SANTORAL FEBRERO DEL 2007
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Santos: Severo de Ravena, obispo; Ramón de Fitero, fundador; Viridíana de la Toscana, virgen.
SANTA VIRIDIANA DE LA TOSCANA, etimología desconocida (1182-1221). Virgen. Hija de un señor apellidado Attavanti, su nombre era Viridiana o Verdiana; los datos de su infancia y familia se desconocen, pero se supone que fue educada en las virtudes de la fe cristiana. Siguiendo una piadosa costumbre de la época, peregrinó a la catedral de Santiago de Compostela, en España y a Roma. Sus biografías no mencionan que profesara en la vida religiosa, pero permaneció en castidad y por voluntad vivió durante años en oración, penitencia y estudio recluida en una celda de su tierra natal, donde padeció ataques del maligno. Se dice que entraron en su cuerpo dos serpientes que la atormentaron hasta la víspera de su muerte; sin embargo, Dios la favoreció con dones celestiales y logró combatir las persecuciones demoníacas. Tuvo numerosos éxtasis y su gozo en el amor divino se acrecentó cada día más. Atraído por su santidad la visitó san Francisco de Asís (4 de octubre) hacia el año 122 Murió con fama de santa y el pueblo inició su veneración.
La Presentación del Señor.
Nuestra Señora de San Juan de los Lagos.
Santos: San Lorenzo de Canterbury, obispo.
NUESTRA SEÑORA DE SAN JUAN DE LOS LAGOS, del hebreo, "Dios ha hecho gracia" (siglo XVI). Se venera en la República Mexicana, en especial en la población que antiguamente tuvo el nombre de San Juan Bautista Metzquititlán (actual San Juan de los Lagos) fundada en 1542 por el fraile franciscano Miguel de Bolonia en el estado de Jalisco, México. Es una escultura elaborada en Michoacán con quiote (tronco de la flor del maguey) tostado y pegamento; el rostro es de yeso, mide 27.8 centímetros de altura. Su devoción inició en el siglo XVI, cuando los misioneros franciscanos la colocaron en una humilde ermita dentro del hospital fundado por ellos. Con el tiempo la figura se deterioró, por tanto, se le confinó en la sacristía; sin embargo, Ana Lucía, indígena del lugar, al profesarle gran devoción la colocó al culto público, según dijo, porque la Virgen se lo inspiró. En 1623 unos acróbatas de paso hacia Guadalajara llegaron al citado poblado a trabajar, se cuenta que una niña, hija del acróbata, al ejecutar su rutina cayó sobre unas dagas y perdió la vida. Cuando la familia preparaba el sepelio se presentó Ana Lucía con la escultura y al colocarla sobre el cadáver éste recobró la vida ante la presencia de numerosos testigos. El padre de la pequeña, agradecido y con previa autorización, llevó la imagen a restaurar a Guadalajara y una vez devuelta fue colocada en una ermita donde acudían los fieles que, enterados del milagro, imploraban su intercesión. Un primer templo se edificó en 1641 y la devoción popular la invocó como Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, con una festividad el 8 de diciembre de 1666. Durante el siglo XVII recibió miles de peregrinos de todo el país, y, con los donativos, se le construyó otro templo adonde se le trasladó en 1769, hoy es la bella obra arquitectónica que se conoce. Este santuario se incorporó a la basílica romana de San Juan de Letrán (1836), adquiriendo indulgencias y gracias espirituales. La escultura fue coronada en 1904 y en 1948 el templo adquirió la categoría de basílica. El pontífice Pío XII la proclamó patrona principal de la arquidiócesis de Guadalajara (1954). Iconografía: la pequeña escultura, de pie, coronada, sobre peana y luna de plata en cuarto creciente, ataviada con vestido y capa talar rebordados; las manos juntas sobre el pecho. Sobre la escultura sobrevuelan dos angelillos que sostienen una filacteria (cinta con inscripciones o leyendas que se coloca en imágenes), que proclama: Mater Inmaculada Ora Pro Nobis (Madre Inmaculada, ruega por nosotros). Tres fiestas se le dedican durante el año: 2 de febrero, 15 de agosto y 8 de diciembre. Juan Pablo II, que en paz descanse, en su segundo viaje a México (1990), después de orar ante esta imagen expresó: "... Tiene el encanto de las cosas sencillas, sencilla fue la vida de la Virgen de Nazaret".
Santos: Blas de Sebaste, mártir, y Óscar de Hamburgo, obispo. Beata María Ana Rivier, fundadora.
BEATA MARÍA ANA RIVIER, del arameo "señora" (1768-1838). Fundadora. Nació en Montpezat, Arreche, Francia; quedó inválida desde pequeña, a consecuencia de una caída. Su madre diariamente la llevaba a la capilla en su tierra natal, para que rezara ante el altar de la Virgen de los Dolores. Siguiendo el ejemplo materno, con frecuencia la niña repetía: "Hoy la Virgen me curará". Antes de cumplir cinco años sintió el deseo de dar a conocer a Jesús y María a otras niñas, y juró ante el altar una promesa: "Virgen Santísima, cúrame y te traeré niñas, les daré clase y les diré que te amen". Pasó el tiempo con esta piadosa costumbre hasta que sucedió lo extraordinario el 8 de septiembre, conmemoración de la natividad de la santísima Virgen María: la pequeña sanó. Cumplió la promesa y llevó niños a su hogar donde les enseñaba catecismo, les contaba cuentos y rezaba con ellos. Cursó estudios interna en el colegio de las religiosas de Santa Juana de Lestonnac y en su juventud solicitó ingresar en la congregación, pero fue rechazada por su endeble salud. María, sin desanimarse expresó: "...Ya que no quieren dejarme entrar en el convento, yo misma haré uno"; así, a los 18 años estableció un colegio en Montpezat. Asimismo, reunió a otras jóvenes y las habilitó para la enseñanza en el plantel. Fundó en Thueyts su primer convento en memoria de la presentación de la santísima Virgen María, título que dio a su congregación, el cual dio inicio con cuatro compañeras que con ella se consagraron a Dios para trabajar en la instrucción de la juventud, atender a los pobres y a las huérfanas. Para la instrucción religiosa, María elaboró un Programa dominical de formación para mujeres y organizó retiros. Las vocaciones aumentaron e inauguraron, en Bourg-Saint-Andeol, la Casa Generalicia y un año después la Regla de su instituto fue aprobada por la Iglesia. Su obra se propagó en Viviers, Suiza. Actualmente, con más de 1500 religiosas se encuentra en Canadá, Norteamérica, Europa, Japón, Filipinas y América del Sur. María entregó su alma a Dios en la citada Casa Generalicia, donde se veneran sus reliquias. Juan Pablo II la beatificó en 1982.
V DOMINGO ORDINARIO
Santos: Águeda de Roma, mártir; Gilberto de Inglaterra, abad; Andrés Corsini, obispo.
