Un accidente que cambio mi vida

Introducción

Cuando la desesperanza aparece en la vida hay pocas cosas que te pueden ayudar, la mayoría de las cuales son pasajeras y no logran reanimar el espíritu de manera profunda y duradera. Cuando en cuestión de minutos caes en la cuenta de que tu vida, tan llena de nada, cambia de manera abrupta para dejarte en un sin sentido aparente, ¿a qué puedes recurrir?. Al perder el rumbo de la vida, tan perfectamente organizado y dirigido, por tus intereses personales, por la imposición de un mundo que nos somete a sus exigencias superficiales, y tener que enfrentar una realidad que nunca pensaste vivir ni en la peor de tus pesadillas, viendo como muchas de tus metas se van para no regresar.

Es la Fe, la confianza plena en Dios, lo que de verdad te llena y te hace comprender cual es la verdadera trascendencia en tu vida y te da esa luz para comprender cuales son las metas que valen la pena, cuales son los ideales por los que debes vivir y no desviarte en el camino cómodo de una vida sin compromiso.

Con este testimonio específico me queda muy claro que la Fe y la oración son los ejes que mueven verdaderamente nuestras vidas, son éstas quienes se mantienen fielmente a tu lado y son quienes te reconfortan y te dan las fuerzas necesarias para salir adelante de la pesadilla que con ninguna otra “ayuda” podrías haber superado.

Sin embargo y para nuestra fortuna, tanto la fe y esa amistad íntima con Dios, que es la oración, no la venden en ninguna tienda, solo se consigue con la perseverancia diaria y con el convencimiento de que es Dios nuestro Señor, el verdadero camino para la felicidad plena en nuestras vidas. Es necesario dar el sí, un sí lleno de compromiso  para poder descubrir el amor incondicional que Cristo nos da a todos pero que no todos vemos o no queremos ver por distintas circunstancias. Un sí que implica constancia y aceptación de su voluntad, un entregarnos en las manos de nuestro creador y que conlleva un “hágase en mi según tu palabra” y actuar en consecuencia, con la confianza que un hijo le tiene a su padre, sin más cuestionamientos. 

Es esa mi conclusión después de haber vivido el presente testimonio directamente al ser un excelente amigo, un hermano, quien sufrió este accidente y a quien, junto con Carmen su esposa y demás familia lo ví luchar contra corriente por su vida y sacando fuerzas de su oración y confianza plena en los planes de Dios. 

Es una lección difícil de olvidar una vez que lo has vivido, ojalá y lo pudiéramos entender sin que nos suceda ninguna tragedia, nuestras vidas y nuestro mundo serían muy distintos.     

 

Introducción  por Enrique Ibarrondo (amigo) el 24/1/05
                                                                                                           A 2 de febrero del 2005.

TESTIMONIO DE VIDA

El viernes 25 de agosto del 2000 quedé, como usualmente hacia, con un amigo para andar en bici en el monte Zapotecas. Salí rápidamente desde Tlaxcala, donde trabajo, para estar a las 6.30pm en el estacionamiento del zócalo de Cholula de donde usualmente salimos para llegar al monte. Estuve puntual, de inmediato baje mi bici, me cambié y llame por teléfono a mi amigo para preguntarle dónde estaba, ya que teníamos que apurarnos porque se hacia de noche un poco antes de las 8.30pm y debíamos aprovechar. Santiago me dice – acabo de llegar a mi casa de Cholula (a un costado de la Universidad de las Américas, Puebla), nada mas me cambio y voy para allá -. Por propia iniciativa dije, no voy a esperar 20 minutos hasta que él llegue, mejor aprovecho a alcanzarlo a su casa.

 Dicho y hecho me fui desde el zócalo cruzando parte de Cholula hasta llegar a la conocida vialidad “recta a Cholula”, una avenida sin semáforos ni curvas de 8 kilómetros aproximadamente, tome la lateral y llegue al fraccionamiento donde esta la casa de Santiago. Prácticamente de inmediato estábamos ya de camino al monte. Yo estaba emocionado ya que me prestaron una bici doble suspensión con un sistema en su momento bastante innovador (e-drive) y la iba a probar y si me gustaba la compraba, esto lo digo porque el manejo y respuesta de la bici era diferente a la mía.

 Salimos del fraccionamiento a un costado de la vialidad principal en sentido contrario. Esta practica es común de los ciclistas debido al poco respeto que tienen los automóviles a las bicis, nos ponemos en contra flujo para ver quien viene y apartarnos si van muy deprisa.

 A la altura del antes bar Cartujo, Santiago se orilla muy pegado a la izquierda de una manera brusca y yo hago lo mismo, sin embargo la bici reacciona muy bruscamente, de tal forma que me manda de regreso a la carretera y en ese momento un camión de pasajeros de la ruta Cholula-Puebla que venia a exceso de velocidad me arrolla.

 Me encuentro en milésimas de segundos tirado en el pavimento con ambas piernas semi-separadas con fracturas expuestas, un terrible dolor en la cadera izquierda y el brazo del mismo lado roto en varias partes y sin poderlo ver ya que se escondía tras la espalda.

 La reacción de Santiago no fue inmediata ya que debe haber sido un evento  impactante ver a su amigo parcialmente destrozado a mitad de la calle, pero después de mis gritos la gente del restaurante de enfrente reaccionó y prácticamente de inmediato llegó una ambulancia de la UDLA. Después de hacer torniquetes en las piernas y entablillar el brazo, me subieron a la ambulancia y de inmediato al hospital de la Beneficencia Española. Ahí ya estaban esperándome mi doctor, mi papá y un colega de la bici. En ese momento solo recuerdo haber dicho al Dr. Mario Dorantes, - sálvame mis piernas que quiero volver a andar en bici-.

 De ese momento hasta después de 4 semanas permanecí en estado inconsciente en cuidados intensivos sin percibir la gravedad del evento.

 Sólo hacia un par de horas que estaba pensando en cosas como ¿de qué forma voy a subir el Zapotecas?..., ¿qué haremos el fin de semana?..., el martes es nuestra primera cita para presentar el proyecto de sociedad de la fábrica donde trabajo y no estoy satisfecho con lo que me encargaron preparar... y en cuestión de un suspiro TODO cambio dramáticamente.

 Antes de perder el conocimiento le dije a Santiago – no le digas nada a Carmen, mi esposa, hasta que me pongan yeso y todo este bien...!; a Carmen le habló uno de mis amigos a eso de las 7.30 p.m. y le pregunto alarmado - ¡¿Qué le pasó a Héctor?! - y Carmen le contesto – nada, me acaba de hablar Santiago que andando en bici se rompió la pierna, estoy saliendo para la Beneficencia Española a ver como esta -.

¡Menuda sorpresa se llevaría, y no saldría del hospital sino mes y medio después!

 En menos de dos horas la Beneficencia estaba llena de jóvenes, amigos nuestros,  inquietos por mi salud. Mario inmediatamente se puso manos a la obra y después de fijar las fracturas en piernas y brazo y de atender el golpazo de la cadera  se desarrollo un problema mas grave aun. No había forma de controlar una fuga de sangre de la pierna derecha y por mas que me trasfundían sangre y plasma todo se escapaba en cuestión de minutos.

 Por ahí de las 2.00 de la mañana, después de una ardua labor del angiólogo Sergio Rojas se controlo el sangrado y Mario fue con Carmen para dar un veredicto de mi salud. Nada satisfactorio... – Carmen, entra a despedirte de tu marido, las piernas seguramente no se salvan y la severidad de los golpes y hemorragias no sentimos que dejen pasar un día mas de vida a Héctor.

