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MISAL ENERO DEL 2008 / www.laverdadcatolica.org
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por la fecunda virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna, concédenos sentir la intercesión de aquella por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Números: 6, 22-27
En aquel tiempo, el Señor
habló a Moisés y le dijo; “Di a Aarón y a sus hijos:
‘De esta manera bendecirán a los israelitas: El Señor te
bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor.
Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz’.
Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La bendición del
Altísimo se derrama abundantemente para toda la humanidad. Seria absurdo
pensar que Dios condiciona sus bendiciones a los hombres que invocan su nombre.
Del salmo 66 R/. Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a
nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos
juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
Lectura del la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 4-7
Hermanos: Al llegar la plenitud
de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo
la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos
hijos suyos.
Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu
de su Hijo, que dama “¡Abba!” es decir, ¡Padre! Así
que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero
por voluntad de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Cuando el Verbo de Dios entró en el tiempo de la humanidad lo abrió a la dimensión de la eternidad. De tal manera se inició la recta creciente que nos conduce a la plenitud aliado del Padre.
ACLAMACIÓN
(Hb 1, 1-2) R/. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a
nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado
por medio de su Hijo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2, 16-21
En
aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron
a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después
de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño y cuantos
los oían, quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba
todas estas cosas y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo
cuanto habían visto y oído, según lo que se les había
anunciado.
Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el
nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel,
antes de que el niño fuera concebido. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Los pastores, como los cristianos de a pie, dieron crédito al mensaje de esperanza. Por eso corrieron al encuentro de Jesús. Quien busca a Jesús termina por hallarlo.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, tú que eres el origen de todos los bienes y quien los lleva a su pleno desarrollo, concede a quienes celebramos en la Virgen María, Madre de Dios, las primicias de nuestra redención, alcanzar la plenitud de sus frutos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA I
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir, y proclamar tu gloria en la solemnidad de Santa María,
siempre virgen:
Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu
Santo y sin perder la gloria de su virginidad, hizo brillar sobre el mundo la
luz eterna, Jesucristo Señor nuestro.
Por Él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros
celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos
asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
Si se usa el Canon romano, se dice “Reunidos en comunión” propio. Si se usa la plegaria eucarística II o III, se dice
“Acuérdate... “o “Atiende” propio.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Hb 13, 8)
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que estos sacramentos celestiales que hemos recibido con alegría, sean fuente de vida eterna para nosotros, que nos gloriamos de proclamar a la siempre Virgen María como Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ez 34, 11. 23. 24)
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has iluminado a tu Iglesia con el ejemplo y la doctrina de los santos Basilio y Gregorio, haz que seamos humildes para comprender tu verdad y danos tu amor para ajustar a ella toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del la primera carta del apóstol san Juan: 2, 22-28
Hijos míos: ¿Quién
es el mentiroso, sino aquel que niega que Jesús es Cristo? Ese es el
anticristo, porque niega al Padre y al Hijo. Nadie que niegue al Hijo posee
al Padre; pero quien reconoce al Hijo, posee también al Padre.
Que permanezca, pues, en ustedes lo que desde el principio han oído.
Si permanece en ustedes lo que han oído desde el principio, también
ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre. Esta es la promesa que
Él mismo nos hizo: la vida eterna.
Les he escrito esto, pensando en aquellos que tratan de inducirlos al error.
Recuerden que la unción que de Él han recibido, permanece en ustedes
y no necesitan enseñanzas de nadie; esta unción, que es verdad
y no mentira, los ilustra a través de todas las cosas; permanezcan, pues,
en Él, como la unción les enseña.
Así, pues, hijos míos, permanezcan en Él, para que, cuando
Él se manifieste, tengamos plena confianza y no nos veamos confundidos
por Él en el día de su venida. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
El Espíritu Santo
nos ha ungido desde el bautismo; es nuestro maestro interior. Si hacemos caso
de sus llamados, no necesitamos de más maestros que nos orienten.
Del salmo 97 R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
ACLAMACIÓN
(Hb 1, 1-2) R/. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el
pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos,
nos ha hablado por medio de su Hijo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 1, 19-28
Este es el testimonio que
dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén
a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: “¿Quién eres
tú?”.
Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó:
“Yo no soy el Mesías”. De nuevo le preguntaron: “¿Quién
eres, pues? ¿Eres Elías?”. El les respondió: “No
lo soy”. “¿Eres el profeta?”. Respondió: “No”.
Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta
a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?”. Juan les
contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen
el camino del Señor’, como anunció el profeta Isaías”.
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron:
“Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías,
ni Elías, ni el profeta?”. Juan les respondió:
“Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes
no conocen, alguien que viene detrás de mi, a quien yo no soy digno de
desatarle las correas de sus sandalias”.
Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan
bautizaba. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Juan no tiene pretensiones vanas, tampoco anda a la caza de títulos honoríficos. Para identificarse ante los demás, hace suyas las palabras de un profeta antiguo y se presenta como la voz que grita en el desierto.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos en la fiesta de los santos obispos Basilio y Gregorio, para que nos obtengan tu perdón y glorifiquen así tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 16)
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Reanimados por este sacramento, te pedimos, Señor, que, a ejemplo de los santos Basilio y Gregorio, nos esforcemos en dar testimonio de la fe que ellos tuvieron, y en llevar a la práctica sus enseñanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El Santísimo Nombre de Jesús
Santos: Genoveva de París, virgen, y Fulgencio de Ruspe, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Flp 2, 10-11)
Que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra, en los abismos; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
ORACIÓN COLECTA
Al venerar el santísimo nombre de Jesús, te rogamos, Señor, que, después de gustar su dulzura en esta vida, nos concedas gozar plenamente de la eterna alegría en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan; 2, 29-3, 6
Queridos hijos: Si ustedes
saben que Dios es santo, tienen que reconocer que todo el que practica la santidad
ha nacido de Dios.
Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos
hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco
lo ha reconocido a Él.
Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado
cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando Él se manifieste,
vamos a ser semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.
Y todo el que tiene puesta en Él esta esperanza, procura ser santo, como
Jesucristo es santo. Todo el que comete pecado quebranta la ley, puesto que
el pecado es quebrantamiento de la ley. Y si saben ustedes que, Dios se manifestó
para quitar los pecados, es porque en Él no hay pecado. Todo el que permanece
en Dios, no peca. Todo el que vive pecando, es como si no hubiera visto ni conocido
a Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Quien se hace cristiano
por la fe en Jesús se adhiere voluntaria y obedientemente al proyecto
del Padre. Por tal razón, no anda con medias tintas y rechaza vivir en
situación de pecado.
Del salmo 97 R/. Aclamemos con júbilo al Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos
al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 1, 14. 12) R/. Aleluya, aleluya.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
A todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de
Dios. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 1, 29-34
En aquel tiempo, vio Juan
el Bautista a Jesús, que venía hacia él, y exclamó:
“Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Este es
aquel de quien yo he dicho: ‘El que viene después de mí,
tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’.
Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que El sea
dado a conocer a Israel”.
Entonces Juan dio este testimonio: “Vi al Espíritu descender del
cielo en forma de paloma y posarse sobre Él. Yo no lo conocía,
pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre
quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que
ha de bautizar con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo vi y doy
testimonio de que éste es el Hijo de Dios”. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús es el Cordero de Dios que libera a Israel de sus pecados. Su vida será la realización plena de una existencia entregada. Su muerte revelará su condición gloriosa de Hijo de Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre todopoderoso, acepta complacido las ofrendas que te presentamos en nombre de Cristo, pues sabemos, por su promesa, que cuanto pidamos en su nombre, nos será concedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Hch 4, 12)
Ningún otro nombre ha sido dado a los hombres bajo el cielo, que pueda salvamos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, venerar dignamente en estos sacramentos a Jesús, a cuyo nombre quisiste que toda rodilla se doblegara, y que por Él obtuviera todo el género humano la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Rigoberto de Reims, obispo, e Isabel Ana Setton, fundadora. Beato Manuel González García, fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 28, 20)
Sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios eterno, principio de toda creatura, concédenos durante este año, que desde hoy te dedicamos, no carecer de lo necesario para la vida y dar testimonio de ti con nuestras buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 3, 7-10
Hijos míos: No dejen
que nadie los engañe. Quien practica la santidad es santo, como Cristo
es santo. Quien vive pecando, se deja dominar por el diablo, ya que el diablo
es pecador desde el principio.
Pues bien, para eso se encarnó el Hijo de Dios: para deshacer las obras
del diablo. Ninguno que sea hijo de Dios sigue cometiendo pecados, porque el
germen de vida que Dios le dio permanece en él. No puede pecar, porque
ha nacido de Dios.
En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo: todo aquel
que no practica la santidad, no es de Dios; tampoco es de Dios el que no ama
a su hermano. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Como dijera Jesús: “Por sus frutos los conocerán”.
Quien vive para Dios, no necesita afirmarlo con palabras; sus obras testimonian
la calidad de su opción fundamental.
Del salmo 97 R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
Alégrense el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él
habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten
de alegría. R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
R/.
ACLAMACIÓN
(Hb 1, 1-2) R/. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el
pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos,
nos ha hablado por medio de su Hijo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 1, 35-42
En aquel tiempo, estaba
Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús,
que pasaba, dijo: “Este es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos,
al oír estas palabras, siguieron a Jesús. El se volvió
hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué
buscan?”. Ellos le contestaron: “¿Dónde vives, Rabí?”
(Rabí significa ‘maestro’). El les dijo: “Vengan a
ver”.
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con Él ese
día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón
Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y
siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés,
fue a su hermano Simón, y le dijo:
“Hemos encontrado al Mesías” (que quiere decir ‘el
ungido’). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando
en él la mirada, le dijo: “Tú eres Simón, hijo de
Juan. Tú te llamarás Kefás” (que significa Pedro,
es decir, ‘roca’). Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
La dinámica del testimonio cristiano no se detiene. Juan encamina a Andrés hacia Jesús, Andrés comparte su testimonio con Pedro, quien, a la vez, viviría en adelante como testigo de Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean gratas, Señor, las ofrendas que te presentamos, para que todos los que celebramos con alegría el principio de este nuevo año, podamos vivirlo día a día en tu amistad. Por Jesucristo, nuestro. Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Hb 13. 8)
Cristo es siempre el mismo, ayer, hoy y por todos los siglos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Permanece, Señor, en medio del pueblo que ha participado en esta Eucaristía y se confía siempre a tu protección, a fin de que, a lo largo del año que se inicia, se vea libre de todo peligro. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Telésforo I, papa y mártir; Juan Nepomuceno Newman obispo, y Simeón el Sirio, estilita.
MISA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Tiempo de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA
Virgen Madre de Dios, el que no cabe en todo el universo, quiso encerrarse en tus entrañas, hecho hombre.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por la fecunda virginidad de Maria diste al género humano el don de la salvación eterna, concédenos sentir la intercesión de aquélla por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 3, 11-21
Hermanos: Este es el mensaje
que ustedes han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los
otros, no como Caín, que era del demonio, y por eso mató a su
hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus propias obras eran
malas, mientras que las de su hermano eran buenas.
No se sorprendan, hermanos, de que el mundo los odie. Nosotros estamos seguros
de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos. El
que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida y
bien saben ustedes que ningún homicida tiene la vida eterna.
Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así
también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos. Si alguno,
teniendo con qué vivir, ve a su hermano pasar necesidad y, sin embargo,
no lo ayuda, ¿cómo habitará el amor de Dios en él?
Hijos míos, no amemos solamente de palabra, amemos de verdad y con las
obras. En esto conoceremos que somos de la verdad, y delante de Dios tranquilizaremos
nuestra conciencia de cualquier cosa que ella nos reprochare, porque Dios es
más grande que nuestra conciencia y todo lo conoce. Si nuestra conciencia
no nos remuerde, entonces, hermanos míos, nuestra confianza en Dios es
total. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
No basta con no hacer el
mal. La vocación cristiana consiste en vivir el amor fraterno. Quien
se desentiende de amar a sus hermanos, está como muerto en vida.
Del salmo 99 R/. Alabemos a Dios, todos los hombres.
Alabemos a Dios, todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría
y con júbilo entremos en su templo. R/.
Reconozcamos que el Señor es Dios, que Él fue quien nos hizo y
somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R/.
Entremos por sus puertas dando gracias, crucemos por sus atrios entre himnos,
alabando al Señor y bendiciéndolo. R/.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia
y su fidelidad nunca se acaba. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan, naciones,
y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 1, 43-51
En aquel tiempo, determinó
Jesús ir a Galilea, y encontrándose a Felipe, le dijo: “Sígueme”.
Felipe era de Betsaida, la tierra de Andrés y de Pedro.
Felipe se encontró con Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a
aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los
profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael
replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?”.
Felipe le contestó: “Ven y lo verás”.
Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero
israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: De dónde
me conoces?”. Jesús le respondió: “Antes de que Felipe
te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió
Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el
rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees,
porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”.
Después añadió: “Yo les aseguro que verán
el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo
del hombre”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
El bien es difusivo. Nadie que encuentre algo largamente esperado se puede quedar callado. Felipe buscaba al Mesías; cuando lo encontró, salió a compartir su alegría con Natanael.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, nuestras ofrendas y concédenos que, iluminados por el Espíritu Santo y a ejemplo de la Virgen, busquemos siempre tu gracia y podamos conservarla. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14)
El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, te pedimos, Señor, que este divino sacramento que hemos recibido, llenos de gozo en la festividad de la Virgen María, nos haga partícipes de la divinidad de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
La Epifanía del Señor
Santos: San Melanio de Rennes, obispo. Beato Andrés Alfredo Besette, religioso. Solemnidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. MI, 1; 1 Cro 19, 12)
Miren que ya viene el Señor de los ejércitos; en su mano están el reino y la potestad y el imperio.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, que por medio de una estrella diste a conocer, en este día, a todos los pueblos el nacimiento de tu Hijo, concede, a los que ya te conocemos por la fe, llegar a contemplar, cara a cara, la hermosura de tu inmensa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 60, 1-6
Levántate y resplandece,
Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea
sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los
pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su
gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de
tu aurora
Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus
hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás
esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará y se ensanchará,
cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de
los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes
de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo
incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
La gente de los desiertos,
los comerciantes de las regiones remotas, los navegantes de Tarsis, se acercan
efusivos a Jerusalén. La luz de Dios irradia y atrae a todos por igual.
