. Es la hora de la salvación, hay que convertirse o perderse.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento I o III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ba 5, 5; 4, 36)
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobre valorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-Con esta serie de comparaciones propias del mundo campesino, el profeta del Jordán nos confronta sin contemplaciones. Nadie siembra ni cultiva sin esperar una cosecha suficiente. El campesino se fatiga y se asolea con la esperanza de ver los frutos, de vender la cosecha y vivir contento. De alguna manera, Dios es el campesino que siembra en nuestro corazón. Es conveniente y oportuno que escuchemos la voz de sus profetas. No podemos seguir atesorando su palabra y sus señales por tiempo indefinido. Las necesidades de la comunidad, los reclamos de nuestra familia y nuestros desafíos personales son un llamado a que nos sensibilicemos y nos convirtamos de corazón al Señor.
Santos: Melquíades I, papa y mártir; Eulalia de Mérida, mártir, y Sindulfo de Vienne, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jr 31, 10; Is 35, 4)
Oigan, pueblos, la palabra del Señor y anúncienla en todos los rincones de la tierra: “He aquí que vendrá nuestro salvador, ya no tengan miedo”.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, nuestras plegarias y ayúdanos a prepararnos a celebrar con verdadera fe y pureza de corazón el gran misterio de la encarnación de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 35, 1-10
Esto dice el Señor:
“Regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y se cubra
de flores, que florezca como un campo de lirios, que se alegre y dé gritos
de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el
esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
Fortalezcan las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los
de corazón apocado: ‘¡Animo! No teman. He aquí que
su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos’. Se iluminarán
entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán.
Saltará como un venado el cojo y la lengua del mudo cantará.
Brotarán aguas en el desierto y correrán torrentes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque y la tierra sedienta, en manantial.
En la guarida donde moran los chacales, verdearán la caña y el
papiro. Habrá allí una calzada ancha, que se llamará ‘Camino
Santo’; los impuros no la transitarán, ni los necios vagarán
por ella.
No habrá por ahí leones ni se acercarán las fieras. Por
ella caminarán los redimidos. Volverán a casa los rescatados por
el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo,
coronados de perpetua alegría; serán su escolta el gozo y la dicha,
porque la pena y la aflicción habrán terminado”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Este profeta canta con
entusiasmo desmedido el acontecimiento más importante para su generación.
Dios conduciría de regreso a los deportados. El silencio de Dios había
terminado.
Del salmo 84 R/. Nuestro Dios viene a salvarnos.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo
santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloría del
Señor habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron,
la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá
su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo
sus pisadas. R/.
ACLAMACIÓN R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el rey, el Señor de la tierra; El nos librará
de nuestra esclavitud. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 5, 17-26
Un
día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados
ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas
de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba
con El para que hiciera curaciones.
Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico
y trataban de entrar, para colocarlo delante de Él; pero como no encontraban
por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por
entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús.
Cuando El vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: “Amigo
mío, se te perdonan tus pecados”.
Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién
es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo
Dios, puede perdonar los pecados?”. Jesús, conociendo sus pensamientos,
les replicó: “¿Que están pensando? ¿Qué
es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados’ o
‘Levántate y anda’? Pues para que vean que el Hijo del hombre
tiene poder en la tierra para perdonar los pecados —dijo entonces al paralítico—:
Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.
El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos,
tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa
glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y
llenos de temor, decían: “Hoy hemos vistos maravillas”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los acusadores de Jesús argumentaban con estrechez de miras. Para ellos, la legalidad era más importante que la compasión. Jesús les demuestra con hechos palpables que dispone del poder de Dios para sanar y perdonar.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento I o III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Sal 105, 4-5; Is 38, 3)
Ven, Señor, a visitarnos con tu paz para que nos alegremos delante de ti, de todo corazón.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Dámaso I papa; Daniel el Estilita de Constantinopla, confesor, y Maravillas de Jesús, religiosa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Za 14. 5-7)
Vendrá el Señor; mi Dios, y con El, todos sus santos; y brillará en aquel día una gran luz.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que has hecho llegar a todos los rincones de la tierra la buena nueva de la venida del salvador, concédenos esperar con sincera alegría las fiestas con que celebramos el día de su nacimiento. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 40, 1-11
“Consuelen, consuelen
a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén
y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre
y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del
Señor castigo doble por todos sus pecados”.
Una voz clama: “Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan
en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve,
que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso
se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los
hombres la verán”. Así ha hablado la boca del Señor.
Una voz dice: “¡Griten!”, y yo le respondo: “¿Que
debo gritar’?”. “Todo hombre es como la hierba y su grandeza
es como flor del campo. Se seca la hierba y la flor se marchita, pero la palabra
de nuestro Dios permanece para siempre”. Sube a lo alto del monte, mensajero
de buenas nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias
noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos
de Judá:
“Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno
de poder, el que con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo acompaña
y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará a su rebaño;
llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá
solícito a sus madres”. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Este pasaje nos trasmite
el relato de vocación de un profeta anónimo que, en nombre de
Dios, alentó a sus contemporáneos a vivir su vida en clave de
esperanza y apertura.
Del salmo 95 R/. Ya viene el Señor a renovar el mundo.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamemos su amor
día tras día. R/.
Su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus
maravillas. “Reina el Señor”, digamos a los pueblos, gobierna
a las naciones con justicia. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto en cierra, manifiesten los bosques regocijo.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya está cerca el día del Señor. Ya viene el Señor
a salvarnos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 18, 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “¿Que les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Esta sencilla narración nos recuerda una verdad que hemos asimilado por
vía de la experiencia, el amor desmedido de Dios nos ha tocado una y
otra vez y nos ha devuelto su amistad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento I o III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (2 Tm 4, 8)
El Señor, justo juez, dará la corona merecida a todos los que esperan con amor su venida gloriosa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobre valorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nuestra Señora de Guadalupe
Santos: Corentino de Quimper, obispo, y Simón Hua de Vietnam, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 12, 1)
Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen Maria de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 7, 10-14
En aquellos tiempos, el
Señor le habló a Ajaz diciendo: “Pide al Señor, tu
Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto”.
Contestó Ajaz: “No la pedirá. No tentará al Señor”.
Entonces dijo Isaías: “Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos
con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien,
el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí
que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán
el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Estas famosas palabras son una invitación a la confianza. Quienes creemos en Jesucristo entendemos que su misma vida fue posible, porque una mujer humilde de Nazaret acogió sin dudar al Señor.
O bien:
Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácida): 24, 23-31
Yo soy como una vid de fragantes
hojas y mis flores son producto de gloria y de riqueza. Yo soy la madre del
amor, del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. En mí está
toda la gracia del camino y de la verdad, toda esperanza de vida y de virtud.
Vengan a mi, ustedes, los que me aman y aliméntense de mis frutos. Porque
mis palabras son más dulces que la miel y mi heredad, mejor que los panales.
Los que me coman seguirán teniendo hambre de mí, los que me beban
seguirán teniendo sed de mí; los que me escuchan no tendrán
de qué avergonzarse y los que se dejan guiar por mí no pecarán.
Los que me honran tendrán una vida eterna. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Como en muchos otros textos
sapienciales, en este himno la sabiduría se personifica, alza la voz,
y como un pregonero en un mercado, oferta sus dones más preciados a los
viandantes.
Del salmo 66 R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a
nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos
juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 4-7
Hermanos:
Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de
una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo
la ley, a fin de hacernos hijos suyos.
Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu
de su Hijo, que clama: “¡Abbá!” es decir, ¡Padre!
Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también
heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Jesús nació bajo la ley. Efectivamente, su familia lo educó conforme a los valores y mandatos de la ley mosaica; aprendió a vivir como hijo obediente, cumpliendo la voluntad del Padre.
ACLAMACIÓN
(Lc 1, 47) R/. Aleluya, aleluya.
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de
júbilo en Dios, mi salvador. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-48
En aquellos días,
Maria se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea,
y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto
ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en
su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la
voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito
el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi
Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos,
el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído,
porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu
se llena de júbilo en Dios, mi salvador porque puso sus ojos en la humildad
de su esclava”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Isabel entona este cántico de alabanza a Dios y rinde gracias por la decisión creyente de María. Hay decisiones trascendentes que cambian para siempre la historia, ésta es una de ellas.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta solemnidad de nuestra Señora de Guadalupe, y haz que es te sacrificio nos dé fuerza para cumplir tus mandamientos como verdaderos hijos de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la Santísima Virgen María
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Sa 147, 20)
No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo; a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento, nos ayuden, Señor, por intercesión de nuestra santísima Madre de Guadalupe, a reconocernos y amarnos todos como verdaderos hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Lucía de Roma mártir, y Otilia u Odila de Alsacia, abadesa. Antíoco de Cerdeña, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Esta santa luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los impíos, pues estaba afianzada sobre roca firme.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, por intercesión de santa Lucía, virgen y mártir, que llenes de luz y de gozo nuestros corazones y que, quienes hoy celebramos su martirio en la tierra, lleguemos a contemplar con nuestros propios ojos tu gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 41, 13-20
“Yo, el Señor,
te tengo asido por la diestra y yo mismo soy el que te ayuda. No temas, gusanito
de Jacob, oruga de Israel, que soy yo, dice el Señor, el que te ayuda;
tu redentor es el Dios de Israel.