SAN GILBERTO DE INGLATERRA, del germánico, "el brillo de la lanza" (1087-1190). Abad. Oriundo de Sempringham, Inglaterra, hijo de un caballero normando; se ignoran detalles de su infancia hasta haber sido enviado por su padre a cursar sus estudios en París, Francia, a fin de que abrazara la vida religiosa. Al terminar su academia recibió la ordenación sacerdotal y ejerció su ministerio en la ciudad inglesa de Lincoln. Conoció a San Bernardo de Claraval, con quien cultivó fraterna amistad y de quien fue favorecido con sus consejos. Fundó una obra grandiosa por sus servicios espirituales y asistenciales, con una magnífica organización, sin lograr equipararse con otra en la Iglesia de su época. La orden que fundó comprendía monjas y canónigos, además de hermanos legos y conversos (conocidos como gilbertinos) dirigidos por un superior común, que en varios monasterios atendieron a las clases marginadas de cada región, contando con un orfanato y un leprosario; dieron servicio a más de dos mil personas, entre hombres, mujeres y niños en toda Inglaterra. Fue encarcelado a la edad de 80 años, acusado de apoyar a santo Tomás Becket, quien impidió al monarca inglés Enrique II (1154-1189) controlar los asuntos eclesiásticos. Al ser liberado regresó a su abadía, en Sempringhem, donde —se dice— algunos hermanos legos lo calumniaron acusándolo de maltrato; sin embargo, continuó dirigiendo los monasterios en beneficio de los más necesitados, hasta contar con veinte establecimientos, cuando murió casi a la edad de 100 años, ciego y enfermo, en el convento de su tierra natal. Por desgracia, su obra fue devastada posteriormente por Enrique VIII (1509-1547). Su culto es inmemorial.
Santos: Felipe de Jesús, primer mártir mexicano, y Adelaida de Vilich, abadesa. Beata Francisca Meziere, mártir.
SAN FELIPE DE JESÚS, del griego, "amigo o aficionado a los caballos" (1572-1597). Primer mártir mexicano. Hijo de Alonso Casas y Antonia Martínez, quienes, recién casados, llegaron de Sevilla, España, y a base de trabajo lograron hacer fortuna en la entonces Nueva España. Procrearon once hijos uno de éstos fue bautizado con el nombre de Felipe en la catedral metropolitana de México. Recibió formación católica. Gustaba de los juegos y las travesuras propias de un niño sano y feliz. Tenía una nana negra, quien lo atendía con cariño y esmero repitiendo: "... Cuando la higuera reverdezca, Felipillo será santo", en alusión a una vieja y seca higuera del jardín hogareño. Cursó sus primeros estudios en el Colegio de San Pedro y San Pablo. En su juventud, el comercio de su progenitor le proporcionó noticias de las tierras filipinas; Felipe logró autorización para ser intermediario de dichos negocios y emprendió en el galeón Santiago el viaje de sus sueños. Tres meses después desembarcó en Manila y durante dos años disfrutó de fiestas y frivolidades, que no le satisfacían del todo, pues sentía un vacío interior. Sin haber explicación, un día de mayo de 1593 tocó a las puertas del convento franciscano de Nuestra Señora de los Ángeles, en Manila; solicitó su ingreso, fue aceptado y, después del tiempo de prueba, vistió el hábito e inició el noviciado con el nombre de Felipe de Jesús. Por boca de sus superiores y los compañeros, se enteró de la misión evangelizadora que la orden realizaba en China y quiso ir a conquistar almas para Dios; sin embargo, debía terminar el noviciado; lo terminó y, antes de su ordenación sacerdotal, estudió dos años en el convento de Manila. Se le envió a su patria, donde debía ser ordenado de sacerdote y, acompañado con otros frailes, partió en el galeón San Felipe. Esta travesía interrumpida por el mal tiempo y el navío atracó en territorio japonés. Anclaron en Shikoku, donde, debido a terremotos, el panorama era de hambre, ruinas y muerte. Los frailes náufragos fueron presentados ante el emperador Taicosama, quien, además de pagano, juzgó que el Dios de aquellos religiosos era el responsable de la tragedia en su imperio. Pese a esto, los misioneros lograron trasladarse al convento franciscano en Osaka y, una vez ahí —pese a las persecuciones—, Felipe realizó su tarea evangelizadora, hasta que las tropas del citado gobernante irrumpieron en el monasterio y detuvieron a todos los cofrades, quienes fueron encarcelados y sentenciados a morir. Como señal de su condena se les cortó a cada uno la oreja izquierda y, encadenados, realizaron a pie la travesía hacia Nagasaki, donde fueron colgados en cruces, sujetos con argollas de acero en cuello, manos y pies, muriendo atravesados por lanzas. La noticia llegó a la entonces Nueva España, meses después; pero la muerte de Felipe se conoció cuando la vieja nana negra, el mismo día del martirio, vio que la higuera había reverdecido. Pío IX lo canonizó en 1862. Iconografía: con hábito en la cruz del martirio. Es el primer santo mexicano, mártir y patrono principal de la ciudad de México.
Santos: Pablo Miki y compañeros, mártires; Armando de Tonares, obispo. Beato Francisco Spinelli, fundador.
SAN PABLO MIKI y compañeros, del latín, "pequeño" (1564-1597). Mártires. Fueron integrantes de un grupo de cristianos que padeció el martirio en aras de la fe de Cristo; esto sucedió en Nagasaki, Japón, por orden del pagano emperador Taicosama. Se ignoran datos precisos de cada uno de los santos; destaca entre éstos san Felipe de Jesús, religioso franciscano y protomártir mexicano, y Pablo Miki, sacerdote de la Compañía de Jesús, nacido en Ava, Japón. Después de ser aprehendidos, a todos se les cortó una oreja, en señal de haber sido sentenciados a muerte; así fueron conducidos a través de varias poblaciones, para atemorizar a quienes intentaran convertirse al cristianismo. Una vez que llegaron a la colina de Nagasaki, fueron colocados sobre cruces, fijados a éstas con anillas de acero en cuello, manos y pies, y ultimados al ser atravesados por lanzas. Sus nombres —además de los dos citados— eran los siguientes: sacerdotes Martín de la Ascensión y Pedro Bautista; religiosos: Juan de Goto, Gonzalo García, Francisco Blanco, Francisco de San Miguel y Diego Kisai; laicos: Francisco de Kyoto, Cosme Takeya, Pedro Sukejiro, Miguel Kozaki, Pablo y Luis Ibaraki. León Karasumaru, Ventura, Joaquín Sakakibara, Tomás Dangi, Juan Kinuya, Gabriel de Ise, Matías, Pablo Suzuky, Antonio de Nagasaki y Tomás Kosaki. Fueron canonizados por Pío IX en 186Iconografía: en la colina del martirio, sobre cruces y atravesados con lanzas; los sacerdotes o religiosos con hábito franciscano o sotana jesuíta y los laicos con vestimenta oriental.
