SEPA USTED LO QUE ES LA APOLOGÉTICA Y NO SERA UN CRÉDULO SINO UN CREYENTE

Desastroso estado de la instrucción religiosa en México.

Es tal la ignorancia religiosa que ha originado en México la escuela laica, que muy pocos, contados podemos decir, son los católicos que tienen de su Religión un conocimiento correcto, pues el que de ella tiene la inmensa mayoría es tan superficial y, no pocas veces hasta tan equivocado, que su religión multa una ridícula caricatura del Catolicismo.

Y si no conocen bien las doctrinas de la Religión Católica, mucho menos conocerán sus fundamentos, ni la demostración de la verdad de ellas, ni siquiera les pasa por la imaginación que tal demostración pueda existir. Aún siendo personas cultas en ciencias profanas, generalmente no tienen la más remota idea de que pueda demostrarse la Religión, pues mal entendiendo la frase "la fe debe ser ciega", con la que se significa que la fe debe ser completa, firme, absoluta, creen que tratándose de Religión no cabe demostración, de sentido, que simplemente se cree o no se cree lo que ella enseña.

Son tantos los errores en Religión a que ha dado lugar en México la escuela laica, que la Obra E.V.C. está preparando la edición de un Folleto, el No. 43 que llevará por título "Cien errores en Religión que son comunes entre los católicos".

He aquí algunos de ellos:

Algunos errores en Religión que suelen ser comunes entre los católicos.

Vamos a refutar de estos errores los que tienen mayor relación con el tema de que trata este Folleto.

Comencemos por él listado en primer lugar, demostrando que:

El Catolicismo no impone sus dogmas a la fuerza.

Gracias a la ignorancia religiosa tan general en México, los enemigos del Catolicismo hacen aceptar a no pocas personas la idea de que el Catolicismo impone sus dogmas a la fuerza y como el hombre, que es un ser racional, se resiste CON PLENA RAZON a aceptar imposiciones arbitrarias, esta idea esclavizante contribuye con no poca frecuencia a apartarnos de su Religión.

Afirman los enemigos del Catolicismo que la Iglesia impone sus dogmas a la fuerza, porque dice a los fieles que si no aceptan sus enseñanzas irán al infierno y efectivamente así es, pero al decir esto no está dando las razones que hay para creer en dichas enseñanzas, sino simplemente constata el hecho de que quien niega las doctrinas católicas, será condenado al infierno, lo que no quiere decir que no existan y hasta en superabundancia las razones para creer en ellas.

Quien conoce bien el Catolicismo, sabe que él no impone nada a la fuerza, puesto que nos da la razón de todo cuanto enseña, imponer algo es exigirlo sin ninguna clase de explicaciones, pero cuando se explica el por qué de ello no hay imposición.

Para hacer ver esto con claridad valgámonos de un ejemplo:

Prohibe un padre a su hija que se case con determinado sujeto. Si se limita a decirle: "No te casas con él porque yo te lo prohibo", ciertamente que le está imponiendo su voluntad a la fuerza; pero si el padre le dice : "hija, no debes casarte con este individuo por muchas razones; desde luego tú tienes 19 años y él ya tiene 50, lo que será causa de que pronto sus gustos no concuerdes mientras tú estarás todavía deseando las diversiones, él ya no tendrá voluntad. alguna para divertirse; además, a él no le gusta trabajar y como no tiene ningún capital, no podrá sostenerte y lo que es todavía peor, mucho peor, se ha divorciado de una mujer con la que está casado por la Iglesia y con la que tiene 5 hijos; tú, por lo tanto, no puedes casarte debidamente con él, tan sólo podrías casarte por lo civil, casamiento que es NULO entre bautizados, por lo que, vivirás con él en estado de adulterio, que es mucho peor que el de amasiato; no podrás, por supuesto, acercarte a recibir la Sagrada Comunión, pues no encontrarás ningún Sacerdote que te dé la absolución; si te casas con él serás muy desgraciada".

Si el padre habla a su hijas en esta forma, sólo un menguado podrá decir que le está imponiendo su voluntad.

