El Espíritu Santo y sus Dones | ||
Eduardo Cáceres Contreras | ||
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Después de la muerte de Jesucristo, sus discípulos quedaron desalentados y abatidos, víctimas de una fuerte experiencia de fracaso. Pero la historia de Jesús no termina con su muerte. Comienza de nuevo con su Resurrección. El disperso y fracasado grupo de los discípulos se reúne y por la fe en Jesús y la esperanza en su vuelta, se convierte en una comunidad. El Espíritu de Jesucristo garantiza su presencia hasta el final de los tiempos: “Yo
le pediré al Padre que les de otro abogado que esté siempre
con ustedes, el Espíritu de la verdad. No los dejaré huérfanos,
volveré” (Juan 14, 16-18). |
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Una
demostración evidente de esta venida son los siete Dones del Espíritu
Santo, disposiciones permanentes o capacidades que Dios concede y que
hacen a la persona dócil y dispuesta a seguir los impulsos del
mismo Espíritu. Los Dones pertenecen en plenitud a Jesús,
el Mesías, quien los comunica a sus discípulos por la fe,
la oración y los sacramentos.
ESPÍRITU DE SABIDURÍA: Este es el Don del buen
gusto que nos hace saborear y gustar las cosas de Dios. Sabiduría
es ver sabiamente las cosas, no sólo con la inteligencia sino que,
también, con el corazón, tratando de ver las cosas como
Dios las ve y comunicándolas con sabiduría de tal manera
que los demás perciban que Dios actúa en nuestra persona,
en lo que pensamos, decimos y hacemos. ESPÍRITU DE CONSEJO: Se trata de tener la capacidad de escuchar al Señor que nos habla y tratar de discernir lo que El quiere y espera de nosotros. El Don de Consejo nos ayuda a enfrentar mejor los momentos duros y difíciles de nuestra vida, al mismo tiempo nos da la capacidad de aconsejar, inspirados por el Espíritu Santo, a quienes nos piden ayuda, a quienes necesitan palabras de aliento y de vida. ESPÍRITU DE FORTALEZA: Este Don nos da la capacidad de superar los momentos duros y difíciles de nuestra vida. Muchas veces somos débiles y podemos caer fácilmente en las tentaciones propias de esta sociedad como lo es el dinero, el poder, el consumismo, los vicios...Es allí donde necesitamos el Don de la fortaleza y pedir al Señor que nos ilumine..El ejemplo de Jesucristo, su pasión y muerte, debe ser para nosotros un auténtico testimonio de fortaleza que nos ha de llevar a superar nuestra debilidad humana. ESPÍRITU DE CIENCIA: Este Don nos ayuda a descubrir la presencia de Dios en el mundo, en la vida, en la naturaleza, en el día, la noche, en el mar, la montaña. El Espíritu de Ciencia nos permite discernir entre el bien y el mal y nos hace mirar a las personas y las cosas con los ojos de Dios. ESPÍRITU DE PIEDAD El Don de piedad
nos permite acercarnos confiadamente a Dios, hablarle con sencillez, abrir
nuestro corazón de hijo a un Padre Bueno del cual sabemos que nos
quiere y nos perdona: “Padre Nuestro....” ESPÍRITU DE TEMOR DE DIOS Aquí no se trata de tenerle miedo a Dios, sino más bien sentirse amado por El. Con este Don tenemos la fuerza para vencer los miedos y aferrarnos al gran amor que Dios nos tiene. Cuando se descubre el amor de Dios lo único que deseamos es hacer su voluntad y sentimos temor de ir por otros caminos. En este sentido existe temor de fallar y causarle pena al Señor. Con este Don tenemos la fuerza para vencer los miedos y aferrarnos al gran amor que Dios nos tiene. Pidamos al Espíritu Santo que siga actuando con
fuerza en medio de nosotros y nos ayude a ser verdaderos testigos del
Señor Resucitado. |
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