Mira: te he convertido en rastrillo nuevo de dientes dobles; triturarás
y pulverizarás los montes, convertirás en paja menuda las colinas.
Las aventarás y se irán con el viento y el torbellino las dispersará.
Tú, en cambio, te regocijarás en el Señor, te gloriarás
en el Dios de Israel.
Los miserables y los pobres buscan agua, pero es en vano; tienen la lengua reseca
por la sed. Pero yo, el Señor, les daré una respuesta; yo, el
Dios de Israel, no los abandonaré. Haré que broten ríos
en las cumbres áridas y fuentes en medio de los valles; transformaré
el desierto en están que y el yermo, en manantiales.
Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos; plantaré
juncos en la estepa, cipreses, oyameles y olmos; para que todos vean y conozcan,
adviertan y entiendan, de una vez por todas, que es la mano del Señor
la que hace esto, que es el Señor de Israel quien lo crea”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El así llamado segundo
Isaías proclama un mensaje consolador. Dios, como un padre o una madre,
se dirige a sus pequeños con gran ternura, se ofrece a tomarlos de la
mano para guiarlos por doquier.
Del salmo 144 R/. Bueno es el Señor para con todos.
Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre
y para siempre. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende
a todas sus creaturas. R/.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones.
R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Is 45, 8) R/. Aleluya, aleluya.
Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al Justo;
que la tierra se abra y haga germinar al Salvador. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 11, 11-15
En
aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: “Yo les aseguro que no ha
surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista.
Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía
más grande que él.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos
exige esfuerzo, y los esforzados lo conquistarán. Porque todos los profetas
y la ley profetizaron, hasta Juan; y si quieren creerlo, él es Elías,
el que habría de venir. El que tenga oídos que oiga”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Juan Bautista caló hondo en la vida de Israel. Este profeta consiguió arraigarse entre el pueblo. Las personas de todas las condiciones sociales reconocieron en él a un hombre de Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que los dones que vamos a ofrecerte en honor de tu santa virgen Lucía te sean, Señor, tan agradables, como agradable fue a tus ojos su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 16,24)
Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, que glorificaste a santa Lucía con la doble corona de la virginidad y del martirio, concédenos que esta comunión nos ayude a superar todas las pruebas y podamos así alcanzar el Reino eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ga 6, 14)
No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que inspiraste a san Juan de la Cruz un espíritu de total abnegación por amor a Cristo crucificado, concédenos, por su intercesión, el valor de renunciar a nuestro egoísmo, para compartir la gloria de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 48, 17-19
Esto dice el Señor, tu redentor, el Dios de Israel:
“Yo soy el Señor, tu Dios, el que te instruye en lo que es provechoso,
el que te guía por el camino que debes seguir. ¡Ojalá hubieras
obedecido mis mandatos! Seria tu paz como un río y tu justicia, como
las olas del mar.
Tu descendencia seria como la arena y como granos de arena, los frutos de tus
entrañas. Nunca tu nombre hubiera sido borrado ni arrancado de mi presencia”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
“El hubiera”
no existe, pero sí alecciona. Dios le describe a su pueblo —con
rasgos paradisíacos— el mundo que dejaron perder; la paz y la justicia
se habrían asentado. Decidir tiene consecuencias.
Del salmo 1 R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos
pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus
mandamientos. R/.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo
y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.
En cambio, los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque
el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por
perderlo. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, salgamos a su encuentro; El es el príncipe
de la paz. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 11, 16-19
En
aquel tiempo, Jesús dijo: “¿Con qué podré
comparar a esta gente? Es semejante a los niños que se sientan en las
plazas y se vuelven a sus compañeros para gritarles: ‘Tocamos la
flauta y no han bailado; cantamos canciones tristes y no han llorado’.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron: ‘Tiene
un demonio’. Viene el Hijo del hombre, y dicen: ‘Ése es un
glotón y un borracho, amigo de publícanos y gente de mal vivir’.
Pero la sabiduría de Dios se justifica a sí misma por sus obras”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
¡Vaya que la generación que convivió con Jesús y Juan Bautista fue privilegiada! Esos dos grandes profetas fueron menospreciados y rechazados por mantenerse fieles a Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad los dones que te presentamos en esta festividad de san Juan de la Cruz y concede, a quienes celebramos hoy el memorial de la pasión de Cristo, aprender a sacrificarnos por nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 16, 24)
Si alguno quiere venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que ayudaste a san Juan de la Cruz a vivir el misterio de la pasión de tu Hijo, concédenos que este sacrificio que hemos celebrado nos impulse a seguir con fidelidad a Cristo y a trabajar en la Iglesia por la salvación de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 79, 4. 2)
Ven, Señor, muéstranos tu rostro, y nos salvaremos.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Padre todopoderoso, que Cristo, el resplandor de tu gloria, nazca en nuestros corazones, para que su venida disipe las tinieblas del pecado y ponga de manifiesto que somos hijos de la luz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Eclesiástico: 48, 1-4. 9-11
En aquel tiempo, surgió
Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. El hizo
caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmó. En el nombre
del Señor cerró las compuertas del cielo e hizo que descendiera
tres veces fuego de lo alto. ¡Qué glorioso eres, Elías,
por tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? En
un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo, sobre un carro tirado por
caballos de fuego. Escrito está de ti que volverás, cargado de
amenazas, en el tiempo señalado, para aplacar la cólera antes
de que estalle, para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia
los hijos y congregar a las tribus de Israel.
Dichosos los que te vieron y murieron gozando de tu amistad; pero más
dichosos los que estén vivos cuando vuelvas. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
El profeta Elías
dejó una honda huella en la tradición oral de Israel. El así
llamado profeta de fuego, lo fue no solamente por el legendario carro, sino
por su palabra dura y exigente.
Del salmo 79 R/. Ven, Señor, a salvarnos.
Escúchanos, pastor de Israel; tú que estás rodeado de querubines,
manifiéstate, despierta tu poder y ven a salvamos. R/.
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña
y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú
mismo cultivaste. R/.
Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido. Ya no
nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 3, 4. 6) R/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos
los hombres verán al Salvador. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 17, 10-13
En
aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: “¿Por
qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?”.
Él les respondió: “Ciertamente Elías ha de venir
y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que
Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él
cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos
de ellos”.
Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan el Bautista.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús fue descubriendo paulatinamente que Juan Bautista no sólo le antecedía en el tiempo, sino también en el desenlace violento. Jesús también sería eliminado como el profeta del Jordán.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento I o III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 22, 12)
Pronto vendré y traeré conmigo la recompensa, dice el Señor, y daré a cada uno según sus obras.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor.
III DOMINGO DE ADVIENTO
ANTÍFONA DE ENTRADA (Flp 4. 4. 5)
Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres. El Señor está cerca.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Mira, Señor, a tu pueblo que espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo, y concédele celebrar el gran misterio de nuestra salvación con un corazón nuevo y una inmensa alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 35, 1-6. 10
Esto dice el Señor:
“Regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y se cubra
de flores, que florezca como un campo de lirios, que se alegre y dé gritos
de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el
esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
Fortalezcan las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los
de corazón apocado: ‘¡Animo! No teman. He aquí que
su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos’.
Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los
sordos se abrirán. Saltará como un venado el cojo y la lengua
del mudo cantará.
Volverán a casa los rescatados por el Señor, vendrán a
Sión con cánticos de júbilo, coronados de perpetua alegría;
serán su escolta el gozo y la dicha, porque la pena y la aflicción
habrán terminado”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Los profetas de Israel
no eran escritores rebuscados, hablaban el lenguaje de la gente. Para referirse
a la salvación futura, recurrían a imágenes comprensibles
para cualquier persona.
Del salmo 145 R/. Ven, Señor, a salvarnos.
El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido;
El proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor
al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/.
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo.
Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por
siglos. R/.
Lectura de la carta del apóstol Santiago: 5, 7-10
Hermanos: Sean pacientes
hasta la venida del Señor. Vean cómo el labrador, con la esperanza
de los frutos preciosos de la tierra, aguarda pacientemente las lluvias tempraneras
y las tardías. Aguarden también ustedes con paciencia y mantengan
firme el ánimo, porque la venida del Señor está cerca.