Del salmo 71 R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era
tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro
de la tierra. R/.
Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante El
se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra
sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida
al desdichado. R/.
Lectura del la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6
Hermanos: Han oído
hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado
en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio,
que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que
ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles
y profetas, es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos
de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma
promesa en Jesucristo. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
Los destinatarios de esta carta deben considerarse privilegiados. De ahora en
adelante, las promesas de Dios para Israel ya no serán privilegios, sino
dádivas a todos los pueblos.
ACLAMACIÓN
(Mt 2, 2) R/. Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido a adorar al Señor.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12
Jesús nació
en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente
llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “Dónde está
el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella
y hemos venido a adorarlo”.
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén
con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas
del pueblo, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así
lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá,
pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel.
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran
el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó
a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente
qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para
que yo también vaya a adorarlo”.
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto
la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta
que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella,
se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño
con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después,
abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos
durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra
por otro camino. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Los magos de Oriente persistieron en la búsqueda de la verdad y reconocieron, en la pequeñez del recién nacido, la discreta señal de la gloria de Dios.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y mirra, sino en tu mismo Hijo, Jesucristo, que, bajo las apariencias de pan y de vino, va a ofrecerse en sacrificio y a dársenos en alimento, El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO DE EPIFANÍA
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque hoy has revelado en Cristo, para luz de todos los pueblos, el misterio
de nuestra salvación; pues al manifestarse tu Hijo en nuestra carne mortal,
nos hiciste partícipes de la gloria de su inmortalidad.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles, y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria. Santo, Santo, Santo...
Si se usa el Canon romano, se dice “Reunidos en comunión”
propio. Si se usa la plegaria eucarística II o III, se dice
“Acuérdate”... o “Atiende”, propio.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Mt 2, 2)
Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu luz, Señor, nos guíe y nos acompañe siempre, para que comprendamos cada día más este sacramento en el que hemos participado y podamos recibirlo con mayor amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Una de las claves que nos permiten entender a Dios es su amor incluyente y universal. En el pasado, muchas ocasiones nos tropezamos con la imagen de un Dios que repartía privilegios a pueblos y naciones específicos. Dios eligió a Israel, pero esa decisión tenía un alcance limitado. Israel debía vivir como nación ejemplar, como comunidad fraterna abierta a otros pueblos y naciones. Esos son también el camino y la misión del nuevo Israel, atraer e incorporar a todos los hombres a la búsqueda de Dios, lo cual hará viviendo una vocación de servicio y reconociendo, en la vida de hombres y mujeres de todos los credos y las religiones, los signos y la presencia en ellos del único Dios verdadero.
Santos: Raymundo de Peñafort, presbítero, y Canuto Lavard mártir. Beata María Teresa Haze, fundadora.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Un día sagrado ha amanecido para nosotros. Vengan, pueblos, y adoren al Señor, porque una gran luz ha descendido sobre la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Que el esplendor de tu gloria ilumine, Señor, nuestros corazones para que, a través de las tinieblas de este mundo, podamos llegar a la patria de la eterna claridad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 3, 22-4, 6
Queridos hijos: Puesto que
cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente obtendremos
de Él todo lo que le pidamos. Ahora bien, este es su mandamiento: que
creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros,
conforme al precepto que nos dio. Quien cumple sus mandamientos permanece en
Dios y Dios en él. En esto conocemos, por el Espíritu que Él
nos ha dado, que Él permanece en nosotros.
Hermanos míos, no se dejen llevar de cualquier espíritu, sino
examinen toda inspiración para ver si viene de Dios, pues han surgido
por el mundo muchos falsos profetas. La presencia del Espíritu de Dios
la pueden conocer en esto: Todo aquel que reconoce a Jesucristo, Palabra de
Dios hecha hombre, es de Dios. Todo aquel que no reconoce a Jesús, no
es de Dios, sino que su espíritu es del anticristo. De éste han
oído decir que ha de venir; pues bien, ya está en el mundo. Ustedes
son de Dios, hijitos míos, y han triunfado de los falsos profetas, porque
más grande es el que está en ustedes que el que está en
el mundo. Ellos son del mundo, enseñan cosas del mundo y el mundo los
escucha. Pero nosotros somos de Dios y nos escucha el que es de Dios. En cambio,
aquel que no es de Dios no nos escucha. De esta manera distinguimos entre el
espíritu de la verdad y el espíritu del error. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Sin incurrir en actitudes
maniqueas, los cristianos vivimos con una enorme confianza en Dios. Somos de
Dios, le pertenecemos; por lo tanto, debemos vivir los valores evangélicos.
Del salmo 2 R/. Yo te daré en herencia las naciones.
Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo:
“Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy. Te daré
en herencia las naciones y como propiedad, toda la tierra”. R/.
Escuchen y comprendan estas cosas, reyes y gobernantes de la tierra. Adoren
al Señor con reverencia, sírvanlo con temor. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 4, 23) R/. Aleluya, aleluya.
Predicaba Jesús la buena nueva del Reino y sanaba toda enfermedad
en el pueblo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 4, 12-17. 23-25
Al enterarse Jesús
de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea, y dejando
el pueblo de Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio
de Zabulón y Neftalí, para que así se cumpliera lo que
había anunciado el profeta Isaías:
Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar; al otro lado del
Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que caminaba en tinieblas vio
una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció.
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: “Conviértanse,
porque ya está cerca el Reino de los cielos”. Y andaba por toda
Galilea, enseñando en las sinagogas, y proclamando la buena nueva del
Reino de Dios y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Su fama se extendió por toda Siria y le llevaban a todos los aquejados
por diversas enfermedades y dolencias, a los poseídos, epilépticos
y paralíticos, y El los curaba. Lo seguían grandes muchedumbres
venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
En este sumario conciso, el evangelista nos muestra a Jesús como profeta y taumaturgo, cuya misión no se fragmenta ni se divide. El Hijo de Dios viene a liberar integralmente a las personas.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos para esta Eucaristía en la que se realiza un glorioso intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de Epifanía
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14)
Hemos contemplado su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Apolinar de Hierápolis, obispo; Pedro Tomás obispo, y Severino de Nórica, abad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 117, 26-27)
Bendito el que viene en el nombre del Señor. El Señor es Dios, El nos ilumina.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que tu Hijo, que quiso hacerse semejante a nosotros para manifestársenos, nos vaya haciendo, cada día, más semejantes a Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 4, 7-10
Queridos hijos: Amémonos
los unos a los otros, por que el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido
de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor.
El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a
su Hijo unigénito, para que vivamos por Él.
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que
Él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima
de expiación por nuestros pecados. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
El amor correspondido es
la respuesta gozosa al amor de Dios. Quien ha experimentado de mil maneras la
hondura del amor de Dios, se decide a amarlo en sus hermanos.
Del salmo 71 R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes. El rey hará
justicia al oprimido y salvará a los hijos de los pobres. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era
tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro
de la tierra. R/.
ACLAMACIÓN
(Lc 4, 18) R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva
y proclamar la liberación a los cautivos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 6, 34-44
En aquel tiempo, al desembarcar
Jesús, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando, y se compadeció
de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles
muchas cosas.
Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos y le dijeron:
“Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despide a la gente para que
vayan por los caseríos y poblados del contorno y compren algo de comer”.
El les replicó: “Denles ustedes de comer”. Ellos le dijeron:
“¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles
de comer?”. El les preguntó: “¿Cuantos panes tienen?
Vayan a ver”. Cuando lo averiguaron, le dijeron: “Cinco panes y
dos pescados”.
Entonces ordenó Jesús que la gente se sentara en grupos sobre
la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los
cinco panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo,
bendijo a Dios, partió los panes y se los dio a los discípulos
para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados.
Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan y de pescado que recogieron
llenaron doce canastos. Los que comieron fueron cinco mil hombres. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los discípulos no quieren asumir como suyos los reclamos del pueblo. En cambio, Jesús los acoge y anima a compartir sus víveres, para cumplir así el plan de Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con
bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos que las realidades que
creemos por la fe las consigamos por este sacramento celestial. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de Epifanía.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ef 2, 4; Rm 8, 3)
Por el gran amor con que nos amó, Dios envió a su propio Hijo a compartir nuestra condición humana en todo, menos en el pecado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su eficacia para que, así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Julián de Antioquía mártir; Adrián de Canterbury, abad, y Andrés Corsini, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9, 2)
El pueblo que caminaba en tinieblas, vio una luz in tensa. Sobre los que vivían en tierra de sombras, brilló una luz.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, luz del mundo, concede una paz estable a todos los pueblos de la tierra, y haz que aquella luz resplandeciente que condujo a los Magos al conocimiento de tu Hijo, ilumine también nuestros corazones. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 4, 11-18
Queridos hijos: Si Dios
nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios
permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto.
En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros: en
que nos ha dado su Espíritu. Nosotros hemos visto, y de ello damos testimonio,
que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo. Quien confiesa
que Jesús es Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en
ese amor. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios
en él. En esto llega a la perfección el amor que Dios nos tiene:
en que esperamos con tranquilidad el día del juicio, porque nosotros
vivimos en este mundo en la misma forma que Jesucristo vivió.
En el amor no hay temor. Al contrario, el amor perfecto excluye el temor, porque
el que teme, mira al castigo, y el que teme no ha alcanzado la perfección
del amor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Es cierto, nadie ha visto
a Dios. La señal más próxima de su presencia es la vivencia
del amor. Cuando se vive el amor mutuo, se experimenta la presencia del Espíritu
Santo.
Del salmo 71 R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante El
se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra
sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida
al desdichado. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 1 Tm 3, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido proclamado a las naciones.
Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido anunciado al mundo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 6, 45-52
En aquel tiempo, después
de la multiplicación de los panes, Jesús apremió a sus
discípulos a que subieran a la barca y se dirigieran a Betsaida, mientras
Él despedía a la gente. Después de despedirlos, se retiró
al monte a orar.
Entrada la noche, la barca estaba en medio del lago y Jesús, solo en
tierra. Viendo los trabajos con que avanzaban, pues el viento les era contrario,
se dirigió a ellos caminando sobre el agua, poco antes del amanecer,
y parecía que iba a pasar de largo.
Al verlo andar sobre el agua, ellos creyeron que era un fantasma y se pusieron
a gritar, porque todos lo habían visto y estaban espantados. Pero Él
les habló en seguida y les dijo: “Soy yo; no teman”. Subió
a la barca con ellos y se calmó el viento. Todos estaban llenos de espanto
y es que no habían entendido el episodio de los panes, pues tenían
la mente embotada. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Jesús se hace presente en el lago de Galilea; es de noche, los discípulos se sienten desmoralizados al remar contra el viento. En tales condiciones, Jesús los apacigua y confirma con su palabra y su presencia, su divinidad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos impulsas a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte con estas ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por la participación en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de Epifanía
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 1, 2)
La Vida eterna, que estaba junto al Padre, se manifestó a nosotros y nosotros la hemos visto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu pueblo, Señor, al que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura, a fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios, pueda buscar con mayor confianza los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Guillermo de Bourges obispo, y Agatón, papa. Beata Ana de los Ángeles Monteagudo, religiosa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jn 1, 1)
En el principio y antes de todos los siglos, el que es la Palabra era Dios, el mismo que luego se dignó nacer como salvador del mundo.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has hecho brillar la luz eterna de tu divinidad ante todas las naciones, haz que tu pueblo descubra plenamente el misterio de Cristo, su redentor, para que, en virtud de este misterio, pueda llegar a gozar de aquella luz que no tiene ocaso. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 4, 19-5, 4
Queridos hijos: Amamos a
Dios, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: “Amo a
Dios” y aborrece a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su
hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Además, Jesús
nos ha dado este mandamiento: El que ama a Dios, que ame también a su
hermano.
Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Todo
el que ama a un padre, ama también a los hijos de éste. Conocemos
que amamos a los hijos de Dios en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos,
pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y sus mandamientos
no son pesados, porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra
fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Los cristianos vencen al
mundo con el amor. Cuando nos mundanizamos y recurrimos a la violencia y a la
fuerza, el mundo termina por derrotarnos.
Del salmo 71 R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
De la opresión rescatará a los pobres, pues estima su vida muy
valiosa. Por eso rogarán por él sin tregua y lo bendecirán
a todas horas. R/.
Que bendigan al Señor eternamente, y tanto como el Sol, viva su nombre.
Que Él sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso
las naciones. R/.
ACLAMACIÓN (Lc
4. 18) R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva
y proclamar la liberación a los cautivos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 4, 14-22
En aquel tiempo, con la
fuerza del Espíritu, Jesús volvió a Galilea. Iba enseñando
en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la
región.
Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en
la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó
para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló
y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor
está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la
buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación
a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de
gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó.
Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en Él. Entonces
comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje
de la Escritura que acaban de oír”.
Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras
que salían de sus labios. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Sin duda esta es la más breve de todas las homilías. Jesús
anuncia en forma concisa que las esperanzas, largamente añejadas, se
hacen presentes en ese hoy de la salvación.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas, que te presentamos para esta Eucaristía, en la que se realiza un glorioso intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de Epifanía
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 3, 16)
Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Higinio I, papa y mártir; Tomás de Cori, presbítero, y Paulino de Aquilea, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 111, 4)
Una luz se levanta en las tinieblas para los hombres de corazón recto: el Dios clemente, justo y compasivo.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que el nacimiento del Salvador del mundo, manifestado a los Magos por medio de una estrella, sea comprendido por nosotros cada vez con mayor profundidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 5, 5-13
Queridos hijos: ¿Quién
es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo
de Dios. Jesucristo se manifestó por medio del agua y de la sangre; El
vino, no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu
es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Así
pues, los testigos son tres: el Espíritu, el agua y la sangre. Y los
tres están de acuerdo.
Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios vale mucho
más y ese testimonio es el que Dios ha dado de su Hijo.
El que cree en el Hijo de Dios tiene en sí ese testimonio. El que no
le cree a Dios, hace de El un mentiroso, porque no cree en el testimonio que
Dios ha dado de su Hijo. Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado
la vida eterna y esa vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene
la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida.
A ustedes, los que creen en el nombre del Hijo de Dios, les he escrito estas
cosas para que sepan que tienen la vida eterna. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Dios se ha acercado a nosotros para dar testimonio de su Hijo. Jesús sigue presente en medio de nosotros en la asamblea y las especies eucarísticas, en su Palabra y en muchas otras formas más.
Del salmo 147 R/. Demos
gracias y alabemos al Señor.
Glorifica al Señor, Jerusalén; a Dios ríndele honores,
Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa.
R/.
Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre.
Él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente.
R/.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho
nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.
R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 4, 23) R/. Aleluya, aleluya.
Predicaba Jesús la buena nueva del Reino y sanaba toda enfermedad
en el pueblo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 5, 12-16
En aquel tiempo, estando
Jesús en un poblado, llegó un leproso, y al ver a Jesús,
se postró rostro en tierra, diciendo: “Señor, si quieres,
puedes curarme”. Jesús extendió la mano y lo tocó,
diciendo: “Quiero. Queda limpio”. Y al momento desapareció
la lepra. Entonces Jesús le ordenó que no lo dijera a nadie y
añadió: “Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por
tu purificación lo que Moisés prescribió. Eso les servirá
de testimonio”.
Y su fama se extendía más y más. Las muchedumbres acudían
a oírlo y a ser curados de sus enfermedades. Pero Jesús se retiraba
a lugares solitarios para orar. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Jesús restituye al leproso a la condición plena de hijo de Israel.
La actitud incluyente del Hijo de Dios es la expresión fiel del amor
divino que acoge a toda persona sin condiciones.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con
bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que
creemos por la fe, las consigamos por este sacramento celestial. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de Epifanía
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 4, 9)
Dios envió al mundo a su Hijo único, para darnos vida por medio de Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su eficacia para que así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Arcadio de Mauritania, mártir; Margarita de Montreal fundadora, y Benito Biscop, abad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ga 4, 4-5)
Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, para que recibiéramos la dignidad de hijos adoptivos.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que por medio de tu Hijo nos has hecho renacer para ti, concédenos que tu gracia nos modele a imagen de Jesucristo en quien nuestra naturaleza humana está unida a la tuya. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 5, 14-21
Queridos hijos: La confianza
que tenemos en Dios consiste en que, si le pedimos algo conforme a su voluntad,
El nos escucha. Si estamos seguros de que escucha nuestras peticiones, también
lo estamos de poseer ya lo que le pedimos.
Si alguno ve que su hermano comete un pecado de los que no llevan a la muerte,
que pida por él y le obtendrá la vida. Esto vale para los que
cometen pecados que no llevan a la muerte, porque hay un pecado que sí
lleva a la muerte (por ése no digo que se pida). Toda mala acción
es pecado, pero hay pecados que no llevan a la muerte.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Hijo de Dios
lo protege, y no lo toca el demonio. Sabemos que somos de Dios, mientras que
el mundo entero yace en poder del demonio. También sabemos que el Hijo
de Dios ha venido ya y que nos ha dado inteligencia para conocer al Dios verdadero.
Nosotros permanecemos fieles al único verdadero, porque permanecemos
en su Hijo Jesucristo. El es el verdadero Dios y la vida eterna. Hijos míos,
no adoren a los ídolos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La oración para
pedir no es una letra de cambio ni un pagaré que Dios nos extiende, es
una expresión de confianza de quienes sentimos la cercanía de
su presencia amorosa.
Del salmo 149 R/. El Señor es amigo de su pueblo.
Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica
proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese
Israel, su pueblo santo. R/.
En honor de su nombre, que haya danzas; alábenlo con arpa y tamboriles.
El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. R/.
Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares,
que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace.
R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 4, 16) R/. Aleluya, aleluya.
El pueblo que habitaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que
vivían en tierra de sombras una luz resplandeció. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 3, 22-30
En aquel tiempo, fue Jesús
con sus discípulos a Judea y permaneció allí con ellos,
bautizando. También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salim,
porque ahí había agua abundante. La gente acudía y se bautizaba,
pues Juan no había sido encarcelado todavía.
Surgió entonces una disputa entre algunos de los discípulos de
Juan y unos judíos, acerca de la purificación. Los discípulos
fueron a decirle a Juan: “Mira, maestro, aquel que estaba contigo en la
otra orilla del Jordán y del que tú diste testimonio, está
ahora bautizando y todos acuden a Él”.
Contestó Juan: “Nadie puede apropiarse nada, si no le ha sido dado
del cielo. Ustedes mismos son testigos de que yo dije: ‘Yo no soy el Mesías,
sino el que ha sido enviado delante de él’. En una boda, el que
tiene a la novia es el novio; en cambio, el amigo del novio, que lo acompaña
y lo oye hablar, se alegra mucho de oír su voz. Así también
yo me lleno ahora de alegría. Es necesario que El crezca y que yo venga
a menos”. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Juan Bautista despeja la confusión de sus discípulos. Él
es el amigo del novio, por lo que se alegra profundamente de que las multitudes
de Galilea se desposen con el Mesías esperado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos impulsas a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte con estas ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por la participación en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de Epifanía
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 16)
De su plenitud hemos recibido todos, gracia por gracia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu pueblo, Señor, al que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura, a fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios, pueda buscar con mayor confianza los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El Bautismo del Señor
Santos: San Hilario de Poitiers, doctor de a iglesia. Beata Verónica Negroni, religiosa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Mt 3, 16-17)
Inmediatamente después de que Jesús se bautizó, se abrieron los cielos y el Espíritu Santo se posó sobre Él en forma de paloma, y resonó la voz del Padre que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien he puesto todo mi amor”.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste solemnemente que Cristo era tu Hijo amado cuando fue bautizado en el Jordán y descendió el Espíritu Santo sobre Él, concede a tus hijos adoptivos, renacidos del agua y del Espíritu, perseverar siempre fieles en el cumplimiento de tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 42, 1- 6-7
Esto dice el Señor:
“Miren a mi siervo, a quien sostengo, a mi elegido, en quien tengo mis
complacencias. En Él he puesto mi espíritu pan que haga brillar
la justicia sobre las naciones.
No gritará, no clamará, no hará oír su voz por las
calles; no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la
mecha que aún humea. Promoverá con firmeza la justicia, no titubeará
ni se doblegará hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y
hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te llamé,
te tomé de la mano, te he formado y te he constituido alianza de un pueblo,
luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos
de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El siervo de Dios recibe
un encargo de largo alcance: será el promotor del derecho entre las naciones,
tarea difícil ayer como hoy. Como al profeta, también a nosotros
nos conviene seguir trabajando a favor de ese ideal ecuménico.
Del salmo 28 R/. Te alabamos, Señor.
Hijos de Dios, glorifiquen al Señor; denle la gloria que merece. Postrados
en su templo santo, alabemos al Señor. R/.
La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La
voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es imponente. R/.
El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se manifestó
sobre las aguas desde su trono eterno. R/.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34-38
En aquellos días,
Pedro se dirigió a Cornelio y a los que estaban en su casa, con estas
palabras: “Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción
de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la
nación que fuere. Él envió su palabra a los hijos de Israel,
para anunciarles la paz por medio de Jesucristo, Señor de todos.
Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después
del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder
del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y cómo éste
pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque
Dios estaba con Él”. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Los relatos sobre curaciones y la reanimación de Tabita sirvieron como señal para evangelizar y mover a los hijos de Israel a acoger el señorío de Cristo Jesús.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mc 9, 7) R/. Aleluya, aleluya.
Se abrió el cielo y resonó la voz del Padre, que decía:
“Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 3, 13-17
En aquel tiempo, Jesús
llegó de Galilea al río Jordán y le pidió a Juan
que lo bautizara. Pero Juan se resistía, diciendo: “Yo soy quien
debe ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a que yo te bautice?”.
Jesús le respondió: “Haz ahora lo que te digo, porque es
necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere”. Entonces
Juan accedió a bautizarlo.
Al salir Jesús del agua, una vez bautizado, se le abrieron los cielos
y vio al Espíritu de Dios, que descendía sobre Él en forma
de paloma y oyó una voz que decía desde el cielo: “Este
es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Juan se resiste a bautizar a Jesús, pero finalmente se rinde ante los argumentos del Maestro, quien le anima a asumir, sin regatear, la misteriosa voluntad de Dios.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos al conmemorar el bautismo y la manifestación de tu Hijo amado, y conviértelos en aquel mismo sacrificio con el que Cristo lavó misericordiosamente los pecados del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque quisiste rodear el bautismo de tu Hijo en el Jordán de signos
admirables, a fin de poner de manifiesto el misterio del nuevo baño bautismal.
En efecto, hiciste oír tu voz desde el cielo para que creyéramos
que tu Palabra se encontraba presente entre los hombres y por el Espíritu,
que descendió en forma de paloma, se manifestara que tu Siervo Jesús
era ungido con el óleo de la alegría y reconociéramos en
Él al Mesías, enviado a anunciar la Buena Nueva a los pobres.
Por eso, a una con los espíritus celestes te alabamos constantemente
en la tierra diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 32. 34)
Éste es aquél de quien Juan decía: Yo lo he visto y doy testimonio de que es el Hijo de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A cuantos hemos participado del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, Señor, escuchar con fe su palabra, para que así podamos llamarnos hijos tuyos y serlo de verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Vivimos en un país donde se ha mercantilizado la función pública. La clase política se ha corrompido al disponer de enormes recursos financieros. Vivir de la política se ha convertido en negocio y aspiración de muchas personas. Hombres y mujeres que sirven desinteresadamente a la Iglesia y a la sociedad son cada vez menos. La misión que los cristianos recibimos en el bautismo es participar en la misión que el Padre le encomienda a Jesús: anunciar y estar al servicio de la buena nueva del Reino de Dios, que no es otra cosa que trabajar por la paz, la justicia, la tolerancia, el respeto y el diálogo entre las personas.
Santos: Macrina de Cesarea, viuda, y Félix de Nola presbítero. Beato Pedro. Donders, presbítero.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud de ángeles que cantaban a una sola voz: “Este es aquel cuyo poder permanece eternamente”.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo, y concédenos luz para conocer tu voluntad y fortaleza para cumplirla. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 1, 1-8
Había un hombre en
Ramá, de la tribu de Efraín, llamado Elcaná, que tenía
dos mujeres, Ana y Peninná. Peninná tenía hijos y Ana no
los tenía. Todos los años Elcaná subía desde su
ciudad al santuario de Siló, para adorar al Señor de los ejércitos
y ofrecerle sacrificios. Ahí vivían los dos hijos de Elí,
Jofní y Pinjás, sacerdotes del Señor.
Cuando ofrecía su sacrificio, Elcaná daba a Peninná y a
cada uno de sus hijos, su parte; pero a Ana le daba una porción doble,
porque la amaba con predilección, aun cuando el Señor no le había
concedido tener hijos. Peninná, su rival, se burlaba continuamente de
ella a causa de su esterilidad y esto sucedía año tras año,
cuando subían a la casa del Señor. Peninná la humillaba
y mortificaba, y Ana se ponía a llorar y no quería comer. Una
vez Elcaná le dijo:
“Ana, ¿por qué lloras y no quieres comer? ¿Por qué
está triste tu corazón? ¿Acaso no valgo yo para ti más
que diez hijos?”. Palabra de Dios Te alabamos, Señor
Ana, como todas las mujeres
de Israel, anhelaba tener un hijo, lo cual no era un deseo caprichoso, sino
señal de que esa persona recibía la bendición divina.
Del salmo 115 R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha
hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré
el nombre del Señor. R/.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo. Le ofreceré
con gratitud un sacrificio e invocaré su nombre. R/.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo, en medio de
su templo santo, que está en Jerusalén. R/.
ACLAMACIÓN
(Mc 1. 15) R/. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse
y crean en el Evangelio. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 1, 14-20
Después de que arrestaron
a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio
de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya
está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio”.
Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón
y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores.
Jesús les dijo: “Síganme y haré de ustedes pescadores
de hombres”. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que
estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando
en la barca a su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los pescadores galileos decidieron romper la vieja rutina. Dejaron redes y familia cuando la presencia de Jesús se convirtió para ellos en un acontecimiento fuera de serie.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte, y, por sus méritos, escucha nuestras filiales oraciones y santifica toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 10, 10)
Yo he venido, dice el Señor, para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios todopoderoso, servirte con una vida que te sea agradable. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Macario el Viejo, ermitaño; Ita de Irlanda, virgen, y Arnoldo Janssen, fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ef 1, 9. 10)
Dios nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad, que es recapitular en Cristo todas las cosas, así las del cielo como las de la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que con admirable providencia dispusiste que el Reino de Cristo se extendiera por todo el mundo y que todos los hombres participaran de la redención, haz que tu Iglesia, sacramento universal de salvación, manifieste y realice entre los hombres el misterio de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 1, 9-20
En aquel tiempo, después
de tomar la comida ritual en Siló, Ana se levantó y se puso a
orar ante el Señor. Llena de amargura y con muchas lágrimas, hizo
esta promesa: “Señor de los ejércitos, mira la aflicción
de tu sierva y acuérdate de mí. Si me das un hijo varón,
yo te lo consagraré por todos los días de su vida, y en señal
de ello, la navaja no tocará su cabeza”.