Pues de igual manera el Catolicismo no impone sus dogmas a la fuerza porque no se limita a decir al fiel: "Si no crees esto te vas al infierno", sino que le da las razones por las que debe creer en ello, le da las pruebas de la verdad de lo que tiene que aceptar, y el conjunto de estas razones y de estas pruebas forma precisamente una Ciencia que se llama la Apologética.

 

¿QUÉ ES LA APOLOGÉTICA?

Parecería que con lo dicho sería bastante para entender lo que es la Apologética, pero como la experiencia ha descubierto cuán difícil es que entiendan lo que es esta Ciencia, aquellos cuya inteligencia en cuestión de Religión ha sido atrofiada por la escuela laica, vamos a presentar algunas definiciones de ella con la esperanza de que ayuden a entenderla.

Los autores de Apologética más conocidos en México la definen en estos términos:

-Apologética es la Ciencia que demuestra la credibilidad de la Religión Católica. (Apologética Elemental por Nicolás Negueruela).

-La Apologética es la Ciencia que establece los fundamentos o preámbulos de la fe, demostrando que es perfectamente racional, legítimo e indispensable el creer. (Religión demostrada por Hillaire).

-La Apologética es la justificación y la defensa de la fe católica (Manual de Apologética por el Abate Boulenger).

El M. I. Sr. Canónigo Eugezúo Duplessy nos dice que: la Apologética es la Ciencia de la justificación de los títulos de la Iglesia Católica a enseñar y a dirigir las almas.

Bien podemos decir que la Apologética es la Ciencia de los porqués en cuestión de Religión, pues ella contesta todos los porqués que se han hecho, que se hacen o que se harán al Catolicismo. Ella da razón de todo cuanto éste enseña.

La palabra Apologética viene de apología que quiere decir defensa. La Apologética pues, eg la Ciencia de la defensa RACIONAL de la Religión Católica. Decimos racional porque la defiende de acuerdo con la razón, no con el sentimiento, ni con la intuición, que no son facultades para descubrir la verdad, como falsamente lo pretenden los impersonales y los teósofos, sino con la razón, que es la facultad que permite al hombre, que es un ser racional, reflexionando, descubrir la verdad. Así pues, podemos definirla así:

La apologética es la Ciencia que defiende la Religión católica DEMOSTRANDO: sus fundamentos científicos, la verdad de sus doctrinas y la falsedad de los ataques de sus enemigos.

 

El campo de la Apologética.

He aquí los principales temas que trata la Apologética:

- Demuestra la existencia de Dios REMUNERADOR (folls. E.V.C. 45, 318 y 325).

- Demuestra la necesidad de la Religión (F. 303).

- Demuestra la necesidad de la Religión verdadera (F. 304).

- Establece de acuerdo con la razón, las cualidades que debe tener la Religión verdadera (F. 309).

- Prueba la falsedad de las religiones falsas poniendo en evidencia que no tienen ninguna de dichas cualidades (Folls. 311 a 314).

- Prueba que el Catolicismo es la Religión Verdadera, haciendo ver que él sí tiene todas estas cualidades (Folis. 49, 316 y 326).

- Nos da a conocer los fundamentos científicos de la Religión Católica (Folls. 317 y 15).

- Demuestra la verdad de todas las enseñanzas del Catolicismo (F. 15).

- Refuta las objeciones que al' Catolicismo y -a la Iglesia hacen sus enemigos. (Folls. 7 y 51 a 87).

- Nos da a conocer la excelencia del Catolicismo sobre las demás religiones (F. 342), y en fin:

- Nos da a conocer las riquezas inestimables que él nos proporciona (Folls. 164 y siguientes).

Cada uno de estos temas están tratados brevemente en el Folleto E.V.C. 341 "Sepamos estimar la Religión Católica" y con la amplitud necesaria en los Folletos E.V.C. que van indicados al final de cada uno de ellos.