 Las horas pasaron como días y el estado de mi salud pendía de aparatos y Fe.

 El sábado los hematomas y reacciones del cuerpo a tan invasivas intervenciones hicieron estragos en mi pero, al parecer, se empezaban a dar indicios para poder aplazar la decisión de amputar, al menos una pierna.

 Días después se decidió no amputar pero estar monitoreando mi desarrollo en terapia intensiva durante casi un mes, donde mi conciencia y mi decisión eran la de Carmen.

 Después de mas de 3 semanas de inconsciencia y de vivir pegado a aparatos y atenciones intensivas día y noche, me bajaron a un cuarto de atención media para ver si empezaba a reaccionar del trauma. También empezaron a desintoxicarme de tranquilizantes y analgésicos que no me permitían, todavía, realizar lo que me estaba sucediendo, al menos no en una plena conciencia.

 Aquí es donde comenzó para mi la aventura del accidente. Semiconsciente empezar a darme cuenta de la gravedad física de mis fracturas, de la incapacidad de articular pensamientos lógicos, de no hablar, de vivir dolores intensos, de empezar a entender el largo plazo y alcance de este evento.

 Se efectuaron múltiples intervenciones quirúrgicas en piernas y brazo y empezó mi periodo diario de fisioterapias que trataban de volver a los mismos niveles de operatividad mis extremidades severamente mermadas. Recuerdo que entré a mi primera sesión sin poder caminar ni tampoco con fuerzas para poder sostener la pagina de un libro al darle vuelta.

 Durante meses la terapia se convirtió en un calvario rutinario de mas de tres horas a la jornada. Avances imperceptibles, dolores intensos, ánimo apagado, sin embargo los frutos lograron que en poco tiempo existiera esperanza a mi diezmada salud.

 Si uno escucha este relato puede comparar el evento a una revista amarillista y encontrar los mismos sentimientos de morbo, sangre y escándalo o ver también una película de Hollywood donde Bruce Willis es presa de un aparatoso accidente por culpa de un tercero, tiene una recuperación lenta y tortuosa, pero al final se recupera al 100%, se vuelve campeón de carreras de 100mts y se gana la lotería para hacerse millonario y cumplir todos sus caprichos y deseos.

 En el caso de la revista, después de leerla y satisfacer tu morbo la tiras y esperas a la siguiente emoción del día para seguir viviendo a razón de tus sentidos en el segundo escenario, el del famoso actor, prácticamente sucede lo mismo con la salvedad de que esos escenarios son fantasía y generalmente no ocurren.

 El desarrollo que quiero hacer de este evento se basa en unas cuantas ideas aisladas que posteriormente convergen en una sola la cual es el sentido del porqué de un evento dramático y la lección de vida que debo sacar.

 No es lógico, ni humano, ni justo en toda la extensión de la palabra, vivir un evento tan traumatizante y no poder sacar conclusiones concretas para aplicar en tu vida y más injusto si esas conclusiones no las transmites a tus hermanos los hombres.

 Quisiera abordar la reflexión en cuatro diferentes capítulos persiguiendo y arrancando las razones del evento y tratando de entender los mensajes que Dios quiso expresarme en su singular y misteriosa pedagogía de vida.

 

Las gracias que tu das por un hecho que son tuyas, que mereces y que bruscamente te das cuenta que no es así. 

Dolor  y la desesperanza como luz para encontrar el verdadero camino a la felicidad. 

La renuncia para posteriormente encontrar algo mas pleno y trascendente, ahondando en el caso especifico de Carmen, mi esposa. 

La gente que te rodea como instrumento de apoyo, felicidad, consuelo y compromiso mutuo así como la responsabilidad de compartir las gracias recibidas

 Antes de comenzar a desarrollar los puntos sustanciales de esta experiencia dinámica y  que todavía no concluye, quisiera advertir una situación que es denominador común en todo lo descrito, esta es: la forma en que Dios permea todas nuestras acciones. La manera en que Dios SIEMPRE,  queramos o no, esta inmiscuido en cada uno de los eventos que realizamos en el día.

 Tal vez, y más en nuestros días, hemos querido hacer a un lado la influencia sustancial y perenne de que una fuerza sobrenatural es el orquestador de nuestras acciones y por muy independientes, seguros y confiados estemos en nuestras aptitudes, dinero, comodidades, conocimientos y demás existen eventos donde los valores mencionados no nos pueden sacar a flote. Existen situaciones que por mas preparados estemos, si no reconocemos la autoridad y magnificencia de Un Todopoderoso nos vamos a derrumbar y todas nuestras seguridades y garantías de bienestar se desmoronarán  cayendo en la vorágine de la desesperanza y frustración del vernos impotentes  e incapaces de enfrentar la prueba por nosotros mismos.

 Decía San Pablo ‘Todo lo puedo en Aquel que me conforta’ y ese ha sido una de las máximas que ha considerado mi vida desde el crudo momento de mi incapacidad física. Si como hombres no llegamos al punto de reconocer nuestra miseria física y entendemos que por mucho que ahondemos en la ciencia y las seguridades que el Mundo te ofrece estaremos completamente vulnerables a los reveses del destino y no seremos capaces de enfrentar los misterios que nos guarda la vida.

 Bajo esta perspectiva será mucho más sencillo comprender el desarrollo de los puntos específicos de esta experiencia, de otra manera, estas líneas nos llevaran a los ejemplos que anteriormente propuse donde pasaremos unos minutos con algunos sentimientos a flor de piel pero hoy después de comer buscaremos otros motivadores para excitar nuestros sentimientos.

Las gracias recibidas

 La tarde de hace dos años, mi mente estaba ocupada en como podría hacer mejor la propuesta laboral de asociación estratégica de la empresa en la que trabajo, en que forma podríamos vender las acciones de la fábrica competitivamente y garantizando permanencia en el mercado y como corolario, de que forma su servidor podría involucrarse en la transacción para tener ventajas profesionales y un mejor porvenir económico. Unos minutos antes de llegar a Cholula mi mente comenzó a repasar la ruta que seguiríamos en el monte, analizando el clima que teníamos y las ventajas y desventajas que tendría con mi compañero de ruta. Barro, zanjas, veredas, atajos... Llegue al estacionamiento y mientras me cambiaba me acorde de lo que hablamos el fin de semana pasado Carmen y yo sobre posponer la familia. - No Carmen, decía, no llevamos ni un año de casados para encargar ahora bebe, mira hay que lograr mejor status económico, llevo apenas un año en este nuevo trabajo, no tenemos muchos ahorros y además debemos disfrutar nuestra etapa de recién casados viajando, sin preocupaciones de niños y dedicándole tiempo efectivo a nuestra relación para posteriormente tener familia y darles lo mejor. ( ¡ Paradigmas de nuestra modernidad ! )

 Trabajo, capacidad física, familia, bienes de alguna forma buenos pero temporales. Me estaba preocupando por cosas importantes pero de alguna forma no permanentes ni míos. En eso estaba mi mente cuando en minutos todo iba a cambiar, las ideas que pasaban por mi mente adoptarían una nueva perspectiva repentinamente.

 El trabajo que tan entusiasmado me tenia estaba perdido por mi incapacidad física y mi no muy promisorio porvenir, en menos de un mes ya habían puesto a otro ingeniero en mi puesto (con la promesa de volver cuando me recuperara) pero con la incertidumbre del ¿será cierto?.