Mientras tanto, el sacerdote Eli estaba sentado a la puerta del santuario. Ana
prolongaba su oración y Elí la miraba mover los labios, pero no
oía su voz. Pensando que estaba ebria, le dijo: “Has bebido mucho.
Sal de la presencia del Señor hasta que se te pase”. Pero Ana le
respondió: “No, señor. Soy una mujer atribulada. No he bebido
vino ni bebidas embriagantes; estaba desahogando mi alma ante el Señor.
No pienses que tu sierva es una mujer desvergonzada, pues he estado hablando,
movida por mi dolor y por mi pena”.
Entonces le dijo Elí: “Vete en paz y que el Dios de Israel te conceda
lo que le has pedido”. Ella le contestó: “Ojalá se
cumpla lo que me dices”. La mujer salió del templo, fue a donde
estaba su marido, y comió y bebió con él. Su rostro no
era ya el mismo de antes.
A la mañana siguiente se levantaron temprano, y después de adorar
al Señor, regresaron a su casa en Ramá. Elcaná tuvo relaciones
conyugales con su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella y de
su oración. Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso por nombre
Samuel, diciendo: “Al Señor se lo pedí”. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
La presencia divina no
es perceptible por medio de los sentidos. Creyentes como Ana, buscan señales
y gestos de la cercanía de Dios en los eventos decisivos de su vida.
1 Sam 2 R/. Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
Mi corazón se alegra en el Señor, en Dios me siento yo fuerte
y seguro. Ya puedo responder a mis contrarios, pues eres tú, Señor,
el que me ayuda. R/.
El arco de los fuertes se ha quebrado, los débiles se ven de fuerza llenos.
Se ponen a servir por un mendrugo los antes satisfechos; y sin tener que trabajar,
pueden saciar su hambre los hambrientos. Siete veces da a luz la que era estéril
y la fecunda ya dejó de serlo. R/.
Da el Señor muerte y vida, deja morir y salva de la tumba; El es quien
empobrece y enriquece, quien abate y encumbra. R/.
El levanta del polvo al humillado, al oprimido saca de su oprobio, para hacerlo
sentar entre los príncipes en un trono glorioso. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 1 Ts 2, 13) R/. Aleluya, aleluya.
Reciban la palabra de Dios, no como palabra humana, sino como palabra divina,
tal como es en realidad. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 1, 21-28
En aquel tiempo, llegó
Jesús a Cafarnaúm y el sábado siguiente fue a la sinagoga
y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras,
pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu
inmundo, que se puso a gritar: “Que quieres tú con nosotros, Jesús
de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién
eres: el Santo de Dios”. Jesús le ordenó “¡Cállate
y sal de él!” El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre
con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron
estupefactos y se preguntaban: “¿Qué es esto? ¿Qué
nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta
a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Y muy pronto se extendió
su fama por toda Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Jesús no era un simple predicador. La suya era una misión integral. Su palabra poderosa devolvía la salud corporal y la tranquilidad interior, motivos por los que las personas sentían la cercanía del amor divino.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre misericordioso, las ofrendas de esta comunidad cristiana, y por el poder de este sacrificio que estamos ofreciendo, haz que la multitud de los creyentes viva cada vez más de acuerdo con su dignidad de estirpe elegida, de sacerdocio real, de nación consagrada y de pueblo redimido por ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 22, 17. 20)
El Espíritu y la esposa dicen: Ven. Amén. Ven, Señor Jesús.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que con tus sacramentos alimentas y fortaleces a tu Iglesia, concede a quienes hemos participado del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, vivir su doctrina de amor y ser así fermento de vida e instrumento de salvación en medio de la comunidad humana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Marcelo I, Papa; Juana de Bagno, religiosa, y Fulgencio de Écija obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ez 36, 26. 27. 28)
Arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, dice el Señor. Les infundiré mi espíritu. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Inflama, Señor, nuestros corazones con el Espíritu de tu amor, para que pensemos y actuemos según tu voluntad y te amemos sinceramente en nuestro prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 3, 1-10. 19-20
En los tiempos en que el
joven Samuel servía al Señor a las órdenes de Elí,
la palabra de Dios se dejaba oír raras veces y no eran frecuentes las
visiones.
Los ojos de Elí se habían debilitado y ya casi no podía
ver. Una noche, cuando aún no se había apagado la lámpara
del Señor, estando Elí acostado en su habitación y Samuel
en la suya, dentro del santuario donde se encontraba el arca de Dios; el Señor
llamó a Samuel y éste respondió: “Aquí estoy”.
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy.
¿Para qué me llamaste?”. Respondió Elí: “Yo
no te he llamado. Vuelve a acostarte”. Samuel se fue a acostar. Volvió
el Señor a llamarlo y él se levantó, fue a donde estaba
Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?”.
Respondió Elí: “No te he llamado, hijo mío. Vuelve
a acostarte”.
Aún no conocía Samuel al Señor, pues la palabra del Señor
no le había sido revelada. Por tercera vez llamó el Señor
a Samuel; éste se levantó, fue a donde estaba Elí y le
dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?”.
Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba
al joven y dijo a Samuel: “Ve a acostarte, y si te llama alguien, responde:
‘Habla, Señor; tu siervo te escucha’ “. Y Samuel se
fue a acostar.
De nuevo el Señor se presentó y lo llamó como antes: “Samuel,
Samuel”. Este respondió: “Habla, Señor; tu siervo
te escucha”.
Samuel creció y el Señor estaba con él. Y todo lo que el
Señor le decía, se cumplía. Todo Israel, desde la ciudad
de Dan hasta la de Bersebá, supo que Samuel estaba acreditado como profeta
del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Nadie nace sabiendo. Samuel
tuvo que aprender a distinguir la voz de Dios con la ayuda del sacerdote Elí.
Los niños y los jóvenes necesitan de la guía de sus padres
para conocer la voz de Dios.
Del salmo 39 R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Esperé en el Señor con gran confianza; El se inclinó hacia
mí y escuchó mis plegarias. Dichoso el hombre que ha puesto su
confianza en el Señor y no acude a los idólatras, que se extravían
con engaños. R/.
Sacrificios y ofrendas no quisiste; abriste, en cambio, mis oídos a tu
voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: “Aquí
estoy”. R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que
deseo: tu ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú
lo sabes, Señor. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 10, 27) R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y
ellas me siguen. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 1, 29-39
En
aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan
a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en
cama, con fiebre, y en seguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó,
y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó
la fiebre y se puso a servirles.
Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos
y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto
a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó
a muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque sabían
quién era Él.
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó,
salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón
y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: “Todos
te andan buscando”. El les dijo: “Vamos a los pueblos cercanos para
predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido”.
Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los
demonios. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Luego de una jornada agotadora, cuando había curado a muchos enfermos, Jesús se alejaba al monte para orar. Vivía su filiación con el Padre tan intensamente como su fraternidad con los enfermos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, nuestras ofrendas y, por este sacrificio eucarístico, concédenos hacer llegar tu amor a todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 13, 13)
Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y la caridad; pero la caridad es la mayor de las tres.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infunde, Señor, tu Espíritu Santo en quienes hemos participado del mismo pan celestial y reanímanos con la alegría del amor perfecto. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 91, 13-14)
Los justos crecerán como palmeras, se elevarán tan alto como cedros del Líbano, plantados en la casa del Señor, en medio de sus patios darán flores.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a san Antonio abad dejar, por tu amor cuanto tenía para servirte heroicamente en el desierto, otórganos, por sus méritos, superar nuestro egoísmo y amarte a ti sobre todas las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 4, 1-11
Sucedió en aquellos
tiempos que los filisteos se reunieron para hacer la guerra a Israel y los israelitas
salieron a su encuentro. Acamparon cerca de Eben-Ezer y los filisteos en Afeq.
Los filisteos se pusieron en orden de batalla contra Israel. Se trabó
el combate y los israelitas fueron derrotados y sufrieron cuatro mil bajas.
El ejército se retiró al campamento y los ancianos de Israel se
preguntaban: “¿Por qué permitió el Señor que
nos derrotaran hoy los filisteos? Traigamos de Siló el arca de la alianza
del Señor, para que vaya en medio de nosotros y nos salve de nuestros
enemigos”.
Mandaron traer de Siló el arca del Señor de los ejércitos,
que se sienta sobre los querubines. Los dos hijos de Elí, Jofní
y Pinjás, acompañaron el arca.
Al entrar el arca de la alianza en el campamento, todos los israelitas lanzaron
tan grandes gritos de júbilo, que hicieron retumbar la tierra. Cuando
los filisteos oyeron el griterío, se preguntaron: “¿Qué
significará ese gran clamor en el campamento de los hebreos?”.
Y se enteraron de que el arca del Señor había llegado al campamento.
Entonces los filisteos se atemorizaron. Decían: “Sus dioses han
venido al campamento. ¡Pobres de nosotros! Hasta ahora no nos había
sucedido una desgracia semejante. ¿Quién nos librará de
la mano de esos dioses poderosos? Estos son los dioses que castigaron a Egipto
con toda clase de plagas. Cobren ánimo, filisteos, y sean hombres. No
sea que tengamos que servir a los israelitas, como ellos nos han servido a nosotros.
Luchemos como los hombres”.
Los filisteos lucharon e Israel fue derrotado. Todos los israelitas huyeron
a sus tiendas. Fue una derrota desastrosa en la que Israel perdió treinta
mil soldados. El arca de Dios fue capturada y murieron Jofní y Pinjás,
los dos hijos de Elí. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Los objetos sagrados, por
más venerables que sean, no pueden sustituir a Dios. Los israelitas parecían
haber convertido el Arca de la Alianza en un talismán, por eso les sobrevino
tan dolorosa consecuencia.
Del salmo 43 R/. Redímenos, Señor, por tu misericordia.
Ahora nos rechazas y avergüenzas; ya no sales, Señor, con nuestras
tropas, nos haces dar la espalda al enemigo y nos saquean aquellos que nos odian.
R/.
Nos has hecho el objeto del escarnio y la burla de pueblos fronterizos. Las
naciones se mofan de nosotros y los pueblos nos ponen en ridículo. R/.
Despierta ya. ¿Por qué sigues durmiendo? No nos rechaces más;
Señor, despierta. ¿Por qué te nos escondes? ¿Por
qué olvidas nuestras tribulaciones y miserias? R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 4, 23) R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba toda clase de
enfermedades en el pueblo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 1, 40-45
En
aquel tiempo se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de
rodillas: “Si tú quieres, puedes curarme”. Jesús se
compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo:
“¡Si quiero: sana!”. Inmediatamente se le quitó la
lepra y quedó limpio.
Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: “No se lo cuentes
a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu
purificación lo prescrito por Moisés”.
Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús
no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera,
en lugares solitarios, a donde acudían a Él de todas partes. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús mantiene una actitud deliberadamente original. Por un lado, quebranta las normas de pureza y toca al leproso; por otro, le ordena cumplir con la purificación ritual ante el sacerdote.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que humildemente te presentamos en la conmemoración de san Antonio abad, y líbranos de nuestro apego a los bienes materiales para que te poseamos a ti como única riqueza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 19, 21)
Si quieres ser perfecto, dice el Señor, vende lo que posees, reparte el dinero entre los pobres y después, ven y sígueme.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.-Por
medio de esta Eucaristía, concédenos, Señor, la fuerza
necesaria para vencer siempre, a ejemplo de san Antonio, las tentaciones del
enemigo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Para las misas “Por la unidad de los cristianos”, el Leccionario
propone varias lecturas. Sugerimos aquí dos posibles modelos, que se
pueden utilizar durante el octavario (18-25 de enero), incluso el domingo, conforme
a lo que se indica en el Calendario Litúrgico 2008, publicado la Comisión
Episcopal de Pastoral Litúrgica. (Si se utiliza entre semana, sólo
se toma una de las dos primeras lecturas.)
Formulario 1:
la. lect.: Dt 30, 1-4
Salmo R.: Jr 31, 10. 11. l2ab. 13-14
(R/. Señor, cuida a tu rebaño como un pastor.)
Nota: Este cántico de Jeremías se encuentra en la Liturgia de
las Horas, en las Laudes del jueves, 1 semana.
2a. lect.: 1 Tm 2, 5-8
Aleluya: Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti
somos uno para que el mundo crea que tú me has enviado, dice el Señor.
(cfr. Jn 17, 21).
Evang.: Jn 17, 20-26
Formulario II:
la. lect.: Ez 36, 24-28
Salmo R.: Sal 117, 22-23. 25-26. 28
(R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.)
2a. lect.: Ef 4, 1-6
Aleluya: Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que ustedes
han sido llamados como miembros de un solo cuerpo (Col 3, 15).