Y no queremos terminar este artículo sin llamar la atención a que muchas veces la mejor manera de defender nuestra Religión, contra los ataques de sus enemigos, es el exponer claramente sus doctrinas, pues frecuentemente estos ataque se deben a un conocimiento equivocado de lo que ella enseña, equivocaciones a las que suelen aferrarse tanto sus enemigos, que presenta grandes dificultades hacerles aceptar que la Iglesia enseña lo que realmente enseña, ejemplo entre tantos otros la frase "fuera de la Iglesia no hay salvación", que mal interpretada por los ignorantes, realmente es, condenada por la razón como injusta, pero que bien interpretada no puede ser más lógica ni más legítima. Otro ejemplo la pretendida adoración de las imágenes tan traída y llevada por los protestantes, los que por ningún motivo quieren aceptar la diferencia que hay entre adorar y venerar, así como que los católicos adoramos sólo a Dios y veneramos las imágenes que lo representan, así como las de la Virgen y los Santos.

Excelencia de la Apologética.

Cualquier persona que entienda lo que es la Apologética, por poco que reflexione en ello, se dará cuenta de la importancia tan grande, tan capital, que tiene para el cristiano conocer está maravillosa Ciencia, pues el hombre que es un, ser esencialmente racional se debe a sí mismo, a su naturaleza, a su dignidad, a su objeto, la obligación de no aceptar sino aquello que es verdadero y para saber que lo es, necesita conocer las PRUEBAS completas de su verdad.

Es contra la dignidad del hombre, insistimos, adherirse a una idea sin antes haber evidenciado su verdad, pues la esencia de un ser racional es discurrir, reflexionar, juzgar, distinguir entre lo verdadero y lo falso, de igual modo que la de un ser irracional es el no juzgar.

La Apologética, al presentarnos las pruebas de la verdad de nuestra Religión, las pruebas de que ella es la única Religión Verdadera, nos lleva a profesarla por CONVENCIMIENTO, a no ser simplemente de esos católicos sentimentales que conservan su Religión por rutina, porque en esa Religión nacieron, o porque es la Religión de sus padres, lo que fácilmente se ve no es, una buena razón para conservarse católicos, pues entonces habría que aceptar que los hijos de los protestantes deberían seguir siendo protestantes; los de los paganos, paganos; los de herejes, herejes; si sus padre; así lo fueron.

La excelencia de la Apologética consiste, pues, en llevarnos a ser católicos por convicción, a profesar TRIUNFALMENTE nuestra Religión, por estar plenamente convencidos de que el Catolicismo es la Religión Verdadera, de que es la RELIGION DE DIOS.

 

N. S. Jesucristo. Primer Apologista.

Y que nadie piense que es contra lo que enseña nuestra Santa Religión, afirmar, como aquí lo hacemos, que es el revesamiento total de la inteligencia del hombre adherirse ciegamente a algo, peor aún a lo incomprensible, como son los misterios del Catolicismo, sin antes haber evidenciado su realidad, pues nuestra religión es esencialmente racional, y siempre lo ha sido, desde su nacimiento, ya que Nuestro Señor Jesucristo fue el primer apologista, pues nada enseñaba sin presentar las pruebas de su verdad, sus motivos de credibilidad.

En efecto: si al leer los Evangelios nos vamos fijando en ello, descubrimos cómo Nuestro Señor Jesucristo presentaba, y en superabundancia, las pruebas necesarias para que fueran aceptadas sus doctrinas.

Así, como prueba de que El es el Mesías, y por lo tanto de su autoridad para enseñar, unas veces da el cumplimiento en El de las Profecías Mesiánicas Las Escrituras que acabáis de oír hoy se han cumplido (Luc. IV-14, 21; Mat. XXVI-54, 56); otras veces los milagros que hacía (Las obras que Yo hago, dan testimonio en mi favor, de que me ha enviado el Padre ); otras veces, en fin, la Santidad de su vida ¿Quién de vosotros me convencerá de pecado? pues si os digo la verdad ¿por qué no me creéis,? (Juan VII-46).

Para Probar que tiene el poder de perdonar los pecados, cura al paralítico (Mat. IX-2 y sgts.); para establecer su Presencia Real en la Sagrada Eucaristía da como prueba de su poder divino, su próxima ascensión a los Cielos ¿Pues qué será si viereis al Hijo del Hombre subir a donde antes estaba? (Juan VI-63).

Y no pocas veces las pruebas anteceden a la Doctrina, El primero presenta las pruebas y deja que sus Apóstoles, que sus discípulos, racionando deduzcan de ellas la doctrina que quiere establecer.