Santos: Ricardo de Inglaterra, rey, y Juan de Triora, mártir. Beato Pío IX, papa.
BEATO PÍO IX, del latín, "piadoso" (1792-1878). Papa. Oriundo de Senigallia, Italia, bautizado con el nombre de Juan María. Terminó estudios básicos y continuó los superiores en Roma; asistió a ejercicios espirituales e hizo el propósito de no cometer pecados y estudiar para servir al prójimo. Debido a una enfermedad desconocida en esa época, suspendió su academia y quedó exento del servicio militar. Para sanar, se encomendó a Nuestra Señora de Loreto y poco a poco sanó. Fue catequista en su tierra natal y descubrió su vocación al sacerdocio; continuó los estudios hasta recibir la ordenación. Se dedicó a la oración, administrar el sacramento de la penitencia, predicar y atender las necesidades de los marginados. Sus devociones personales fueron la Eucaristía, María santísima, la meditación y el diario examen de conciencia. Consagrado obispo de Espoleto y después de Ìmola, trabajó a favor de la paz y logró el aumento de las vocaciones y el crecimiento espiritual de sus diócesis. Nombrado cardenal y electo pontífice en 16 de junio de 1846 en el orden 255 de la cronología. Es considerado uno de los grandes pontífices de la historia al gobernar la Iglesia en una época difícil. Debido a conflictos sociopolíticos se albergó en Gaeta, Nápoles. Al regresar a Roma realizó acciones de beneficio social y recorrió los estados pontificios. Proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción en 1854 y en el 8 de diciembre fijó la solemnidad. Convocó el Concilio Vaticano I (1869-1870), celebrado en Roma, en el cual se definió la infalibilidad papal (don del Espíritu Santo por el cual el Sumo Pontífice no puede equivocarse al proponer la doctrina cristiana en lo referente a la fe y las costumbres que debemos guardar los fieles católicos). Durante su ejercicio pontificio se decretó que su soberanía se limitaba a la hoy llamada Ciudad del Vaticano, San Juan de Letrán y la villa de Castel Gandolfo. En sus escritos destaca la Encíclica Quanta cura, el Syllabus y Non Expedit, entre otros. Hasta esa época fue el pontificado más prolongado, ocupando la Santa Sede durante 32 años; hasta su deceso en el Vaticano el 7 de febrero de 1878. Juan Pablo II lo beatificó en el año 2000.
Santos: Jerónimo Emiliani, fundador, y Josefina Bakhita, religiosa. Beata Josefina Gabriela Bonino, fundadora.
BEATA JOSEFINA GABRIELA BONÍNO, del hebreo, "Dios acrecentará" y del hebreo, "mi protector es Dios", respectivamente (1843-1906). Fundadora. Fue ejemplo de fe entre la vida contemplativa y el trabajo en beneficio del prójimo. Hija de padres piadosos y con recursos; nació en Sevigliano, Torino, Italia. Por asuntos profesionales de su padre, médico, la familia se trasladó a Torino. Cursó estudios superiores en la escuela de religiosas de San José; con autorización de su director espiritual hizo voto temporal de castidad. Algo extraordinario ocurrió en su interior: sintió el llamado para ser una "santa para la sociedad". La familia regresó a su tierra natal y durante cinco años asistió con afecto a su padre enfermo hasta su muerte. Aun con esa responsabilidad continuó en las actividades parroquiales y dirigió la Pía Unión de las Hijas de María. Atraída por la espiritualidad de la orden Carmelita ingresó como seglar en la tercera orden y cursó su profesión; sin embargo, interrumpió su apostolado a causa de una neoplasia (tumor) en la columna vertebral, y fue intervenida casi despierta, ya que la anestesia no le hizo efecto. Cuando se recuperó reconoció haber estado bajo la protección de la Virgen María, de quien siempre fue devota, y, en acción de gracias, acudió al Santuario de Lourdes. Para atender niños necesitados estableció un hospicio dedicado a la Sagrada Familia. Con el deseo de fundar una comunidad se retiró a un monasterio para discernir su camino en la vida religiosa; no obstante sentir atracción por la vida en clausura, recibió la inspiración de dar vida a una nueva comunidad de religiosas de vida activa para ayudar a todos: huérfanos, ancianos, enfermos, educar a los jóvenes y, en general, servir a los marginados. En Sevigliano fundó la Congregación de la Sagrada Familia de Nazaret, cuyo apostolado sería trabajar con humildad y servir al prójimo, y fue nombrada superiora. Al obtener la aprobación pontificia, ella y sus compañeras hicieron la solemne profesión; desde entonces tomó el nombre de Josefina Gabriela de Jesús. Los siguientes años se entregó física y espiritualmente al servicio de los necesitados; dedicó el patrimonio heredado de sus progenitores a la construcción de la Casa General para la congregación; fundó cinco comunidades más y colocó la primera piedra del Santuario de Nuestra Señora de Loreto. Dejó una herencia de santidad al morir en su tierra natal; su cuerpo fue trasladado a la iglesia de la Casa General. En la actualidad, cuenta con comunidades en Europa, Camerún y Brasil. Juan Pablo II la beatificó en 1995. Iconografía: de pie, con hábito, saludando de mano a una niña; al fondo se ve un anciano y el santuario que mandó edificar.
Santos: Apolonia de Alejandría. mártir, y Miguel Pebres, hermano de las Escuelas Cristianas. Beata Eusebia Palomino.
SANTA APOLONIA DE ALEJANDRÍA, del griego, "consagrada a Apolo" (249). Mártir. Como en numerosos casos de mártires de los primeros siglos, se desconocen detalles de su infancia y familia. Los escritos sobre su martirio los compendió el historiador Eusebio de Cesárea (270-340) en su Historia eclesiástica., obra que menciona el furor de los paganos contra los cristianos, a quienes les saqueaban o quemaban sus casas y, sin piedad, los asesinaban. Tal fue el caso de esta mujer de avanzada edad, quizá de origen egipcio, quien vivió en Alejandría y profesó la fe cristiana. Se distinguió entre la comunidad por su ejemplar conducta; con varias mujeres piadosas formó un grupo de vírgenes consagradas, que, haciendo voto de castidad, se dedicaron a la oración y a servir a los necesitados. Su apostolado se interrumpió cuando, víctima del pagano emperador Decio (249-251), fue aprehendida, encarcelada, padeció golpes y el tormento de que le arrancaran todos sus dientes y ultimada en la hoguera. Por su muerte en aras de la fe, su culto se difundió en Oriente y Occidente. Iconografía: con túnica burda, palma del martirio y pinzas con un diente. Patrona de los odontólogos e intercesora contra los padecimientos dentales.
