Abril 2002

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San Melitón de Sardes, del griego: dulce como la miel (s II). Obispo. Vivió en Turquía, Asia Menor. Se consagró obispo de Sardes (Lidia). Escritor de obras bíblicas, litúrgicas, teológicas y una apología favoreciendo a los cristianos. Se considera uno de los padres apologistas. Murió en su sede episcopal.

San Francisco de Paula, del italiano antiguo: franco, francés (1416-1507). Fundador. Nació en Paola, Italia. Hizo vida religiosa con los franciscanos y después meditó en el bosque. Fundó la orden de los Mínimos y fundó varios conventos cuyo lema era "caridad". Se considera taumaturgo por la multitud de milagros que se le atestiguaron. Se dice que utilizó su manto como barca para cruzar el estrecho de Messina. Murió en Francia Canonizado por León X en 1519. Se le representa como ermitaño, una cruz Tao (en forma de T) y la palabra "charitas." Patrono de Calabria y de los ermitaños.

San Ricardo de Chichester, del germánico: jefe audaz (s XIII). Obispo. Estudió en Oxford, donde ocupó el cargo de canciller y posteriormente obispo de Chichester. Soportó la oposición de Enrique III en contra de su apostolado, con prudencia y realizando con celo su trabajo pastoral. Murió en su diócesis. Canonizado en 1262 por Urbano IV. Su iconografía es común a la de los obispos, con un cáliz por atributo.

San Isidoro de Sevilla, del griego: don de la diosa Isis (s VI). Doctor de la Iglesia. Nació en Sevilla, educado por su hermano Leandro, obispo del mismo lugar. Destacó en el aspecto cultural fundando una biblioteca con material religioso, compilador de una regla monástica. Sustituyó en el cargo a su hermano. Convocó al IV concilio de Toledo. Escritor del Libro de los Valores y 20 volúmenes de Etimologías, reconocido por la literatura universal. Murió en su ciudad natal, de donde es patrono. Proclamado doctor de la Iglesia por Benedicto XIV. Su iconografía es común de los obispos con pluma y libro.

San Vicente Ferrer, del latín: vencedor (1350-1419). Presbítero misionero. De origen valenciano, su familia perteneció a la nobleza. Estudió en Valencia, Barcelona y Tolosa con los dominicos, donde recibió la ordenación sacerdotal. Logró numerosas conversiones con su elocuente oratoria en Italia, Países Bajos, Francia y España. Le seguían grupos de penitentes que se flagelaban públicamente. Escribió obras homilíticas. Falleció en Vannes, Francia. Calixto III lo canonizó en 1455. Se representa con hábito y los Evangelios.

San Celestino, del latín: celestial (s V). Papa. Ocupó el sitio 43 en la cronología papal, su pontificado duró de septiembre de 422 a julio de 432. Fue el principal luchador de la naturaleza de Cristo como cabeza del Reino.

San Juan Bautista de la Salle, del hebreo: Dios ha hecho gracia (1651-1719). Fundador. Destacado maestro, nació en Reims, Francia. Su obra magisterial ha sido reconocida por la historia y la pedagogía universal. Era de familia noble, estudió en la Sorbona de París, dejó una vida de opulencia por seguir a Cristo y dedicó su fortuna a ayudar al prójimo. Recibió la ordenación sacerdotal en 1678. Con varios varones voluntarios, a quienes instruía, se dedicaba a la educación de la niñez desprotegida. Fundó la congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Lasallistas) haciendo votos de pobreza, castidad y obediencia. Sin ser sacerdotes, eran religiosos dedicados a la esmerada educación infantil. Su obra literaria incluye Meditaciones, Método de Oración, etc. Murió en la población francesa de Rouen. Se representa educando infantes. Declarado patrono de maestros por Pío XII en 1950.