No murmuren, hermanos, los unos de los otros, para que el día del juicio
no sean condenados. Miren que el juez ya está a la puerta. Tomen como
ejemplo de paciencia en el sufrimiento a los profetas, los cuales hablaron en
nombre del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Así como el campesino aguarda con paciencia la llegada del aguacero,
los cristianos tenemos que dejar que el Señor decida los tiempos. Su
venida llegará cuando menos se espere.
ACLAMACIÓN
(Is 61, 1) R/. Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí. Me
ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 11, 2-11
En
aquel tiempo, Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído
hablar de las obras de Cristo, le mandó preguntar por medio de dos discípulos:
“Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”.
Jesús les respondió: “Vayan a contar a Juan lo que están
viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios
de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia
el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí”.
Cuando se fueron los discípulos, Jesus se puso a hablar a la gente acerca
de Juan: “Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una
caña sacudida por el viento? No. Pues entonces, ¿qué fueron
a ver? ¿A un hombre lujosamente vestido? No, ya que los que visten con
lujo habitan en los palacios. ¿A qué fueron, pues? ¿A ver
a un profeta? Sí, yo se lo aseguro; ya uno que es todavía más
que profeta. Porque de él está escrito: He aquí que yo
envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino.
Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más
grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el
Reino de los cielos, es todavía más grande que él”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Durante su ministerio en Galilea, Jesús realizó señales poderosas e irrefutables. Sus vecinos y oyentes solamente tenían que abrir los ojos y la mente para interpretar el mensaje enviado por Dios.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento I o III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 35, 4)
He aquí que vendrá nuestro salvador, ya no tengan miedo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La gente tiene todo el derecho a reclamar señales. Ha sido engañada tantas veces que tiene razón en desconfiar. Los habitantes de Israel también habían sido defraudados numerosas ocasiones por falsos Mesías. Jesús despierta esperanza en la gente de Galilea; los seguidores del Bautista también se impresionan con sus acciones. Es necesario tener más información para tomar una decisión. En nuestros días renacen los liderazgos supuestamente mesiánicos. Los cristianos no podemos desorientarnos. Nadie tiene soluciones milagrosas, escondidas bajo la manga, que nos permitan superar nuestros problemas. La cooperación, la tenacidad, el esfuerzo de los ciudadanos y la actitud justa y transparente de los gobernantes irán rindiendo frutos de manera lenta, si así lo queremos.
Santos: Lázaro de Betania, laico; Olimpia u Olimpiades de Constantinopla, viuda, y Juan de Mata fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 49, 13)
Alégrense los cielos y regocíjese la tierra, porque vendrá el Señor y tendrá misericordia de sus pobres.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, creador y redentor de los hombres, que quisiste que tu Verbo eterno tomara carne en el seno de la siempre Virgen María, escucha nuestras súplicas y concédenos que tu Hijo, que ha tomado nuestra naturaleza humana, nos haga participantes de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 49, 2. 8-10
En aquellos días,
Jacob llamó a sus hijos y les habló así: “Acérquense
y escúchenme, hijos de Jacob; escuchen a su padre, Israel. A ti, Judá,
te alabarán tus hermanos; pondrás la mano sobre la cabeza de tus
enemigos; se postrarán ante ti los hijos de tu padre.
Cachorro de león eres, Judá: has vuelto de matar la presa, hijo
mío, y te has echado a reposar, como un león. ¿Quién
se atreverá a provocarte?
No se apartará de Judá el cetro, ni de sus descendientes, el bastón
de mando, hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos le deben
obediencia”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En estas bendiciones resalta
el lugar privilegiado de la tribu de Judá. Estas palabras comenzarán
a llenarse de sentido cuando Jesús, del linaje de Judá, las haga
realidad.
Del salmo 71 R/. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes. El rey hará
justicia al oprimido y salvará a los hijos de los pobres. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era
tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo, al otro
de la tierra. R/.
Que bendigan al Señor eternamente, y tanto como el sol, viva su nombre.
Que El sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones.
R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Sabiduría del Altísimo, que dispones todas las cosas
con fortaleza y con suavidad, ven a enseñarnos el camino de la vida.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 1, 1-17
Genealogía
de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac,
Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró
de Tamar a Fares y a Zará Fares a Esrom., Esrom a Aram, Aram a Aminadab,
Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró
de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé
al rey David.
David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón
a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat
a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías,
Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón
a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos
durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a
Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim
a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar
a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José,
el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce;
desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde
la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Como otros muchos antepasados
suyos, también Jesús logró integrarse en la descendencia
davídica de manera inusitada. Dios realiza acciones maravillosas con
gente menuda.
Santifica, Señor, los dones de tu Iglesia y concédenos en esta
Eucaristía el pan del cielo que renueva nuestras fuerzas. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio de Adviento II o IV
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Ag 2, 8)
He aquí que vendrá el deseado de todas las naciones, y la casa del Señor se llenará de gloria.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has concedido participar en esta Eucaristía, enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu Espíritu, a fin de que podamos brillar, por nuestras buenas obras, cuando venga Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Winebaldo de Eichstat, abad, y Graciano de Tours, obispo. Nuestra Señora de Zapopan.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Vendrá Cristo, nuestro Rey, el Cordero cuya venida fue anunciada por Juan.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, vemos libres de la antigua esclavitud del pecado por el renovado misterio del nacimiento de tu Hijo que vamos a celebrar. El cual vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Jeremías: 23, 5-8
“Miren: Viene un tiempo, dice el Señor, en que haré surgir un renuevo en el tronco de David: será un rey justo y prudente y hará que en la tierra se observen la ley y la justicia. En sus días será puesto a salvo Judá, Israel habitará confiadamente y a Ello llamarán con este nombre: ‘El Señor es nuestra justicia’. Por eso, miren que vienen tiempos, oráculo del Señor, en los que no se dirá: ‘Bendito sea el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto’, sino que se dirá: ‘Bendito sea el Señor, que sacó a los hijos de Israel del país del norte y de los demás países donde los había dispersado, y los trajo para que habitaran de nuevo su propia tierra’ “. Palabra de Dios Te alabamos, Señor.
El regreso del destierro
babilónico será como un nuevo éxodo. El primer éxodo
no los deberá llenar de nostalgia, habrá que mirar hacia delante.
Dios realizará algo extraordinario.
Del salmo 71 R/. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra
sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida
al desdichado. R/.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el inicio que hace grandes cosas.
Que su nombre glorioso sea bendito y la tierra se llene de su gloria. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Señor nuestro, que guiaste a tu pueblo por el desierto y le
diste la ley a Moisés en el Sinaí, ven a redimirnos con tu poder.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-24
Cristo
vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada
con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por
obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo,
que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla
en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en
sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu
casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de
Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el
Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen
concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre
de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La decisión afirmativa de José tendría consecuencias importantes. El pequeño hijo recibiría su protección. Jesús, el hijo de José, era en realidad un verdadero hijo de David.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos haga menos indignos de ti, para que podamos participar de la vida eterna de tu Hijo, que, al hacerse mortal como nosotros, nos devolvió la inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento II o IV
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 1, 23)
Y le pondrán por nombre Emmanuel, que quiere decir: Dios-con-nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía, en la que hemos tomado parte, nos ayude, Señor, a prepararnos con fe y con amor, a celebrar las fiestas ya cercanas, del nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Rufo y Zósimo de Filipo, mártires; Gregorio de Auxerre, obispo. Beato Urbano V papa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Hb 10, 37)
El que ha de venir, vendrá sin tardanza, y ya no tendremos nada que temer, porque El es nuestro salvador.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que te dignaste manifestar al mundo el esplendor de tu gloria por medio del parto de la santísima Virgen María, concédenos venerar con fe íntegra y celebrar con sincera piedad el gran misterio de la encarnación de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Jueces: 13, 2-7. 24-25
En aquellos días,
había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoa. Su
mujer era estéril y no había tenido hijos. A esa mujer se le apareció
un ángel del Señor y le dijo: “Eres estéril y no
has tenido hijos; pero de hoy en adelante, no bebas vino, ni bebida fermentada,
ni comas nada impuro, porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No dejes
que la navaja toque su cabello, porque el niño estará consagrado
a Dios desde el seno de su madre y él comenzará a salvar a Israel
de manos de los filisteos”.
La mujer fue a contarle a su marido: “Un hombre de Dios ha venido a visitarme.
Su aspecto era como el del ángel de Dios, terrible en extremo. Yo no
le pregunté de dónde venia y él no me manifestó
su nombre, pero me dijo: ‘Vas a concebir y a dar a luz un hijo. De ahora
en adelante, no bebas vino ni bebida fermentada, no comas nada impuro, porque
el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta
su muerte’ “.