Santos: Escolástica de Nursia, fundadora, y Guillermo de Malavalle, eremita. Beato Luis Stepinac, mártir.
SAN GUILLERMO DE MALAYALLE, del germánico, "la voluntad de protección" (1157). Eremita. De origen francés, se desconocen datos anteriores a su vida en la milicia, siendo un joven desordenado, sin Dios ni valores. Así transcurrió la mayor parte de su vida; pese a todo, Dios, en su infinita misericordia, lo hizo arrepentirse y sin explicación decidió modificar su conducta. La primera información verídica de su transformación fue cuando, en calidad de penitente, como era la costumbre de la época, vistió burda túnica, con el rostro cubierto por capucha y descalzo, en constante oración peregrinó a Roma, conoció al pontífice Eugenio III (1145-1153) y, en un acto de humildad y contrición sincera, solicitó el perdón de sus pecados; una vez concedido, el Papa, en penitencia, le indicó peregrinar a Tierra Santa. Guillermo —en dicho lugar— se dedicó a la oración y extrema disciplina, arrepentido de su pasado. Después de ocho años regresó a Italia convertido en un piadoso hombre. Se instaló en Lupocavio, sitio solitario cercano a Pisa, donde habitó como eremita dedicado al estudio y meditación. Su ejemplo de vida atrajo múltiples seguidores con los que fundó un monasterio del que fue abad. Otra vez buscó la soledad y habitó una ermita cercana a Siena, Italia, en un paraje solitario llamado Malavalle (evil valle o valle malvado). En dicho lugar el Creador le concedió los dones de realizar hechos milagrosos (taumaturgia) y el de profecía. Asimismo, otros piadosos varones guiados por él, hicieron vida eremítica y de extrema penitencia, siguiendo la Regla benedictina, establecieron un monasterio; esta fraternidad fue conocida como los frailes Guillermitas descalzos. La obra se extendió por Italia, Francia y Germania, donde realizaron su misión evangelizadora; tiempo después, esa fraternidad se extinguió y se ignoran las razones. Falleció de causas naturales y su culto lo confirmó Inocencio III en 1202. Iconografía: con armadura y sobre ésta su hábito, un monasterio y un peregrino.
VI DOMINGO ORDINARIO
Santos: Nuestra Señora de Lourdes; San Gregorio II, papa.
SAN GREGORIO II, del griego, 'Vigilante" (731). Papa. Nació en Roma; perteneció a la orden benedictina; recibió una excelente formación en el palacio romano de Letrán. Acompañó a su antecesor, el papa Constantino I (708-715), en su viaje a Constantinopla. Su elección pontificia se celebró el 19 de mayo de 715, en el orden ochenta y nueve después de san Pedro. Realizó ardua labor pastoral en difusión del cristianismo en Alemania, luchó contra los iconoclastas (secta que pretendió la destrucción de imágenes) y fue un tenaz defensor del patrimonio de la Iglesia. Murió en la Santa Sede el 11 de febrero del año 731.
Santos: Julián el Hospitalario, penitente; Eulalia de Barcelona, mártir y Umbelina de Claraval, monje
SAN JULIÁN el Hospitalario, del latín, patronímico de Iulius, "divino" celeste" (?). Penitente. La vida de este santo, de culto inmemorial, se incluyó en el Santoral para darnos claro ejemplo de la contrición de un pecador y, sobre todo, de la misericordia divina. Su biografía es escasa en detalles y se conoce por narraciones orales. Julián fue un caballero cristiano, acaudalado, casado, quien vivía feliz en su casa palaciega. Sucedió que una ocasión, cuando regresaba de cacería, sin buscar explicación y preso de celos e ira, mató a una pareja que encontró en su cama. Sin embargo, el temor a Dios le hizo que —arrepentido de este hecho— huyera a una lejana región en compañía de su esposa, ahí ambos hicieron voto de castidad, penitencia y oración. Dedicó sus vastos recursos en instalar una casa que, aun sencilla, daba albergue a los caminantes, además de ayudarles a cruzar un río cercano en una barca de su propiedad; estos servicios los hacía gratuitamente. Este testimonio de servicio al prójimo, amabilidad en el trato y sus penitencias, le dieron fama de santo, siendo conocido como el Hospitalario. Al parecer, antes de su muerte —en una visión— un ángel le dijo que Dios, por su infinita misericordia, había perdonado su pecado; otras leyendas cuentan que uno de los hospedados fue un leproso al que atendió con esmero y después se le manifestó como el ángel enviado por el Señor con el mensaje del perdón. Poco después murió en olor de santidad; su veneración data del medioevo. Iconografía: con atuendo caballeresco, espada y barca. Protector de peregrinos, barqueros y hoteleros.
Santos: Martiniano de Palestina, patriarca, y Pablo le Van Loc, mártir. Beata Cristina de Espoleto, monja.
BEATA CRISTINA DE ESPOLETO, del latín, "cristiana" (1435-1458). Monja. Originaria de Espoleto, Italia, se desconocen particularidades de su infancia y familia; se deduce que profesó la fe cristiana. Perteneció a la noble familia Visconti, al parecer contrajo nupcias con un caballero de alcurnia; vivía entre fiestas y frivolidades. Cuando enviudó decidió dejar lujos y vida de disipación e ingresó con las religiosas agustinas (algunos textos la ubican en la orden agustina seglar). En el claustro su vida se transformó; destacó por su piedad, así como en la asistencia a los menesterosos y a los enfermos. Tenía especial veneración por la pasión de Cristo; se dice que para imitar los sufrimientos del Redentor se atravesó un pie con un clavo. Es reconocida por sus experiencias místicas hasta su muerte, acaecida con fama de santa en el monasterio agustiniano de su tierra natal. Su culto se pierde en la memoria de los tiempos. Iconografía: con hábito, en éxtasis y con una llaga en el pie.
Nuestra Señora de la Esperanza.
Santos: Cirilo, monje, y Metodio, obispo de Tesalónica. Beato Reginaldo de Orleans, presbítero.