La Anunciación del Señor. Esta festividad ya se celebraba en Oriente como fiesta de la concepción de Cristo desde el siglo V. Sergio I, la promovió en Occidente en el siglo VII. Es una solemnidad cristológica y mariana; señala la aceptación de María para encarnar en su seno virginal a Cristo, anunciada por el arcángel Gabriel (Lc 1,36-38). En Nazaret se encuentra la basílica de la Anunciación, en el lugar en donde la tradición ubica este hecho, venerándosele desde los primeros siglos de la era cristiana. La iconografía es múltiple y favorita de artistas de todos los tiempos, representando a María Santísima en actitud orante recibiendo la buena nueva de que será la Madre del Redentor.

San Hugo de Rouen, del germánico: inteligencia, razón (s VIII). Obispo. De origen francés, perteneció a la nobleza. Desde joven se dedicó a la oración e ingresó a un monasterio. Se le nombró obispo de Rouen en 722 y después abad en Fontenelle. Murió en la abadía de Jumiéges, Francia.

San Macario de Gante, del griego: feliz, bienaventurado (s X). Misionero. Sus datos son escasos, la tradición indica que evangelizó en los Países Bajos donde murió, dejando una herencia de santidad; actualmente se invoca contra las epidemias.

Beato Franco de Siena, del germánico: hombre de la lanza (?-1291). Religioso. Nació en Grott, Italia, a principios del siglo XIII. Sus padres eran nobles, de joven fue militar y llevo una vida disipada. Durante un combate quedó ciego; tomando este hecho como aviso divino para implorar perdón y solicitar recobrar la vista, peregrinó hasta Santiago de Compostela, España, donde la recobró, continuando su vida de peregrino. Vivió como ermitaño cinco años. Tuvo el don de milagros y de profecía. Ingresó en la orden Carmelita. Orador y taumaturgo afamado en vida. Se infligió penitencias. Se dice que tuvo múltiples apariciones de Cristo y de la virgen. Murió en Siena. Medio siglo después, fue exhumado y parte de sus reliquias llevadas a Cremona, Italia. Su culto fue autorizado por Clemente X en 1670. Su iconografía es con hábito, una pequeña bola en la boca y una cadena, con las que se imponía penitencia.

San Giuseppe Moscatti, del italiano al español: José: del hebreo Dios acrecentará ( 1880-1927). Medico. Originario de Benevento, Italia, su padre ocupaba un cargo en el tribunal de justicia, su madre le inculcó la devoción a la Eucaristía. Estudió la carrera de medicina, sin cegarse por el ateísmo de su época. Titulado en 1903, ejerció su carrera en el Hospital de incurables en Nápoles; trabajaba y estudiaba día y noche, no obstante atendía con afecto y eficiencia a numerosos pacientes. Destacó como eminencia en su campo. Investigador constante, se interesaba más en sus enfermos que en el aspecto económico que su profesión le podía reportar. Su constante participación en la Eucaristía le fortalecía cuerpo y alma, ya que parecía que nunca se fatigaba; atendía a sus pacientes con carácter afable. Buscado por los pobres a quienes dió especial atención. Aun el día de su muerte trabajo con ahínco, solo dijo estar cansado y se dispuso a dormir; así, silenciosamente, murió. Juan Pablo lo canonizó el 16 de octubre de 1987.

San Martín I, del latín, consagrado a Marte (?-656). Papa y mártir. Originario de la población italiana de Todi. Electo pontífice en 649. Convocó un concilio en Letrán, donde rechazó a los monotelitas, quienes sólo consideraban de Cristo su naturaleza humana, negando la plenitud de su naturaleza divina, falsa teoría que encabezó Constantino II. Levantó actas del mencionado concilio y envió cartas a los obispos, eliminando la errónea proposición. Por lo anterior, fue secuestrado y condenado a muerte. Se le desterró a Crimea, sufriendo vejaciones hasta su muerte. Es el último Papa mártir.