 Como subir mejor una vereda y poder robarle unos metros a mi contrincante, no era más relevante, ahora era saber si no me amputaban las piernas y si algún día, pronto, podría nuevamente caminar.

 Mi familia... ¿cual?, si deliberadamente le dije a mi esposa que no quería hijos por el momento y ahora por los problemas vasculares posiblemente no podríamos tener hijos en mucho tiempo.

 ¡Qué contrastes!, Cómo cambian los horizontes de un minuto a otro. Como algo que tomas por hecho, que crees tuyo y que todavía ambicionas para más se te va de las manos. Como hoy ese tan sobado dicho del ‘no sabes lo que tienes hasta verlo perdido’ comenzaba a ejercerse de forma despiadada en mi vida. Y es aquí donde nace la reflexión medular de mi experiencia, ¿No acaso en mis reflexiones estaba excluyendo a alguien? ¿No estaba abusando de las gracias que había recibido exprimiéndolas al máximo y tratando de saciar las ambiciones desordenadas de mí mismo sin darle un sentido más trascendente, más generoso?

 Hoy tienes todo y mañana no y solamente con este sentido grave de temporalidad, de instrumento, de administrador de los bienes recibidos pero no dueño, solo así puedes encontrar respuestas mas concretas y validas en la vida.

 Debo puntualizar que la relación con el Todopoderoso, no la debemos confundir con la de un hombre sumamente inteligente o con atributos superiores a los nuestros simple y llanamente. Las relaciones de Dios con nosotros los hombres no son de – me hiciste, ahora te hago -, ni tampoco de castigo o incluso como algunos lo proponen de fichas de ajedrez donde Dios se divierte con nosotros en el juego de la vida. La concepción de Dios hacia nosotros los hombres es de hijos y padres y el denominador común es el AMOR, y por descabellado que suene, el accidente fue una muestra infinita de amor hacia mí, al reconocerme como instrumento suyo y utilizarme como parte de su Plan de Salvación.

 ¡ Que honrado y dichoso me siento ahora que puedo analizar el evento y decir que Dios me utilizo como uno de sus hijos preferidos para mandar un mensaje a mí y las personas de mí alrededor !. Y aquí vuelvo a hacer referencia a lo que alguien me dijo alguna vez – Dios no manda pruebas que tu no puedas superar – y hay mucha sabiduría en esta máxima.

Estoy de acuerdo que si me plantean el evento como si fuera una propuesta de trabajo, ni por una en un millón la tomo, porque ¿a quién le gusta sufrir?, además no sé si tengo la madera para soportar tal evento. Pero Dios te da todos los instrumentos para que la misión que te encomienda la puedas cumplir satisfactoriamente.

 ¿Qué hubiera hecho yo sin mi mujer al lado que me confortó y me dio ánimo?, ¿Qué seria de mí sin Mario, mi doctor que tanto esmero y cariño puso en mi caso?, ¿Qué habría pasado sin la fortaleza y amor incondicional de mi familia y amigos? Ahí están todos los medios de la misión y de alguna forma me di cuenta de ellos y me abrace con fuerza a cada uno.

 Hay que estar atentos a las gracias que tenemos. Es imprescindible que enumeremos todo lo que Él ha querido que administremos, salud, educación, inteligencia, nivel social, trabajo, amor, y una vez reconocido agradecer y trabajar en consecuencia de estos valores para que vayamos descubriendo día a día nuestra misión en la vida.

 A todo esto, le debemos incluir el ingrediente de temporalidad dirigiéndonos al Cielo con un rezo similar a esto. Sí, Dios mío, tengo los bienes pero solo mientras Tú quieras que los administre, si en algún momento decides quitármelos, sabré entender y analizar que otros elementos tengo para poder cumplir mi objetivo en la vida, pero siempre dame la fuerza para saber cumplir la misión encomendada.

 No creo que estuviéramos mal Carmen y yo en plantearnos tiempos y espacios para la familia. Finalmente el matrimonio es justo eso, el estado ideal para proyectar la continuidad de la humanidad. El decidir en pareja que tiempos son los mejores para tener hijos, que momentos son los adecuados para conocerse mejor y que contexto social y económico se cree es el ideal para realizarse, son puntos legítimos y que deben contemplarse si se quiere una relación perdurable y madura. El punto que creo habíamos omitido, al menos yo, era el creerme garante de todos esos bienes, el que por obligación me los merecía y que nunca me plantee la situación de no tenerlos, de que me los quitaran de una forma tan dramática y abrupta.

 Pareciera que el plantearnos la realidad objetiva del quedarnos sin alguna de las gracias recibidas nos trae mala suerte. ¿Qué pasaría si mañana me quedo sin trabajo?, ¿Qué sucedería si no tuviera mano o pie? Preguntas fatalistas que en  algún momento cuestionarlas sentí llamaban a las mismas desgracias, pero alcance a ver que son meros mecanismos de defensa, actitudes para evadir una realidad incomoda en potencia que no queremos enfrentar.

 El practicar la humildad en la vida cotidiana entendiendo que soy afortunado en poder decidir una u otra cosa, en que me sobran motivos para agradecer es una practica indispensable en la persona. Que si en algún momento le quiero meter pausas o añejamiento a situaciones especificas, es forzoso pasarlo siempre por el crisol del amor, del saberme instrumento, de hacer el ejercicio de la 3ª persona, de entender que no dependen de mi los resultados sino mas bien saberme el administrador. También considerar que los bienes que tengo me los han dado para mi realización y la de mis allegados y lo único que depende de mí es el saber tomar las mejores decisiones y que con la dicha que puede generar gracias como la salud, el amor, los hijos, también la renuncia, el sacrificio y el dolor  forman y moldean el corazón del hombre para ese destino final y eterno que es el descansar en la gracia y perfecta armonía de nuestro Creador.

 Existe un concepto difícil de expresar y confuso de entender que me lo puntualizó Carmen. No cabe duda, al menos para mi, que el protagonista y triunfador del éxito de mi recuperación y de la forma como aborde los obstáculos del evento fue Dios. De hecho siempre que salía al tema algo del accidente con algún amigo o conocido lo reconocía. Mi mujer algún día me abordó diciéndome con ese sentido de Fe que la caracteriza,  que seria bueno darme un poco de crédito en el suceso, que por mi fuerza y decisión se lograron muchos de los éxitos que hasta ahora hemos alcanzado. Me confundió mucho e incluso me hizo dudar si ella compartía el hecho, sin embargo como siempre con su avanzada visión trascendente me aclaro que el mensaje no se había acabado de transmitir, que seguía fluyendo. Que existían muchas personas que no pensaban como yo y podían perder la esencia del comunicado despreciando mi coraje y dándole un sazón ‘cursi’ a Dios. Finalmente lo resumí en el sentido de administradores de los bienes y que nuevamente seguía trabajando en mi Dios para lo demás. Eventualmente lo que mi persona pueda proyectar a otros cuando obras en sintonía con Dios, es lo que necesitan oír en ese momento, atendiendo a la naturaleza humana del constatar milagros, y lo único que esta haciendo Dios es respetar, como siempre lo hace, la libertad que nos dio. Por otro lado entendí la indiferencia que le da a Nuestro Señor los protagonismos. Finalmente Carmen cerro la idea con un ejemplo de los aplausos y porras que recibe el Papa en sus múltiples apariciones. Generalmente hace un ademán viendo al cielo (dando el lugar al Altísimo), pero tampoco los evita ni desprecia porque sabe cómo necesitamos los hombres de estas expresiones.