Un ejemplo entre otros de esto y por cierto preciosísimo, lo tenemos en aquella ocasión en que San Juan Bautista, queriendo orillar. a Nuestro Señor Jesucristo a que de una vez se Proclamará como el Mesías esperado, manda a dos de sus discípulos a preguntarle: "¿Eres tú el Mesías que ha de venir, o debemos esperar a otro?" pregunta a la que Nuestro Señor Jesucristo no dio contestación directa, sino que haciendo muchos milagros ante ellos probó que era el Mesías esperado diciéndoles después Id y contad a Juan lo que habéis oído y visto: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia el Evangelio a los pobres (Mat. XI-3 a 6), dando así primero las pruebas y dejando que San Juan deduzca de ellas la doctrina.

Y todos los Apóstoles siguiendo el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo, presentan racionalmente, la Religión Cristiana y quieren que los fieles la profesen por convicción, así el Apóstol San Pedro los exhorta: "estad prontos siempre a dar satisfacción a cualquiera que os pida razón de la esperanza o religión en, que vivís" (I Pedro III-15).

 

Necesidad de la Apologética.

Vemos pues que desde los tiempos Apostólicos se imponía la necesidad de la Apologética no solamente para defender la Religión, sino para que fuera aceptada racionalmente su Doctrina, y así ha sido a través de todos los siglos que ha recorrido triunfante la Iglesia de Cristo, habiendo producido sin cesar en todas las épocas, notables filósofos, sabios insignes, y Santos admirables que han sido sus gloriosos apologistas.

Y todavía en México, en la época actual es más necesario, indispensable, el estudio de la, Apologética, porque la escuela laica al mismo tiempo que ignorantes en Religión, produce mentes rebeldes que no admiten sumisión sino para lo que va de acuerdo con su torcida razón.

En efecto: la escuela laica no toma como base para formar a los alumnos, como debería ser, tanto la religión como las ciencias Matemáticas, sino solamente éstas. Apenas la razón del niño es capaz de comprenderla, se le enseña la Aritmética razonada, después las Matemáticas, que demuestran todo cuánto enseñan y sin lleva así al alumno a despreciar el principio de autoridad, a ver como degradante, como absurdo, aceptar una proposición por el testimonio de otro, aún que éste sea el hombre más sabio del mundo. No concibe así el educado en la escuela laica que nadie que se respete a sí mismo que respete su propia dignidad, pueda aceptar como cierta, por ejemplo, la fórmula del binomio de Newton simplemente porque así la enseñó este gran sabio, pues requiere, para aceptarla, la demostración de su verdad.

Formadas así las mentalidades, ignorantes por completo de la existencia de la Ciencia de la Apologética, naturalmente rechazan la Religión que ven como una imposición arbitraria, pues la juzgan indemostrable.

Y esta es indudablemente, si no la única, sí una de las causas principales por las que en México los hombres son menos religiosos que las mujeres, pues éstas no son, o al menos no lo eran antes, formadas a base de Matemáticas. Pero con demasiada frecuencia desgraciadamente podemos constatar cuantas de ellas pierden la fe cuando siguen los estudios universitarios.

Y añádase a esto la propaganda herética de todas clases que actualmente está en auge en toda la República, que nos llega con tan variados como engañosos nombres, tales como: los "evangélicos" nombre con qué se disfrazan los protestantes, la, Iglesia de Dios, los Rosa Cruces, la Vida Impersonal, la Ciencia Cristiana, los Testigos de Jehová, el Espiritualismo, la Ciencia del Ser, la Sociedad Altruista de los amigos del hombre, la Sociedad Cultural Narvarte, el Existencialismo, etc., etc., que no pocas veces se nos presentan pretendiendo, con toda falsedad, estar de acuerdo con la razón y se verá claramente por qué hay católicos que desertan de su Religión y la necesidad que hay, para evitarlo, de que no solamente conozcan, su doctrina, sino las pruebas de la verdad de ella, es decir, de la Apologética.