BEATO REGINALDO DE ORLEANS, del germánico, "el que gobierna gracias al consejo de los dioses" (1180-1220). Presbítero. Originario de la población francesa de Orleans. Sus datos fueron escritos por frailes dominicos contemporáneos, ya que perteneció a esa orden. Fue profesor en la universidad de París, Francia, a la vez que ejercía como deán (encargado de dirigir el cabildo diocesano) de la colegiata de Saint Aignan. Por lo anterior, acompañó a su obispo Manases a Roma (1208), en dicha ciudad conoció —mediante comentarios del cardenal Hugolino— a san Domingo de Guzmán (8 de agosto) y pretendió tratar con él personalmente. Pero durante su estancia en la ciudad eterna fue el fundador de los dominicos quien lo visitó cuando Reginaldo enfermó de gravedad y lo invitó a consagrarse a Cristo en la vida de pobreza apostólica de su orden. Las crónicas mencionan que en una visión la Virgen santísima le mostró el hábito completo de la orden mencionada, incluido el escapulario blanco que hasta entonces no portaban, y —pese a su gravedad— sanó milagrosamente. Ingresó con los dominicos, recibió la ordenación sacerdotal y se le envió a atender el convento de Bolonia, Italia, como vicario, además de trabajar en la universidad y lograr numerosas vocaciones. Llegó al monasterio de París, donde realizó fructuosa labor vocacional, hasta que lo sorprendió la muerte. Sepultado en la iglesia benedictina de Notre Dame des Champs; durante la Revolución Francesa, su tumba fue profanada y desapareció su cadáver. El sucesor de Domingo de Guzmán, beato Jordán de Sajonia, expresó de Reginaldo: "Su elocuencia era encendida, y su palabra, como antorcha ardiente, inflamaba el ánimo de quienes lo escuchaban". El pontífice Pío IX confirmó el culto inmemorial en 1875. Iconografía: en el momento de la aparición de la Virgen María quien le hace entrega del escapulario blanco que complementa el hábito dominico.
Santos: Claudio de la Colombiére, presbítero; Faustino y Jovita de Brescia, mártires. Beato Ángel Scarpetti, presbítero
SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIÉRE, del latín, "lisiado" (1641-1682). Nació en San Sinforiano de Ozón, Francia, cuando tenía dos años sus padres se trasladaron a Vienne. Cursó sus estudios primarios en el colegio jesuíta de Lyon. Antes de cumplir dieciocho años ingresó en la Compañía de Jesús de Aviñón. Él mismo sentía la vocación al sacerdocio, sin embargo expresaba: "...Cuando me hice religioso, sentía una aversión horrible por la vida que iba a abrazar". En el noviciado destacó por su inteligencia; hizo sus primeros votos en 1660. Una vez graduado ejerció la docencia; en París estudió teología y recibió la ordenación sacerdotal en 1670. Por su amplia cultura fue designado para ser preceptor de los hijos del ministro de hacienda del rey y confesor en la corte, pero por intrigas dejó de ejercer estas actividades. Fue asignado director del colegio en Paray-le-Monial; en este lugar Dios le reservó una importante misión: ser capellán del monasterio de la Visitación de Santa María, donde fue guía espiritual de la religiosa santa Margarita María de Alacoque, y, enterado de los mensajes que ella recibió del Sagrado Corazón de Jesús, dio fe de dichas revelaciones. Tiempo después fue confesor en la corte de Inglaterra y vivió en el palacio "...Como si estuviera en un desierto", según sus propias palabras; con su predicación, en estas tierras elevó la espiritualidad del pueblo y de los gobernantes. Fue calumniado de conspirar contra el rey y se le encarceló; durante el juicio no se le comprobó culpa alguna, entonces se le acusó de "proselitismo religioso" regresándolo a prisión; ahí, por las condiciones insalubres y carencia de alimentos, enfermó de tuberculosis, Para evitar conflictos políticos si moría en tierras inglesas, lo exiliaron a su país y, extenuado, llegó a París, enviándosele a un mejor clima en Paray-le-Monial, lugar donde murió. Juan Pablo II lo canonizó en 1992. Iconografía: con sotana, orando postrado ante la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
Santos: Onésimo de Efeso, obispo; Pedro de Castelnau, mártir. Beata Felipa Mareri, abadesa.
BEATA FELIPA
MARERI, del griego, "amiga o aficionada
a los caballos" (1195-1256). Abadesa. Perteneció a la nobleza; nació
en San Pietro, Rieti, Italia. Fue una joven con vasta cultura e inteligencia.
Conoció a san Francisco de Asís cuando se hospedó en su
casa; admiró la espiritualidad del santo y eligió la vocación
religiosa.
Su padre se opuso aduciendo que la había comprometido en matrimonio.
Felipa, decidida a consagrarse a Dios, dejó pretendientes, riqueza y
comodidades, y se ocultó —al parecer con su hermana y otras amigas
con ideas afines— en una gruta de las montañas de Mareri, hoy conocida
como gruta de Santa Felipa. En ese agreste sitio acondicionaron un claustro,
dedicándose a la oración y alabanza. Ahí permaneció
hasta que sus hermanos, convencidos de su vocación, le donaron un castillo
con iglesia. Transformó el castillo en monasterio, dirigió a sus
compañeras y fue nombrada abadesa. El mismo Francisco de Asís
encomendó a su discípulo Rogelio de Todi la dirección espiritual
del convento, con la Regla de las clarisas. Las religiosas se dedicaban a la
oración, alabanza, estudio de la Sagrada Escritura y contemplación;
preparaban medicinas para repartirlas gratuitamente a los enfermos pobres, y
atendían menesterosos. Fue una madre amorosa y comprensiva con sus hermanas
espirituales, y las animaba a la perfección cristiana; vivió en
pobreza evangélica y con plena confianza en la Providencia. Pasaba horas
postrada ante un crucifijo, implorando la misericordia divina para los pecadores
que ofendían a Dios. Profetizó su muerte. Inocencio III le dio
el título de santa. Pío VII confirmó su culto. Se venera
en su capilla de la reconstruida iglesia de San Pietro, donde en relicario de
plata se conserva su corazón incorrupto.
Santos: Los siete santos fundadores de los Siervos de María, y san Flaviano de Constantinopla, patriarca. Beato Lucas Belludi, presbítero.
LOS SIETE SANTOS FUNDADORES DE LOS SIERVOS DE MARÍA. Los nombres de estos siete italianos que, siendo laicos, se unieron para fundar la Congregación de los Siervos de María son Bonfilio, Bonayunta, Maneto, Amadeo, Hugo y Sosteño (quienes fueron ordenados de sacerdotes) y Alejo, religioso. Los datos de esta fundación se narran en escritos de la misma, donde se da a conocer que los fundadores eran laicos, comerciantes originarios de Florencia, Italia, y devotos de la santísima Virgen María. Para consagrar su vida a Dios dejaron familia, renunciaron a su fortuna e iniciaron vida en comunidad, dedicados a la oración en la población de Cafaggio, además de atender a pobres y enfermos. El obispo florentino los apoyó en la construcción de una casa y una capilla en el monte Senario; vivieron en austeridad, meditación y soledad, siguiendo la Regla de san Agustín. El pueblo los llamó "los frailes de santa María"; vistieron hábito negro por humildad y como señal de luto por la pasión de nuestro Señor Jesucristo. Benedicto XI les concedió la aprobación pontificia. A la muerte de cada uno, sus cuerpos fueron colocados en un mismo mausoleo en la basílica del monte Senario, donde hoy reciben culto. León XIII los canonizó en 1888. Iconografía: con hábito en actitud orante ante Nuestra Señora de los Dolores, quien les otorga el escapulario negro de su congregación. Actualmente, en nuestro país los servitas atienden a niños y enfermos; además, imparten cursos de mariología con los que dan a conocer a los laicos los méritos y bondades de nuestra buena madre, en un centro mariano (avenida Hidalgo, núm. 53, Centro Histórico de la ciudad de México).