 Los paradigmas que hoy  nos vende el mundo tan reactivos y entrucados no nos ayudan a poder enfrentar situaciones graves y serias de la vida. El descansar tus razonamientos en la comodidad a ultranza y el pragmatismo por sistema no sirve, al menos no a largo plazo.

 Los valores y gracias recibidas son bienes adquiridos, ni más ni menos que eso. Si queremos dar un valor superior podemos volvernos esclavos de ellos y aniquilar tu ser  por el tener. Por otro lado si no capitalizamos el compromiso de administrar los valores que tenemos, incluso desconociendo algunos durante toda la vida, la omisión e indiferencia nos convierten en fantasmas vivientes en la Tierra, sin rumbo ni meta.

 El reconocer los valores que se tienen y el actuar en razón de ellos sacándole el mayor jugo posible y dándole un sentido vertical a las acciones, siento es la forma mas plena e integral de desarrollo como persona. Te realiza, te llena y te crece y finalmente te acerca a ese destino filial que tenemos todos los hombres.

El misterio del dolor

 El momento del impacto, mas que doloroso es traumático. El organismo es sabio e inmediatamente que existe un dolor mayor al soportable genera una sustancia (creo que es la adrenalina) que adormece cualquier dolor antes de saber que se puede soportar. Tirado en el pavimento con las piernas cercenadas y con el brazo fuera de mi vista, antes de decir o sentir algún dolor indescriptible, los gritos eran expresando !¿Qué pasa?!, algo esta fuera de orden y aun a sabiendas por la evidencia que la cosa era grave, era la incertidumbre lo que me inquietaba.

 Rápidamente llegó la ambulancia y solamente hasta que llegué al hospital, y vi a Mario, a mi papá y a Fernando, una vez que me sentía seguro con la gente que quería entonces comenzó el dolor grave, definido, intenso, enajenante que solamente pudo ser calmado con drogas fuertes que me tuvieron en un estado semi-inconsciente durante un mes.

 

El dolor de conceptualizar la realidad es un dolor no tan descriptible e inmediato. Es un malestar gradual con pendiente a la alza que pone en juego conceptos como la desesperanza, la frustración, la rebelión, el malhumor, la inquietud, la incomprensión. Este dolor no se calma con drogas. Es un proceso que esta ahí, que sigue y si no se controla te orilla irremediablemente a la incomprensión de tu realidad y a acciones no siempre buenas.

La terapia física intensa durante incontables meses fue una escuela de enseñanza. Generalmente la hacía rodeado de seres queridos como mi padre o mi mujer pero evidentemente nunca como protagonistas. El dolor, la incomodidad y el yugo solo lo llevas tu, tu realidad no se compara con la de ningún otro, no se mide con la de nadie porque el dolor es como el amor, exclusivo para cada persona, el dolor esta hecho a tu medida y no hay manera de acallarlo. El dolor no merma enfrentándolo, no cesa llorándolo. El dolor es una realidad tan evidente como el amor, tan plena y profunda como el querer a alguien. Es la antitesis del cariño y la sombra de la alegría.

 

En mis largas mañanas me rodeaba de gente con limitaciones y lesiones similares a las mías e irremediablemente entras en el juego de la comparación. - ¿Cuánto tiempo llevas?, ¿Qué te paso?, ¿Te ha funcionado la terapia?, ¿Es bueno este doctor? -, y empiezas a echar culpas a incompetencia medica y a agentes externos que no puedes controlar.

 

Pero la situación común que tiene el dolor físico como el dolor racional es la desesperanza. En el caso orgánico el mismo cuerpo genera químicos que duermen la reacción al dolor al no ver como aliviar el malestar, pero en el caso racional tienes que plantearte esperanza o en su defecto aceptación de la realidad sino caes en la frustración la cual difícilmente te deja avanzar. Muchos amigos me han preguntado ¿qué se siente estar en el borde de la muerte?, ¿Cómo hiciste para poder recoger tus propios huesos sin desmayarte?, ¿Cómo es posible haber vivido todo el evento sin perder el conocimiento? y nada de esto tiene comparación con el hecho de sobrellevar un dolor del alma, una angustia de no entender el futuro, una llaga supurando al no tener esperanza. El dolor físico es algo puntual, el dolor del alma es y no es al mismo tiempo. El dolor en el espíritu enajena, te deja completamente desarmado porque no sabes contra que estas luchando. El dolor de tu esencia es una derrota anticipada que comienza con el final.

 

Con estos agravantes comenzó una experiencia rica y apasionante de nuevos conceptos claros y lacerantes como agujas incandescentes que me enseñaron a entender la vida con otra perspectiva más sabia. Con el dolor a cuestas realizas cuan débil y miserable eres, entiendes la ficción del bienestar comprendiendo el malestar, viendo que el sentirse bien es la ausencia de dolor y lo que realmente existe y evidencia tu realidad es la proporción de dolor en tu vida, cuanto más dolor existe, mas claro sientes que eres y le das una nueva ponderación al bienestar no como fin ni meta, sino como dolores aceptados y bien llevados. Al dolor no se le puede vencer. Al dolor se le lleva a cuestas y lo entiendes solo cuando lo puedes elevar, ofrecer como regalo a Dios, porque es tan claro y tan real, que sabes que estas dando algo de valor al Todopoderoso.

 

Cuando empecé a entender vivencialmente esta realidad comprendí mas extensamente ejemplos de auto castigo practicado por personas entregadas a Dios en muchas religiones, cosa que en la dinámica de nuestros días es completamente incomprensible y  hasta censurable. Me encontré con un misterio encerrado en el dolor que por mis limitantes de redacción y por mi falta de profundidad en los temas fundamentales de la vida no puedo desarrollar mas ampliamente, sin embargo me queda claro que Dios se manifiesta de forma clara y concreta en ese estado de ánimo tan repudiado por los hombres.

 

Lejos de entender el dolor como algo que te hace menos y del cual no puedes sacar conclusiones sabias en tu vida. Lejos de hacerlo a un lado y evitarlo a como de lugar, descubrí que en el dolor hay respuestas muy profundas a todos los acertijos de la vida y, aunque va en contra de la naturaleza del hombre, deberíamos buscar un poco de dolor en nuestra vida para compensar la balanza tan gravemente decantada por el bienestar y el placer instantáneo. Así lograríamos decisiones mas ecuánimes con nosotros y la misma sociedad.

 

Hoy superponemos el ‘gran bien’ (es decir lo que sea mejor para la gran mayoría) sin practicar valores universales, como si el ser feliz fuera una cuestión de  democracia, como si al ponernos de acuerdo en ciertas conductas al margen de lo realmente BUENO pudiéramos estar más contentos. Al hacer a un lado los valores universales del amor, el sacrificio, la solidaridad, la compasión..., valores no siempre cómodos ni agradables, negamos nuestra esencia, queremos entrar a la plenitud por un atajo inexistente y ahí es donde se engendra la sorda e inmutable mole de los conflictos de nuestra sociedad.

 

La felicidad cuesta, esta compuesta de entrega y dolor y no podemos descomponer el binomio porque el resultado no seria el mismo. Estamos nerviosos buscando la erradicación del dolor, de saltarnos ese aderezo y aun así disfrutar la ensalada.