Santa Liduvina de Shiedam, del germánico: amiga de la nobleza (1380-1433). Laica. Nació en Shiedam, Holanda, su familia era humilde y católica. A los 15 años, patinando en hielo, sufrió una caída y al parecer solo debería guardar cama unos días; sin embargo, jamás dejaría el lecho. Padeció tumores, neuralgias, abscesos y fiebres, sin que la ciencia pudiese sanarla. La joven sufrió con paciencia el resto de su vida. Se le atestiguaron éxtasis, se dice que tuvo visiones de Jesús y María, por lo cual decía ser feliz, meditando en la pasión del Señor y ofreciéndole sus sufrimientos. Numerosos testigos dijeron que Liduvina no tomaba alimentos, pues se alimentaba únicamente con la sagrada comunión. Murió en su tierra natal un domingo de pascua de Resurrección. Su fama de santidad y milagros se hicieron patentes, construyéndosele un templo. Intercesora de los enfermos crónicos.

Santos: Anastasia, Basilisa, Creciente, Olimpias y Máximo. Beato Damián de Veuster.

Beato Damián e Veuster, del griego: domador (1840-1889). Misionero. Originario de Bélgica, desde niño deseaba ser misionero, trabajó en el campo ayudando a sus padres y en trabajos de albañilería, por lo cual desarrolló gran fuerza física. A los 20 años ingresó en la comunidad de los Sagrados Corazones. Enviado a Hawai a evangelizar, recibió la ordenación sacerdotal en Honolulu; posteriormente, en una pequeña isla ejerció su ministerio, donde desterró el paganismo y construyó una capilla. Obtuvo permiso para atender leprosos en Molokai realizando una brillante labor apostólica: eliminó el alcoholismo y la superstición, creó fuentes de trabajo, organizó una banda de música. Pidió ayuda a Alemania, recibiendo donativos para sufragar las necesidades del lugar; solícito enfermero curaba y ayudaba a bien morir a los leprosos, hasta cavar él mismo la sepultura. Su muerte acontece debido al contagio de la penosa enfermedad. Beatificado por Juan Pablo II en 1994. Se le nombra Apóstol de los leprosos y patrono de los que trabajan con estos enfermos.

Santa Bernardita Soubirous, del germánico: oso fuerte. (1844-1879). Religiosa. Originaria de Lourdes, Francia. Su familia era humilde, fue una niña enfermiza. A los 14 años, en Massabiele, se le apareció la Virgen Santísima (1858), revelándole ser la Inmaculada Concepción (cuatro años antes Pío X había decretado ese dogma). Al no dar crédito a estas revelaciones, fue sometida a constantes y molestos interrogatorios, religiosos y civiles. Ingresó en el monasterio de las Hermanas de la Enseñanza y la Caridad en Nevers. Su vida, dedicada a la oración, resultó afectada por penosas enfermedades, hasta su muerte acaecida en ese lugar. En 1909 su cuerpo se descubrió incorrupto. Canonizada por Pío XI en 1933. Es representada como pastora adolescente contemplando a María Inmaculada.

Santos: Aniceto I, Esteban, Harding, Roberto. Beatas María de la Encarnación y Catalina Tekakwitha.

San Aniceto, del griego: invencible (s II). Papa. Nació en Siria, ocupa el décimo lugar en la cronología pontificia, a partir de 155. Moderador de las disertaciones sobre la fecha de la celebración de la Pascua, entre griegos y orientales. Murió en Roma en 166.

San Perfecto, del latín: completo (s IX). Mártir. Nació en Córdoba, España. Se le conoce a partir de ser párroco en san Asciclo, los musulmanes le pidieron su opinión acerca de Mahoma y Cristo. El les contestó que Jesús es el Dios verdadero y Mahoma un falso profeta. Poco después se le encarceló; murió mártir en 850.

San Vicente de Colibre, del latín: vencedor (s IV). Mártir. Vivió en Colibre, Cataluña, España. Durante la persecución fue citado ante Daciano para que negara a Cristo, sin lograrlo. Por lo que fue torturado y condenado a morir degollado. En esa época, al cristiano, después de martirizarlo, le quemaban sus pertenencias y escritos, Por eso no se conoce la mayor parte de la vida de muchos de los mártires de ese tiempo.