VII DOMINGO ORDINARIO
Santos: Eladio de Toledo, obispo, y Francisco Regís Clet, mártir. Beata Gertrudis Comensoli, fundadora.
SAN FRANCISCO REGÍS CLET, del italiano antiguo, "franco", "francés" (1748-1820). Mártir, francés, nació en Grenoble, de padre comerciante; su madre lo educó en la fe; fue el décimo de quince hermanos. Decidido a consagrarse a Dios, obtuvo autorización de sus padres e inició estudios eclesiásticos en el noviciado de la Congregación de la Misión (padres vicentinos) en Lyon, Francia, hasta recibir la ordenación sacerdotal. Se desempeñó como maestro de teología en el noviciado; por sus amplios conocimientos le decían "biblioteca ambulante". En París asistió a la asamblea general de la congregación donde recibió el nombramiento de director del seminario. Deseoso de proclamar el Evangelio embarcó hacia China, donde se estableció. Vivió en un noviciado, en el que aprendió algo del idioma y las costumbres chinas. Se dirigió a la misión de Kiang Si y Kouang y, pese a las persecuciones paganas en contra de los cristianos y más aún de los sacerdotes, difundió la Palabra de Dios. Durante treinta años ejerció su ministerio; labor que realizó en forma oculta e inclusive disfrazado para evitar su captura. Recorrió poblaciones y zonas montañosas para visitar a grupos de cristianos; proporcionaba ayuda física y espiritual a enfermos al celebrar la santa misa; permanecía horas en confesionarios improvisados atendiendo a los fieles. Pese al cansancio y a su avanzada edad, siempre mostró carácter amable y comprensivo; quienes lo rodearon reconocían en él su santidad. Cuando fue descubierto padeció encarcelamiento durante dos años, así como múltiples torturas. Murió estrangulado en la población china de Ou-Thang-Fu. Juan Pablo II lo canonizó el 1 de octubre de 2000.
Santos: Alvaro de Córdoba, confesor, y Conrado Confalonieri, eremita. Beato Bonifacio de Lausana, obispo.
SAN ALVARO DE CORDOBA, del germánico, “prudente” (1360-1430). Confesor. Perteneció a una acaudalada y noble familia de Córdoba, España; educado en la cristiandad. Las narraciones nos remiten a su juventud, cuando renunció a riquezas y títulos nobiliarios para consagrarse a Dios en la orden de predicadores (dominicos); aunque datos no aclaran ni recibió la ordenación sacerdotal. En compañía de san Vicente Ferrer, se dedicaron a la predicación en España, Portugal e Italia. Destacó por su elocuencia realizando numerosas conversiones, contrarrestando así la disipación y falta de caridad cristiana por el cisma causado por tres antipapas en esa época. Tiempo despues, para profundizar en la espiritualidad y estudio, se retiró a la soledad en la clausura del convento Scala Coeli. En este lugar se dedicó a la oración y a fustigarse con cruentas penitencias. Se dice que algunos frailes que buscaban de él su consejo, atestiguaron sus éxtasis y levitaciones, absorto en la contemplación. Una piadosa leyenda señala que en una visita al Convento de San Pablo, Llegó cargando a un enfermo menesteroso y cuando le ayudaron a transportarlo a un camastro, dicho enfermo se transformó en la figura de un cristo crucificado. Esta vida ejemplar se extinguió a los setenta años de edad. Su culto es inmemorial y lo iniciaron el pueblo y los frailes videntes de su santidad. Iconografía: con hábito dominico evangelizando.
Santos: Eleuterio, papa y mártir, y León de Catania, obispo. Beato Francisco y Jacinta, niños pastores.
SAN ELEUTERIO, del griego, "liberado" (189). Papa y mártir. Nació en Nicópolis, actual Bulgaria. Se conoce a partir de su elección pontificia en el año 175, en el orden decimotercero de la cronología. Hizo frente al cisma de Montano (160-212), quien, con sus herejías, pretendía que la Iglesia no tuviese la potestad de perdonar los pecados. Envió misiones y logró la conversión de los bretones. Es el primer pontífice de quien —en los albores de la Iglesia primitiva—, se conoce con certeza la fecha de su deceso. La tradición indica que murió mártir en Roma, víctima de las persecuciones de la época, en el año 189.
Miércoles de Ceniza.
Santos: San Pedro Damián, doctor de la Iglesia. Beato Noel Pinot, mártir.
BEATO NOEL
PINOT. Del francés natal, "natalicio"
(Navidad) (1747-1794). Mártir. Originario de la población francesa
de Angers; nació en vísperas de Navidad, de ahí su nombre.
Fue el menor de dieciséis hermanos, de padres piadosos y sencillos. Sin
destacar pormenores de su infancia, se sabe que durante su juventud ingresó
en el seminario del Oratorio hasta terminar sus estudios eclesiásticos
y recibir la ordenación sacerdotal. Ejerció su ministerio como
capellán en Bousse y Corze. Regresó a su tierra natal donde continuó
sus estudios hasta obtener el doctorado en teología, al mismo tiempo
que se hacía cargo de la capellanía del hospital de incurables.
Poco después fue párroco en Saint Aubin, donde destacó
por su misión pastoral, que fue suspendida por el estallido de la Revolución
Francesa. Al pretender que el padre Pinot jurara a favor de la constitución
anticlerical y por negarse a ello, fue encarcelado y se le prohibió ejercer
su ministerio.
Pese a las persecuciones trabajó en forma oculta para evitar su captura,
primero en el mencionado hospital; más adelante, durante dos años
y obligado por las circunstancias, iba de un lugar a otro, administraba los
sacramentos y celebraba la asamblea eucarística. La víspera de
su ejecución se le encontró en una hacienda donde se revestía
para la santa misa, aún tuvo tiempo de esconderse pero fue descubierto
e identificado por llevar las vestiduras sagradas. Se le encarceló, acusado
de insurrección y antes de ser ejecutado le preguntaron si quería
morir con el alba, el sacerdote aceptó y fue decapitado en aras de la
fe. Antes de darle cristiana sepultura, los feligreses le colocaron sobre el
alba su casulla. Fue beatificado en 1926 por Pío XI, quien expresó:
"Noel Pinot quiso, por su muerte como mártir, demostrar a los sacerdotes
que parte de la celebración de la santa misa, como lo prescribe la Iglesia,
es el uso de las vestiduras sagradas".
La Cátedra de san Pedro apóstol.
Santos: Santa Rafaela Ybarra, fundadora, e Isabel de Francia, virgen. Beato Diego Carvalho, mártir.