La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció
y el Señor lo bendijo y el espíritu del Señor empezó
a manifestarse en él. Palabra de Dios Te alabamos, Señor.
Sansón es una figura
popular, un personaje que entusiasma a los pequeños. Este fortachón
era un hombre bien dispuesto, que supo ponerse al servicio de Dios y de su pueblo.
Del salmo 70 R/. Que mi boca, Señor no deje de alabarte.
Señor, sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que
me salves. Y pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor,
de los malvados. R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío.
Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me
sostenías. R/.
Tus hazañas, Señor, alabaré; diré a todos que sólo
tú eres justo. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir
alabándote es mi orgullo. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los
pueblos, ven a librarnos y no te tardes. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 5-25
Hubo
en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del
grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada
Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente,
cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían
hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.
Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante
Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según
la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer
el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la
hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la
derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó
y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo:
“No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada.
Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre
de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros
muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será
grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará
lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá
a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con
el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones
de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y
prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo”.
Pero Zacarías replicó: “Cómo podré estar seguro
de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada”.
El ángel le contestó: “Yo soy Gabriel, el que asiste delante
de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora
tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día
en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se
cumplirán a su debido tiempo”.
Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba
de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron
que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató
de hacerse entender por señas y permaneció mudo.
Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco
después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se
dejó ver, pues decía: “Esto es obra del Señor. Por
fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los anuncios de nacimiento se multiplican a lo largo de la historia de la salvación. Dios anticipa, por medio de ellos, la vocación singular que con su ayuda cumplirá el recién nacido.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, las ofrendas que te presentamos, para que tu poder consagre los dones de nuestra pobreza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento II o IV
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 78-79)
Vendrá a visitarnos de lo alto un sol naciente, Cristo el Señor, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias, Señor, por los bienes que nos has dado, y te rogamos que enciendas en nosotros el deseo de lo que nos has prometido, para que, con un espíritu renovado, podamos celebrar dignamente el nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Filogonio de Antioquía, obispo; Domingo de Silos abad, y Pedro Thi de Vietnam, presbítero.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 11, 1; 40, 5; Lc 3, 6)
Un retoño brotará del tronco de Jesé, la gloria del Señor llenará la tierra y toda creatura verá la salvación de Dios.
ORACIÓN COLECTA
A ejemplo de la Virgen Inmaculada que, al aceptar tu voluntad, anunciada por el ángel, recibió en su seno a tu Hijo, fue llena de la gracia del Espíritu Santo y se convirtió en templo de la divinidad, concédenos, Padre todopoderoso, la gracia de aceptar tus designios con humildad de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 7, 10-14
En aquellos tiempos, el
Señor le habló a Ajaz diciendo: “Pide al Señor, tu
Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto”.
Contestó Ajaz: “No la pediré. No tentaré al Señor”.
Entonces dijo Isaías: “Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos
con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien,
el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí
que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán
el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El rey Acaz recibe de parte
de Dios una señal, la cual deberá discernir con inteligencia y
sabiduría. Los amagos de sus enemigos no prosperarán, Dios siempre
asiste a su pueblo.
Del salmo 23 R/. Ya llega el Señor, el rey de la gloría.
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en
él habitan, pues El lo edificó sobre los mares, El fue quien lo
asentó sobre los ríos. R/.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién
podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos
puras y que no jura en falso. R/.
Ése obtendrá la bendición de Dios y Dios, su salvador,
le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen
ante ti, Dios de Jacob. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Llave de David, que abres las puertas del Reino eterno, ven a librar
a los que yacen oprimidos por las tinieblas del mal. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel
Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José.
La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas
palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría
decir semejante saludo.
El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia
ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre
Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo;
el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y El reinará
sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.
María le dijo entonces al ángel: “Cómo podrá
ser esto, puesto que yo permanezco virgen?”. El ángel le contestó:
“El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será
llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de
su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó:
“Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que
me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Si la anciana Isabel está embarazada, la lección es clara: no hay nada imposible para Dios. Maria tendrá que interpretar la señal y disponerse a acoger al hijo del Altísimo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el único sacrificio que puede agradarte y, por nuestra participación en este sacramento, concédenos los bienes que la fe nos invita a esperar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento I o IV
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 31)
Dijo el ángel a Maria: Has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo, y será llamado Hijo del Altísimo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Protege, Señor, con tu poder a cuantos has alimentado con esta Eucaristía, y haz que encuentren en este sacramento la fuente de la paz verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Pedro Canisio, doctor de la Iglesia y Glicerio de Turquía, mártir. Beato Pedro Friedhofen fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 7, 14; 8, 10)
Pronto llegará el Señor, que domina los pueblos, y será llamado Emmanuel, es decir, Dios-con-nosotros.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor las súplicas de tu pueblo, que se alegra por la venida de tu Hijo en nuestra carne mortal; y concédenos que, cuando vuelva El revestido de gloria y majestad, nos llenemos también de alegría al recibir de sus manos la recompensa de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Cantar de los Cantares: 2, 8-14
Aquí viene mi amado
saltando por los montes, retozando por las colinas. Mi amado es como una gacela,
es como un venadito, que se detiene detrás de nuestra tapia, espía
por las ventanas y mira a través del enrejado.
Mi amado me habla así: “Levántate, amada mía, hermosa
mía, y ven. Mira que el invierno ya pasó; han terminado las lluvias
y se han ido.
Las flores brotan ya sobre la tierra; ha llegado la estación de los cantos;
el arrullo de las tórtolas se escucha en el campo; ya apuntan los frutos
en la higuera y las viñas en flor exhalan su fragancia.
Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven. Paloma mía,
que anidas en las hendiduras de las rocas, en las grietas de las peñas
escarpadas, déjame ver tu rostro y hazme oír tu voz, porque tu
voz es dulce y tu rostro encantador”. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
En estas canciones de amor
queda prefigurada una enseñanza profunda. Israel como esposa enamorada
reclama con ansiedad la llegada del esposo. El Señor viene a visitar
a su pueblo.
Del salmo 32 R/. Demos gracias a Dios, al son del arpa.
Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos;
cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos alabémoslo.
R/.
Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor; dichoso el pueblo que escogió
por suyo. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues El es nuestra ayuda y
nuestro amparo; en el Señor se alegra el corazón y en El hemos
confiado. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Emmanuel, rey y legislador nuestro, ven, Señor, a salvamos.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-45
En
aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo
de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó
a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de Maria, la criatura saltó
en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la
voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito
el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi
Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos,
el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído,
porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
En este cántico Isabel da muestras de su sensatez. Su pariente María es una mujer bienaventurada y dichosa por que supo abrirse sin dudarlo a las exigencias de su Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, de tu Iglesia las ofrendas que tú mismo has puesto en nuestras manos y que tu poder convierte en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento II o IV
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1,45)
Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta comunión, Señor, proteja siempre a tu pueblo a fin de que, entregados plenamente a tu servicio, alcancemos la salvación del alma y del cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 23, 7)
Puertas, ábranse de par en par; agrándense portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que al ver al hombre caído y condenado a la muerte, quisiste rescatarlo con la venida de tu Hijo, concede a cuantos creemos en el misterio de su encamación participar algún día de su vida inmortal. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 1, 24-28
En aquellos días, Ana llevó a Samuel, que todavía era muy pequeño, a la casa del Señor, en Siló, y llevó también un novillo de tres años, un costal de harina y un odre de vino. Una vez sacrificado el novillo, Ana presentó el niño a Elí y le dijo: “Escúchame, señor: te juro por mi vida que yo soy aquella mujer que estuvo junto a ti, en este lugar, orando al Señor. Este es el niño que yo le pedía al Señor y que El me ha concedido. Por eso, ahora yo se lo ofrezco al Señor, para que le quede consagrado de por vida”. Y adoraron al Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Ana aprendió rápidamente
la lección: Dios la reivindicó de su esterilidad, le dio a su
hijo Samuel En retribución, esta creyente se lo regresó al Señor
para que estuviera a su servicio.
1 Samuel 2 R/. Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
Mi corazón se alegra en el Señor, en Dios me siento yo fuerte
y seguro. Ya puedo responder a mis contrarios, pues eres tú, Señor,
el que me ayuda. R/.
El arco de los fuertes se ha quebrado, los débiles se ven de fuerza llenos.
Se ponen a servir por un mendrugo los antes satisfechos; y sin tener que trabajar,
pueden saciar su hambre los hambrientos. Siete veces da a luz la que era estéril
y la fecunda ya dejó de serlo. R/.