 

Sabemos que no es posible, atendemos a nuestras apetencias cuando nuestro desarrollo integral no se compone únicamente de sentidos sino de razón y voluntad.

 

Me llama la atención como en nuestros días la sensibilidad de la humanidad se ha adormecido y descansa en la cómoda y conveniente falacia del consenso. Hoy se desprecian valores buenos, universales, valores que hacen grande al hombre por el absorbente pragmatismo, por la enferma búsqueda de lo conveniente ignorando en conciencia las acciones que sabemos en nuestro interior son las adecuadas aunque no las más sencillas, ni mucho menos las mas cómodas. Hoy vemos los asesinatos más crueles de la historia de la humanidad bajo la justificación del derecho a decidir de las mujeres. Hoy enjuagamos conciencias a una falta de respeto y atención a los mermados de salud con frases como ‘ofrecer una muerte digna al hermano’, ¡ cómo si nosotros tuviéramos dicha atribución !. Hoy abalamos guerras so pretexto del bienestar de muchos otros, como si un hombre valiera mas que otro.

 

El dolor es un componente innato en el hombre y, al saber que no podemos deshacernos de él, la justificación del mismo, es para tener una presea de vida, un regalo de verdadero valor para trascenderlo y sublimarlo de una forma ridícula  a la magnanimidad de la vida. El dolor es un bálsamo para los que hemos realizado la dicha y el desborde de amor que resulta vivir. El dolor tiene su razón de existir solo si lo ofrecemos, si lo proyectamos al Cielo en compensación de tanta felicidad recibida. El dolor es el lenguaje de Dios.

 

Seguramente sonara ambiguo y hasta sinsentido muchas de las posturas aquí descritas sin embargo, ver el dolor de esta manera enriqueció mi vida y dio un sentido a mis sufrimientos.

 

La renuncia

 El proceso de reincorporación a la conciencia fue grave ya que gradualmente debía ir dejando ciertos sedantes que me tenían adormilado no solo las heridas sino el mismo consciente, sin embargo es un hecho que lo que yo vivía de una forma sonámbula, mis seres queridos los estaban viviendo a intensidad.

 Carmen nos dio a todos un ejemplo de cómo aceptar un dolor en tus cinco sentidos. Ella recibió una llamada a las ocho de la noche diciendo que su marido tuvo una fractura en la pierna y se fue a enfrentar un hombre semi-desmembrado, con un problema vascular grave donde las hemorragias lo estaban desangrando y bajo el horizonte de amputación y muy posiblemente la muerte. Deben haber sido momentos muy duros para mi mujer.

 A las dos de la mañana, cuando Mario salió de quirófano y le dijo que pudo controlar la hemorragia y que en tres días podían decidir si cortar las piernas o no, Carmen con todo el pesar de su corazón y la congoja que la situación le había dado fue a la capilla a rezar. Antes de entrar un buen amigo de ella, sacerdote, le dijo, Carmen debes entregárselo a la Virgen. Supongo que Carmen entró a la capilla con esa idea como un concepto de método pero no entendiéndolo a profundidad. ¡¿Cómo voy a entregar a mi marido si lo que quiero es que este a mi lado, que se salve?!, Cruzaron por su mente seguramente mil planteamientos... - en tan corto tiempo de matrimonio y ¿hoy quieres llevártelo?, ¿Porqué nos escogiste a nosotros?, ¿Qué hicimos mal?, ¿Otra vez esta prueba en la familia?...(su padre falleció cuando ella era pequeña en una situación similar) - va contra cualquier razonamiento el renunciar a él entregándotelo a Ti... No lo sé, muchos sentimientos habrán pasado en esas horas en la capilla pero cuenta que finalmente y haciendo ejercicio de una profunda y envidiable Fe le dijo a la Virgen – Madre te entrego a Héctor si es lo que tu quieres-. (trate de buscar un signo gramatical que expresara la intensidad de la frase, pero me di cuenta que en mi teclado no existe)

 Desde ese momento cuenta Carmen que recibió un alivio indescriptible,  salió de la capilla reconfortada y confiada que había hecho lo correcto... ¡¿Lo correcto, cuando cualquiera estaría rezando por un milagro o por mi pronta recuperación...?!.

 Dicen todos mis amigos que cuando llegaban a ver mi condición y se enfrentaban al panorama nada promisorio, lejos de animar a Carmen se ponían a llorar con ella desconsolados y en ese momento quien fortalecía y animaba a todos era mi misma esposa. Carmen los invitaba a que tuvieran Fe y que el resultado pues era lo de menos, la entrega ya estaba hecha.

 La lección aquí es clara, reconocer nuestra categoría de hijos de Dios y nuestra miseria como promotores de nuestro destino. Saber que si el Todopoderoso quiere llevárselo como si quiere mantenerlo (según sea su Plan Divino) no esta en nuestras manos. Sentir tristeza o congoja es relativo, porque eso es un estado de ánimo, pero la confianza de que se ha hecho lo correcto, esa tranquilidad, solo se puede con la Fe.

 Cuantas veces pedimos cosas (la mayoría materiales) porque creemos que serán mejores para nuestra felicidad y cuando no se realizan nos sentimos defraudados por el Señor. Aquí el orden de los factores es sumamente importante. Primero lo que Tú quieras y creas es mejor para mí (o nosotros) y lo que se te otorgue entonces saber dirigirlo bien.

 Ese renombrado dicho fruto de la sabiduría popular – No sabes lo que tienes hasta verlo perdido – es justamente un ejercicio de la renuncia y es muy importante reconocer que no necesariamente debes pasar algún trauma para capitalizar lo que tienes. Ensayos minúsculos de abstinencia en la comida, la prudencia al hablar, la reserva en las opiniones y de anular el protagonismo que tanto nos llena de paja son actividades simples que norman una conducta de horizontes con mayor alcance. Uno de los ingredientes fundamentales de la renuncia es que debes experimentarla para disfrutar de sus lecciones, la renuncia no es una simulación.

 Es muy importante recordar, con actividades como las anteriormente descritas, cuantas cosas tenemos y cuanto debemos agradecer. Aunque parezca mentira, a tan poco tiempo del evento, he empezado a relajar muchas de las lecciones aprendidas y por la misma naturaleza humana, soberbia y arrogante, he comenzado a tener las mismas conductas egoístas que tanto me encerraron en mi mismo.

 No cabe duda que la practica hace al maestro, y el terreno de la Fe y la renuncia es igual de basto que cualquier otro como pudiera ser la educación física o el estudio. Al ejercitarlo serás más apto para enfrentar las encrucijadas de la vida.

 

Muchas veces creemos que el protagonista es el que sufre mas, el que se lleva las lecciones de vida y absorbe unilateralmente las gracias, sin embargo, en eventos como estos hay múltiples enseñanzas que se derraman incluso en sujetos anónimos que nunca tendré el gusto de conocer. Recuerdo uno en especial, un doctor en su etapa de residente que entró al quirófano en una de las operaciones. Al salir mandó un fax a la escuela de mi suegra describiendo de forma cautivadora los milagros que observó en la sala de operación. Respondiendo a su agnosticismo y su casi nula practica de Fe en su vida nos regaló en el fax una detallada descripción de lo sucedido adentro. Se tenia una ruta trazada para abordar las fracturas y lo que se hizo fue algo completamente diferente, no por falta de profesionalismo sino mas bien por algo sobrenatural. Cuenta como sentía que las manos eran dirigidas por Alguien más, que las instrucciones brotaban en el momento firmes y claras, no preconcebidas no obstante adecuadas y exitosas. A un hombre deslumbrado por el conocimiento y entregado al oficio más reconocido de la humanidad percibió un mensaje de Fe que seguramente marcó un parte aguas en su vida.