Y nada como la Apologética significa al cristiano, pues ella lo enseña a ejercitar la razón, a reflexionar, a distinguir entre lo que debe y lo que no debe aceptar como cierto, en cualquier rama del saber humano y especialmente en cuestión de Religión. Ella lo aparta de creer en tantos falsos prodigios, en tantas falsas apariciones, en tantas revelaciones privadas Y tantas supersticiones como propagan los que, ignorantes en esta Ciencia, creen que para ser creyente, hay que ser crédulo, que es mejor creyente el que es más crédulo, el que acepta con más facilidad, sin ninguna prueba científica, las fantasías, llamémoslas así, que propagan con un celo digno de mejor causa, las personas crédulas y a las que se aferran más firmemente y dan mayor importancia que a los maravillosos y científicamente comprobados milagros de Nuestro Señor Jesucristo y a los sagrados dogmas de nuestra santa Religión.

El católico instruido en Apologética es creyente, no crédulo. Gracias a esta Ciencia el católico es la única persona que puede dar razón de su fe, pues él es el único que sabe lo que cree y por qué lo cree.

Tres ejemplos de cómo refuta la Apologética los ataques de sus enemigos.

No querernos terminar este Folleto sin presentar algunos ejemplos de cómo refuta la Apologética los ataques de sus enemigos. En las páginas anteriores ya refutamos la idea equivocada de que el Catolicismo impone sus dogmas a la fuerza.

Vamos ahora a refutar los 3 errores siguientes:

- Yo no admito el Catolicismo a causa de sus misterios.

- La Ciencia y la Religión son incompatibles.

- Yo no acepto la Infalibilidad del Papa.

 

-Yo no admito el Catolicismo a causa de sus misterios

Una de las razones, mejor diríamos, pretextos, que alegan los que han sido formados en la escuela laica para haberse apartado del Catolicismo, es que éste contiene misterios que son incomprensibles para el hombre y que su razón se resiste a aceptar lo que no comprende.

Fácil es ver cuán inconscientes están éstos tales acerca de sus conocimientos científicos, pues ¿qué acaso en las ciencias profanas no hay también misterios? Si pusieran en ello su atención encontrarían que hay misterios en cuanto nos rodea. Constatan los hombres de ciencia los fenómenos, establecen las leyes que los rigen, y las aprovechan en la práctica, pero todos los más eminentes de ellos sean físicos, químicos, geólogos, etc; proclaman unánimemente que ignoran el "por qué explicador" de los fenómenos constatados.

¿Cuál es la causa de que a cada grupo de átomos correspondan tales o cuales propiedades y tales o cuales a otros?, ¿Cuáles son las causas de la inercia de la materia inanimada y de los variados movimientos de la viviente? Todo eso es un misterio, así como lo es ¿qué es el tiempo?, ¿qué es el sueño?, ¿donde termina el espacio?

Y encontramos el misterio aún en donde menos era de esperar encontrarlo: ¡hasta en las Matemáticas! Misterios son las raíces imaginarias; misterio es que sea imposible encontrar la razón exacta entre la circunferencia y el diámetro, o dicho de otro modo, la cuadratura del círculo; misterio es por qué la no supresión oportuna de un factor común al resolver una ecuación puede llevarnos a un absurdo; misterio es la raíz cuadrada de una cantidad negativa.

Y nótese que mientras en el orden profano se embota la razón al encontrarse con uno de estos misterios, los del Catolicismo, por el contrario, como el de la Santísima Trinidad, el de la Encarnación, el de la Redención, y el de la Sagrada Eucaristía, son LUZ PARA NUESTRA RAZON, pues ellos, que no son sino sombras para un pobre neófito recientemente bautizado, o para el católico ignorante formado en la escuela laica, son susceptibles de ACLARARSE A NUESTROS OJOS CON RAYOS DE LUZ QUE NOS DESLUMBRAN SI SABEMOS ESTUDIARLOS SOBRIA Y PIADOSAMENTE, según nos dice S. S. El Papa León XIII en la Constitución "Dei Filius", hasta llegar a deslumbrar los ojos intelectuales de un Santo Tomás de Aquino, de un Bossuet y de todas las almas contemplativas.

 

-La Ciencia y la Religión no son incompatibles.

Los enemigos de la Religión formados en la escuela laica, la combaten también bajo el punto de vista científico, afirmando como Renán que la Ciencia y la Religión son incompatibles.