Da el Señor muerte y vida, deja morir y salva de la tumba; El es quien
empobrece y enriquece, quien abate y encumbra. R/.
El levanta del polvo al humillado, al oprimido saca de su oprobio, para hacerlo
sentar entre los príncipes en un trono glorioso. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven a salvar al hombre,
que modelaste del barro. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 46-56
En aquel tiempo, dijo María:
“Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo
en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. Desde
ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en
mí grandes cosas el que todo lo puede.
Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación
a los que lo temen. Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a
los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó
a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los
despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda
de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham
y a su descendencia, para siempre”.
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó
a su casa. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Estas estrofas ensalzan a Dios por haber realizado sus designios de salvación. Las promesas divinas no caducan ni se quedan vacías. Dios hace justicia a los pequeños.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Confiados, Señor, en tu misericordia, venimos a tu altar con nuestros dones, a fin de que la celebración de esta Eucaristía nos purifique de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento II o IV
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 46. 49)
Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de este sacramento nos dé fuerza, Señor, para prepararnos a la venida de nuestro salvador con la práctica de las buenas obras y podamos, así, alcanzar el premio de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
IV DOMINGO DE ADVIENTO
Santos: San Juan de Kanty, presbítero. Beato Nicolás Factor, presbítero.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 45. 8)
Destilen, cielos, el rocío, y que las nubes lluevan al justo; que la tierra se abra y haga germinar al salvador. No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que hemos conocido por el anuncio del ángel la encamación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 7, 10-14
En aquellos tiempos, el
Señor le habló a Ajaz diciendo: Pide
al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba,
en lo alto”. Contestó Ajaz: “No la pediré. No tentaré
al Señor”.
Entonces dijo Isaías: “Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos
con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien,
el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí
que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán
el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El niño pequeño,
que lleva por nombre Emmanuel, vivirá y cumplirá una función,
ser un memorial y un recordatorio para cuantos quieran verlo de que Dios asiste
a su pueblo.
Del salmo 23 R/. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en
él habitan, pues El lo edificó sobre los mares, El fue quien lo
asentó sobre los ríos. R/.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién
podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos
puras y que no jura en falso. R/.
Ese obtendrá la bendición de Dios y Dios, su salvador, le hará
justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de
Jacob. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 1, 1-7
Yo, Pablo, siervo de Cristo
Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por
El para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por
los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro
Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del
linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador,
se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección
de entre los muertos.
Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a
fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe, para gloria
de su nombre. Entre ellos, también se cuentan ustedes, llamados a pertenecer
a Cristo Jesús.
A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar
parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre,
y de Jesucristo, el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
En estos renglones nos encontramos con una confesión de fe cristiana muy antigua. Jesús es del linaje davídico, es verdadero hombre y es de origen divino, como lo acredita su resurrección.
ACLAMACIÓN
(Mt 1, 23) R/. Aleluya, aleluya.
He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un
hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-24
Cristo
vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada
con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por
obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo,
que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla
en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en
sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu
casa a Maria, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo y ni le pondrás el nombre de Jesús,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el
Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen
concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre
de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús no es una figura más, es la realidad plena que promete su nombre. Su vida, su obra, su muerte y resurrección son la expresión viva de su nombre, él es la presencia cercana de Dios.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el mismo Espíritu que cubrió con su sombra y fecundó con su poder el seno de la Virgen María, santifique, Señor, estas ofrendas que hemos depositado sobre tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento II o IV
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 7, 14)
He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel que quiere decir Dios-con-nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has dado en este sacramento la prenda de nuestra salvación, concédenos, Padre todopoderoso, prepararnos cada día con mayor fervor para celebrar dignamente el nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Cada
pueblo religioso ha expresado sin rubor alguno, que su Dios ha estado a su lado
en todas sus correrías.
Durante muchos siglos, los fundadores religiosos han insistido y repetido la
misma certeza. Dios ha estado implicado en su historia. El pueblo del que Jesús
provenía y del que también nosotros, en cierta manera descendemos,
aprendió a descubrir la presencia de Dios en su historia. Unos y otros
tienen razón, Dios es alguien cercano a sus criaturas, por caminos extraños
y ordinarios, de una y mil maneras diferentes, nos sigue hablando, se sigue
manifestando, como el Padre amoroso que acompaña a sus hijos.
Santos: Adela de Alemania, religiosa; Irma o Irmina de Tréveris abadesa, y Delfín de Burdeos, obispo.
Misa matutina
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ga 4, 4)
He aquí que llega ya la plenitud de los tiempos, cuando Dios envió a su Hijo a la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Apresúrate, Señor Jesús, no tardes ya, para que tu venida dé nuevas fuerzas y ánimo a quienes hemos puesto nuestra confianza en tu misericordia. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de Samuel: 7, 1-5. 8-12. 14. 16
Tan pronto como el rey David
se instaló en su palacio y el Señor le concedió descansar
de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:
“¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro,
mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?”.
Natán le respondió: “Anda y haz todo lo que te dicte el
corazón, porque el Señor está contigo”.
Aquella misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: “Ve
y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: ‘¿Piensa
que vas a ser tú el que me construya una casa, para que yo habite en
ella? Yo te saqué de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que
fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que
emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como
los hombres más famosos de la tierra.
Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí
para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos
ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los
tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y
a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos.
Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía;
y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus
padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré
su reino. Yo seré para él un padre y él será para
mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante
mí, y tu trono será estable eternamente’“. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Dios hace a David una promesa
extraordinaria. Jamás se apartará de su lado. Uno de sus descendientes
conducirá a su pueblo. Jesús corona la larga lista de gobernantes
davídicos.
Del salmo 88 R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a
conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: “Mi
amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido:
‘Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré
tu trono eternamente’. R/.
El me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que me protege
y que me salva’. Yo jamás le retiraré mi amor, ni violaré
el juramento que le hice”. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Sol refulgente de justicia y esplendor de la luz eterna, ven a iluminar
a los que yacen en las tinieblas y en las sombras de la muerte. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 67-79
En aquel tiempo, Zacarías,
padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:
“Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido
a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa
de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por
boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y
de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a
nuestros padres y acordarse de su santa alianza.
El Señor juró a nuestro padre Abraham concedernos que, libres
ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante
de Él, todos los días de nuestra vida.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque
irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su
pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el
Sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras
de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
El sacerdote Zacarías no cabe de alegría. Su vejez no le impide
saltar de gozo para agradecer la bondad del Señor. Finalmente se han
hecho realidad las promesas de los profetas.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad estas ofrendas, a fin de que se conviertan en el alimento que nos libre de nuestros pecados y prepare nuestros corazones a la venida gloriosa de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de Adviento II o IV.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 68)
Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has renovado con esta Eucaristía concédenos, Señor, que el nacimiento adorable de tu Hijo, que hemos anticipado en la fe, nos llene de gozo y nos haga partícipes de los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Natividad del Señor
Santa: Eugenia de Roma, mártir. Beato Jacobo de Todi, religioso.
Misa vespertina de la vigilia
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Éx 16, 6-7)
Esta noche sabrán que el Señor vendrá a salvamos y por la mañana contemplará su gloria.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que cada año revives en nosotros la gozosa esperanza de la salvación, concédenos que, así como ahora acogemos a tu Hijo, llenos de júbilo, como a nuestro redentor, así también cuando venga como juez, podamos recibirlo llenos de confianza. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 62, 1-5
Por amor a Sión no
me callaré y por amor a Jerusalén no me daré reposo, hasta
que surja en ella esplendoroso el justo y brille su salvación como una
antorcha.
Entonces las naciones verán tu justicia, y tu gloria todos los reyes.
Te llamarán con un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona de gloria en la mano del Señor y diadema real en
la palma de su mano.
Ya no te llamarán “Abandonada”, ni a tu tierra, “Desolada”;
a ti te llamarán “Mi complacencia” y a tu tierra, “Desposada”,
porque el Señor se ha complacido en ti y se ha desposado con tu tierra.
Como un joven se desposa con una doncella, se desposará contigo tu hacedor;
como el esposo se alegra con la esposa, así se alegrará tu Dios
contigo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 88 R/. Proclamaré
sin cesar la misericordia del Señor.
“Un juramento hice a David mi servidor, una alianza pacté con mi
elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré
tu trono eternamente’. R/.
Él me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que
me protege y que me salva’. Yo jamás le retiraré mi amor
ni violaré el juramento que le hice”. R/.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu
nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 16-17. 22-25.