Evang.: Mt 18, 19-22
Santos: Leobardo de Auverne, ermitaño; Prisca o Priscila de Roma, mártir, y Margarita de Hungría, virgen.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 10, 14-15)
Yo soy el Buen Pastor, dice el Señor, y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, de la misma manera que el Padre me conoce a mí y yo al Padre; y doy la vida por ellas.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, tú que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad, mira con amor a todos los cristianos, a fin de que, cuantos están consagrados por un solo bautismo, formen una sola familia, unida por el amor y la integridad de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 8, 4-7. 10-22
En aquellos días
se reunieron todos los ancianos de Israel y fueron a Ramá a ver a Samuel
y le dijeron: “Mira, tú ya eres viejo y tus hijos no siguen tus
ejemplos. Danos, pues, un rey para que nos gobierne, como sucede en todos los
pueblos”.
A Samuel le disgustó que le hubieran pedido un rey que los gobernara.
Entonces Samuel invocó al Señor y éste le respondió:
“Dale al pueblo lo que te pide, pues no es a ti a quien rechazan, sino
a mí, porque no me quieren por rey”.
Samuel comunicó al pueblo, que le había pedido un rey, las palabras
del Señor y dijo: “Vean cómo los tratará el rey que
reine sobre ustedes: tomará a sus hijos y los hará servir en los
carros y en la caballería de él y los hará correr delante
de su propio carro; a algunos de ellos los pondrá al frente de mil soldados
y a otros, de cincuenta; a otros los obligará a labrar y cosechar sus
tierras; a otros los hará fabricar armas para la guerra y aparejos para
sus carros. Tomará también a las hijas de ustedes como perfumistas,
cocineras y reposteras. Les quitará a ustedes sus mejores campos, viñas
y olivares, y se los dará a sus ministros. Exigirá el diezmo de
lo que produzcan los sembrados y viñas de ustedes y se lo dará
a sus ministros y a sus criados. Tomará a los criados y criadas de ustedes,
sus mejores bueyes y asnos y los empleará en los trabajos de él.
Les exigirá el diezmo de sus rebaños y ustedes mismos se convertirán
en sus esclavos. Aquel día clamarán al Señor contra el
rey que ustedes mismos elijan, pero el Señor no les responderá”.
El pueblo, sin embargo, se negó a escuchar las advertencias de Samuel
y gritó: “No importa. Queremos tener un rey y ser también
nosotros como las demás naciones. Nuestro rey nos gobernará y
saldrá al frente de nosotros en nuestros combates”. Samuel oyó
las palabras del pueblo y se las repitió al Señor, y el Señor
le dijo: “Hazles caso y que los gobierne un rey”. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Samuel le explica a sus conciudadanos los derechos desmedidos y las múltiples obligaciones que acostumbraban imponer los reyes sobre sus gobernados. Elegir un rey era una decisión errada.
Del salmo 88 R/. Proclamaré
sin cesar la misericordia del Señor.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu
nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.
Feliz, porque eres tú su honor y fuerza y exalta tu favor nuestro poder.
Feliz, porque el Señor es nuestro escudo y el Santo de Israel es nuestro
rey. R/.
ACLAMACIÓN
(Lc 7, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 2, 1-12
Cuando
Jesús volvió a Cafarnaúm, corrió la voz de que estaba
en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había
sitio frente a la puerta. Mientras Él enseñaba su doctrina, le
quisieron presentar a un paralítico, que iban cargando entre cuatro.
Pero como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente,
quitaron parte del techo, encima de donde estaba Jesús, y por el agujero
bajaron al enfermo en una camilla.
Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico:
“Hijo, tus pecados te quedan perdonados”. Algunos escribas que estaban
allí sentados comenzaron a pensar: “Por qué habla éste
así? Eso es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados
sino sólo Dios?”.
Conociendo Jesús lo que estaban pensando, les dijo: “¿Por
qué piensan así? ¿Qué es más fácil,
decirle al paralítico: ‘Tus pecados te son perdonados’ o
decirle: ‘Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa’?
Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar
los pecados —le dijo al paralítico—: Yo te lo mando: levántate,
recoge tu camilla y vete a tu casa”.
El hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió
de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban
gloria a Dios, diciendo: “¡Nunca habíamos visto cosa igual!”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús razona conforme a los criterios de la gente de su época. Si los enfermos viven culpándose de su pecado, El ataca la raíz del problema, los cura y demuestra que no tienen nada más que cargar.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, tú que con un solo y único sacrificio, el de tu Hijo, redimiste a tu pueblo y lo adoptaste para siempre, concédele los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Por Cristo, Señor nuestro.
Por Él nos has conducido al conocimiento de la verdad, para hacernos
miembros de su cuerpo mediante el vínculo de una misma fe y un mismo
bautismo; por Él has enviado sobre todos los pueblos del mundo a tu Espíritu
Santo, admirable constructor de la Iglesia por la abundancia de sus dones, y
autor de la unidad, el cual habita en tus hijos de adopción, santifica
a toda la Iglesia y la dirige con sabiduría.
Por eso, unidos al coro de los ángeles, te alabamos con alegría, diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. 1 Co 10, 17)
Todos los que participamos de un mismo pan y de un mismo cáliz, no obstante ser muchos, somos un solo cuerpo como uno solo es el pan.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta santa comunión que hemos recibido, signo de nuestra fraternidad en Cristo, realice la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Mario de Persia y compañeros, mártires, y Macario Alejandrino, abad. Beato Marcelo Spínola fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 105, 47)
Sálvanos, Señor Dios nuestro, y reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has unido a gente de todas las naciones en la alabanza de tu nombre, concédenos amar y practicar cuanto nos mandas, para que el pueblo cristiano, el que tú has llamado a tu Reino, viva unido por la fe y el amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 9, 1-4. 10. 17-19; 10, 1
Había un hombre de
la tribu de Benjamín llamado Quis. Era de gran valor. Tenía un
hijo llamado Saúl, joven y de buena presencia. Entre los israelitas no
había nadie más apuesto que él. Era el más alto
de todos y ninguno le llegaba al hombro.
Un día se le perdieron las burras a Quis y éste le dijo a su hijo
Saúl:
“Toma contigo a uno de los criados y vete a buscar las burras”.
Recorrieron los montes de Efraín y la región de Salisá,
pero no las encontraron; atravesaron el territorio de Saalín y no estaban
allí; después, la tierra de Benjamín y tampoco las hallaron.
Entonces se dirigieron a la ciudad donde vivía Samuel, el hombre de Dios.
Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le dijo: “Este es el
hombre de quien te he hablado. El gobernará a mi pueblo”.
Saúl se acercó a Samuel, que se encontraba en la puerta de la
ciudad, y le dijo: “Indícame, por favor, dónde está
la casa del vidente”. Samuel le respondió: “Yo soy el vidente.
Sube delante de mí al lugar sagrado y quédate a cenar conmigo.
Mañana temprano te despediré, después de decirte todo lo
que está en tu corazón”.
Al día siguiente, muy temprano, Samuel tomó el cuerno donde guardaba
el aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Después
lo besó y le dijo: “El Señor te ha ungido como jefe de Israel,
su pueblo. Tú remarás sobre el pueblo del Señor y lo librarás
de los enemigos que lo rodean”. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Samuel se deja conducir
por Dios hasta que encuentra a Saúl. Manteniéndose atento a la
voluntad divina, supo hacerse a un lado, por lo cual logró consagrar
a Saúl como rey de Israel.
Del salmo 20 R/. De tu poder, Señor, se alegra el rey.
De tu poder, Señor, se alegra el rey, se alegra con el triunfo que le
has dado. Le otorgaste lo que él tanto anhelaba, no rechazaste el ruego
de sus labios. R/.
Lo colmaste, Señor, de bendiciones, con oro has coronado su cabeza. La
vida te pidió, tú se la diste, una vida por siglos duradera. R/.
Tu victoria, Señor, le ha dado fama, lo has cubierto de gloria y de grandeza.
Sin cesar le concedes tus favores y lo colmas de gozo en tu presencia. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 4, 18) R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva
y proclamar la liberación a los cautivos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 2, 13-17
En
aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a caminar por la orilla del
lago; toda la muchedumbre lo seguía y El les hablaba. Al pasar, vio a
Leví (Mateo), el hijo de Alfeo, sentado en el banco de los impuestos,
y le dijo: “Sígueme”. El se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba a la mesa en casa de Leví, muchos publícanos
y pecadores se sentaron a la mesa junto con Jesús y sus discípulos,
porque eran muchos los que lo seguían. Entonces unos escribas de la secta
de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publícanos,
preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué su maestro
come y bebe en compañía de publícanos y pecadores?”.
Habiendo oído esto, Jesús les dijo: “No son los sanos los
que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido para
llamar a los justos, sino a los pecadores”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús vino a cumplir su misión con entera libertad. No tenía un asesor de imagen, ni le apostaba a las campañas publicitarias. Su libertad interior le permitía vivir pendiente de la voluntad del Padre.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos, Señor, de tu bondad, que este sacramento de amor sea para todos nosotros signo de unidad y vínculo de cari dad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Por Cristo, Señor nuestro.
Por Él nos has conducido al conocimiento de la verdad, para hacernos
miembros de su cuerpo mediante el vínculo de una misma fe y un mismo
bautismo; por Él has enviado sobre todos los pueblos del mundo a tu Espíritu
Santo, admirable constructor de la Iglesia por la abundancia de sus dones, y
autor de la unidad, el cual habita en tus hijos de adopción, santifica
a toda la Iglesia y la dirige con sabiduría.
Por eso, unidos al coro de los ángeles, te alabamos con alegría,
diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Col 3, 14-15)
Sobre todas las virtudes pongan el amor, que es el vínculo de la perfecta unión; y que en sus corazones reine la paz de Cristo, a la que han sido llamados en un solo cuerpo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, infunde en nosotros el espíritu de tu caridad y, con la fuerza de este sacrificio eucarístico, haz que cuantos creemos en ti vivamos unidos en un mismo amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
II DOMINGO ORDINARIO
Santos: Fabián I, papa y mártir, y Sebastián de Roma mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 65, 4)
Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 49, 3. 5-6
El Señor me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria”.
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a Él y congregar a Israel en torno suyo —tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza—. Ahora, pues, dice el Señor: “Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El Siervo abre su corazón,
comparte sus secretos, disipa sus temores. La lucha no es sólo suya;
su causa la sostiene el Señor. El vivirá para reunificar al disperso
Israel.
Del salmo 39 R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Esperé en el Señor con gran confianza; El se inclinó hacia
mí y escuchó mis plegarias. El me puso en la boca un canto nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.
Sacrificios y ofrendas no quisiste; abriste, en cambio, mis oídos a tu
voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: “Aquí
estoy”. R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que
deseo: tu ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú
lo sabes, Señor. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 1, 1-3
Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Sóstenes, mi colaborador, saludamos a la comunidad cristiana que está en Corinto. A todos ustedes, a quienes Dios santificó en Cristo Jesús y que son su pueblo santo, así como a todos aquellos que en cualquier lugar invocan el nombre de Cristo Jesús, Señor nuestro y Señor de ellos, les deseo la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Tales saludos fraternos están llenos de un espíritu de comunión y acogida. El apóstol dirige su carta a los cristianos de Corinto, pero también la hace extensiva a todos aquellos que confiesan el señorío de Jesús.
ACLAMACIÓN
(Jn 1, 14. 12) R/. Aleluya, aleluya.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
A todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de
Dios. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 1, 29-34
En
aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús, que venía hacia él,
y exclamó: “Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado
del mundo. Este es aquel de quien yo he dicho: ‘El que viene después
de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes
que yo’. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua,
para que Él sea dado a conocer a Israel”.
Entonces Juan dio este testimonio: “Vi al Espíritu descender del
cielo en forma de paloma y posarse sobre Él. Yo no lo conocía,
pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre
quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que
ha de bautizar con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo vi y doy
testimonio de que éste es el Hijo de Dios”. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Dos testimonios de Juan acerca de Jesús. Juan es el heraldo que comunica lo que Dios le descubre. En Jesús se ha hecho carne e historia el Verbo eterno de Dios.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 4, 16)
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan del cielo, permanezcamos siempre unidos por el mismo amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En las horas críticas y los períodos adversos escasean los liderazgos. Las personas nos vamos desentendiendo de nuestras preocupaciones personales y familiares, así como de los asuntos públicos; nos vamos convirtiendo en personas mezquinas y egoístas. En esas horas también aparecen personas de talla extraordinaria, que no se dejan atrapar por sus ambiciones personales. El Siervo de Israel, Juan el Bautista, y Jesús de Nazaret son, entre otras cosas, figuras que vivieron pendientes de los llamados que Dios les hacía a través de los anhelos y las esperanzas de su pueblo. Todos, desde nuestra situación personal, sin escudarnos en pretextos ni en la falsa humildad, podemos seguir el camino de servicio que recorrieron estos servidores de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Por su total consagración a Dios, santa Inés mereció escuchar estas palabras: Ven, esposa de Cristo, y recibe la corona que el Señor te ha preparado para toda la eternidad.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que eliges a los débiles para vencer a los poderosos, te pedimos, al celebrar el martirio de santa Inés, que nos concedas imitar la heroica firmeza de su fe. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 15, 16-23
En aquellos días,
Samuel le dijo a Saúl: “Te voy a manifestar lo que el Señor
me dijo hoy en la noche”. El le contestó: “¿Qué
te dijo?”. Samuel prosiguió: “Aunque a tus propios ojos no
valías nada, ¿no llegaste acaso a ser el jefe de Israel? El Señor
te ungió como rey de Israel. El te ordenó llevar a cabo una expedición
contra los amalecitas, diciéndote: ‘Ve y destruye a esos pecadores.
Hazles la guerra hasta acabar con todos ellos’. ¿Por qué
no has obedecido la voz del Señor y te has quedado con el botín,
haciendo lo que desagradaba al Señor?”.
Saúl le respondió a Samuel; “No. Yo obedecí al Señor.