Están completamente equivocados: no puede haber incompatibilidad entre la Ciencia profana y la Religión porque ambas ejercitan sus actividades en dos campos diferentes: aquélla en el material, ésta en el espiritual.

Pero hay todavía más: los que piensan como venimos diciendo, ignoran que la Doctrina Católica misma es una Ciencia, pues como se establece en el Folleto F,.V.C. No. 15, "¿Es la Doctrina Católica una Ciencia?", ella tiene por fundamento tres principios evidentes, tres verdades racionales, a saber:

- la existencia de Dios REMUNERADOR;

- la Divinidad de Cristo y

- la Autoridad Divina de la Iglesia,

que lógicamente se deducen de hechos científicamente ciertos, y de estas 3 verdades lógicamente se desprende toda la maravillosa Doctrina Católica que, como toda verdadera Ciencia, tiene fines y aplicaciones prácticos, siendo los de la Doctrina Católica los más maravillosos de todos: la salvación del género humano.

Con cuánta razón Santo Tomás de Aquino, en el mero principio de su maravillosa Suma Teológica, discute la Doctrina Católica bajo el punto de vista científico y llega a esta conclusión irrefutable:

"La Doctrina Sagrada es Ciencia que dimana de los principios de la Ciencia Superior que únicamente pertenece a Dios y a los bienaventurados",Ciencia Sagrada es absolutamente la más noble de todas las ciencias. Como especulativa sobrepuja en mucho a todas las especulativas y como práctica sobrepasa del mismo modo a las prácticas.

 

- Yo no acepto la Infalibilidad del Papa.

Una de las principales ideas con que procuran los enemigos de la Religión Católica alejar de ella a los fieles ignorantes, es presentarles como falso el dogma de la Infalibilidad del Papa, diciéndoles fue es de humanos errar y que siendo el Papa humano, forzosamente tiene que errar.

Los hacen creer que esta infalibilidad consiste en que el Papa nunca puede pecar, en que nunca puede equivocarle cuando da su opinión sobre cualquiera cosa que sea.

Esto es un engaño miserable. Desde luego la Infalibilidad no es lo mismo que la impecabilidad. El Papa puede pecar como cualquiera otro hombre y de cierto ha habido Papas, muy pocos por cierto, que no han llevado una vida tan santa como la que al Papa corresponde.

Y el Papa puede equivocarse como cualquier hombre sabio hablando de cosas profanas, de ciencia, de arte, pues su infalibilidad consiste simplemente en que, por una asistencia muy especial del Espíritu Santo, no puede errar cuando:

1- define alguna doctrina religiosa;

2- hablando como Sucesor de San Pedro;

3- dirigiéndose a todo el pueblo cristiano;

4- haciendo notar que la verdad definida forma parte de la Revelación y que por lo tanto quien no la acepta queda excomulgado.

A los oídos protestantes sonará más claro decir que la Infalibilidad del Papa consiste en que no puede equivocarse al interpretar la Biblia. Eso es, todo.

El dogma de la Infalibilidad del Papa se funda, como en el Folleto E.V.C. No. 72 claramente se explica, en las propias palabras de Nuestro Señor Jesucristo que promete a sus Apóstoles estar con ellos hasta la consumación de los siglos (Mat' XXVIII-20) y que les dice: Quien a vosotros oye a mí oye (Luc. X-16); si el Papa, que es la autoridad máxima de la Religión de Cristo, se equivocara ¿podríamos acaso oír en él la voz de Cristo?

Y decimos que el Papa no se equivoca por una asistencia muy especial del Espíritu Santo, por una asistencia, es decir, no creemos que el Espíritu Santo le revele doctrinas nuevas, ni siquiera que lo inspire, sino simplemente que lo asiste.

¡Cuán racional y sólida aparece ante nuestra inteligencia la Doctrina Católica sobre la Infalibilidad del Papa! cuando la comparamos con los absurdos tan grandes en que incurren, los que no aceptan su Infalibilidad, para venir a aceptar la de un pastor protestante al interpretar la Biblia y peor, para aceptar como Revelación Divina, nada menos que del Espíritu Santo, lo que dice cualquier mujer , falta de ilustración y hasta de mala conducta, como lo aceptan los espiritualistas; o las revelaciones de los pretendidos Mahatmas como lo aceptan los teósofos, o del anónimo autor de la Vida Impersonal.