 

Sabemos que Dios no habla, no se sienta contigo a tomar un café y charlar de forma interactiva como lo haría cualquier amigo. Dios escogió un lenguaje infinitamente más rico y pleno, un idioma que abarca los cinco sentidos a la vez e incorpora un sexto que integra y armoniza el mensaje. El alma es el recipiente donde bebes el agua que de otra forma se te cuela por los dedos, es el olor de las flores que imprime la exclusiva belleza de cada una, es el viento que se cuela por los árboles en lo alto de la montaña y que le da cuerpo a la imponente belleza del paisaje. Los mensajes de Dios son tan claros como tu propia existencia. Dios grita en susurros, constantes y repetitivos todos los instantes de la vida.

 

Recuerdo en mi rebelde adolescencia encontré a Dios en un movimiento católico. Al empezar a conocerlo y entregarme a sus obras y doctrina se detonaron graves problemas con mis amigos. Me separe radicalmente de muchos y los otros no comprendían lo que me pasaba. En la coyuntura tuve grandes errores, herí sin querer a seres queridos y por supuesto tome malas decisiones que afectaron las relaciones. Mi rutina diaria en la diversión y en mis tiempos libres cambió, lo que acostumbraba hacer o decir se matizó fuertemente o incluso desapareció. En pocas palabras hubo un cambio fuerte en mi identidad y lo resintieron mis compañeros. Sin embargo, por el otro lado, imperceptible y suave como la mano de mama crecía en mi la Fe y la fortaleza que necesitaría años después. Dios me estaba preparando. Es evidente que de ninguna manera hubiera podido enfrentar el accidente con la base de valores que tenia en mi temprana juventud, me hubiera vencido antes de tiempo. Aunque estoy convencido se me habrían entregado los medios para salir adelante la aceptación de una merma permanente, la incapacidad física y el ser en pocas palabras diferente me hubiera sumido en una profunda depresión y auto contemplación que me tendría hoy preso y aniquilado.

 

Con los ejemplos descritos trato de resumir la crudeza  y dificultad del claudicar a un bien, lo difícil que se presenta el renunciar a gracias recibidas y practicadas que después ya no puedes hacer uso de ellas. Eventualmente crees que con estas perdidas desaparece también tu identidad, sin embargo no es así, con el transcurrir de los días y con la intensa reflexión y ofrecimiento empiezas a descubrirte, a forjar tu esencia y templar tu carácter. Empiezas a encontrarte sorprendiéndote de lo grande que eres cuando eres generoso, cuando das lo que más cuesta, cuando renuncias a ti mismo y te abandonas en Él. Llegas a capitalizar la importancia única e intransferible de tu misión en la vida y de reconocer que lo que tu no hagas absolutamente nadie mas lo va a hacer, al menos no del modo que tú lo harías.

 Esta verdad desborda el alma y te mantiene dichoso de estar haciendo lo correcto.

 ( Al final de este folleto anexo una reflexión escrita por Carmen describiendo cómo vivió el evento que creo es digna de reflexionar ).


Tu entorno

 Uno de los grandes pilares a los cuales tuve que aferrarme, que me llenaron de luz y esperanza para mi recuperación, fue la cantidad de seres queridos que estuvieron a mí alrededor.

 Si alguien tuvo referencias o estuvo presente en los momentos del accidente fue inconcebible la cantidad de personas que estaban en el hospital, parecía romería como diría el director del centro de salud. Amigos de siempre, amigos que hace tiempo no frecuentaba, amigos que no sabia que lo eran, amigos que creía solo conocidos o rivales.

 Hubo magníficos detalles de generosidad como la donación de sangre. Por los problemas vasculares que mencionaba la arteria que corre por toda la extensión de la pierna y que viene siendo una hermana de la yugular se trozó en alguna parte y mientras encontraban el daño se fueron por ahí mas de 15 litros de sangre (aproximadamente tres contenidos completos de un ser humano), por lo tanto utilizaron mas de 30 unidades del banco de sangre que debían ser repuestas. Me cuenta Carmen que al día siguiente del accidente todas estaban cubiertas e incluso había lista de espera por si se requería mas. El registro de los donadores no fue en absoluto exclusivo de familiares o amigos cercanos, sino mas bien antiguos compañeros de la escuela, ‘rivales’ de las competencias deportivas o simples conocidos que querían ayudarme. Y ahí es donde me cuestiono ¿Quiénes son los verdaderos millonarios en este Mundo?, definitivamente aquellos que tienen amigos y que cuando necesitas de ellos están prestos a demostrarlo.

 Otro ejemplo claro fue la gran solidaridad que se mostró con cadenas de oración, misas y demás demostraciones de Fe que existió en toda la República.

 Además de estos ejemplos hubo memorables experiencias personales tanto con seres queridos como experiencias sobrenaturales, pero ante todo, lo que más me llena de satisfacción, son la cantidad de ejemplos de transformación y de acercamiento a la Verdad que amigos, doctores y personas que en general sufrieron por esta experiencia. La dicha que por medio de mí, Dios se haya valido para llegar a tantas personas es simplemente indescriptible.

 La solidaridad, el cariño y la abnegación de mis seres queridos, cuando los problemas nos nublan el horizonte y merman la esperanza fueron un abrazo fraterno y el canal para encontrar la luz. Las demostraciones de cariño, las acciones que no se dicen pero algún día se descubren y se presentan más nobles y frescas que en el mismo momento de haberlas realizado, o simplemente el estar dan una fuerza impresionante que te invita día a día a salir adelante.

 Estas acciones no solo sacan como fruto vencer el problema inmediato sino que generan otra reacción importantísima para poder ser consecuente con lo recibido. Esta es la responsabilidad de decirlo, el compromiso de gritar a los cuatro vientos que tú, fiel amigo, fuiste decisivo en mi recuperación y que estoy en deuda moral contigo.

 Esta situación tiene dos caras, primero pensarlo por el lado del protagonista, lo cual se resumen en un agradecimiento infinito pero en la otra parte es hacernos al cargo que en cualquier momento puedo ser uno de los amigos que fortalecen el ánimo de seguir viviendo de una tercera persona. Que por mis acciones, mi entrega y mi oración puedo ser el actor más importante en un momento dado de alguien, y eso me llena de orgullo pero de un intenso compromiso de revisar a diario como me estoy comportando con la gente que interactúo, si estoy cumpliendo los compromisos básicos y elementales de un buen amigo.

 La atención, el detalle fino y delicado, el mantener siempre ardiendo el fuego de la amistad (no precisamente por la frecuencia sino por la profundidad de la relación) son elementos básicos para una relación fructífera y duradera.

 Y de todo esto se desprende un valor hermoso que hemos perdido mucho en nuestros días, la gratitud. No descuidemos las acciones cotidianas y simples como algo a lo que tenemos derecho, a algo que es obligación del compañero realizar, incluso si es tu esposa, tu madre o tu hermano con el cual convives a diario. Seamos escrupulosos en detectar las grandes acciones de amor que recibimos a diario y en reacción inmediata agradezcámoslo. Bien dicen – es de bien nacido, ser agradecido -.

 Son eventos independientes e incondicionados hacer algo bueno y después esperar, como reacción inmediata un agradecimiento, sin embargo las dos acciones son en si, igual de nobles y amorosas que nos dignifican y nos dan una categoría suprema de hombre.