Al llegar Pablo a Antioquía
de Pisidia, se puso de pie en la sinagoga y haciendo una señal para que
se callaran, dijo:
“Israelitas y cuantos temen a Dios, escuchen: El Dios del pueblo de Israel
eligió a nuestros padres y engrandeció al pueblo, cuando éste
vivía como forastero en Egipto. Después los sacó de ahí
con todo poder. Les dio por rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado
a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará
todos mis designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador:
Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de
Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía:
‘Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno
a quien no merezco desatarle las sandalias’ “. Palabra de
Dios Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN R/. Aleluya,
aleluya
Mañana será destruida la maldad en la tierra y reinará
sobre nosotros el Salvador del mundo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-25
Cristo
vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada
con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por
obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo,
que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla
en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en
sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu
casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de
Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el
Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen
concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre
de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.
Y sin que él hubiera tenido relaciones con ella, María dio a luz
un hijo y él le puso por nombre Jesús. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: Y por obra... hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, iniciar la celebración de las fiestas de la Navidad con un fervor digno del misterio que es el principio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad I - III
Si se usa el Canon romano, se dice “Reunidos en comunión” propio. Si se usa la plegaria eucarística II o III, se dice: Acuérdate... “o “Atiende” propio.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Is 40, 5)
Se manifestará la gloria del Señor y todo el mundo verá la salvación que viene de nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, sacar nuevas fuerzas de esta celebración anual del nacimiento de tu Hijo, que se ha hecho nuestro alimento y bebida en este sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa de medianoche
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 2, 7)
El Señor me dijo: Tú eres mi Hijo, hoy te engendré Yo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste resplandecer esta noche santísima con el nacimiento de Cristo, verdadera luz del mundo, concédenos que, iluminados en la tierra por la luz de este misterio, podamos también disfrutar de la gloria de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 9, 1-3. 5-6
El pueblo que caminaba en
tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras,
una luz resplandeció.
Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría. Se gozan en tu
presencia como gozan al cosechar, como se alegran al repartirse el botín.
Porque tú quebrantaste su pesado yugo, la barra que oprimía sus
hombros y el cetro de su tirano, como en el día de Madián.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus
hombros el signo del imperio y su nombre será: “Consejero admirable”,
“Dios poderoso”, “Padre sempiterno”, “Príncipe
de la paz”; para extender el principado con una paz sin límites
sobre el trono de David y sobre su reino; para establecerlo y consolidarlo con
la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor
lo realizará. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El profeta Isaías se vale de imágenes de sobra conocidas: la siega,
el botín, la luz. Detrás de ellas está la realidad histórica,
un niño ha nacido y con El llegan la paz y la justicia.
Del salmo 95 R/. Hoy nos ha nacido el Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los
pueblos; de nación en nación, sus maravillas. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto en cierra, manifiesten los bosques regocijo.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones
R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito: 2,11-14
Querido hermano: La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión ya los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. El se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En estas exhortaciones, el apóstol san Pablo anima a Tito, su colaborador, a sembrar un mensaje de esperanza. Jesús es el enviado del Padre que nos ha liberado de todo mal.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 2. 10-11) R/. Aleluya, aleluya.
Les anuncio una gran alegría: Hoy nos ha nacido el Salvador,
que es Cristo, el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2, 1-14
Por
aquellos días, se promulgó un edicto de César Augusto,
que ordenaba un censo de todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino
era gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno en su propia ciudad;
así es que también José, perteneciente a la casa y familia
de David, se dirigió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad
de David, llamada Belén, para empadronarse, juntamente con María,
su esposa, que estaba encinta.
Mientras estaban ahí, le llegó a María el tiempo de dar
a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales
y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche en
el campo, vigilando por turno sus rebaños. Un ángel del Señor
se les apareció y la gloria de Dios los en volvió con su luz y
se llenaron de temor. El ángel les dijo:
“No teman. Les traigo una buena noticia, que causará gran alegría
a todo el pueblo: hoy les ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador, que
es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal:
encontrarán al niño envuelto en pañales y recostado en
un pesebre”. De pronto se le unió al ángel una multitud
del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria
a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los pastores, como guardianes
del rebaño, tenían que estar vigilantes. Esa actitud vigilante
y despierta les permitió acoger el mensaje de salvación. Había
nacido el Salvador de Israel.
Se dice Credo. A las palabras: Y por obra... hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos esta noche de Navidad, a fin de que, al recibirlas nosotros, convertidas en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos transformes en El, en quien nuestra naturaleza está unida a la tuya. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad I-III
Si se usa el Canon romano, se dice “Reunidos en comunión” propio. Si se usa la plegaria eucarística II o III, se dice “Acuérdate... “o “Atiende” propio.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14)
El Verbo se hizo hombre y hemos visto su gloria.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, Señor, que nos has concedido el gozo de celebrar esta noche el nacimiento de tu Hijo, ayúdanos a vivir seguir su ejemplo para llegar a compartir algún día con El, la gloria de su Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa de la aurora
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 9, 2. 6; Lc 1. 33)
Hoy brillará una luz sobre nosotros, porque nos ha nacido el Señor; se le llamará Admirable, Dios, Príncipe de la paz, Padre del mundo futuro, y su Reino no tendrá fin.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios todopoderoso, que has querido iluminarnos con la luz nueva de tu Verbo hecho carne, concédenos que nuestras obras concuerden siempre con la fe que ha iluminado nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 62, 11-12
Escuchen lo que el Señor hace oír hasta el último rincón de la tierra: Digan a la hija de Sión: Mira que ya llega tu salvador. El premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede. Tus hijos serán llamados ‘Pueblo santo’, ‘Redimidos del Señor’, y a ti te llamarán ‘Ciudad deseada, Ciudad no abandonada’ “. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 96 R/. Reina
el Señor, alégrese la tierra.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo
entero. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.
R/.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito: 3, 4-7
Hermano: Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su amor a los hombres, El nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Lc 2, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena
voluntad. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2, 15-20
Cuando
los ángeles los dejaron para volver al cielo, los pastores se dijeron
unos a otros: “Vayamos hasta Belén, para ver eso que el Señor
nos ha anunciado”.
Se fueron, pues, a toda prisa y encontraron a María, a José y
al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo
que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían
quedaban maravillados.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su
corazón. Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando
a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que
se les había anunciado. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: Y por obra... hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que nuestras ofrendas, Señor, sean dignas del misterio de Navidad que estamos celebrando, para que tú, que nos has revelado a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nos hagas participar, por este pan y este vino, de su vida inmortal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad I-III
Si se usa el Canon romano, se dice “Reunidos en comunión” propio. Si se usa la plegaria eucarística II - III, se dice: “Acuérdate... “o “Atiende” propio.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Za 9, 9)
¡Salta de alegría, hija de Sión! ¡Lanza gritos de gozo, hija de Jerusalén! He aquí que viene tu Rey, el Santo, el Salvador del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que nos has reunido para celebrar, llenos de júbilo, el nacimiento de tu Hijo, concédenos penetrar con fe profunda en este misterio y encontrar en El la fuente de un amor cada vez más generoso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa del día
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9, 6)
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. La insignia del poder está sobre sus hombros y se le llamará Ángel del Gran Consejo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre a tu imagen y semejanza, y de modo más admirable lo elevaste con el nacimiento de tu Hijo, concédenos participar de la vida divina de aquel que ha querido participar de nuestra humanidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 52, 7-10
¡Qué hermoso
es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, al mensajero
que trae la buena nueva, que pregona la salvación, que dice a Sión:
“Tu Dios es rey”!
Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una gritan alborozados, porque
ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión.
Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el
Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor
su santo brazo a la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera
la salvación que viene de nuestro Dios. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
El pregonero de la paz
siempre trae noticias alegres. Dios reina finalmente en medio de los suyos.
Todas las gentes de buena voluntad podrán contemplarlo. El Señor
visita a su pueblo.
Del salmo 97 R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos
al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
Lectura de la carta a los hebreos: 1, 1-6
En distintas ocasiones
y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca
de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo,
a quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo
el universo.
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el
sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. El mismo, después
de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la diestra
de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los
ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le
corresponde.
Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres
mí Hijo yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel
dijo Dios: Yo seré para él un padre y él será para
mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo
a su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En el prólogo de esta carta se nos presenta a Jesús como la manifestación que refleja la gloria de Dios. En señales discretas, en el Verbo encamado, Dios nos convoca a la esperanza.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan naciones, y
adoren al Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18
En
el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra
estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio El estaba con Dios. Todas las
cosas vinieron a la existencia por El y sin El nada empezó de cuanto
existe. El era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en
las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo,
para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
El no era la luz, si no testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que
viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por
El y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron
les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su
nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por
voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos
visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de El, clamando: “A éste me refería
cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia
sobre mí, porque ya existía antes que yo’ ‘.