Llevé a cabo la expedición que El me ordenó. Traje cautivo
a Agag, rey de Amalec, y acabé con los amalecitas. Fue el pueblo el que
tomó del botín lo mejor de las ovejas y los bueyes para sacrificarlos
al Señor, nuestro Dios, en Guilgal”.
Pero Samuel le replicó: “¿Crees tú que al Señor
le agradan más los holocaustos y los sacrificios que la obediencia a
sus palabras? La obediencia vale más que el sacrificio, y la docilidad,
más que la grasa de los cameros. La rebelión contra Dios es tan
grave como el pecado de hechicería, y la obstinación, como el
crimen de idolatría. Por haber rechazado la orden del Señor, El
te rechaza a ti como rey”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Esta escena pone de manifiesto
una nueva forma de relacionarse con Dios. El prefiere la obediencia a los sacrificios,
el culto espiritual al culto material.
Del salmo 49 R/. Quien me da gracias, ése me honra.
No voy a reclamarte sacrificios, dice el Señor, pues siempre están
ante mí tus holocaustos. Pero ya no aceptaré becerros de tu casa
ni cabritos de tus rebaños. R/.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto;
tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R/.
Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que
yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara
tus pecados. R/.
Quien las gracias me da, ése me honra y yo salvaré al que cumple
mi voluntad. R/.
ACLAMACIÓN
(Hb 4, 12) R/. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones
del corazón. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 2, 18-22
En
una ocasión, en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos
ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Por
qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos
ayunan, y los tuyos no?”.
Jesús les contestó: “¿Cómo van a ayunar los
invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? Mientras está
con ellos el novio, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que
el novio les será quitado y entonces sí ayunarán.
Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo
encoge y rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo
en odres viejos, porque el vino rompe los odres, se perdería el vino
y se echarían a perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Las personas nos acostumbramos a lo establecido. En consecuencia, terminamos por confundir los rituales con los valores que les dan sentido. Jesús ofrece el vino nuevo que pone fin a los rituales del ayuno y el luto.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que los dones que vamos a ofrecerte en honor de tu santa virgen Inés te sean, Señor, tan agradables, como agradable fue a tus ojos su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 10. 42)
Santa Inés, virgen, escogió la mejor parte y no le será quitada.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, que glorificaste a santa Inés con la doble corona de la virginidad y del martirio, concédenos que esta comunión nos ayude a superar todas las pruebas y podamos así alcanzar el Reino eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Vicente de Zaragoza mártir, y Domingo de Sora, abad. Beata Laura Vicuña, virgen.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ef 4, 4-6)
Un solo cuerpo y un solo espíritu, como también es una la esperanza de la vocación con la que han sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todo, lo penetra todo y está en todo.
ORACIÓN COLECTA
Señor, mira con bondad a tu pueblo y, con los dones de tu Espíritu, aumenta en todos los que creen en ti el amor por la verdad, a fin de que busquemos la perfecta unidad de tu familia y trabajemos por obtenerla. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 16, 1-13
En aquellos días,
dijo el Señor a Samuel: “¿Hasta cuando vas a estar triste
por Saúl? Yo ya lo rechacé y él no reinará más
sobre Israel. Ve a la casa de Jesé, en Belén, porque de entre
sus hijos me he escogido un rey. Llena, pues, tu cuerno de aceite para ungirlo
y vete”.
Pero Samuel le replicó: “¿Cómo voy a ir? Si Saúl
se entera, me matará”. El Señor le respondió: “Lleva
contigo una ternera y di: ‘Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor’.
Invita a Jesé al sacrificio y yo te indicaré lo que has de hacer.
Luego ungirás al que yo te señale”.
Hizo Samuel lo que el Señor le había dicho. Cuando llegó
a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirlo temerosos y le
preguntaron: “¿Vienes en son de paz?”. Les respondió:
“Sí. Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense
y vengan conmigo al sacrificio”. Luego purificó a Jesé y
a sus hijos y los invitó también al sacrificio.
Cuando se presentaron ante él, al ver a Eliab, el hijo mayor de Jesé,
Samuel pensó: “Este es, sin duda, el que voy a ungir como rey”.
Pero el Señor le dijo: “No te dejes impresionar por su aspecto
ni por su gran estatura, pues yo lo he descartado, porque yo no juzgo como juzga
el hombre. El hombre se fija en las apariencias, pero el Señor se fija
en los corazones”.
Entonces, Jesé llamó a su hijo Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel,
el cual le dijo: “Tampoco a éste lo ha escogido el Señor”.
Jesé hizo pasar a Samá, pero Samuel le dijo: “A éste
tampoco lo ha elegido el Señor”. Así fueron pasando ante
Samuel siete de los hijos de Jesé; pero Samuel dijo: “Ninguno de
éstos es el elegido del Señor”. Luego le preguntó
a Jesé: “¿Son éstos todos tus hijos?”. El respondió:
“Falta el más pequeño, que está cuidando el rebaño”.
Samuel le dijo: “Hazlo venir, porque no nos sentaremos a comer hasta que
llegue”. Y Jesé lo mandó llamar.
El muchacho era rubio, de ojos vivos y buena presencia. Entonces el Señor
dijo a Samuel: “Levántate y úngelo, porque éste es”.
Tomó Samuel el cuerno con el aceite y lo ungió delante de sus
hermanos. A partir de aquel día, el espíritu del Señor
estuvo con David. Samuel se despidió y regresó a Ramá.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Samuel había mostrado
resistencia ante la elección por Saúl, pero también vaciló
a la hora de ungir a David. Resulta evidente, entonces, que Dios es el único
que elige al ungido.
Del salmo 88 R/. He encontrado a David, mi servidor.
Hablando tú en visión a tus amigos un día les dijiste:
“He escogido a un valiente de mi pueblo y he ceñido a sus sienes
la corona. R/.
He encontrado a David, mi servidor y con mi aceite santo lo he ungido. Lo sostendrá
mi mano y le dará mi brazo fortaleza. R/.
Él me podrá decir: ‘Tú eres mi Padre, el Dios que
me protege y que me salva’. Y yo lo nombraré mi primogénito
sobre todos los reyes de la tierra”. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Ef 1, 17-18) R/. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes,
para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 2, 23-28
Un
sábado, Jesús iba caminando entre los sembrados, y sus discípulos
comenzaron a arrancar espigas al pasar. Entonces los fariseos le preguntaron:
“Por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido
hacer en sábado?”.
Él les respondió: “¿No han leído acaso lo
que hizo David una vez que tuvo necesidad y padecían hambre él
y sus compañeros? Entró en la casa de Dios, en tiempos del sumo
sacerdote Abiatar, comió de los panes sagrados, que sólo podían
comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros”.
Luego añadió Jesús: “El sábado se hizo para
el hombre, y no el hombre para el sábado. Y el Hijo del hombre también
es dueño del sábado”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
La respuesta que Jesús da a sus críticos es clara y sorprendente: las normas y enseñanzas religiosas nunca serán más importantes que las personas que las cumplen.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que a todos los que estamos unidos por el mismo bautismo, nos purifique, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte y nos haga participar algún día de los mismos sacramentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Por Cristo, Señor nuestro.
Por Él nos has conducido al conocimiento de la verdad, para hacernos
miembros de su cuerpo mediante el vínculo de una misma fe y un mismo
bautismo; por Él has enviado sobre todos los pueblos del mundo a tu Espíritu
Santo, admirable constructor de la Iglesia por la abundancia de sus dones, y
autor de la unidad, el cual habita en tus hijos de adopción, santifica
a toda la Iglesia y la dirige con sabiduría.
Por eso, unidos al coro de los ángeles, te alabamos con alegría, diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 21.23)
Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, dice el Señor. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en la unidad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al participar del sacramento de tu Hijo, te pedimos, Señor, que santifiques y renueves a tu Iglesia, a fin de que todos los que nos gloriamos del nombre de cristianos podamos servirte en la unidad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Ildefonso de Toledo obispo, y Francisco Gil, mártir. Beata Josefa María de Santa Inés, virgen.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 10, 14-15)
Yo soy el Buen Pastor, dice el Señor, y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, de la misma manera que el Padre me conoce a mí y yo al Padre; y doy la vida por ellas.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que nos amas tanto, envía sobre nosotros la gracia abundante de tu espíritu, para que, viviendo con verdad nuestro cristianismo, demos al mundo testimonio de la verdad y busquemos confiados la unidad de todos los creyentes en la paz verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 17, 32-33. 37. 40-51
En aquellos días
dijo David a Saúl: “Señor, no se atemorice tu corazón
por ese filisteo. Tu siervo irá y peleará con él”.
Pero Saúl le replicó: “Tú no puedes ir a pelear contra
Goliat, porque no eres más que un muchacho, y él, un hombre adiestrado
para la guerra desde su juventud”. David le contestó: “El
Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, me
librará también de las manos de ese filisteo”. Saúl
le dijo: “Ve, y que el Señor te ayude”.
Tomó David el cayado que siempre llevaba consigo; escogió en el
arroyo cinco piedras bien lisas, las puso en su morral, y con la honda en la
mano, avanzó hacia el filisteo. Goliat, precedido por su escudero, se
fue acercando a David. El filisteo se le quedó mirando, y cuando vio
que era un joven, rubio y de buena presencia, lo despreció y le dijo:
“¿Soy acaso un perro para que me salgas al encuentro con palos
y con piedras?”. David le contestó: “No. Eres peor que un
perro”. Entonces Goliat lo maldijo en nombre de sus dioses y añadió:
“Acércate, que yo les echaré tu carne a las aves del cielo
y a las bestias del campo”.
David le replicó: “Tú vienes hacia mí con espada,
lanza y jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre del Señor de los
ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has
insultado. Hoy mismo te va a entregar el Señor en mis manos; te voy a
vencer y te voy a cortar la cabeza, y voy a echarles tu cadáver y los
cadáveres de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras del campo.
Así sabrá toda la tierra que hay Dios en Israel, y toda esa multitud
sabrá que el Señor no necesita ni lanzas ni espadas para vencer,
porque Él es el Señor de la guerra y los entregará a ustedes
en nuestras manos”.
Cuando el filisteo comenzó a avanzar contra David, éste corrió
a su encuentro, metió la mano en el morral, sacó una piedra, la
tiró con la honda e hirió al filisteo en la frente. La piedra
se le clavó en la frente y el filisteo cayó de boca por tierra.
Venció David al filisteo con una honda y una piedra; lo hirió
y lo mató, sin tener espada en la mano. Corrió David a donde estaba
caído el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina,
lo mató y le cortó la cabeza. Los filisteos, viendo que había
muerto su jefe, huyeron. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
David se enfrenta a Goliat
en una lucha desigual. El contraste salta a la vista por todos lados. El Señor
da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas.
Del salmo 143 R/. Bendito sea el Señor.
Bendito sea el Señor, mi roca firme; El adiestró mis manos y mis
dedos para luchar en lides. R/.
El es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo,
el que los pueblos a mis plantas rinde. R/.
Al compás de mi cítara, nuevos cantos, Señor, he de decirte,
pues tú das a los reyes la victoria y salvas a David, tu siervo humilde.
R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 23) R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades
y dolencias del pueblo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 3, 1-6
En aquel tiempo, Jesús
entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida
una mano. Los fariseos estaban espiando a Jesús para ver si curaba en
sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido: “Levántate
y ponte allí en medio”.
Después les preguntó: “¿Qué es lo que está
permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar
la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?”. Ellos
se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque
no querían entender, le dijo al hombre: “Extiende tu mano”.
La extendió, y su mano quedó sana.
Entonces se fueron los fariseos y comenzaron a hacer planes con los del partido
de Herodes, para matar a Jesús. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Jesús confronta a sus críticos y les aclara que el valor supremo es hacer el bien. Su vida entera gira en torno de esa opción, por eso sus adversarios se organizan para acabar con Él.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, tú que con un solo y único sacrificio, el de tu Hijo, redimiste a tu pueblo y lo adoptaste para siempre, concédele los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Por Cristo, Señor nuestro.
Por Él nos has conducido al conocimiento de la verdad, para hacernos
miembros de su cuerpo mediante el vínculo de una misma fe y un mismo
bautismo; por Él has enviado sobre todos los pueblos del mundo a tu Espíritu
Santo, admirable constructor de la Iglesia por la abundancia de sus dones, y
autor de la unidad, el cual habita en tus hijos de adopción, santifica
a toda la Iglesia y la dirige con sabiduría.
Por eso, unidos al coro de los ángeles, te alabamos con alegría,
diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. 1 Co 10, 17)
Todos los que participamos de un mismo pan y de un mismo cáliz, no obstante ser muchos, somos un solo cuerpo como uno solo es el pan.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta santa comunión que hemos recibido, signo de nuestra fraternidad en Cristo, realice la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nuestra Señora Reina de la Paz
Santos: Francisco de Sales, fundador, y Feliciano de Foligno, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 36, 30-31)
La boca del justo dice palabras sensatas y su lengua expresa lo recto, porque lleva grabada en el corazón la ley de su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para salvación de los hombres concediste a san Francisco de Sales el don de servir con extremada amabilidad a todos, ayúdanos a demostrar, a ejemplo suyo, en una actitud servicial con nuestros hermanos, toda la delicadeza de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de Samuel: 18, 6-9; 19, 1-7
En aquellos días,
cuando David regresaba de haber matado al filisteo, las mujeres de todos los
poblados salieron a recibir al rey Saúl, danzando y cantando al son de
tambores y panderos, y dando grandes gritos de alegría. Al danzar, las
mujeres cantaban a coro: “Mató Saúl a mil, pero David a
diez mil”.
A Saúl le cayeron muy mal esas palabras y se enojó muchísimo
y comentó: “A David le atribuyen diez mil, y a mí tan sólo
mil. Lo único que le falta es ser rey”. Desde entonces Saúl,
miraba a David con rencor.