SANTA RAFAELA YBARRA. Etimológicamente significa "medicina de Dios". (1843-1900). Fundadora. Proviene de la lengua hebrea. Esta chica bilbaína nació en 1843. La gran dicha que llenó su vida de mujer casada fue el amor a sus hijos y a todos aquellos que necesitaban de caridad, tanto material como espiritual. No hay estado al que se le prohíba la santidad. Rafaela es un ejemplo claro: sus obligaciones familiares no fueron obstáculo para que llegara a la cima de la santidad. De sus preferencias caritativas destacan, sin duda alguna, las que brindaba a las niñas y a las jóvenes. Eran tiempos difíciles en la ciudad industrial de Bilbao. Llegaban a éste jóvenes de todas partes en busca de trabajo; estaban expuestas a todo tipo de peligros. Se entregó plenamente a fundar casas para acogerlas; además, fundó talleres para su formación profesional. Todo Bilbao se sentía a gusto colaborando con esta mujer santa. Su carisma quedó plasmado en las residencias-talleres. Este carisma se sintetiza en estas palabras: "Dulzura en los medios y firmeza en los fines; lo que no alcance el amor, no lo conseguirá el temor. Sin el consumo, su obra sigue viva en la Iglesia, en sus comunidades y obras por España y muchas otras naciones de América Latina. Murió santamente en Bilbao en 1900. Juan Pablo II la llevó a los altares en septiembre del 1984.
Viernes después de ceniza
Santos: Santos Policarpo de Esmirna, mártir, y Juan el Sembrador de Stilo, abad. Beata Josefina Vanini, fundadora.
SAN JUAN EL SEMBRADOR DE STILO, del hebreo, "Dios ha hecho gracia" (995-1050). Abad. En la sierra de Calabria, Italia, vivía la noble familia de Juan y durante la invasión musulmana el padre fue asesinado y la viuda, encinta, llevada como esclava a Palermo, Sicilia, Italia, lugar donde nació el niño, educado por su madre en la fe cristiana. Cuando tenía catorce años su progenitura lo vistió a la usanza árabe para no tener dificultades al cruzar la frontera y lo envió a la población italiana de Stilo, donde recibió el bautismo con el nombre de Juan. El niño quiso imitar a san Juan el Bautista dedicándose a la vida ascética en la soledad, enriqueciendo así su espiritualidad. Asimismo, se unieron con él Ambrosio y Nicolás, piadosos varones, los tres hicieron vida monástica imitando a los monjes basilianos (nombrados así por san Basilio el Grande, pionero del monacato). Vivieron en una ermita del Monte de la Consolación y se adaptaron a la vida comunitaria. Juan se distinguió por sus virtudes y fue nombrado abad, a quien Dios le otorgó el don de realizar milagros. El abad visitaba un poblado de campesinos a quienes ayudaba en el aspecto espiritual y en sus faenas, siendo admirado por su santidad. Al parecer sobrevino un temporal que amenazaba las cosechas y la pérdida de ganancias de sus dueños, pero acudieron al monje quien permaneció día y noche en oración hasta que un ángel apareció avisándoles que la cosecha se había logrado. Este hecho fue atestiguado por numerosos lugareños y el abad pasó a la posteridad como "el sembrador". Su muerte, sentida por monjes y laicos, ocurrió en su abadía que desde entonces lleva su nombre. Desde tiempo inmemorial, el culto a este monje quedó registrado en el calendario de santos y celebraciones de los sinxarios (participantes de las reuniones religiosas griegas), así como su memoria anual en esta fecha desde tiempo inmemorial. Patrono de Stilo en cuyo monasterio conservan la reliquia del santo. Iconografía: vestido como monje griego, con la cabeza cubierta, báculo abacial y un ramillete de espigas, que alude a las cosechas recobradas.
Sábado después de ceniza
Santos: Lucio y Montano de Cartago, mártires; Etelberto o Edilberto de Kent, rey; Victorino de Alejandría y compañeros, mártires.
SAN ETELBERTO O EDILBERTO DE KENT, variante anglosajona de Adalberto, del germánico, "el que brilla por la nobleza de su estirpe" (552-616). Rey. Los datos de su biografía fueron escritos por el historiador y hagiógrafo san Beda el Venerable, sin aportar detalles de su infancia. Fue rey de Kent, Inglaterra, sin profesar religión alguna; casado con Berta, princesa católica hija del monarca Merovingio; a través de ella conoció el cristianismo. Su reinado transcurrió en una época de paz obteniendo poder y riquezas ya que comandó la Confederación Anglosajona, que comprendía Kent, Essex y Northumberland, entre otras ciudades. Quizá por el ejemplo de su piadosa cónyuge, autorizó que el obispo san Agustín de Canterbury efectuara una vasta misión evangelizadora en todo su territorio, de acuerdo con el proyecto encomendado por el pontífice Gregorio I Magno. La predicación del prelado convirtió a Etelberto, quien instruido en las verdades de la fe, recibió el sacramento del bautismo en unión con sus súbditos. Desde esa época y hasta su muerte se distinguió por ejercer 56 años de reinado con justicia. Logró beneficios para su pueblo, mandó construir abadías en Rochester y en Londres, propició la construcción de templos con lo cual se acrecentó la fe y se erradicó el paganismo; además donó su palacio de Canterbury para edificar la catedral de dicha ciudad. Está considerado el primer rey cristiano entre los ingleses. Falleció en su palacio y fue sepultado en la abadía de Canterbury; su fama de santo hizo que diera inicio su veneración.
I DOMINGO DE CUARESMA
Santos: Beato Sebastián de Aparicio, religioso; Luis Versiglia y Calixto Caravario, mártires.
BEATO SEBASTIÁN
DE APARICIO, del griego, "venerable"
(1502-1600). Religioso. Este ejemplar varón nació en Gudiña,
Galicia, España. Sus padres fueron prósperos ganaderos, campesinos
y comerciantes transportistas en carreta. Al terminar sus estudios básicos,
con la aprobación y bendición de sus progenitores, viajó
a otras poblaciones para, con su trabajo, reunir la dote necesaria de sus dos
hermanas. Años más tarde decidió probar fortuna en el Nuevo
Mundo; se embarcó hacia Veracruz, México y residió en la
ciudad de Puebla, dedicándose con ahínco al comercio y agricultura.
Pese a ser un hombre con holgada posición económica, se percató
de la difícil vida de los campesinos y les construyó un arado,
considerado el primero en esa región, con el que agilizaron la siembra.
Los enseñó a domar toros y caballos —por eso también
es conocido como el Santo charro— y con la construcción de las
primeras carretas les auxilió en sus faenas. Entre los pobladores era
estimado por su generosidad y amor hacia los naturales y los más necesitados;
para ellos construyó un albergue y fundó una escuela de artesanías.