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada
por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por
Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito,
que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Lo dice Juan con todas sus letras. “Nadie jamás ha visto a Dios”. Solamente el Hijo que habita en el seno del Padre nos lo puede manifestar. Esa es la alegría que nos contagia en esta Navidad.
Credo
A las palabras: Y por obra.., hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, en la fiesta solemne de la Navidad, esta ofrenda que nos reconcilia contigo de un modo perfecto, y encierra en sí la plenitud del culto que los hombres podemos tributarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad I-III
Si se usa el Canon romano, se dice “Reunidos en comunión” propio. Si se usa la plegaria eucarística II o III, se dice: “Acuérdate... “o “Atiende”, propio.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 97, 3)
Sobre toda la superficie de la tierra se ha contemplado la salvación que viene de nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso, que el salvador del mundo, que hoy nos ha nacido para comunicarnos su vida divina, nos dé también el don de su inmortalidad. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Esteban de Roma protomártir; Dionisio I, papa, y Zenón de Gaza, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Las puertas del cielo se abrieron para san Esteban, el primero de los mártires, y por esto ha recibido el premio de la gloria.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a san Esteban, protomártir, fortaleza para orar por sus verdugos, haz que, a imitación suya, sepamos perdonar de corazón a cuantos nos hayan ofendido o causado algún mal. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 6, 8-10; 7, 54-60
En aquellos días,
Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y signos entre
la gente.
Algunos judíos de la sinagoga llamada “de los Libertos”,
procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir
con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría y al Espíritu
con que hablaba.
Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron
y rechinaban los dientes de rabia contra él.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la
gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo:
“Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha
de Dios”.
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los
oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera
de la ciudad y empezaron a apedrearlo.
Los falsos testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: “Señor
Jesús, recibe mi espíritu”. Después se puso de rodillas
y dijo con fuerte voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”.
Diciendo esto, se durmió en el Señor. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
El protomártir Esteban
no sólo encabezó la lista de los diáconos, también
fue el primero de los testigos que siguieron fielmente los pasos de su Señor.
Del salmo 30 R/. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que
me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme
y guíame. R/.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás.
Tu misericordia me llenará de alegría, porque has visto las angustias
de mi alma. R/.
Líbrame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Vuelve,
Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 117,26.27) R/. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 10, 17-22
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus apóstoles: “Cuídense de la gente, porque los
llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los
llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán
testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien,
no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en
ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán
ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará
por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre, a su hijo;
los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos
los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin
se salvará”. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Con estas palabras Jesús les promete a sus discípulos el auxilio del Espíritu. Cuando arrecien las hostilidades y persecuciones no quedarán desprotegidos, el Espíritu los sacará adelante.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte en memoria del glorioso mártir san Esteban, y confírmanos en la fe que él atestiguó con su propia sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad I-III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Hch 7, 58)
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba así: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta sagrada Eucaristía que hemos recibido, al celebrar hoy a san Esteban, el primero de sus mártires, nos llene, Señor, de alegría y de gratitud por el nacimiento de Cristo, nuestro salvador, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Juan, apóstol y evangelista; Fabiola de Roma, viuda, y Máximo de Alejandría, patriarca.
ANTÍFONA DE ENTRADA
En la última cena, Juan reclinó su cabeza sobre el pecho del Señor. Este es el Apóstol a quien fueron revelados secretos celestiales y a quien fue concedido difundir palabras de vida por toda la tierra
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del Apóstol san Juan, has querido descubrirnos la profundidad de la vida y del amor de tu Hijo, haz que seamos capaces de conocer y de amar cada día más a Jesucristo, nuestro redentor, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 1, 1-4
Queridos hermanos: Les anunciamos
lo que ya existía desde el principio, lo que hemos oído y hemos
visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y hemos tocado con
nuestras propias manos. Nos referimos a Aquel que es la Palabra de la vida.
Esta vida se ha hecho visible y nosotros la hemos visto y somos testigos de
ella. Les anunciamos esta vida, que es eterna, y estaba con el Padre y se nos
ha manifestado a nosotros.
Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén
unidos con nosotros, y juntos estemos unidos con el Padre y su Hijo, Jesucristo.
Les escribimos esto para que se alegren y su alegría sea completa. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
La fe cristiana no es una
sarta de teorías, sino una vivencia que se testimonia y se comparte.
Los hermanos que escriben esta carta nos transmiten algo valioso: su experiencia
de Jesús.
Del salmo 96 R/. Alégrense, justos, con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo
entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor, que se asienta en
la justicia y el derecho. R/.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los
cielos pregonan su justicia, su inmensa gloría ven todos los pueblos.
R/.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza.
A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 20, 2-9
El primer día después del sábado, María
Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro
discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado
del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban
corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa
que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró
los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo,
y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo
y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto
no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, el que había llegado primero
al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido
las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar
de entre los muertos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Pedro y Juan fueron testigos privilegiados de la resurrección de Jesús. Desde la perspectiva del evangelista, Juan aparece como el prototipo del creyente, que cree sin necesidad de señales.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, los dones que te presentamos y haz que, por esta Eucaristía, participemos del conocimiento profundo de tu Hijo que concediste a san Juan en la última cena. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad I-III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14. 16)
El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros, y de su plenitud todos participamos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por medio de este sacramento que hemos recibido en la fiesta de san Juan evangelista, concédenos, Señor, que habite siempre en nosotros tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Los Santos Inocentes mártires.
Santos: Gaspar del Búfalo, fundador, y Domna de Nicomedia y compañeros, mártires.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Los niños inocentes murieron por Cristo; ahora siguen al Cordero sin mancha, cantando: Gloria a ti, Señor.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a los Santos Inocentes dar testimonio de Cristo, no de palabra, sino con su sangre, ayúdanos a poner de manifiesto nuestra fe, no sólo con nuestros labios, sino, más bien, con nuestra conducta diaria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 1, 5-2, 2
Queridos hermanos: Éste
es el mensaje que hemos escuchado de labios de Jesucristo y que ahora les anunciamos:
Dios es luz y en El no hay nada de oscuridad. Si decimos que estamos con Dios,
pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no vivimos conforme a la verdad. Pero,
si vivimos en la luz, como El vive en la luz, entonces estamos unidos unos con
otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
Si decimos que no tenemos ningún pecado, nos engañamos a nosotros
mismos y la verdad no está en nosotros. Si, por el contrario, confesamos
nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos
purificará de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, hacemos pasar
a Dios por mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra. Hijitos
míos, les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos
como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque Él se ofreció
como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo
por los nuestros, sino por los del mundo entero. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Quienes estamos convencidos
de participar de la filiación divina, no podemos someternos de nuevo
a la esclavitud del pecado. Ahora somos libres y ésa es nuestra vocación.
Del salmo 123 R/. Nuestra vida se escapó como un pájaro de la
trampa de los cazadores.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos
asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera. R/.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello,
un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió
que nos despedazaran con sus dientes. R/.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del
Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza.
A ti, Señor, el ejército glorioso de los mártires te aclama.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 2, 13-18
Después de que los
magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció
en sueños a José y le dijo:
“Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto.
Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar
al niño para matarlo”.
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y
a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte
de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio
del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado,
se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos
los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos
le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías:
En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel
que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están
muertos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Herodes, como todos los tiranos que usurpan el poder por la fuerza, temía perderlo. La noticia del nacimiento del Rey de los judíos exhibió su sanguinaria necedad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos con amor y, por este sacrificio de salvación, con el que redimes aun a los que no te conocen, purifícanos de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad I-III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 14, 4)
Ellos son los rescatados como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero; ellos son el cortejo del Cordero adondequiera que vaya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que en virtud del nacimiento de Cristo otorgaste a los Santos Inocentes el premio de la gloria, concédenos, por el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido, participar abundantemente de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Tomás Becket, mártir; David profeta y rey; Domingo de África y compañeros, mártires.
Vísperas I de mañana:
Quinto día dentro de la octava de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 3, 16)
Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga vida eterna.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que con la venida de tu Hijo, luz verdadera, has disipado las tinieblas del mundo, míranos con amor y ayúdanos a celebrar con cantos y alabanzas la gloria del nacimiento de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 2, 3-11
Queridos hermanos: En esto
tenemos una prueba de que conocemos a Dios, en que cumplimos sus mandamientos.
El que dice: “Yo lo conozco”, pero no cumple sus mandamientos, es
un mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple
su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto
conocemos que estamos unidos a Él. El que afirma que permanece en Cristo
debe vivir como Él vivió.
Hermanos míos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento
antiguo, que ustedes tenían desde el principio. Este mandamiento antiguo
es la palabra que han escuchado, y sin embargo, es un mandamiento nuevo este
que les escribo; nuevo en él y en ustedes, porque, las tinieblas pasan
y la luz verdadera alumbra ya.