Muchos creen que la Infalibilidad del Papa consiste en que cualquier día, sin más reflexión, sin ningún estudio, sin consultar con nadie, simplemente por intuición, por una Corazonada, hasta por un capricho, se le ocurre definir cualquier enseñanza religiosa y la define como dogma. Para que puedan darse, cuenta de cuán equivocados están los que piensan así, reproducimos a continuación, extractadas, las palabras que S. S. el Papa Pío XII pronunció, en el Consistorio que celebró el día 30 de octubre de 1951, en el Palacio Vaticano, en la Sala de las Bendiciones, donde había convocado a 35 Cardenales y 485 Arzobispos y Obispos para pedirles su consentimiento acerca de la definición del Dogma de la Asunción de la Santísima Virgen.

 

Palabras de S. S. el Papa.

"Comprenderéis bien los motivos por los cuales os hemos convocado a este Consistorio Sacro:"

"Con la seguridad que el Divino Redentor ha transmitido al Príncipe de los Apóstoles y a sus Sucesores, tenemos la intención de proclamar y definir que... la Iglesia creé y honra lo que a través de los siglos los Santos Padres, Doctores y Teólogos han sostenido que la Virgen María y Madre de Dios subió a la Gloria en alma y cuerpo".

"Antes de tomar esta decisión, creímos oportuno, como es sabido, confiar el estudio del caso a los peritos; ellos, por orden Nuestra, reunieron todas las peticiones que llegaban ala la Santa Sede respecto al asunto y las examinaron con cuidadosa atención..."

"Con una gran diligencia estudiaron todos los testimonios, demostraciones y signos de la Fe común de la Iglesia acerca de la asunción corpórea de la Santísima Virgen al cielo..."

"Enviamos además cartas a todos los Obispos para pedirles que nos manifestaran no sólo sus propias opiniones, sino también los pensamientos y deseos del Clero y del Pueblo".

"En un admirable y casi unánime coro llegaron a Nos de todas partes del mundo, las voces de los Pastores y fieles que profesan la misma fe y piden lo mismo como un alto deseo de todos. Decidimos entonces que no debe permitirse ninguna demora para llegar a la definición del dogma..."

"Es admirable entonces, que tal verdad firmemente creída por los sagrados Pastores y el pueblo, ha sido revelada por Dios y puede ser definida por nuestra Suprema autoridad".

"No sin la voluntad de la Divina Providencia este afortunado suceso coincide con el año Santo que está terminando. A todos, especialmente a los que de todas las partes del mundo han venido a esta amada Ciudad a purificar sus almas, parece que la Santísima Virgen María, extiende sus manos maternales exhortándoles a ascender con valor, para que lleguen a gozar de las bendiciones supremas en la tierra celestial..."

Terminado el discurso, preguntó el Romano Pontífice: "¿Os place Venerables hermanos, que proclamemos solemnemente como un dogma revelado por Dios, la Asunción corpórea al cielo de la Santísima Virgen?".

Uno por uno contestaron los Prelados: "Placet".

"Nos satisface inmensamente, prosiguió el Papa, que todos, casi con un solo pensamiento y una sola voz, estéis de acuerdo con lo que también nos place a nos, porque este admirable consentimiento de Cardenales y Obispos con el Pontífice Romano demuestra aún más claramente lo que la Santa Iglesia cree, enseña y desea sobre este asunto".

Y dos días después, el día lo. de noviembre, una multitud que se calcula en 700,000 personas, que llenaba la Basílica de San Pedro de Roma, la Plaza de San Pedro y toda la Vía de la Consiliazione, pudo oír, así como el mundo entero, gracias a alto parlantes debidamente colocados y a las Transmisoras de Radio, el discurso de S.S. el Papa del que reproducimos estas palabras.