San Marcelino de Embrun, del latín: patronímico de Marcelo, Marco, Marte (?-374). Obispo. Nació en la entonces provincia romana de Africa. Profesó la fe cristiana. En su juventud evangelizó Embrun y los Altos Alpes franceses, construyendo en ese lugar una iglesia. Por sus méritos se le consagró obispo, se distinguió por su humildad. Se dice que fue obligado a jalar un carruaje sustituyendo a una mula, lo cual hizo gustoso. Su labor pastoral se reconoce por las numerosas conversiones logradas, combatiendo el arrianismo que Constancio II quería imponer. Varias veces evangelizó ocultándose en las montañas; murió en su sede episcopal.

San Conrado de Parzham, del germánico: consejero audaz (18181894). Laico. Nació en Parzham, Baja Baviera y trabajó en su propia granja. A los 30 años solicitó ingresar con los religiosos Capuchinos y fue aceptado como hermano laico. Desempeñó el cargo de portero y atendía, a quienes llegaban, con cordialidad y esmerada atención, haciendo de cada llamada un acto de amor a Dios, por lo cual su santidad se hacía patente en cada momento. Murió en el convento de Altotting.

Santos Cayo y Sotero, del latín: Gaius y del griego salvador respectivamente (ss II y III). Pontífices y mártires. Cayo, originario de Dalmacia, ocupó su cargo a partir del 17 de diciembre de 283. Fue el Papa vigésimo octavo, después de san Pedro. Evangelizó numerosas poblaciones, ocultándose en cuevas. Murió mártir en esta fecha en 296. Sotero nació en Fondi, Italia. Ocupó el duodécimo sitio en la sede pontificia. Electo en 166. Durante su pontificado se introdujo en Roma la celebración anual de la Pascua. Murió en dicha ciudad el año 175.

San Adalberto de Magdeburgo, del germánico: el brillo de la nobleza (?-997). Obispo y mártir. Monje alemán benedictino del monasterio de San Maximino en Tréves. Fue consagrado obispo y enviado a Rusia en 961. Adalberto y sus compañeros monjes fueron hechos prisioneros. Escapó de prisión a Maniz, donde vivió cuatro años. Fue nombrado abad de Weissenburg, en Alsacia y obispo de Magdeburgo en Sajonia, diócesis creada para evangelizar la región de los esclavos. Adalberto estableció las diócesis de Naumburgo, Neissen, Merseburgo, Brandenburgo, de Havelberg y de Posen. El Papa lo designó su auxiliar en esa región. Se le nombró Apostol de los eslavos. Murió en Alemania.

San Benito Menni, del latín: bendito (18411914). Fundador. Angel Hércules Menni Figini nació en Milán, Italia, de familia católica de clase media. A los 17 años ingresa al noviciado con los hermanos de san Juan de Dios, donde fue ordenado sacerdote (1871), con el nombre de Benito. Pío IX le indica restaurar la orden en España en 1867. A base de donativos funda un hospital para niños minusválidos y otros en varios lugares de Europa. Preocupado por los enfermos mentales impulsa la construcción de un psiquiátrico en Madrid. Fue electo provincial en su orden en 1911. Fundó la Congregación religiosa femenina de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón, en 1881. Murió en Dinán, Francia. Canonizado por Juan Pablo en 1999. Se le representa con hábito y las Constituciones de su fundación.

San Marcos, del griego: martillo (s I). Evangelista y mártir. Nació en Chipre, vivió en Jerusalén. Era sobrino de san Bernabé, discípulo de san Pedro y san Pablo. En la segunda mitad del primer siglo escribió los relatos evangélicos, que llevan su nombre, los cuales son de estilo elegante y sencillo y fueron dirigidos a los romanos. Murió martirizado en Alejandría. La iconografía lo representa con túnica de época, libro, pluma y un león, porque su evangelio se inicia en el desierto donde ruge el león de Judá. Sus restos se encuentran en la catedral de Venecia, lugar de donde es patrono. Intercesor de notarios, trabajadores del vidrio y curtidores.