Un día, Saúl comunicó a su hijo Jonatán y a sus
servidores que había decidido matar a David. Pero Jonatán quería
mucho a David y le dijo a éste: “Mi padre Saúl, trata de
matarte. Cuídate, pues, mucho, mañana por la mañana. Retírate
a un lugar seguro y escóndete. Yo saldré con mi padre por el campo
donde tú estés y le hablaré de ti; veré qué
piensa y te lo avisaré”.
Habló entonces Jonatán a su padre en favor de David y le dijo:
“No hagas daño, señor mío, a tu siervo David, pues
él no te ha hecho ningún mal, sino grandes servicios. Arriesgó
su vida para matar al filisteo, con lo cual el Señor dio una gran victoria
a todo Israel. Tú mismo lo viste y te alegraste. ¿Por qué,
pues, quieres hacerte reo de sangre inocente, matando a David sin motivo?”.
Al oír esto, se aplacó Saúl y dijo: “Juro por Dios
que David no morirá”.
Entonces Jonatán llamó a David y le contó lo sucedido.
Luego lo condujo ante Saúl, y David continuó a su servicio, como
antes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
David logra victorias importantes
y el rey Saúl se encela hasta querer matarlo. Jonatán, hijo de
Saúl, interviene y cuestiona el proceder insensato de su padre.
Del salmo 55 R/. En el Señor confío y nada temo.
Tenme piedad, Señor, porque me acosan, me persiguen y atacan todo el
día; me pisan sin cesar mis enemigos; innumerables son los que me hostigan.
R/.
Toma en cuenta, Señor, todos mis pasos y recoge mis lágrimas.
Que cuando yo te invoque, el enemigo se bata en retirada. R/.
Yo sé bien que el Señor está conmigo; por eso en Dios,
cuya promesa alabo, sin temor me confió. ¿Qué hombre ha
de poder causarme daño? R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 2 Tm 1, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer
la vida por medio del Evangelio. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 3, 7-12
En
aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla
del mar, seguido por una muchedumbre de galileos. Una gran multitud, procedente
de Judea y Jerusalén, de Idumea y Transjordania y de la parte de Tiro
y Sidón, habiendo tenido noticias de lo que Jesús hacía,
se trasladó a donde Él estaba.
Entonces rogó Jesús a sus discípulos que le consiguieran
una barca para subir en ella, porque era tanta la multitud, que estaba a punto
de aplastarlo.
En efecto, Jesús había curado a muchos, de manera que todos los
que padecían algún mal, se le echaban encima para tocarlo. Cuando
los poseídos por espíritus inmundos lo veían, se echaban
a sus pies y gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios”. Pero Jesús
les prohibía que lo manifestaran. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Durante los primeros meses de su ministerio, Jesús despertó el entusiasmo de las multitudes galileas. También, la adversidad del maligno. Jesús es y será siempre una persona controversial.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio, prueba suprema del amor de Cristo, nos comunique, Señor, el fuego del Espíritu Santo que llenó de bondad el corazón de tu siervo Francisco de Sales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 12, 42)
Éste es el siervo fiel y sensato a quien su señor ha puesto al frente de su familia, para darles la ración de trigo a su tiempo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por esta sagrada comunión, concédenos, Padre misericordioso, imitar en la tierra el amor y la bondad de san Francisco, para que podamos participar con él de la gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Conversión de San Pablo Apóstol
Santos: San Artemio de Campania, mártir. Beato Enrique Seuze, presbítero.
ANTÍFONA DE ENTRADA (2 Tm 1, 12; 4. 8)
Yo sé en quien tengo puesta mi confianza y estoy convencido de que el Señor, justo juez, me dará la recompensa el día de su venida.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has iluminado al mundo entero con la palabra de tu apóstol Pablo, cuya conversión conmemoramos hoy, haz que nos convirtamos a ti para dar, así, al mundo un testimonio de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 9, 1-22
En aquellos días,
Saulo, amenazando todavía de muerte a los discípulos del Señor,
fue a ver al sumo sacerdote y le pidió, para las sinagogas de Damasco,
cartas que lo autorizaran para traer presos a Jerusalén a todos aquellos
hombres y mujeres seguidores del Camino.
Pero sucedió que, cuando se aproximaba a Damasco, una luz del cielo lo
envolvió de repente con su resplandor. Cayó por tierra y oyó
una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues?”. Preguntó él: “¿Quién eres,
Señor?”. La respuesta fue: “Yo soy Jesús, a quien
tú persigues. Levántate. Entra en la ciudad y allí se te
dirá lo que tienes que hacer”.
Los hombres que lo acompañaban en el viaje se habían detenido,
mudos de asombro, pues oyeron la voz, pero no vieron a nadie. Saulo se levantó
del suelo, y aunque tenía abiertos los ojos, no podía ver. Lo
llevaron de la mano hasta Damasco y allí estuvo tres días ciego,
sin comer ni beber.
Había en Damasco un discípulo que se llamaba Ananías, a
quien se le apareció el Señor y le dijo: “Ananías”.
El respondió: “Aquí estoy, Señor”. El Señor
le dijo: “Ve a la calle principal y busca en casa de Judas a un hombre
de Tarso, llamado Saulo, que está orando”. Saulo tuvo también
la visión de un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía
las manos para que recobrara la vista.
Ananías contestó: “Señor, he oído a muchos
hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus fieles en Jerusalén.
Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para poner presos
a todos los que invocan tu nombre”. Pero el Señor le dijo: “No
importa. Tú ve allá, porque yo lo he escogido como instrumento,
para que me dé a conocer a las naciones, a los reyes y a los hijos de
Israel. Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi
causa”.
Ananías fue allá, entró en la casa, le impuso las manos
a Saulo y le dijo: “Saulo, hermano, el Señor Jesús, que
se te apareció en el camino, me envía para que recobres la vista
y quedes lleno del Espíritu Santo”. Al instante, algo como escamas
se le desprendió de los ojos y recobró la vista. Se levantó
y lo bautizaron. Luego comió y recuperó las fuerzas. Se quedó
unos días con los discípulos en Damasco y se puso a predicar en
las sinagogas, afirmando que Jesús era el Hijo de Dios.
Todos los que lo oían quedaban sorprendidos y decían: “¿No
es este hombre el que andaba persiguiendo en Jerusalén a los que invocan
el nombre de Jesús y que ha venido aquí para llevarlos presos
y entregarlos a los sumos sacerdotes?”. Pero Saulo, cada vez con más
vigor, refutaba a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles
que Jesús era el Mesías. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Pablo tiene su propio proyecto
personal, pero Jesús le sale al encuentro y le desbarata de tajo sus
planes. Pablo tuvo que ceder. Por eso se dejó conducir por Jesús
hacia Damasco.
Del salmo 116 R/. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos.
R/.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 15, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y
den fruto, y su fruto permanezca. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 16, 15-18
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: Arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús resucitado se dirige una y otra vez a las discípulas y los discípulos de cualquier época para invitarnos a ser portadores de buenas noticias para la humanidad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por este sacrificio eucarístico que vamos a ofrecerte, concédenos, Señor, que el Espíritu Santo nos ilumine con aquella misma fe que impulsó siempre a san Pablo a la predicación de tu Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los apóstoles 1.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ga 2, 20)
Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta comunión avive, Señor, en nosotros el amor incansable que impulsó a san Pablo a consagrarse al servicio de toda la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Timoteo de Listra y Tito de Cilicia, obispos; Paula de Roma viuda, y Roberto Molesmes, fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ez 34, 11. 23. 24)
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste dignos seguidores de san Pablo a tus santos obispos Timoteo y Tito, concédenos, por su intercesión, amarte y servirte en nuestros prójimos para que podamos llegar al cielo, nuestra patria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito: 1, 1-5
Yo, Pablo, soy servidor
de Dios y apóstol de Jesucristo, para conducir a los elegidos de Dios
a la fe y al pleno conocimiento de la verdadera religión, que se apoya
en la esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente, había prometido
esta vida desde tiempos remotos, y al llegar el momento oportuno, ha cumplido
su palabra por medio de la predicación que se me encomendó por
mandato de Dios, nuestro salvador.
Querido Tito, mi verdadero hijo en la fe que compartimos: te deseo la gracia
y la paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro salvador.
El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo
que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como te lo ordené.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La misión cristiana nunca termina. Jesús nos sigue llamando a ser testigos de su muerte y resurrección. Pablo sabía que no agotó el encargo misionero, por eso animó a Tito a servir en Creta.
Del salmo 95 R/. Cantemos
la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los
pueblos; de nación en nación, sus maravillas. R/.
Alaben al Señor, pueblos del orbe, reconozcan su gloria y su poder y
tribútenle honores a su nombre. R/.
“Reina el Señor”, digamos a los pueblos. El afianzó
con su poder el orbe, gobierna a las naciones con justicia. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Hch 16, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que compren damos las
palabras de tu Hijo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 3, 20-21
En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Esta es una información concisa y sorprendente. La familia de Jesús no consigue descubrir de qué manera Dios estaba detrás de las palabras y acciones del carpintero de Nazaret.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos en la fiesta de los santos obispos Timoteo y Tito, para que nos obtengan tu perdón y glorifiquen así tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 16)
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Reanimados por este sacramento, te pedimos, Señor, que, a ejemplo de los santos Timoteo y Tito, nos esforcemos en dar testimonio de la fe que ellos tuvieron y en llevar a la práctica sus enseñanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Ángela de Merici, fundadora, y Vitaliano I papa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 95, 1- 6)
Canten al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia y en su templo, belleza y majestad.
ORACIÓN COLECTA
Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de tus mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado, podamos producir frutos abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 8, 23-9, 3
En otro tiempo, el Señor
humilló al país de Zabulón y al país de Neftalí;
pero en el futuro llenará de gloria el camino del mar, más allá
del Jordán, en la región de los paganos.
El pueblo que habitaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían
en tierra de sombras, una luz resplandeció.
Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría. Se gozan en tu
presencia como gozan al cosechar, como se alegran al repartirse el botín.
Porque tú quebrantaste su pesado yugo, la barra que oprimía sus
hombros y el cetro de su tirano, como en el día de Madián. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Los pueblos gozan y se alegran
con la libertad y la paz. El profeta anuncia la llegada de un nuevo descendiente
de David que gobernará a su pueblo como Príncipe de la paz.
Del salmo 26 R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy
a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién
podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del
Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar
continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Armate de valor y
fortaleza y en el Señor confía. R/. .
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 1, 10-13. 17
Hermanos: Los exhorto, en
nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos vivan en concordia y
no haya divisiones entre ustedes, a que estén perfectamente unidos en
un mismo sentir y en un mismo pensar.
Me he enterado, hermanos, por algunos servidores de Cloe, de que hay discordia
entre ustedes. Les digo esto, por que cada uno de ustedes ha tomado partido,
diciendo: “Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Pedro, yo de Cristo”.
¿Acaso Cristo está dividido? ¿Es que Pablo fue crucificado
por ustedes? ¿O han sido bautizados ustedes en nombre de Pablo?
Por lo demás, no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el
Evangelio, y eso, no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz
la cruz de Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Quienes confesamos a Jesús
como Mesías tenemos un vínculo mayor que nuestras singularidades
y diferencias.
La fe cristiana nos empuja a vivir la comunión solidaria con todos.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 4, 23) R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la gente de toda
enfermedad. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 4, 12-23
Al
enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado, se retiró
a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm,
junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí, para que así
se cumpliera lo que había anunciado el profeta Isaías:
Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del
Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que habitaba en tinieblas vio
una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció.
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: “Conviértanse,
porque ya está cerca el Reino de los cielos”.
Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos
hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales
estaban echando las redes al mar, por que eran pescadores. Jesús les
dijo: “Síganme y los haré pescadores de hombres”.
Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos
de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los
llamó también. Ellos, dejando en seguida la barca y a su padre,
lo siguieron.
Andaba por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando la
buena nueva del Reino de Dios y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús se marcha de Nazaret y llega a Cafarnaúm para proclamar la buena nueva del reinado de Dios. No actúa como iluminado; antes bien, solicita el apoyo y la ayuda de varios pescadores.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos y santifícalos por medio de tu Espíritu para que se nos conviertan en sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 8, 12)
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias, Señor, por habemos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, y te pedimos que este don tuyo sea para nosotros fuente inagotable de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La esperanza es un elemento esencial en la vida. Los individuos y las sociedades siempre han sobrepasado sus fracasos y sus crisis, así como buscado y soñado con un futuro que traiga humanización para todos. La esperanza mesiánica es parte de nuestra herencia cristiana. Hemos aprendido a esperar en Dios y a construir entre todos su proyecto del reino. La historia nos ha enseñado a no vivir ilusionados con las soluciones fáciles que dependen de la genialidad de un “iluminado”. El futuro existe. La historia no marcha a la deriva. Dios, que comenzó su obra salvadora, la conducirá a buen puerto. No se trata de volver al providencialismo, sino de poner “la mano en el arado” y, entre todos, buscar el reino de Dios y su justicia.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Si 15, 5)
El Señor lo ha llenado del espíritu de sabiduría e inteligencia, ha abierto sus labios en medio de la asamblea y lo ha revestido de gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios nuestro, que hiciste de Tomás de Aquino un hombre admirable por su anhelo de santidad y su dedicación a las ciencias sagradas, ayúdanos a comprender su doctrina y a imitar sus ejemplos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de Samuel: 5, 1-7. 10
En aquellos días,
todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David, de la tribu
de Judá, y le dijeron: “Somos de tu misma sangre. Ya desde antes,
aunque Saúl reinaba sobre nosotros, tú eras el que conducía
a Israel, pues ya el Señor te había dicho: ‘Tú serás
el pastor de Israel, mi pueblo; tú serás su guía’
“.