 Vivimos en este mundo, aunque no somos de el. Vivir con este principio apasiono a los primeros apóstoles. Ellos se esmeraban en hacer las labores cotidianas de una forma excelsa, pero el sentido de sus acciones estaba dirigido a algo infinitamente mas Grande. Sus ojos seguramente tenían esa profundidad que hoy vemos en pocas personas. Dios ha querido que estemos en el Mundo por algo. También ha querido que nos demos cuenta que existe un Concepto Mayor después de nuestra caduca existencia. Ambas realidades nos conciernen y debemos esmerarnos por desempeñarlas digna y eficazmente.

 Nunca he tratado de plantear que este episodio a sido fácil ni mucho menos alegre. Aquí se expresan luces e ideas importantes fruto de los eventos vividos, pero existieron espacios crudos, momentos de extrema soledad y frustración. Los tres minutos que anteceden el sueño y que son meritorios a hacer un balance del día eran los tiempos mas crudos, donde no se engaña a nadie y donde te das cuenta que estas solo en este viaje. Verdaderamente los minutos se extendieron a horas... muchas horas.

 Leí mucho, reflexioné mas y creo propio anexar una de las meditaciones que mas tranquilizaron mi alma y mi espíritu.

 La Paz del Señor. 

Señor, ¿dónde está la paz que Tú das? Busco la paz día y noche pero no la encuentro.

Hijo, tendrás la paz que tú buscas. La Paz que yo te doy. Quizás el problema es que estás un poco confundido. Piensas que la paz es que todo esté tranquilo. Piensas que la paz es un mar en completa calma, sin una ola que lo mueva. Todo me sale bien, no me he enfadado con nadie, no tengo ninguna clase de tensiones, me siento bien conmigo.

Verás, es una idea muy bonita de la paz pero no demasiado realista. Tú piensas que la paz es no sufrir. Que, cuando sufres, no hay paz. Te voy a enseñar el secreto de mi Paz. Has visto el mar embravecido, furioso, en plena tormenta. Cuánto ruido, aquello no hay quien lo controle. Así eres tú cuando estás tenso, cuando sufres, cuando tienes problemas. Estás en plena lucha.

Pero mira el mar. En plena tormenta, bajas unos metros, al fondo. Ahí: qué silencio, qué belleza, qué calma. Dentro hay paz. Es la Paz que yo te doy: la puedes encontrar dentro de tu corazón: más allá de lo que sufres, en medio de lo que sufres. Más allá de lo que sientes y cuando no sientas nada o sientas todo en contra de ti. En el fondo de tu ser, dentro de ti, están tus convicciones profundas, la roca de tu fe, de todo lo que no pasa.

Tú lo sabes: yo te amo y nunca te abandonaré. Estoy contigo en el sufrimiento porque he sufrido por ti y para ti. Sufrir te hace grande y muy valioso a mis ojos. Te hace fuerte y generoso para entender a los demás. Te une a mi Corazón. Sufrir te gana el cielo. Sufrir vale la pena porque da mucho fruto. Hasta si sufres porque no te soportas, porque te gustaría ser de otra manera: ten paz en tu corazón. Lo que importa en esta vida no es ser perfecto sino amar desde tu pequeñez, con todo lo que tú eres. Ésa la Paz que te dejo, la Paz que te doy.

 

Texto de la meditación del 8 de mayo del 2004 www.regnumchristi.org

Conclusión

Al principio de este cuadernillo propongo terminar el desarrollo de esta experiencia contestando el porqué del evento, qué luces y razones se desprenden de tan traumático accidente. Es sumamente difícil aterrizarlo y por la gravedad del evento pareciera que, lo que estoy predestinado hacer, tiene que ser algo de la misma dimensión.

 Hubo algún momento donde generó cierta expectación la idea de que el estar hoy vivo me obligaba a hacer algo pomposo y de mucho alcance. Tal vez grandes obras de apostolado o de altruismo. Constantemente pasaba por mi cabeza esta idea y de alguna manera me inquietaba. Sin embargo, poco a poco me di cuenta que el hacer bien los roles que desempeñaba no era tarea fácil. Ser un cariñoso y atento esposo ocupaba mucho tiempo del día. Trabajar con esmero proyectando y proveyendo de lo necesario a las personas que me toco dirigir era sumamente demandante. Escuchar y apoyar a mis padres en la realidad que están viviendo requería de suma dedicación y entrega.

 Los roles no eran sencillos. Se antojaba también rescatar esas amistades que en algún momento defraude por mis actitudes de soberbia y porsupuesto agradecer y vivir en consecuencia de los innumerables detalles de amor de todos lo involucrados en el evento.

 Pero, por si fuera poco, debía comenzar a ejercer el papel más importante de todos, el de padre. La maravillosa noticia llegó relativamente pronto y el acontecimiento me fortaleció y me proyectó a dar más.

 No puedo resumir simplemente porqué sucedió, es imposible. Lo que si puedo gritar entusiasmado, con un ferviente nerviosismo y con lagrimas de amor ¡ Que estoy vivo !, ¡ Que sigo teniendo una oportunidad de hacer lo correcto !.

 En resumen puedo decir que esta experiencia me acerco mas al amor de Dios en su forma integral y vivencial, me ayudó a ver bajo otra perspectiva valores fundamentales como el amor incondicional, el sacrificio, la entrega y la solidaridad. Me dio una nueva conciencia de hermano de los hombres y responsabilidad por ellos.

 En términos horizontales después de más de veinte operaciones en cuatro y medio años puedo caminar ya sin ayuda de ningún bastón. El paso por silla de ruedas, andadera, muletas y bastones de diferentes tipos ha terminado, incluso puedo nuevamente andar en bici y si acaso quedan secuelas, son un recordatorio de que sin Dios nada puedo. En el trabajo después de un incondicional apoyo de mis jefes soportando mis tiempos de terapia comencé a trabajar tiempo parcial en otra de las empresas del Grupo y hoy tengo el puesto que tenia antes, con nuevas y mayores responsabilidades que en nada ha mermado el alcance de ellas mi incapacidad física. Me llena de alegría saberme rodeado de decenas de amigos que me quieren y que tuvimos la oportunidad de demostrarnos nuestro aprecio. Los tiempos de alejamiento los veo más como un periodo de maduración que han logrado fortalecer y consolidar la amistad. Hoy tengo cerca a todos esos hermanos que en algún momento herí, y estoy convencido que ellos sienten lo mismo por mí. Y lo más maravilloso de todo, tenemos a Jimena y Valeria (... y a lo que en potencia se presente!). Estas niñas son cautivadoras y han dado un nuevo sentido a nuestro existir.

 Si me dijeran ¿Volverías a pasar este calvario? Mi respuesta seria

 

¡ HÁGASE EN MI SEGÚN TU PALABRA !

 


Fue el 25 de agosto...

 

Fue el 25 de agosto, estaba como todos los viernes en casa de mi mama. Héctor se había ido a andar en bici  y regresaría por ahí de las 7:30 u 8.00 de la noche, cuando iba saliendo de casa de mi madre entro una llamada a mi teléfono celular , era mi cuñada me dijo que Héctor se había roto la pierna en la bicicleta y que estaba en el hospital.