Como en ese tiempo las jóvenes corrían el riesgo de dedicarse
a la prostitución, Sebastián aceptó proteger a una muchacha
casándose con ella y al enviudar, donó parte de su fortuna a los
indígenas y otro tanto a las monjas clarisas a quienes ayudaba como portero
y mandadero. Ya de avanzada edad y habiendo donado sus bienes, sintió
el llamado a consagrarse a Dios e ingresó como hermano lego en la Tercera
Orden franciscana.
Se le envió al convento poblano de Tecali donde fue ejemplo de humildad
y obediencia realizando labores de limpieza, jardinería, cocinero y sacristán,
entre otras; fue un hombre de oración y modelo de caridad. En el convento
de Puebla, los frailes le atestiguaron éxtasis y Dios le dotó
con el don de numerosos y notables milagros, hasta su muerte acaecida en dicha
ciudad. En la actualidad su cuerpo incorrupto, desde 1602, es venerado en una
urna de cristal en su capilla del templo de San Francisco (calle 14 Oriente,
núm. 1009, Puebla, México) recibiendo numerosas peregrinaciones.
Es eficaz protector de conductores de vehículos y caminantes. Pío
VT lo beatificó en 1789 y su canonización continúa vigente.
Iconografía: con hábito, orando, a su lado una carreta y a lo
lejos vehículos, autos, camiones y aviones contemporáneos.
Santos: Leandro de Sevilla y Porfirio de Gaza, obispos, y Paula Montal, fundadora.
SANTA PAULA MONTAL, del latín, "pequeña" (1799-1889). Fundadora. Oriunda de Arenys del Mar, Barcelona, España; primogénita de cinco hermanos. Los escasos recursos de la familia se agravaron con la muerte de su progenitor cuando la niña tenía diez años y sólo había cursado la escuela elemental. Para ayudar en la economía del hogar trabajó en labores de costura; sin olvidar su formación en las virtudes cristianas atendía el catecismo en la parroquia: Perteneció a la Cofradía del Rosario y a la Congregación Mariana. Al darse cuenta de las necesidades de la niñez en su tierra natal, decidió dedicarse a la formación pedagógica y espiritual de niñas y jóvenes, sobre todo a la formación de la mujer para la mejor integración familiar y social. Su misión educativa dio inicio al establecer una escuela en Figueras, con dos amigas de ideas afines; así, mediante la docencia definió su vocación religiosa. Fundó dos planteles en Sabadel con otras damas altruistas; usaron un hábito y se denominaron "Hijas de María". Anticipándose a nuestra época, además de la formación femenina, hizo a los padres de familia copartícipes en la educación. La obra creció y se estructuró canónicamente, basada en las Constituciones de las Escuelas Pías fundadas por san José de Calasanz. Pronunció sus votos religiosos con sus compañeras, organizó el noviciado y fue maestra de éste. Redactó las Constituciones para la que sería conocida como Congregación de las Hijas de María Escolapias, religiosas de las Escuelas Pías, con la base espiritual de; "...Ser almas de oración, vivir la práctica de la obediencia y la humildad, estudio y vivencia de las Constituciones". Después de penosa enfermedad falleció en Olesa de Monserrat. Juan Pablo II la canonizó en el 2001. Su obra educativa abarca México, Europa, América, Asia y África.
Santos: Gabriel de la Dolorosa, religioso, y Gregorio de Narek, monje. Beata Francisca Ana de los Dolores, laica.
SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA, del hebreo, "mi protector es Dios" (1838-1862). Religioso. Nació en Asís, Italia. Cursó estudios con los Hermanos de la Salle y con los jesuitas de Espoleto. Era estudioso, participaba en funciones de teatro, gustaba del baile y, en general, era muy alegre, pero también dado a las diversiones mundanas. Por su inteligencia y simpatía la familia le auguraba un gran futuro; sin embargo, sintió la vocación al sacerdocio, y lo confesó a sus progenitores. Su padre se opuso e hizo todo lo posible para que olvidara esa idea; le presentó bellas jóvenes y le propició salidas a fiestas. Pese a todo, después de un año el joven persistió en su empeño, y aclaró que al asistir a una procesión, la imagen de Nuestra Señora de los Dolores lo inspiró para ingresar al noviciado de la congregación pasionista. Inició estudios eclesiásticos en el convento de Morrovalle con el nombre de Gabriel de la Dolorosa; su disposición espiritual es grande, vive la Pasión de Jesús reflejada en el corazón de María al expresar: "No cambio un cuarto de hora a los pies de la Virgen María por un ano de diversiones. Cuando continuó sus estudios en Pievitorina enfermó, y trataron de enviarlo con su familia, pero él exclamó: "Me quedaré aquí y vamos a abandonarnos en brazos de nuestro Padre Dios. Él cuida de sus hijos". Al terminar de cursar filosofía con sus compañeros viajó a Isola del Gran Sasso; fue una travesía difícil a pie y a caballo, hasta los Apeninos (Abruzos) a elevada altura. Ahí continuó el estudio de la teología y recibió las órdenes previas al sacerdocio. Su salud se quebrantó y enfermó de tuberculosis —mal mortal en esa época— y permaneció en cama, hasta su deceso con fama de santidad. Benedicto XV lo canonizó en 1920; proclamado patrono de la juventud en 192Iconografía: con hábito, en actitud orante ante la imagen de la Virgen de los Dolores.
Santos: Román y Lupicino de Condal, ermitaños, e Hilario I, papa. Beata Antonia o Antonieta de Florencia, abadesa.
BEATA ANTONIA O ANTONIETA DE FLORENCIA, del latín Antonius, nombre de una gens romana, o diminutivo de Antonia (1472). Abadesa. Sus biógrafos indican que era originaria de Florencia, Italia, y que profesaba la fe cristiana. Sin conocer datos anteriores, se sabe que a los quince años de edad contrajo nupcias, que tuvo un hijo —que no todas las biografías mencionan— y enviudó; al parecer su vástago le causó serios problemas que la hicieron sufrir. La familia pretendió, sin lograrlo, que se volviera a casar. Ingresó en el convento franciscano de terciarias regulares en su tierra natal. Debido a sus méritos se le nombró abadesa en el convento de Foligno y después en L'Aquila (Abruzos). Ahí, su director espiritual, el sacerdote franciscano san Juan de Capistrano, a petición de Antonia, consiguió que fuese trasladada al monasterio de Corpus Domine, siguiendo la primera Regla de santa Clara de Asís con todo su rigor. Se caracterizó por su humildad, paciencia y pobreza extrema, como digna discípula del seráfico. Se le atestiguaron éxtasis y levitaciones; se dice que en cierta ocasión una esfera de fuego flotaba sobre su cabeza e iluminaba la habitación. Durante quince años soportó dolorosa enfermedad y pruebas espirituales. Falleció en el mencionado convento de Corpus. Pío IX confirmó su culto en 1847.