Quien afirma que está en la luz y odia a su hermano, está todavía
en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
Pero quien odia a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas
y no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El mandamiento principal,
el primero de todos, es el amor universal. Los cristianos no tenemos que aprender
una lección diferente, es la misma, hay que amar como Jesús amo.
Del salmo 95 R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los
pueblos; de nación en nación, sus maravillas. R/
Ha sido el Señor quien hizo el cielo; hay gran esplendor en su presencia
y lleno de poder está su templo. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 2, 32) R/. Aleluya, aleluya.
Tú eres, Señor, la luz que alumbra a las naciones y la
gloria de tu pueblo, Israel. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2, 22-35
Transcurrido
el tiempo de la purificación de Maria, según la ley de Moisés,
ella y José llevaron al Niño a Jerusalén para presentarlo
al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito
varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer,
como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón
justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él
moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría
sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu,
fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño
Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó
en brazos y bendijo a Dios, diciendo: “Señor, ya puedes dejar morir
en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis
ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos,
luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”.
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras.
Simeón los bendijo, y a Maria, la madre de Jesús, le anunció:
“Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos
en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden
al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te
atravesará el alma”. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
El mensaje proclamado en el templo de Jerusalén sigue vigente. Jesús, y los que siguen su camino siempre viven provocando controversias, generan rechazo y acogida.
No se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos para esta Eucaristía, en la que se realiza un glorioso intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad I-III
Si se usa el Canon romano, se dice “Reunidos en comunión” propio. Si se usa la plegaria eucarística II o III, se dice: “Acuérdate... “o “Atiende” propio.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 78)
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos ha visitado Cristo, el Sol que nace de lo alto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Sagrada Familia
Santos: Sabino de Espoleto y compañeros, mártires; Félix 1, papa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 2. 16)
Fueron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José y, recostado en un pesebre, al Niño.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, tú que nos has dado en la Sagrada Familia de tu Hijo, el modelo perfecto para nuestras familias, concédenos practicar sus virtudes domésticas y estar unidos por los lazos de tu amor, para que podamos ir a gozar con ella eternamente de la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácida): 3, 3-7. 14-17
El Señor honra al
padre en los hijos y respalda la autoridad de la madre sobre ellos. El que honra
a su padre queda limpio de pecado; y acumula tesoros, el que respeta a su madre.
Quien honra a su padre, encontrará alegría en sus hijos y su oración
será escuchada; el que enaltece a su padre, tendrá larga vida
y el que obedece al Señor, es consuelo de su madre.
Hijo, cuida de tu padre en la vejez y en su vida no le causes tristeza; aunque
se debilite su razón, ten paciencia con él y no lo menosprecies
por estar tú en pleno vigor. El bien hecho al padre no quedará
en el olvido y se tomará a cuenta de tus pecados. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
Quienes respetan a sus
padres, disfrutarán de bendiciones abundantes. Estas enseñanzas
sapienciales nos estimulan a valorar la vejez y el amor de nuestros padres.
Del salmo 127 R/. Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto
de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.
Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de
olivo, alrededor de su mesa. R/.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: “Que
el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida”. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 3, 12-21
Hermanos: Puesto que Dios
los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a El y les ha dado su amor, sean
compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes. Sopórtense
mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro, como el Señor
los ha perdonado a ustedes. Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es
el vínculo de la perfecta unión.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que han sido llamados,
como miembros de un solo cuerpo. Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Enséñense
y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con el corazón
lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales;
y todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor
Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.
Mujeres, respeten la autoridad de sus mandos, como lo quiere el Señor.
Maridos, amen a sus esposas y no sean rudos con ellas. Hijos, obedezcan en todo
a sus padres, porque eso es agradable al Señor. Padres, no exijan demasiado
a sus hijos, para que no se depriman. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
San Pablo dirige a la iglesia de Colosas una serie de recomendaciones oportunas. Los hermanos cristianos tenemos que vivir el perdón, la sencillez y la humildad.
ACLAMACIÓN
(Col 3, 15. 16) R/. Aleluya, aleluya.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de Cristo
habite en ustedes con toda su riqueza. R/.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo: 2, 13-15. 19-23
Después de que los
magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció
en sueños a José y le dijo:
“Levántate, toma al Niño y a su madre, y huye a Egipto.
Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar
al Niño para matarlo”.
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y
a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte
de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio
del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Después de muerto Herodes, el ángel del Señor se le apareció
en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño
y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya murieron los que intentaban
quitarle la vida al Niño”.
Se levantó José, tomó al Niño y a su madre y regresó
a tierra de Israel. Pero, habiendo oído decir que Arquelao reinaba en
Judea en lugar de su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá, y advertido
en sueños, se retiró a Galilea y se fue a vivir en una población
llamada Nazaret. Así se cumplió lo que habían dicho los
profetas: Se le llamará Nazareno. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Jesús, como un verdadero hijo de Israel, vivió las experiencias de sus antepasados, conoció la migración y la persecución, y emprendió también el retorno esperanzado a la tierra de sus padres.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y, por intercesión de la Virgen Madre de Dios y de san José, concede a nuestras familias vivir siempre en tu amistad y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad I-III
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ba 3, 38)
Nuestro Dios apareció en el mundo y convivió con los hombres.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre lleno de amor, concede a los que acabamos de alimentarnos con este sacramento celestial, imitar siempre los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, después de las pruebas de esta vida, podamos gozar eternamente con ellos en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La familia es y seguirá siendo el lugar adecuado para educarnos y para convertirnos en personas. Jesús vivió en una familia, donde indudablemente también había momentos gozosos y tensos, fricciones y regocijos, al igual que en las nuestras. Ninguno de los miembros de la Sagrada Familia estaba recitando un guión teatral aprendido. Vivieron su vida de manera auténtica y plena. Por más que nos quieran persuadir de que somos anticuados e intolerantes, los cristianos no podemos desalentarnos ni claudicar. El modelo de familia que nos presenta esta festividad sigue siendo válido. El amor estable, el perdón mutuo, la obediencia, el respeto recíproco y la fidelidad son los pilares que nos permiten crecer como personas.
Santos: Silvestre I, papa; Melania la Joven, viuda, y Juan Francisco Regis, presbítero.
Séptimo día dentro de la octava de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9,6)
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. La insignia del poder está sobre sus hombros y se le llamará Ángel del Gran Consejo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que has querido que todo esfuerzo del hombre por ir a tu encuentro tenga su origen y su plenitud en el nacimiento de tu Hijo, concédenos contarnos siempre entre el número de los que siguen a Cristo, en quien está la salvación de todo el género humano. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 2, 18-21
Hijos míos: Ésta
es la última hora. Han oído ustedes que iba a venir el anticristo;
pues bien, muchos anticristos han aparecido ya, por lo cual nos damos cuenta
de que es la última hora.
De entre ustedes salieron, pero no eran de los nuestros; pues si hubieran sido
de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió
así para que se pusiera de manifiesto que ninguno de ellos es de los
nuestros.
Por lo que a ustedes toca, han recibido la unción del Espíritu
Santo y tienen así el verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque
ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira viene de
la verdad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Las comunidades eclesiales,
tanto del pasado como, del presente, suelen desorientarse al escuchar las voces
de los falsos profetas. Cada cristiano tiene que discernir y saber quién
le habla en nombre de Dios y quién no.
Del salmo 95 R/. Alégrense los cielos y la tierra.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamemos su amor
día tras día. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto en cierra, manifiesten los bosques regocijo.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
R/.
ACLAMACIÓN (Jn 1, 14. 12) R/. Aleluya, aleluya.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18
En
el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra
estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio El estaba con Dios. Todas las
cosas vinieron a la existencia por Él y sin Él nada empezó
de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo,
para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
El no era la luz, si no testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que
viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por
El y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron
les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su
nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por
voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos
visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de El, clamando: “A éste me refería
cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia
sobre mí, porque ya existía antes que yo’ “.
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada
por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por
Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito,
que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Este hermosísimo prólogo nos presenta la grandeza de Jesús, el enviado del Padre, el asistente del Creador, la presencia cercana de Dios en medio de nosotros. ¡Cuidado, vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron!
No se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos impulsas a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte con estas ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por la participación en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad I-III
Si se usa el Canon romano, se dice “Reunidos en comunión” propio. Si se usa la plegaria eucarística II o III, se dice: “Acuérdate... “o “Atiende” propio.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 4, 9)
Dios envió al mundo a su Hijo único, para darnos vida por medio de El.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu pueblo, Señor, al que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura a fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios, pueda buscar con mayor confianza los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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