Santos Cleto y Marcelino, del griego: elegido y consagrado a Marte, respectivamente (ss I y III). Pontífices y mártires. Cleto, de origen griego, fue convertido por san Pedro. Se le conoce también como Anacleto. Es el tercer Papa entre 77 a 81, aproximadamente. Murió en Roma, víctima de las persecuciones. Marcelino ocupó la Sede Pontificia en 296. Permitió que los apóstatas arrepentidos fueran aceptados por la Iglesia. Al parecer, murió en Roma, martirizado.

Santa Zita, del toscano y umbro: muchacha (1218 - 1272). Virgen. Nació en Luca, Italia; de familia humilde. Su pobre condición le hizo trabajar como sirvienta, desde los 12 años, con la familia Fatinelli. Al vivir junto a la iglesia, diariamente asistía a la Asamblea Eucaristica. Sus patrones y otros sirvientes se burlaban de su actitud piadosa; sin embargo; se arrepintieron al conocer sus virtudes. Tuvo experiencias místicas y éxtasis. Murió con fama de santidad. Sus imágenes son con ropa sencilla, delantal, una escoba o una jarra. Patrona de las trabajadoras domésticas.

Santos: Pedro Luis María, Cronan, Luis María, Vital, Valeria, Teodora y Dídimo.

San Pedro Luis María Chanel, del arameo: piedra y del germánico, guerrero ilustre (1803-1841). Protomártir Marista. Originario de Cuet, Francia. Desde niño manifestó gran devoción a la Santísima Virgen María. Ingresó al seminario recibió la ordenación sacerdotal. Viajó con la Congregación de la Sociedad de María (Maristas) en 1836, a evangelizar Oceanía. En la isla Futuna se distinguió por su afecto hacia los nativos, haciendo que se convirtieran a la fe cristiana. Por su celo apostólico, las autoridades paganas lo torturaron a golpes hasta matarlo. Canonizado en 1954 por Pío XII, quien lo declaró patrono de las islas del Océano Pacífico. Se representa con hábito, palma del martirio, evangelizando o en actitud orante.

Santa Catalina de Siena, del griego: pura (1347-1380). Doctora de la Iglesia. Nació en Siena, Italia. Ingresó en la Orden Dominica a los 16 años; mostró notable inclinación a la oración y la penitencia, así como a realizar obras de caridad. En su cuerpo aparecieron los estigmas de la Pasión de Cristo. Se distinguió por sus vastos conocimientos, nombrándosele moderadora entre la Santa Sede y las cortes italianas. Al tener comprobados arrebatos místicos, fue calumniada de hechicera. Realizó 400 cartas, así como una amplia obra escrita. Murió en su lugar de origen. En 1461 es canonizada por Pío II. Proclamada Doctora de la Iglesia en 1970 por Pablo VI. La iconografía la representa con hábito, estigmatizada, en actitud de oración o con libro y pluma.

San Pío V, del latín, piadoso (1504-1572). Papa. Originario de la población italiana de Hosco Marengo. Cursó sus estudios con los Dominicos e ingresó a esta Orden; más tarde, ordenado sacerdote, trabajó como maestro de novicios y fue inquisidor general en Roma. Consagrado obispo y después Cardenal en Mondovi. En 1566 fue electo Pontífice y entre sus logros se cuenta la renovación del clero y haber desterrado el nepotismo en el Vaticano. Propició el estudio de las Ciencias Sagradas y el envío de misiones; fomentó la devoción del rezo del Santo Rosario y la edición de obras catequéticas. Murió en Roma. Clemente XI lo canonizó e122 de mayo de 1712.