"PRONUNCIAMOS, DECLARAMOS Y DEFINIMOS SER DOGMA DE REVELACION DIVINA QUE LA INMACULADA MADRE DE DIOS, SIEMPRE VIRGEN MARIA, CUMPLIDO EL CURSO DE SU VIDA TERRENA, FUE ASUNTA EN CUERPO Y ALMA A LA GLORIA CELESTE".

De una manera tan clara las palabras anteriores de S. S. el Papa, expresan la manera tan racional, tan llena de respeto a toda la Grey cristiana con que ejercita su Infalibilidad, que sólo quien esté cegado por un odio mortal a la Religión Católica, sólo quien esté en su error obsecado por el mismo diablo, podrá, por poca inteligencia que tenga, no llenarse de admiración, de azoro, de estupor, ante semejante prodigio.

Laus Tibi Christi.

 

"INSTRUCCIÓN RELIGIOSA Y EUCARISTÍA"

LA RAZÓN Y LA FE

¿Qué es la Razón?

El hombre, como los animales, puede darse cuenta de la realidad de las cosas materiales por medio de los sentidos: ver, oír, gustar, oler y tocar.

El hombre, como el animal, si ve un río sabe que en él hay agua; si oye el rugido de un león, sabe que hay uno en las cercanías; oliendo distingue, como los animales, una cosa de otras, sabe por ejemplo, si un trozo de carne está podrido o sano; por el sentido del gusto distingue la sal de la azúcar; por el tacto sabe si una cosa es lisa o áspera, etc. por medio de los sentidos se relaciona con el mundo exterior.

Pero el hombre se distingue de los animales, porque está dotado de LA RAZON que es la facultad que le permite, REFLEXIONANDO sobre cosas que conoce, descubrir otras que le son desconocidas, que no le son reveladas por los sentidos, así como dictaminar si alguna proposición es cierta o falsa.

Ejemplos:

-Fue por la razón, que el hombre reflexionando sobre ciertas cosas que percibía por el sentido de la vista, descubrió que la tierra era redonda.

-Ve el hombre que el sol gira alrededor de la Tierra pero, reflexionando, su razón descubrió que era ella la que giraba alrededor de sí misma.

-Descubre el juez quién es el culpable de un asesinato, aunque no haya visto al acusado cometerlo, reflexionando sobre las circunstancias que lo rodearon.

Así, pues, el hombre, reflexionando sobre los efectos, descubre las causas que los producen, pero no es infalible pues abundan los casos en que la razón humana falla.

 

¿Que es la fe?

Si hay grande ignorancia sobre lo que es la Razón, mucha más hay sobre lo que es la FE.

Podernos distinguir dos clases de Fe: la Fe Natural y la Fe Sobrenatural o Teológica.

La Fe Natural en sentido general, es creer en la palabra de otro.

Poco necesitamos reflexionar, para darnos cuenta de la importancia de la fe natural en la vida del hombre, pues pocas cosas son las que descubrimos o sabemos por nosotros mismos, por lo que la inmensa cantidad de conocimientos que tenemos, se los debemos a la fe natural que tenemos a nuestros padres, maestros, prójimo, libros, revistas, etc., etc.

Esta Fe natural puede ser razonable o no; es razonable, cuando tenemos motivos bastantes, para estar ciertos de que el testimonio de otra persona está respaldado por conocimientos bastantes, que no trata de engañarnos., etc.

Por el contrario no es razonable cuando creemos a la ligera lo dicho por otra persona que no sabemos ni quién es, de dónde viene, qué intereses la mueven, qué intenciones trae, etc.

La Fe Teológica o sobrenatural, es la adhesión del intelecto bajo el influjo de la Gracia, a una verdad revelada no por la razón de su evidencia intrínseca, sino basándose en la autoridad de Dios.

La Fe es la realidad anticipada de lo que esperamos; la bienaventuranza eterna, y la prueba demostrativa de lo que la mente no ve.

Las verdades divinas, superando la limitación de la capacidad del hombre, no pueden determinar el asentimiento del intelecto, es por esto que es necesaria la intervención de la voluntad para mover el intelecto a adherirse a la verdad revelada, aunque incomprensible, en homenaje a Dios. Por lo tanto la Fe es un "obsequio de la razón", una sujeción libre del intelecto humano a la verdad revelada, y es por esto que es un acto meritorio.

 


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