Cambie el rumbo con camino al hospital, algo no me latía, pensé ¿si se rompió la pierna porque no me llamó él?, entró una segunda llamada, Quique un amigo de él, me dijo Carmen ¿Qué le paso a Héctor? y se acabo la pila de mi teléfono en ese momento empecé a temblar y le dije a la Virgen, Madre lo que sea esto te digo que yo no puedo si tu no lo vives desde ahora por mí y en mi yo me derrumbo.

 Cuando llegue al hospital me estaba esperando uno de los compañeros de Héctor de la bici y le pregunte que había pasado, me dijo que lo había atropellado un camión, le pregunte que si estaba vivo y me dijo que sí.

Lo estaban operando, cuando el doctor salió a media operación le pregunte que como estaba, él me explicó la parte clínica de la que poco entendí en ese momento lo único que se me quedó grabado fue “no creo que dure ni veinticuatro horas “, en ese momento muchas cosas pasaron por mi cabeza, porque a nosotros que somos felices, solo llevamos ocho meses de casados, que cosa tan mala hicimos para merecer esto etc...

 Había mucha gente afuera del quirófano familia, amigos etc.. todos estaban rezando la corona de la misericordia, cuando salí a dar la mala noticia mi mama se acerco y me dijo, mira Carmen a mí a tu papá me lo entregaron muerto no tuve tiempo de pedir un milagro, tu pídelo.

En ese momento providencialmente llegó mi director espiritual y me dijo que lo acompañara ala capilla, cuando llegamos ahí, me pidió que le entregara a Héctor a Dios, no quiero y no puedo le dije al sacerdote,  ha sido el momento más difícil de mi vida, hicimos oración juntos y después de dejar a Héctor en manos de Dios no puedo explicar el estado de paz que entro en mi alma. Ahora si una vez entregado a su voluntad pide un milagro me dijo el padre. En ese momento le dije a la virgen yo no tengo la fe para pedirlo pero si tu se lo pides madre que te puede negar a ti tu hijo... me acorde de las bodas de Caná.

 Por ahí de las tres de la madrugada acabaron la cirugía, solo quedaba esperar. Dos horas mas tarde tuvo una complicación grave y me hablaron para que fuera a despedirme, el peligro más grande de Héctor en ese momento era que su cuerpo aceptara las treinta unidades de sangre nueva que tenia en el cuerpo. Cuando llegue no vi un hombre vi un cuerpo conectado a muchos aparatos sentí que veía un cadáver. El doctor me dijo que no se explicaba como pero esta complicación ha hecho que llegará sangre a sus piernas y que por el momento iban a retrasar la amputación.

 La primera semana en terapia intensiva fue desesperante no había avance pero al mismo tiempo todos los problemas que podía presentar tampoco se presentaron, mucha oración llegaban muchas personas a decirme que estaban rezando ellos sus familias, sus amigos, en fin se hicieron cadenas seguidas de veinticuatro horas de oración. Es impresionante la capacidad del ser humano para unirse en situaciones difíciles.

 Todo consistía en tener fe y esperar, por debajo de la puerta del cuarto donde yo estaba alguien hecho una imagen que me hizo reflexionar, al reverso de esta decía: todo lo que te has formado en teoría es hora de ponerlo en la practica, nunca pensé  o más bien nunca mientras fui a un retiro cursillo etc. que Dios me estaba preparando para poder soportar un poco mejor o con mas esperanza la cruz que me iba a dejar compartir con él por un tiempo

 Fue difícil ver a Héctor, para mi un hombre fuerte, deportista, mi pareja, la persona que amo, mi seguridad, como un cuerpo todo herido lleno de clavos, tubos etc. qué poco somos pensé, un día sales a hacer ejercicio y a los pocos minutos te cambia la vida para siempre, no cabe duda que no vivimos de cara a la temporalidad y tenemos demasiados apegos.

 Volviendo a la imagen era una copia de un cuadro que simbolizaba la escena en que Pedro comienza a hundirse en el agua por su falta de Fe, así estaba yo, Jesús le dije, - soy tan miserable, tengo tan poca fe que ni siquiera soy capaz de dar el paso sin hundirme, pero si Tú me llevas todo el tiempo, si no me sueltas un segundo lo haré sin preguntas -, siempre estamos en las manos de Dios solo que a veces la vida nos permite ser mas conscientes de ello.

 Fue la Virgen a quien en todo momento consagraba mi vida y la de Héctor la que me hacia sentir fuerte, la gente me decía tu porque me consuelas, tu porque estas con tanta fe y tanta esperanza, yo les decía No soy yo, yo no podría vivir sin Ella.

 Una amiga que también estuvo muy grave llegó y me dijo Carmen pídele a la Virgen que aproveche por todos los que estamos viviendo esto las gracias que Dios esta derramando porque pronto Héctor va a superar esto y las gracias se van a desperdiciar, la verdad es que no entendí bien a lo que se refería, pero yo se lo pedí, tan grande es Dios que en ese día llegaron los padres legionarios a ver a Héctor y hubo veinte confesiones en el hospital, mis amigos, los amigos de Héctor y hasta gente que en el sanatorio vio que había confesiones  se acerco, en ese momento entendí que esto que había pasado tenia para Dios un sentido muy claro y que yo dentro de mi miseria  tendría que ser un canal para derramar tantas gracias.

 A los veinte días de estar en terapia intensiva el doctor me dijo que era momento de desentubar a Héctor, por fin lo iban a despertar pero no sabíamos en que condiciones psicológicas estaría, en terapia había dos doctores que vigilaban a los enfermos, uno era un hombre de fe y siempre era gratificante que él diera el reporte ya que la esperanza volvía al cuerpo pero el otro doctor, no lo juzgo pero al no creer en Dios no transmitía nada mas que datos que no eran agradables, yo pensaba Jesús ayúdame a ver la situación con Tu mirada porque con la mía solo peco de desconfianza, que importante es ser siempre y en todas ocasiones un medio a través del cual Dios pueda manifestarse  pues tu no sabes lo que tu hermano de junto necesita escuchar pero El sí.

 Despertaron a Héctor  durante dos días no dijo una sola palabra, su mirada estaba totalmente perdida, llegó el neurólogo a revisarlo y dijo que tenia no sé que pero que durante tres o cuatro meses no hablaría, no reconocería a nadie... sentí que me moría salí corriendo a la capilla y le dije a Jesús, por favor esto no, si así lo quieres que así sea pero ayúdame, volví a invocar a la Virgen: Tu pídeselo madre a Tí no te puede negar nada y efectivamente no acababa de persignarme  cuando llegó uno de los internos de terapia a la capilla y me toco el hombro, Carmen Héctor acaba de hablar subí corriendo y aunque no era hora de visita me dejaron entrar, por fin, no cabe duda que para Dios nada es imposible.

 Muchos días siguieron a ese no más fáciles porque aunque ya hablaba le habían dado tantos medicamentos para el dolor que estaba totalmente fuera de la realidad, me acuerdo que le  preguntaba Héctor sabes donde estas y me decía claro es lunes en Barcelona, fue difícil.

 Cuando lo bajaron al cuarto, durante dos o tres semanas él seguía perdido costo mucho trabajo hacerlo volver a la realidad y sobre todo enfrentarlo a una realidad que no era nada agradable pero de eso también se encargo Dios.

 ¿Por qué? No lo sé ¿Para qué? Eso se sigue viendo día a día, lo que sí se es que yo después de haber vivido y seguir viviendo las consecuencias de este accidente ya no vivo yo sino Maria y a través de Maria Dios en mi, no puedo ni quiero vivir sola.

 Carmen Buergo.

 


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