Así pues, los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver a David,
rey de Judá. David hizo con ellos un pacto en presencia del Señor
y ellos lo ungieron como rey de todas las tribus de Israel.
David tenía treinta años, cuando comenzó a reinar. Primero
reinó en Hebrón, sobre Judá, siete años y tres meses.
Después, en Jerusalén, reinó sobre todo Israel y Judá,
treinta y tres años. En total, su reinado duró cuarenta años.
Una vez ungido rey, David y sus hombres marcharon a Jerusalén, contra
los yebuseos que habitaban aquella tierra. Estos le dijeron a David: “Tú
no entrarás aquí, pues los ciegos y los cojos bastarán
para rechazarte. Ellos mismos dicen: ‘David jamás entrará
aquí”. El, sin embargo, tomó la fortaleza de Sión,
que en adelante se llamó “la ciudad de David”. David se hacía
cada vez más poderoso y el Señor estaba con él. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
En estos renglones, el
autor quiere demostrarnos que David no era un gobernante espurio, puesto que
contaba con el reconocimiento de todo Israel y con el aval divino.
Del salmo 88 R/. Contará con mi amor y mi lealtad.
Hablando tú en visión a tus amigos un día les dijiste:
“He escogido a un valiente de mi pueblo y he ceñido a sus sienes
la corona. R/.
He encontrado a David, mi servidor, y con mi aceite santo lo he ungido. Lo sostendrá
mi mano y le dará mi brazo fortaleza. R/.
Contará con mi amor y mi lealtad y su poder aumentará en mi nombre.
Extenderé su imperio sobre el mar, sobre los ríos todos, su dominio”.
R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 2 Tm 1, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer
la vida por medio del Evangelio. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 3, 22-30
En
aquel tiempo, los escribas que habían venido de Jerusalén, decían
acerca de Jesús: “Este hombre está poseído por Satanás,
príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera”.
Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas:
“¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque
si un reino está dividido en bandos opuestos no puede subsistir. Una
familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás
se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues
ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse
sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear
la casa.
Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus pecados
y todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo
nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno”.
Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un espíritu
inmundo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús vive tan cercano a Dios y a los hombres que suscita el rechazo de propios y extraños. Los hombres justos siempre son atacados por quienes defienden sus intereses y privilegios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea grato, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte en la fiesta de santo Tomás de Aquino, cuyas enseñanzas y ejemplo nos mueven a alabarte con todo nuestro ser. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 12, 42)
Este es el siervo fiel y sensato a quien su señor ha puesto al frente de su familia, para darles la ración de trigo a su tiempo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes nos has alimentado con el Cuerpo de Cristo, ilumínanos, Señor, con sus enseñanzas, para que en la festividad de santo Tomás de Aquino aprendamos tu verdad e imitemos tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 67, 6-7. 36)
Adoremos a Dios en su santo templo. El nos hace habitar juntos en su casa. El es la fuerza y el poder de su pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Padre santo y todopoderoso, protector de los que en ti confían, ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de Samuel: 6, 12-1¨5. 17-19
En aquellos días,
David fue a casa de Obededom, donde estaba el arca de la alianza, y la transportó
con gran alborozo a la ciudad de David. Apenas habían dado seis pasos
los que llevaban el arca, cuando él sacrificó un toro y un becerro
gordo.
David danzaba con todas sus fuerzas ante el Señor, ceñido con
una especie de mandil de lino, que usaban los sacerdotes. David y toda la casa
de Israel conducían el arca del Señor con aclamaciones de júbilo,
al son de las trompetas.
Llevaron el arca del Señor y la colocaron en su sitio, en medio de la
tienda que David había mandado levantar. Luego David ofreció al
Señor holocaustos y sacrificios de acción de gracias. Cuando terminó,
David bendijo al pueblo en nombre del Señor de los ejércitos y
repartió a todo el pueblo, a cada hombre y a cada mujer de Israel, un
pan, un trozo de carne asada y un pastel de pasas. Después se fueron
todos, cada uno a su casa. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
David encabeza la procesión
que conduce el arca del Señor a Jerusalén. El rey está
convencido de que ese signo de la presencia de Dios será de bendición
para Israel.
Del salmo 23 R/. El Señor es el rey de la gloria.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el rey de la gloria! R/.
Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y
poderoso, el Señor, poderoso en la batalla. R/.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el rey de la gloria! R/.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los
ejércitos, es el rey de la gloria. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por que
has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 3, 31-35
En
aquel tiempo, llegaron a donde estaba Jesús, su madre y sus parientes;
se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a El estaba sentada una multitud,
cuando le dijeron: “Ahí fuera están tu madre y tus hermanos,
que te buscan”.
Él les respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes
son mis hermanos?”. Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor,
dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad
de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los discípulos de Jesús constituyen una nueva familia. Esos hombres y esas mujeres galileos se distinguen por su determinación de vivir haciendo la voluntad de Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos, y concédenos que este sacrificio santifique toda nuestra vida y nos conduzca a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 5, 7-8)
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 16, 18-19)
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu providencia quisiste fundar tu Iglesia sobre la roca de Pedro, el jefe de los apóstoles, mira con bondad a nuestro Santo Padre, el Papa Benedicto XVI y ya que lo has constituido sucesor de Pedro, concédele que sea para tu pueblo principio y fundamento visible de la unidad en la fe y de la comunión en el amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de Samuel: 7, 4-17
En aquellos días,
el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: “Ve
y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: ‘¿Piensas
que vas a ser tú el que me construya una casa, para que yo habite en
ella? Desde que saqué a Israel de Egipto hasta el presente, no he tenido
casa, sino que he andado en una tienda de campaña, por dondequiera que
han ido los hijos de Israel. ¿Acaso en todo ese tiempo le pedí
a alguno de los jueces, a quienes puse como pastores de mi pueblo, Israel, que
me construyera una casa de cedro?’.
Di, pues, a mi siervo David: ‘Yo te saqué de los apriscos y de
andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré
contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré
tan famoso como los hombres más famosos de la tierra.
Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí
para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos
ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los
tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y
a ti, David, te haré descansar de tus enemigos. Además, yo, el
Señor, te hago saber que te daré una dinastía; y cuando
tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré
a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. El me construirá
una casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para
él un padre y él será para mí un hijo. Si hace el
mal, yo lo castigaré con vara fuerte y con azotes, pero no le retiraré
mi favor, como lo hice con Saúl, a quien quité de tu camino. Tu
casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono
será estable eternamente’ “.
Natán comunicó a David todas estas palabras, conforme se las había
revelado el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Este oráculo consolida
la promesa divina a favor de la dinastía de David. Es una promesa que
incluye compromisos, pero Dios exigirá obediencia y fidelidad a los sucesores
de David.
Del salmo 88 R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
“Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con
mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré
tu trono eternamente’. R/.
Él me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que
me protege y que me salva’. Y yo lo nombraré mi primogénito
sobre todos los reyes de la tierra. R/.
Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que
le hice. Nunca se extinguirá su descendencia y su trono durará
igual que el cielo”. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel
que lo encuentra vivirá para siempre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 4, 1-20
En aquel tiempo, Jesús
se puso a enseñar otra vez junto al lago, y se reunió una muchedumbre
tan grande, que Jesús tuvo que subir en una barca; ahí se sentó,
mientras la gente estaba en tierra, junto a la orilla. Les estuvo enseñando
muchas cosas con parábolas y les decía:
“Escuchen. Salió el sembrador a sembrar. Cuando iba sembrando,
unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros y se los comieron.
Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la
tierra no era profunda, las plantas brotaron enseguida; pero cuando salió
el sol, se quemaron, y por falta de raíz, se secaron. Otros granos cayeron
entre espinas; las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron
madurar. Finalmente, los otros granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron
brotando y creciendo y produjeron el treinta, el sesenta o el ciento por uno”.
Y añadió Jesús: “El que tenga oídos para oír,
que oiga”.
Cuando se quedaron solos, sus acompañantes y los Doce le preguntaron
qué quería decir la parábola. Entonces Jesús les
dijo: “A ustedes se les ha confiado el secreto del Reino de Dios; en cambio,
a los que están fuera, todo les queda oscuro; así, por más
que miren, no verán; por más que oigan, no entenderán;
a menos que se arrepientan y sean perdonados “.
Y les dijo a continuación: “Si no entienden esta parábola,
¿cómo van a comprender todas las demás? ‘El sembrador’
siembra la palabra.
‘Los granos de la vereda’ son aquellos en quienes se siembra la
palabra, pero cuando la acaban de escuchar, viene Satanás y se lleva
la palabra sembrada en ellos.
‘Los que reciben la semilla en terreno pedregoso’, son los que,
al escuchar la palabra, de momento la reciben con alegría pero no tienen
raíces, son inconstantes, y en cuanto surge un problema o una contrariedad
por causa de la palabra, se dan por vencidos.
‘Los que reciben la semilla entre espinas’ son los que escuchan
la palabra; pero por las preocupaciones de esta vida, la seducción de
las riquezas y el deseo de todo lo de más, que los invade, ahogan la
palabra y la hacen estéril.
Por fin, ‘los que reciben la semilla en tierra buena’ son aquellos
que escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha: unos, de treinta; otros,
de sesenta; y otros, de ciento por uno”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
El mensaje evangélico sigue siendo provocador y desafiante. Nos impacta y atrae. No obstante, las preocupaciones y los afanes egoístas nos impiden acogerlo con decisión.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos para el sacrificio eucarístico; protege y dirige a tu santa Iglesia en unión con nuestro papa Benedicto XVI, a quien constituiste su pastor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 21, 15. 17)
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?, le dijo el Señor a Pedro. Este le respondió: Señor, tú lo conoces todo, tú sabes que te amo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por esta Eucaristía, en la que nos has permitido participar, confirma, Señor, en la unidad y en el amor a la santa Iglesia y a tu siervo, el papa Benedicto XVI, para que juntos, rebaño y pastor, recorran con seguridad el camino de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Juan Bosco, fundado y Marcela de Roma, viuda. Beata Ludovica Albertoni laica.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mc 10, 14)
Dejen que los niños se acerquen a mí, dice el Señor, y no se lo impidan, porque de ellos es el Reino de Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en la persona de san Juan Bosco otorgaste a la juventud un padre y un maestro, enciende nuestro corazón con el mismo amor con que encendiste el suyo, para que en la entrega total a los demás busquemos servirte sólo a ti. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de Samuel: 7, 18-19. 24-29
Cuando David se enteró
por Natán de las promesas divinas, fue a ponerse delante del Señor
y le dijo:
“¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa, para
que me hayas favorecido tanto hasta el presente? Y no contento con esto, extiendes
ahora tus promesas también a mis descendientes. Ciertamente, Señor,
no es así como proceden los hombres.
Tú has elegido al pueblo de Israel para que sea siempre tu pueblo. Y
tú, Señor, has querido ser su Dios. Ahora, Señor, mantenle
a tu siervo y a su casa la promesa que le has hecho y cumple tus palabras. Así
tu nombre será glorificado para siempre y todos dirán: ‘El
Señor de los ejércitos es el Dios de Israel’.
La casa de tu siervo David permanecerá para siempre en tu presencia,
pues tú, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, eres quien
le ha hecho esta revelación a tu siervo. Yo te edificaré una casa;
por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta súplica.
Sí, Señor, tú eres Dios y tu palabra es verdadera. Tú
has hecho una promesa a tu siervo David; dígnate, pues, ahora, bendecir
la casa de tu siervo, para que permanezca para siempre ante ti, porque tú,
Señor Dios, lo has dicho, y con tu bendición, la casa de tu siervo
será bendita para siempre”. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
David abre su corazón
a Dios, le agradece sus promesas y demanda su bendición. Es un creyente
que gobierna en nombre de Dios, no un tirano que quiere cubrirse con su nombre.
Del salmo 131 R/. Dios le dará el trono de su padre David.
Señor, Dios poderoso de Jacob: en favor de David, acuérdate de
todos sus afanes y de aquel juramento que te hizo. R/.
David juró al Señor: “No he de entrar en la tienda don de
habito ni he de subir al lecho en que descanso, no habré de conceder
sueño a mis ojos ni quietud a mis párpados, hasta que halle un
lugar para el Señor, una morada fija para el Dios poderoso de Jacob”.
R/.
Dios prometió a David —y el Señor no revoca sus promesas—:
“Pondré sobre tu trono a uno de tu propia descendencia. R/.
Si tus hijos son fieles a mi alianza y cumplen los mandatos que yo enseñe,
también ocuparán sus hijos tu trono para siempre”. R/.
Esto es así, porque el Señor ha elegido a Sión como morada:
“Aquí está mi reposo para siempre. Porque así me
agradó, será mi casa”. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 118, 105) R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz
en mi sendero. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 4, 21-25
En
aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Acaso se enciende una
vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para
ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se
descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga
oídos para oír, que oiga”.
Siguió hablándoles y les dijo: “Pongan atención a
lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás,
esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene,
se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los cristianos conocemos en carne propia la grandeza del amor de Dios. No podemos vivir con mezquindades nuestra experiencia de fe, tenemos que compartirla con todos con sencillez de corazón.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que la Iglesia te ofrece en memoria de tu santo Juan Bosco y haz que este sacrificio impregne de tu amor todas nuestras actividades. Por Jesucristo, nuestro Señor
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt l8. 3)
A menos que cambien y se hagan tan sencillos como niños, no entrarán en el Reino de los cielos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que hemos recibido en este sacramento, nos den fuerza, Señor, para que, a ejemplo de san Juan Bosco, podamos comunicar a los demás la luz de la verdad y el fuego de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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